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Gobernar no es sencillo. En una dictadura la situación es menos compleja porque sencillamente el tirano da las órdenes y todos obedecen. Pero en una democracia efectiva los sectores de la sociedad tienen el derecho constitucional de participar en el proceso decisorio. Lo que significa una tarea ardua dado que buscar acuerdos respecto a un tema específico es complicado, aunque no imposible cuando priva el interés colectivo.
En Costa Rica se ha vuelto un asunto complicado el arte de gobernar. La ingobernabilidad es un fenómeno que abarca no solamente la incapacidad del Estado para atender las demandas sociales, también tiene que ver con un asunto estructural del sistema político que se debe afrontar con mucha seriedad para determinar si está o no respondiendo a los desafíos del siglo XXI. No se trata exclusivamente de un asunto de liderazgo o de músculo político.
Hacer posible la gobernabilidad efectiva en Costa Rica implica preocupación por la discusión y el análisis de los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad, y no perder tiempo sobre los estilos de personalidad, aunque desde luego son importantes los líderes que no imponen su pensamiento, que abren los espacios del debate y la discusión, que tienen un lenguaje compatible con la serenidad y la transparencia, que son tolerantes y que no acarrean peligros para la democracia y para la dignidad humana.
Actualmente, los líderes políticos enfrentan numerosos y mayores desafíos producto de una sociedad más compleja y exigente. Paralelamente también tienen que lidiar con las diversas posiciones de los sectores sociales y particularmente de los representantes en el Parlamento, que en no muy pocas ocasiones entraban la labor del Ejecutivo cuando sienten que no se cumplen sus intereses.
Por ello, la gran virtud en el arte de gobernar es la prudencia y la firmeza, de modo que – y en el buen sentido del aporte de Maquiavelo – pueda el gobernante mantenerse en el poder (o el jerarca en su puesto) con absoluta conciencia de las circunstancias, entendiendo el contexto histórico social y conservando el dominio de las diferentes situaciones. Todo en el marco del Estado de Derecho.
La realidad nacional demuestra que la tarea de gobierno se vuelve frustrante porque es complicado construir un atractivo político aceptado por todos. Y es aquí donde se descarga la mayor parte de la crítica, sobre todo de la oposición dado que algunos sienten que el estilo de gobernar no está en relación directa con el cumplimiento de sus propias expectativas. Y cuando la crítica no sale de este esquema reducido lamentablemente se limita el análisis serio.
No es prudente cuestionar la importancia del liderazgo en el arte de gobernar, pero sí la actitud de aquellos que hacen alarde de sus cualidades “extraordinarias” para atraer sobre sí la atención de los demás, creando alrededor de su figura un aura de omnipotencia y de infalibilidad, y peor aún, presentándose como designados por Dios, por la historia o por la naturaleza para ocupar su lugar por encima del resto de los mortales, como únicos conocedores del camino a seguir.
Claro que los líderes son vitales para el buen gobierno y para el análisis objetivo sobre la efectividad del sistema político; pero los líderes que urge Costa Rica son aquellos que aspiran al bien común y al poder de las leyes, dispuestos siempre y en todo momento a coordinar y gerenciar las transformaciones que la sociedad demanda, sin autoritarismo y sin rendir culto a la personalidad.
Gobernar no es sencillo. En una dictadura la situación es menos compleja porque sencillamente el tirano da las órdenes y todos obedecen. Pero en una democracia efectiva los sectores de la sociedad tienen el derecho constitucional de participar en el proceso decisorio. Lo que significa una tarea ardua dado que buscar acuerdos respecto a un tema específico es complicado, aunque no imposible cuando priva el interés colectivo.
Alajuela. Viernes por la noche. Una gran cantidad de gente, mayores, jóvenes, familias con sus niños, se aglomeran en la plazoleta de la iglesia La Agonía, para dar inicio al cierre de una semana muy especial en que Alajuela fue el centro de la cultura oral, la anfitriona de un nuevo encuentro de cuentacuentos que reunió artistas de España, Camerún, México y Colombia, aparte de los muchos compatriotas que poco a poco se han ido sumando a este bello arte de narrar historias de una manera muy amigable y participativa.
Luego de escuchar a la delegación mexicana narrar sus historias desde una de las torres de aquel hermoso templo, dirigido por una alegre cimarrona, arrancó el “Trolecuentos”, sí, así como suena, es decir, a trolear contando cuentos. ¿Donde más que en la ciudad de los mangos y los apodos para inventar semejante término?
Tres paradas tuvo el trolecuentos en el camino, y desde sendos balcones, un español, una venezolana y un colombiano hicieron las delicias del público que con gran regocijo y orden les siguió y les escuchó, para luego dirigirse hasta el viejo cuartel, hoy sede del Museo Juan Santamaría, donde un príncipe camerunés, como salido de uno de sus propios cuentos, simplemente encantó a los asistentes. Cerró la velada Juan cuentacuentos a nombre de los de Tiquicia y luego la cimarrona llenó el ambiente de parranderas que animaron a más de uno a bailar en media calle.
De esa manera llegó a feliz término un capítulo más, el sexto, de esta Fiesta Internacional de Cuentos que cada año, durante una semana, convierte a Alajuela en “Ciudad palabra”.
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Sarapiquí. Sábado, mediodía y tarde. En el plantel municipal, en El Mortero de Horquetas, se lleva a cabo el V Encuentro Nacional de Cantautores que reúne a artistas de la música –composición e interpretación- de diversos lugares del país.
Una velada exquisita para los amantes de la música popular y del folclor nacionales que se ha venido haciendo realidad cada año gracias al soporte de la Alcaldía de aquel cantón herediano y al entusiasmo y capacidad de organización de un grupo de sarapiqueños, encabezados por León Santana, un gran promotor de la cultura popular.
Por ese festival han pasado, en calidad de dedicados, consumados artistas como Lencho Salazar, Ernesto Alfaro, Nago de Nicoya, Dionisio Cabal, Ronald Alfaro y el trío los Guacaleros de Acosta, entre otros. En esta quinta edición los homenajeados fueron el cantante internacional Rafa Pérez, el afamado requinto “Negro” Córdoba, miembro del extinto trío Alma de América, y el trío Los Josefinos que precisamente la noche anterior había compartido escenario con el trío Los Reyes, de México. Todos ellos nos regalaron una tarde musical inolvidable.
A estos artistas debemos sumar muchos otros, de gran calidad y sobre todo de un gran compromiso con el arte musical, ya sea como compositores o como intérpretes, y en no pocos casos, como ambos. Resalto por esos méritos y por su condición de anfitriona, a la marimba orquesta Sarapiquí que tiene la virtud de reunir en su elenco a adultos, jóvenes y niños.
El reconocimiento sincero a quienes con grandes sacrificios hacen posible este espacio de homenaje a nuestros cantautores, alma de nuestra cultura popular.
Alajuela. Viernes por la noche. Una gran cantidad de gente, mayores, jóvenes, familias con sus niños, se aglomeran en la plazoleta de la iglesia La Agonía, para dar inicio al cierre de una semana muy especial en que Alajuela fue el centro de la cultura oral, la anfitriona de un nuevo encuentro de cuentacuentos que reunió artistas de España, Camerún, México y Colombia, aparte de los muchos compatriotas que poco a poco se han ido sumando a este bello arte de narrar historias de una manera muy amigable y participativa.
Alajuela. Viernes por la noche. Una gran cantidad de gente, mayores, jóvenes, familias con sus niños, se aglomeran en la plazoleta de la iglesia La Agonía, para dar inicio al cierre de una semana muy especial en que Alajuela fue el centro de la cultura oral, la anfitriona de un nuevo encuentro de cuentacuentos que reunió artistas de España, Camerún, México y Colombia, aparte de los muchos compatriotas que poco a poco se han ido sumando a este bello arte de narrar historias de una manera muy amigable y participativa.
Luego de escuchar a la delegación mexicana narrar sus historias desde una de las torres de aquel hermoso templo, dirigido por una alegre cimarrona, arrancó el “Trolecuentos”, sí, así como suena, es decir, a trolear contando cuentos. ¿Donde más que en la ciudad de los mangos y los apodos para inventar semejante término?
Tres paradas tuvo el trolecuentos en el camino, y desde sendos balcones, un español, una venezolana y un colombiano hicieron las delicias del público que con gran regocijo y orden les siguió y les escuchó, para luego dirigirse hasta el viejo cuartel, hoy sede del Museo Juan Santamaría, donde un príncipe camerunés, como salido de uno de sus propios cuentos, simplemente encantó a los asistentes. Cerró la velada Juan cuentacuentos a nombre de los de Tiquicia y luego la cimarrona llenó el ambiente de parranderas que animaron a más de uno a bailar en media calle.
De esa manera llegó a feliz término un capítulo más, el sexto, de esta Fiesta Internacional de Cuentos que cada año, durante una semana, convierte a Alajuela en “Ciudad palabra”.
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Sarapiquí. Sábado, mediodía y tarde. En el plantel municipal, en El Mortero de Horquetas, se lleva a cabo el V Encuentro Nacional de Cantautores que reúne a artistas de la música –composición e interpretación- de diversos lugares del país.
Una velada exquisita para los amantes de la música popular y del folclor nacionales que se ha venido haciendo realidad cada año gracias al soporte de la Alcaldía de aquel cantón herediano y al entusiasmo y capacidad de organización de un grupo de sarapiqueños, encabezados por León Santana, un gran promotor de la cultura popular.
Por ese festival han pasado, en calidad de dedicados, consumados artistas como Lencho Salazar, Ernesto Alfaro, Nago de Nicoya, Dionisio Cabal, Ronald Alfaro y el trío los Guacaleros de Acosta, entre otros. En esta quinta edición los homenajeados fueron el cantante internacional Rafa Pérez, el afamado requinto “Negro” Córdoba, miembro del extinto trío Alma de América, y el trío Los Josefinos que precisamente la noche anterior había compartido escenario con el trío Los Reyes, de México. Todos ellos nos regalaron una tarde musical inolvidable.
A estos artistas debemos sumar muchos otros, de gran calidad y sobre todo de un gran compromiso con el arte musical, ya sea como compositores o como intérpretes, y en no pocos casos, como ambos. Resalto por esos méritos y por su condición de anfitriona, a la marimba orquesta Sarapiquí que tiene la virtud de reunir en su elenco a adultos, jóvenes y niños.
El reconocimiento sincero a quienes con grandes sacrificios hacen posible este espacio de homenaje a nuestros cantautores, alma de nuestra cultura popular.
Alajuela. Viernes por la noche. Una gran cantidad de gente, mayores, jóvenes, familias con sus niños, se aglomeran en la plazoleta de la iglesia La Agonía, para dar inicio al cierre de una semana muy especial en que Alajuela fue el centro de la cultura oral, la anfitriona de un nuevo encuentro de cuentacuentos que reunió artistas de España, Camerún, México y Colombia, aparte de los muchos compatriotas que poco a poco se han ido sumando a este bello arte de narrar historias de una manera muy amigable y participativa.
El tema de la separación de Iglesia y Estado es un tema que desvela a más de uno, sobre todo, si se trata de personas que veneran la capacidad que, en otras latitudes, algunos han mostrado para montar proyectos que han logrado redefinir sociedades desde el manejo inteligente e ideologizado de expresiones como “progreso”, “tolerancia” o hasta “democracia”.
Sin embargo, no hace falta fijarse en ellos y su manera de entender extrema de ver las cosas. Recientemente, el mismo Papa Benedicto XVI hablaba de Iglesia y de Estado como realidades “independientes y autónomas en su propio campo”. Así de claro lo decía hace unos pocos meses al recibir al embajador de Chile ante la Sede Apostólica, pasando de largo de perspectivas radicales que hoy hacen más mal que bien.
Ahora, esta separación no puede ser, de manera alguna, confrontación o absurda competencia de poderes o áreas de influencia. Se trata de saber colaborar sin confundirse, de marchar en direcciones comunes sin llegar a caer en interferencias mutuas innecesarias.
La colaboración leal y respetuosa debe dirigirse, fundamentalmente, en la línea de favorecer mediante el servicio claro, la promoción del ser humano y facilitar, de esta manera, que se cumpla su vocación personal y social.
Y, en esta línea de servicio a la persona, la Iglesia y el Estado mismo, han de promover los valores y principios éticos y antropológicos que están inscritos en la naturaleza misma del ser humano. Y todo esto en una clave que no resulta de manera alguna privativa de una cosmovisión concreta, como la cristiana, sino en razón de tratarse de valores que toda persona puede y debe compartir y defender a partir de una exigencia que se deriva sencillamente de la recta razón.
De esta manera, la Iglesia al denunciar las nefastas consecuencias del hambre, referirse a cuanto está detrás de la pobreza extrema, defender la vida humana no nacida, promover la familia o favorecer todo cuanto vaya en la línea de la promoción del bien común o del favorecimiento de un justo y pacífico progreso, no hace más que responder a las expectativas que se pueden y deben esperar de cualquier ser humano de buena voluntad, sea éste quien sea y piense como piense.
Vivimos tiempos de grandes desafíos históricos, sociales y, por supuesto, espirituales. Muchos seres humanos de hoy, al inicio de este tercer milenio, tienen unas urgencias grandes de seguridad de cara a su supervivencia, pero también una peculiar ansia de verdad, de libertad profunda, de amor gratuito y auténtico. La tarea del Estado es, en esta línea, enorme. La colaboración de la Iglesia es imperiosa y no puede ni debe ser bloqueada por visiones antropológicas parciales y muy seguramente insuficientes.
El tema de la separación de Iglesia y Estado es un tema que desvela a más de uno, sobre todo, si se trata de personas que veneran la capacidad que, en otras latitudes, algunos han mostrado para montar proyectos que han logrado redefinir sociedades desde el manejo inteligente e ideologizado de expresiones como “progreso”, “tolerancia” o hasta “democracia”.
Nuevamente muchos estudiantes han vuelto a las aulas escolares y colegiales para enrumbarse, de la mano los docentes, en ese fascinante viaje de cultivarse y prepararse en pos de un futuro profesional. Precisamente son esos docentes quienes tienen a su cargo el que estas enseñanzas repercutan en buenos frutos; en sus manos está, en gran medida, el formar o deformar a sus alumnos.
Pues gran parte del adelanto, y mayor bienestar, de la educación, está fundamentado en la relación y cooperación plenas que los educandos establecen con sus estudiantes durante el proceso de enseñanza. Sin duda, una buena transferencia entre el grupo y el docente, permitirá una mayor y mejor producción académica; ya que el estudiante se podría comprometer más si el docente se implica también en la dinámica de clase con mayor regularidad.
Dado que los maestros y profesores tienen la crucial tarea de ser los sujetos activos más directos en la experiencia educativa, están llamados, por ética, a cultivar una responsable labor formativa que dote a los estudiantes de las habilidades, conocimientos y valores necesarios para darle cuerpo a su vida dentro y fuera de las aulas.
Toda persona que se dedique a la educación, debe hacer surgir el deseo de poner al servicio de los demás lo que él sabe, y enseñar los diversos caminos que se deben seguir para adquirirlo. Por tanto, como parte de esa buena educación que se desea cristalizar, es labor del docente transmitir, a los educandos, un entusiasta interés por el aprendizaje, mediante el fomento de su capacidad de iniciativa y protagonismo, que los promueva en el aprecio por la naturaleza, el arte, la imaginación, el raciocinio, lo espiritual y los valores humanísticos.
Un educador debe tener mucha capacidad de conducción e inducción, pues el educando espera que su maestro, de alguna manera, lo oriente, le aclare sus interrogantes o lo estimule a seguir adelante; que cuando tropiece, sea capaz de levantarlo e indicarle el camino por seguir. También, debe estar dispuesto a que sus alumnos lo busquen en tiempo fuera de trabajo. La disposición es una actitud loable y espiritual de un educador al servicio de los demás.
Además, se le debe brindar auxilio al estudiante para que conozca primero su realidad psicosocial, a fin de que pueda ubicarse, sanamente, en su entorno. A partir de este contacto con los alumnos y su medio, se podrá llevar a cabo su realización de acuerdo con sus posibilidades y necesidades sociales, procurándoles una mejor calidad de vida. Para ello, los educadores deben fomentar en sus clases la libertad de ideas, el flujo de reflexiones, el sentido del deber, la posibilidad de crítica y el impulso del pensamiento creativo en sus alumnos, para que se trasluzcan en fascinantes estímulos de convivencia social.
De modo que, en esta subrayada tarea de accionar efectiva y eficazmente la educación, resulte tan importante el conocimiento brindado a los estudiantes, como la vocación, recta conducta, justicia, tolerancia, honestidad, paciencia, sensibilidad y calidad humana, de quienes tienen a su cargo la titánica misión de formar ciudadanos de bien.
De ahí que el inicio de este nuevo curso lectivo sea fecha propicia para insistir en la urgencia de que aulas sean, cada vez más, espacios abiertos al pensamiento, la voz, el conocimiento, el diálogo, el aprendizaje y la creación. Mas los docentes deben recordar, constantemente, que para realizar esta valiosa labor formativa necesitan también creer y comprometerse con su apostolado, y en que es posible realizarlo bien, pues tales condiciones no sólo son indispensables, sino pasos trascendentales en la profesionalización de la docencia y en la construcción de una educación de calidad, ya que, con razón se ha dicho, desde hace mucho tiempo, que “los buenos docentes
hacen los buenos pueblos”.
Nuevamente muchos estudiantes han vuelto a las aulas escolares y colegiales para enrumbarse, de la mano los docentes, en ese fascinante viaje de cultivarse y prepararse en pos de un futuro profesional. Precisamente son esos docentes quienes tienen a su cargo el que estas enseñanzas repercutan en buenos frutos; en sus manos está, en gran medida, el formar o deformar a sus alumnos.
Los países que instalaron sistemas de gobierno totalitarios, o sea, sin democracia, aún aplicando sistemas rigurosos de control de la población, después de medio siglo se derrumbaron como las fichas del ajedrez.
Se puede afirmar que nadie ha visto flujos de personas, en busca de una mejor vida, hacia esos países que se alejaron de la democracia para gobernar, ni antes ni después de su desplome.
Lamentablemente, esas caducas fórmulas dictatoriales de gobierno han resurgido en los últimos años en algunas regiones del planeta, impulsadas por gobernantes que desean perpetuarse en el poder; y para congraciarse con sus pueblos y encerderles el espíritu nacionalista para que cierren filas a su alrededor, agreden a sus vecinos. Por lo general, siempre actúan a la víspera de una contienda electoral.
Los psicópatas del poder que intentan o sumergen a sus pueblos en dictaduras, experimentan una fobia común en el consciente y en el subconsciente y ese estado agudo de temor les produce dos reacciones: la pesadilla de que van a ser invadidos y la necesidad de asustar a sus habitantes para inducirlos a que cierren filas en torno a su persona.
Ese estado de zozobra producido por esa fobia, los pone automáticamente a la defensiva y es aquí cuando inician la etapa de transformación del país en economías de guerra, se arman hasta los dientes y agreden a sus vecinos. Luego se lanzan contra la Constitución de sus respectivos países para adaptarla a sus mezquinos intereses dictatoriales. Paso seguido comienzan a soñar con el dominio de la energía nuclear para producir la bomba atómica, siempre con el fin de amedrentar a las democracias. Para esta categoría de gobernantes, mantenerse en el poder significa salvar su vida, pues en esa lucha por lograrlo y después para conservarlo dictatorialmente, desarrollan un historial delictivo peligrosamente tenebroso.
La codicia del poder o más bien la dictadura, es una de esas sillas de la cuales es imposible lograr bajarse vivo, dijo Solón (640-558 a. d. Cristo), Legislador de Atenas, cuando le ofrecieron el gobierno de por vida, después de haber gobernado 22 años.
Autor: Ernesto Villavicencio Ruiz
Los países que instalaron sistemas de gobierno totalitarios, o sea, sin democracia, aún aplicando sistemas rigurosos de control de la población, después de medio siglo se derrumbaron como las fichas del ajedrez.
Se puede afirmar que nadie ha visto flujos de personas, en busca de una mejor vida, hacia esos países que se alejaron de la democracia para gobernar, ni antes ni después de su desplome.
Lamentablemente, esas caducas fórmulas dictatoriales de gobierno han resurgido en los últimos años en algunas regiones del planeta, impulsadas por gobernantes que desean perpetuarse en el poder; y para congraciarse con sus pueblos y encerderles el espíritu nacionalista para que cierren filas a su alrededor, agreden a sus vecinos. Por lo general, siempre actúan a la víspera de una contienda electoral.
Martes, 15 Febrero 2011 05:49
NO HACEN FALTA IMPUESTOS PARA ENFRENTAR EL DÉFICIT FISCAL
Comentarista InvitadoQuizá la mayoría de los costarricenses no estén enterados de que las instituciones autónomas, a lo largo de los años, han ido acumulando superávits de sus respectivos presupuestos que, en conjunto, el año pasado llegaron a la escandalosa suma de un billón, trescientos setenta y nueve mil ochocientos dieciséis millones de colones. ¡Así como lo oye!: un billón, trescientos setenta y nueve mil ochocientos dieciséis millones de colones, en su versión de SUPERAVIT CONSOLIDADO.
Además de esa cifra, existe en esos superávits un renglón denominado “Sumas libres sin asignación presupuestaria”, que para el presente año supera los 490 mil millones de colones.
Estos no son datos antojadizos. Son números emanados directamente de la Contraloría General de la República.
Descubrir el paradero de esos millones. Determinar cuánto de esos multimillonarios recursos se pueden reedireccionar para resolver el déficit calculado en 2.5% del PIB; es decir, aproximadamente 550 mil millones de colones, fue el planteamiento que le hicimos los diputados socialcristianos a la Presidenta de la República, quien ordenó la creación de una comisión técnica, con participación nuestra, para que se abocara a ese estudio.
Pero además, es importante que la ciudadanía conozca, que en los presupuestos del Gobierno central y las autónomas para el presente año, se destinan 406.907 millones de colones para financiar gastos por servicios especiales, otras remuneraciones y servicios de gestión y apoyo, que en la práctica vienen a significar el financiamiento de una planilla paralela en ministerios e instituciones autónomas.
Pero ahí no acaba todo. Los gastos programados en información, publicidad y propaganda superan los 68.900 millones de colones, y en alquileres de edificios, locales y terrenos pasan de los 67 mil millones. Y ni qué decir de las partidas destinadas a actividades protocolarias y sociales, que se acercan a los 4 mil millones de colones. Y oigan este dato: en transporte y viáticos al exterior, lo programado supera los 5 mil millones de colones.
Con justificada razón, los diputados socialcristianos estamos demandando que antes de aprobar un paquete tributario, se revisen los superávits de las autónomas y se recorten los millonarios gastos superfluos incluidos en los presupuestos del 2011. ¿No creen ustedes que tenemos razón?
Este fue un comentario del diputado Luis Fishman Zonzinski.
Quizá la mayoría de los costarricenses no estén enterados de que las instituciones autónomas, a lo largo de los años, han ido acumulando superávits de sus respectivos presupuestos que, en conjunto, el año pasado llegaron a la escandalosa suma de un billón, trescientos setenta y nueve mil ochocientos dieciséis millones de colones. ¡Así como lo oye!: un billón, trescientos setenta y nueve mil ochocientos dieciséis millones de colones, en su versión de SUPERAVIT CONSOLIDADO.
Tengo una impresión que, me parece, tienen la mayoría de los costarricenses y de todas las edades. Y ella consiste en que la fracción legislativa de gobierno se está comprometiendo demasiado de cara a causas perdidas.
Justamente, pensando en esto, llegó a mis manos gracias al favor de un amigo, el último volumen de las obras completas de Ignacio Ellacuría que se ha publicado y que tiene como título “Cursos Universitarios”.
Originado en 1977 aparece en esta obra recién publicada, el curso de ética que en ese momento de su vida impartió Ellacuría y en el que planteaba una enseñanza que, en parte, fue incorporada a su famosa “Filosofía de la realidad histórica”.
En este curso, este notorio discípulo de Xavier Zubiri, hace ver que la gran pregunta ética es una pregunta por el quehacer humano y, más en concreto, qué se requiere hacer para ser auténticamente humano y qué debe aportar el ser humano mismo de cara a humanizar y plenificar la historia.
En esa ruta, andada como se debe, el ser humano va siendo, se va realizando poco a poco y ello mediante un proceder configurado con obras a la altura de lo que se espera de él en cuanto persona.
En este punto de su curso, Ellacuría hace una referencia al tema político y llegaba a una idea especialmente importante y digna de ser destacada a propósito de este comentario. Se trata de la noción de “político ético”.
Un político ético será, de esta manera, aquel que se empeña por construir un orden justo desde una conciencia recta y bien formada. En un hombre o una mujer marcado por este talante sabe anteponer el bien común al particular y tienen el suficiente ánimo como para lanzarse a la defensa a capa y espada de su propia honorabilidad personal mostrándola siempre sin tacha ni mancilla. Solo así el quehacer político será creíble y los ciudadanos aún pensarán en él como posibilidad generadora de otras muchas y más ricas posibilidades adicionales que hasta pueden significar bienestar para las mayorías.
En este momento, me parece, tanto para los legisladores de la bancada oficial como para otras personas llamadas a tomar decisiones desde el poder judicial y el mismo poder ejecutivo, con respecto a escandalosas acciones ventiladas recientemente por los medios de comunicación, esta noción de “político ético” les sería muy útil. Vale la pena que se le considere y que de paso lleve a tomar posiciones más seguras desde del punto de vista puramente ético y también desde la perspectiva política. En esta línea hay riesgos que es mejor no tomar y compromisos que es mejor pensar antes con mucho detenimiento previamente a ser asumidos.
Tengo una impresión que, me parece, tienen la mayoría de los costarricenses y de todas las edades. Y ella consiste en que la fracción legislativa de gobierno se está comprometiendo demasiado de cara a causas perdidas.
Lunes, 14 Febrero 2011 08:14
Bonos de vivienda para solidaristas
Escrito por Camilo Rodríguez ChaverriEntre los proyectos de ley que tienen que ver con el solidarismo, uno nos encanta y otro nos preocupa. El proyecto de ley que alegra al Movimiento Solidarista consiste en la adición de un inciso “e)” al artículo 66 de la ley para el sistema financiero nacional para la vivienda, con el fin de incorporar a las asociaciones solidaristas como entidades autorizadas. Lo que ocurre es que resulta injusto que las asociaciones solidaristas no estén autorizadas para tramitar el bono de vivienda, como sí lo están las asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo, los bancos del Estado, los bancos privados, las cooperativas y fundaciones. De contar con esta herramienta, las asociaciones solidaristas podrían garantizar el acceso a una vivienda digna a muchos más costarricenses. Sólo en los cinco años más recientes, el Movimiento Solidarista Costarricense, como sector, ha generado unas 25 mil soluciones de vivienda. Eso se multiplicará si las asociaciones pudieran financiarle un lote a la gente y, cuando cumplen con los requisitos, de una vez tramitarle el bono de vivienda. Es una excelente idea. La aplaudimos. Los solidaristas merecemos esta inclusión, con la que podremos generar bienestar y desarrollo integral. Hay asociaciones solidaristas muy exitosas en el tema de la vivienda, como las de Holcim, Taca y Grupo San Cristóbal.
El proyecto que nos preocupa tiene el expediente 17364. Se llama “Ley de Fortalecimiento del Solidarismo del Sector Público”. Nos preocupa porque pretende que puedan mantenerse como afiliados de una asociación solidarista quienes se hayan retirado temporalmente de sus labores o de manera definitiva por pensión. Paso a explicar los argumentos contenidos en un análisis de esta ley, y que obtengo de un documento aprobado por nuestra junta directiva. La posibilidad de que personas que no se encuentran vinculadas a la empresa (pública o privada) puedan mantenerse afiliadas desvirtúa la naturaleza jurídica y administrativa de las asociaciones solidaristas, pues estas son organizaciones eminentemente laborales. El aporte patronal es un adelanto de la cesantía y únicamente corresponde a los trabajadores que, de conformidad con la ley, tienen derecho. No se puede otorgar el derecho a la cesantía, vía inclusión a la asociación solidarista, para los servidores que, por ley, no tienen ese derecho. Esta es una manera de aumentar las cargas del Estado injustificadamente. Junto a esto, debemos señalar que no existe razón jurídica válida que pueda posibilitar, en lo que respecta a la Ley Solidarista, una distinción entre los solidaristas de las instituciones del Estado y los solidaristas de las empresas privadas. Dejamos en claro que esta reforma pretende afianzar la posibilidad de que personas que no son trabajadores de una institución pública determinada puedan formar parte de la asociación solidarista. Además, resulta a todas luces incomprensible la intención de eliminar la prohibición que impide que los representantes patronales formen parte de la junta directiva de una asociación solidarista. ¿Cuál diferencia existe entre el gerente general de un banco estatal y el de un banco privado? ¿Cuál diferencia existe entre el auditor de una institución autónoma y el auditor de una empresa privada? La eliminación de esta prohibición (para el sector público) nos parece inconveniente e ilógica. Esta norma existe en la ley para que la administración de las asociaciones solidaristas sea ejercida por los trabajadores, no por los patronos.
Entre los proyectos de ley que tienen que ver con el solidarismo, uno nos encanta y otro nos preocupa. El proyecto de ley que alegra al Movimiento Solidarista consiste en la adición de un inciso “e)” al artículo 66 de la ley para el sistema financiero nacional para la vivienda, con el fin de incorporar a las asociaciones solidaristas como entidades autorizadas.
Es innegable que a toda época corresponde un perfil de líder; ya sea desde la óptica de quien se considera capaz de enfrentar las dificultades y proponer como realizarlo, o desde la perspectiva de la sociedad, la cual percibe quién efectivamente tiene las características y la vocación para llevarlo a cabo.
Ahora bien, inmersos como estamos en una etapa particularmente compleja de nuestra historia en donde se es parte de un mundo que ha hecho de la globalización una apabullante realidad y en donde no es una exageración afirmar que, pese a esto, la democratización de la sociedad no ha caminado tan aprisa, es imperioso decidir, con buen tacto, el tipo de líder necesario que deseamos, o que deseamos ser, para el bienestar de la Patria.
Pues ha resultado evidente que el plano en que se despliegan muchas de las acciones humanas tan fundamentales como la educación o la política, y quienes en su interior operan, no corresponde con lo que el país ha esperado o ha aspirado para un pertinente avance democrático. El país está sediento de contar con líderes educativos y políticos que puedan proponer soluciones a los problemas concretos que a diario se viven, llámense la excelencia educativa, el evitar la deserción, lograr una mayor seguridad ciudadana, fomento de un trabajo digno, telecomunicaciones, salud, infraestructura vial, pobreza o situación fiscal.
Es fundamental, entonces, que quienes asuman el rol de líderes educativos o políticos tengan en cuenta que el verdadero enemigo no es un partido opositor, ni menos el compañero que pretende también ostentar un puesto, sino los tremendos problemas que nos agobian y que exigen una pronta y efectiva solución. El liderazgo no puede limitarse a su simple obtención de poder; el poder es, según palabras del político español Ernesto Giménez Caballero, “un deber y no un derecho. Un servicio y no un favor. Un acto de humildad y no de orgullo”.
Por ello quien quiera aspirar a ser el líder de nuestro progreso, quien crea que cuenta con esta habilidad, deberá hacer de su capacidad el instrumento que genere, a partir de grandes decisiones, las necesarias transformaciones de nuestra Costa Rica. Porque, en la medida que la oferta del líder se dirija a este punto, no sólo será capaz de ubicar a la política y a la educación en su perspectiva concreta; sino que estará más cerca de asumir, con mayor conciencia, la necesidad de que la gente tenga, por el avance nacional, una mayor participación en la vida democrática.
Si nuestros líderes educativos y políticos no brindan planteamientos puntuales, sin duda, la desconfianza imperante se seguirá incrementando. Pero, a la vez, si los ciudadanos no les exigimos a los líderes un mensaje coherente y honesto, seremos nosotros los que les estaremos haciendo, directamente, un gran daño a nuestra democracia.
Por tanto, es el momento para declararle la pelea a esas actitudes cargadas de palabrería empalagosa y sin sentido que han sustentado, en muchas ocasiones, a nuestro entorno político y educativo por años, ha llegado el momento de pasar del dicho al hecho, quizás ese es el mayor desafío de quienes desean, o tienen ya en sus manos, el liderar el bienestar de nuestra Nación.
Definitivamente nuestra educación, nuestra política, en fin, Costa Rica, requiere líderes con valores, actitudes y habilidades que les permita ser agentes de cambio, que coadyuven al desarrollo de su comunidad y que contribuyan a forjar nuevas generaciones de líderes quienes forjen una nueva cultura de visión, valentía y empatía en permanente crecimiento. Líderes cuyos pensamientos, palabras y acciones estén en plena armonía, concordancia, transparencia y honestidad, pues, precisamente, el secreto para liderar reside en hacer lo que se predica.
Es innegable que a toda época corresponde un perfil de líder; ya sea desde la óptica de quien se considera capaz de enfrentar las dificultades y proponer como realizarlo, o desde la perspectiva de la sociedad, la cual percibe quién efectivamente tiene las características y la vocación para llevarlo a cabo.
Ahora bien, inmersos como estamos en una etapa particularmente compleja de nuestra historia en donde se es parte de un mundo que ha hecho de la globalización una apabullante realidad y en donde no es una exageración afirmar que, pese a esto, la democratización de la sociedad no ha caminado tan aprisa, es imperioso decidir, con buen tacto, el tipo de líder necesario que deseamos, o que deseamos ser, para el bienestar de la Patria.
El mundo está sufriendo innumerables cambios, y en el nuevo tablero mundial la política, las relaciones internacionales, la geopolítica, juegan un papel de primer orden. Los problemas comunes como el terrorismo, el crecimiento económico sostenido, el cambio climático, que pasaron de ser un problema aislado a uno generalizado y de los cuales Costa Rica no puede ser un mero espectador, encomiendan a nuestro a país un actuar propio de nuestra capacidad.
Costa Rica al igual que con México, Estados Unidos, Canadá y el resto de Centroamérica, también debe ver al sur, sentirse parte de Latinoamérica, sentirse argentino, sentirse brasileño, sentirse chileno, sentirse peruano. Se deben ampliar nuestras expectativas, no creer en ese satanismo hacia la hermandad en esa parte del mundo, que podría llevarnos hacia la tierra del fuego o el Amazonas. Y dejando de ver en América del Sur solo las figuras de Hugo Chávez, el comunismo o la hoz y el martillo.
Eso también implica que actuemos con sabiduría, manteniendo nuestra posición fuera de cualquier corriente ideológica, que sepamos ser gente, no sentirnos tan diferentes, pero que actuemos tomando en cuenta que nuestra personalidad es una, y eso no se somete a discusión. Podemos demostrar un sinfín de cualidades, que nos hacen grandes: como la cultura, la capacidad tecnológica, nuestra biodiversidad, nuestra inteligencia, nuestra fe en la democracia y en nuestras instituciones, nuestra unidad y felicidad. Nuestra capacidad de negocio y de buen clima para la inversión.
Tenemos mucho que dar y mucho que recibir, no basta con quedarnos en simples discursos diplomáticos, en abrir embajadas en las zonas más escondidas del planeta, si no accionamos en la dirección correcta.
De esta forma los y las costarricenses podemos optar por nuevos horizontes de crecimiento económico, de inversión, de trabajo, de estudio y aprendizaje, de intercambio cultural. Fortaleciendo así nuestra relación con la región de la cual y como hemos podido constar con el conflicto nicaragüense, sigue siendo pilar diplomático.
Costa Rica debe y puede mirar al Sur sin ningún miedo, con la misma actitud inspiradora, positiva, y caudillista que nos embarcó en un viaje hacia China como la más fehaciente prueba de crecimiento, avance, buenas decisiones y creencia en que cuando queremos; podemos.
Fabián Gamboa Corrales.
El mundo está sufriendo innumerables cambios, y en el nuevo tablero mundial la política, las relaciones internacionales, la geopolítica, juegan un papel de primer orden. Los problemas comunes como el terrorismo, el crecimiento económico sostenido, el cambio climático, que pasaron de ser un problema aislado a uno generalizado y de los cuales Costa Rica no puede ser un mero espectador, encomiendan a nuestro a país un actuar propio de nuestra capacidad.
Miércoles, 09 Febrero 2011 05:57
La flaca memoria de nosotros los ticos …
Alexander Hernández CamachoEn algún momento de nuestra vida, hemos escuchado a alguien decir que en este país, no hay escándalo que dure tres días. Sin duda, un triste diagnóstico, tan autóctono como nocivo, pues por esa estrechez de memoria, somos reincidentes en una larga lista de males, con los cuales nos hemos acostumbrado a vivir y, ni hacemos nada por resolverlos ni exigimos a quienes elegimos, para que hagan esfuerzos reales y definitivos por hacerlo.
La lista es enorme y por lo tanto es imposible abarcarla toda: Sobornos a policías y actos de corrupción de funcionarios públicos de todo nivel, que en el mejor de los casos son suspendidos por períodos de hasta 6 meses pero con goce de salario, biombos y listas de espera interminables en los hospitales de la Caja, el desmadre en nuestras carreteras donde mueren todos los días inocentes a manos de borrachos al volante, la oferta de drogas en escuelas y colegios de todo el país, el tráfico de influencias al más alto nivel, la inmigración por la libre de delincuentes de todas latitudes, la pésima gestión de la gran mayoría de diputados, la paupérrima participación en las elecciones municipales y lo que es peor la re-elección de gentes con gravísimos cuestionamientos.
Todos esos males no atendidos y todas las soluciones postergadas, retratan una parte del ser costarricense que es necesario cambiar. Olvidamos muy rápido los ticos y eso nos vuelve vulnerables.
Hay una dolencia que nos ha venido aquejando de manera grave en los últimos meses; pero como todo, en esta Costa Rica veraniega y pura vida, ya casi no nos acordamos y hasta hay quienes minimizan la violación a la soberanía de que estamos siendo objeto por ese camarilla de delincuentes y hasta dicen que el territorio que nos quieren robar es un “suampo”. NO señores, son humedales con vida en peligro de extinción, pero ante todo es un pedazo de suelo patrio.
Curiosamente, los que en el pasado han convocado a multitudinarias marchas para defender la soberanía nacional, en esta oportunidad no han dicho ni pío. Los que destruyen obra pública, bloquean calles, levantan barricadas y cubren sus rostros con pasamontañas en defensa de la patria; no se han pronunciado.
¿Qué nos pasa a los ticos, que somos tan olvidadizos? ¿Es acaso que la costumbre de vivir en paz y democracia, han lavado de nuestra memoria, las gestas heroicas que en el pasado libraron costarricenses deseosos de resguardar a la patria de malhechores extranjeros, mercenarios y delincuentes?
Es entendible que el alto grado de alfabetización y la dicha de no tener un ejército, nos hagan personas de paz, pero…¿Es posible que tengamos que aceptar que un delincuente, sin ninguna educación ni respeto por nada, se burle de nosotros y envenene a todo un pueblo sumido en la ignorancia y la miseria por décadas de dictadores y ladrones, y no pase nada?
¿Tendremos que resignarnos a que un pachuco de esta calaña, haga lo que le da la gana en el mismo jardín de nuestra casa, destruya un pedazo del pródigo suelo del que habla nuestro Himno Nacional y en este país sigamos más preocupados por la inauguración de un estadio, por un partido de fútbol y un concierto?. Perdonen que sea aguafiestas, pero mi memoria no puede ser tan corta.
Todavía tengo en mi recuerdo la imagen del comandante nada caminando por las calles de Cartago y todavía en este país, en el mismo Cartago, hay una familia que llora a su padre muerto en el atentado de La Penca, donde ese comandantillo se ocultaba del mismo dictador del que hoy es cómplice. Bajo este límpido cielo, el comandante que no comanda ni su dignidad, hoy se asocia con el maleante que ayer combatía para que lo inviten a la piñata.
El mundo debe entender y tiene la obligación de hacer que hasta el último milímetro de nuestro territorio debe ser respetado. Nuestra dignidad, nuestra vergüenza y nuestra memoria, deben ser resguardadas por nosotros los ticos.
En algún momento de nuestra vida, hemos escuchado a alguien decir que en este país, no hay escándalo que dure tres días. Sin duda, un triste diagnóstico, tan autóctono como nocivo, pues por esa estrechez de memoria, somos reincidentes en una larga lista de males, con los cuales nos hemos acostumbrado a vivir y, ni hacemos nada por resolverlos ni exigimos a quienes elegimos, para que hagan esfuerzos reales y definitivos por hacerlo.
El influyente Instituto Legatum ha medido una vez más los niveles de felicidad y calidad de vida de la mayoría de las naciones del mundo. Unas 110 que equivalen a casi el 90% de la población mundial.
El Instituto Legatum es una organización privada con base en Londres, que se caracteriza por la investigación global. Y en su nuevo informe aparece Costa Rica en el puesto 33. Con respecto al pasado informe, nuestro país pierde un lugar y fue superado por Uruguay que pasó del puesto 33 al 28.
Este informe es la única evaluación global de la riqueza y el bienestar en el ámbito mundial. Se evalúa sobre la base de una definición de la prosperidad que combina el crecimiento económico junto con medidas de felicidad y calidad de vida.
Estas mediciones ayudan a entender que la libertad personal, la seguridad y la buena salud constituyen la receta del éxito; en cambio, queda claro que una deficiente gobernabilidad limita la prosperidad general.
Por otra parte se afirma, por parte de quienes lideran el Instituto Legatum, que la verdadera prosperidad consiste en más que dinero. De esta manera se hace ver que también incluyen la felicidad, la salud y la libertad. El Índice de Prosperidad de que hablamos muestra que, además del éxito económico, la prosperidad de una sociedad se basa en familias y comunidades sólidas, libertad política y religiosa, educación y oportunidad, y un entorno saludable.
Bien, pues se supone que en esto estamos bien en el contexto latinoamericano. Antes liderábamos este índice. Hoy vamos por debajo de Uruguay, Chile está a un punto de igualarnos y Panamá pasó del puesto 42 al puesto 40 y se acerca.
Un dato bueno. Sin embargo, no hemos de llamarnos a engaño. Cuanto nos falta de cara a quienes lideran listas es mucho y es grave. Se dice que somos un país feliz y próspero, sin embargo y con frecuencia, las gentes en la calle perciben otras cosas. Quien es atendido por las instituciones públicas es, a menudo, poco feliz y, además, quien sufre nuestra pésima infraestructura se angustia e indispone con más frecuencia de la debida.
Puede que sí seamos ese país 33 el la lista del Índice de Prosperidad de Legatum. Y puede que no seamos del todo una población triste y marcada por la angustia o la agonía por sobrevivir. Pero lo que queda ahora es mirar hacia los primeros de la lista y descubrir en el estilo de vida de Noruega, Dinamarca o Finlandia pistas para superar las oscuridades que aún nos hacen padecer y que poco a poco son los culpables de que perdamos escaños en este índice que, puede ser, que su nueva edición, no nos trate tan bien.
El influyente Instituto Legatum ha medido una vez más los niveles de felicidad y calidad de vida de la mayoría de las naciones del mundo. Unas 110 que equivalen a casi el 90% de la población mundial.
¿Por qué nosotros los ticos no entendemos o asumimos de una buena vez, para que captemos o ejecutemos solo, a golpe de tambor? Y una y dos y… No podemos continuar volando en las alas de "Gaviota" y con el “guiri-guiri” en la mano, que se estira, pero se nos encoje –como le ha sucedido a nuestros logros del pasado-. No podemos continuar gastando el celular con “Julieta-tá” o con el “Pipiribao” y pensando como éste, en lugar de dar el 100% en el trabajo; creyéndole a “Emeterio”, afirmando que el guaro blanco es un alimento, viviendo en la luna liberiana y esperando a que Tatica Dios baje el dedo.
¡Urge que pongamos los pies sobre el suelo! No importa que sea "piso e’ tierra", siempre y cuando estemos ¡bien plantados! Satisfechos, si ponemos nuestro máximo esfuerzo. Sin embargo, somos dados a brincar y eludir las responsabilidades, los problemas y, por ende, las soluciones. Por ello es que tenemos tanto trabajo acumulado, como nación. Deberíamos poner al día nuestros asuntos, ¡ya! ¿Una opción? Mediante la apretada y olvidada “Agenda de Desarrollo”. Y de verdad, ¡desarrollarla!
Si es necesario, le seguimos la pista a los buenos pasos dados por otras naciones para poner en orden la "casa" por dentro. Tomamos nota, copiamos lo "copiable", agregamos nuestro aporte, ajustamos, ¡y ejecutamos! Así llegaremos a abrir nuestras puertas -al mercado global, por ejemplo- bien preparados; seguros. Y logrando percibir beneficios para todos los sectores del país; especialmente para los que menos tienen.
Aunque, sin ser negativos, debemos preguntarnos, por la víspera que observamos: ¿Cuándo nos vamos a poner al día? ¿Cómo?
Es que, a menudo nos sentimos perdidos porque el país se ve como en el “túnel del tiempo” y sin reloj; o con uno de piñata y el túnel: sin la revisión técnica al día y sin plata para la gasolina o para pagar el recibo de la luz.
¿Por qué? Porque, según nos conducimos en vehículo y a pie así manejamos muchas veces nuestros asuntos: sin lógica o sentido común. Sin interés. Y en cámara lenta cuando se necesita rapidez o atropelladamente cuando lo que se requiere es mesura. Además, dificulta nuestro despegue el hecho de que para muchos de nosotros en nuestro país todo está de maravilla; por lo que ni se enciende, al menos, la luz de alerta amarilla. O, la costumbre de caminar viendo hacia abajo, nos conduce a compararnos solamente con los que andan por debajo. O para evitar la fatiga y las responsabilidades es más cómodo engañarnos. Y nos aferramos a las leyes… ¿Sí? ¿Aja?... Y nos aferramos a las leyes del menor esfuerzo y del “portamí”. Otros sueñan y temen despertar. Por todo esto es que nos da pavor o pereza, ver o aceptar la verdad.
Definitivamente, nuestros males se desprenden de nuestra idiosincrasia. Y no es posible que para cambiar, nos sentemos a esperar hasta una próxima “Conquista”, para ver quiénes nos llegan por aquí y nos cambian. Positivamente, es la fe.
Debemos modificar nuestra mentalidad. Nada grande podremos levantar o sostener si nuestro país no transforma su “personalidad”. Debemos eliminar las cosas negativas y sin gracia de nuestra querida idiosincrasia.
Bien, ¡manos a la obra, durante este 2011!
Warren Lee Vargas
¿Por qué nosotros los ticos no entendemos o asumimos de una buena vez, para que captemos o ejecutemos solo, a golpe de tambor? Y una y dos y… No podemos continuar volando en las alas de "Gaviota" y con el “guiri-guiri” en la mano, que se estira, pero se nos encoje –como le ha sucedido a nuestros logros del pasado-. No podemos continuar gastando el celular con “Julieta-tá” o con el “Pipiribao” y pensando como éste, en lugar de dar el 100% en el trabajo; creyéndole a “Emeterio”, afirmando que el guaro blanco es un alimento, viviendo en la luna liberiana y esperando a que Tatica Dios baje el dedo.
Sábado, 05 Febrero 2011 06:07
Lo mejor de mi mes de enero… La tradición de los Rezos del Niño
Escrito por Camilo Rodríguez ChaverriEste mes de enero me dejó una gran lección de vida: la verdadera Navidad se vive al inicio de cada año, y no como yo creía, no al final de cada diciembre. La verdadera Navidad se vive en enero porque el espíritu de nuestra celebración ya no está ni el 24 ni el 25 de diciembre… Está en el Rezo del Niño.
Viernes, 04 Febrero 2011 11:01
Educar para el desarrollo y la auto-realización
Escrito por Gustavo DelgadoDurante las últimas décadas la educación ha experimentado cambios muy significativos gracias a los avances tecnológicos o la aplicación de nuevas metodologías y estrategias de enseñanza, sin embargo, el campo educativo, muy a pesar de los importantes cambios, no debe perder su norte, su esencia, su trascendencia, su orientación hacia el desarrollo integral de los alumnos, pues no se enseña solamente para ayer, incluso ni para hoy, sino, también, para mañana.