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Para 1821, San José contaba con 500 casas y unos 2000 mil habitantes. Su aspecto de era de un pequeño pueblo, “... Con calles estrechas, dispuestas en cruz, techos de tejas coloradas…astas de banderas, uno que otro campanario, y sobre todo, relucientes penachos de verde follaje que brotaban por los tejados rojos, aquí y allá, arriba y abajo, por todas partes. Dos limpios y cristalinos riachuelos eran los límites naturales de la ciudad”. (Guier, Jorge Enrique).
Los edificios más importantes de la ciudad eran las iglesias y los que albergaban las oficinas de gobierno, eran muy maltrechos. La Corte funcionó en una casa de adobe, encalado, piso ladrillo, de grandes ventanales y, en su vientre nacía el Poder Judicial
La pobreza e indecisión del costarricense ni impidió que se pensara en la estructura de su Estado. Así, en el pacto de Concordia de 1821, se decidió construirlo sobre los pilares, propios de un estado moderno y que el Poder Judicial, siendo el llamado a hacer justicia no podía estar en manos de la misma Junta de Gobierno. Por ello se dispuso en esa primera Carta Magna que los jueces constitucionales "administren pronta y rectamente justicia conforme a la constitución española y las leyes existentes...sin lesión ni atraso en la administración de justicia”.
En 1824, por vez primera se expresa el “supremo poder del estado estará siempre divido en legislativo, ejecutivo y judicial”; ésta última a cargo de la “Corte Superior de Justicia”, integrada por un Presidente, un Fiscal y tres Ministros con sus suplentes.
La Corte por fin fue instalada el 1 de octubre de 1826 en sesión solemne de Asamblea Constitucional "...bajo los auspicios y protección de María Santícsima (sic) de la Concepción".
El “ Reglamento Interior de la Corte Superior de Justicia", de 1826, ordenó que los jueces "debían asistir a la sala vestidos de negro, debiendo permanecer prestando toda su atención a los negocios que vean sin interrumpir al secretario en el ejercicio de sus funciones”.
De las muchas formas como se le ha llamado a la Corte Suprema de Justicia, ésta no ha cesado de cuestionarse su estructura y organización: nuevos reglamentos internos de la Corte, leyes orgánicas, leyes procesales y sustantivas; reflejo de una preocupación del costarricense que se expresa en todas nuestras Constituciones Políticas, hasta la de hoy, de 1949.
El sistema judicial costarricense es siempre cambiante a las épocas y si echamos un vistazo al siglo XIX y XX, el Estado costarricense pronto organizó claramente los Poderes Ejecutivo y Legislativo, pero el Judicial ha sido siempre cambiante y debe serlo pues el Derecho y a la Justicia son asuntos muy delicadas y tenues en contraste “a la meridianidad de la política y a la facilidad d ejecución de obras”. (Guier)
Se ha sostenido que la evolución de las instituciones jurídicas y en particular, la de la administración judicial, sólo resulta comprensible dentro del marco cultural y axiológico nacional, por lo que cambio responderá a valoraciones de gobernantes y juristas que encarnando el alma nacional, visualizan “proféticamente” las transformaciones (Oliver W Holmes).
Por ello, para todos los costarricenses es una dicha vivir este país, donde tendremos la seguridad de que las diferencias humanas no se resolverán con la fuerza de las armas sino por la existencia de un Poder Judicial, garante del mantenimiento del Estado de Derecho.
Para 1821, San José contaba con 500 casas y unos 2000 mil habitantes. Su aspecto de era de un pequeño pueblo, “... Con calles estrechas, dispuestas en cruz, techos de tejas coloradas…astas de banderas, uno que otro campanario, y sobre todo, relucientes penachos de verde follaje que brotaban por los tejados rojos, aquí y allá, arriba y abajo, por todas partes. Dos limpios y cristalinos riachuelos eran los límites naturales de la ciudad”. (Guier, Jorge Enrique).
Gustavo Arias Navarro, Diputado.
La propuesta del Gobierno es esquiva en señalar responsabilidades para el Poder Ejecutivo, no hay compromisos para mejorar la eficiencia recaudatoria y para reducir el despilfarro de recursos públicos producto de las duplicidades y la descoordinación entre distintos entes y programas de Estado. Tampoco incluye penalización para los delitos fiscales que es uno de las debilidades mayores de la administración tributaria.
Se ha señalado muchas veces que el sistema tributario de Costa Rica graba en mayor proporción a quienes menos tienen, no obstante, no hay elementos claros que de manera contundente muestren que este Parche Tributario revierte esta situación. Al contrario, propone recaudar el grueso los tributos por medio del impuesto de ventas, el cual lo pagan mayoritariamente los grupos de clase media y pobres.
Si bien las finanzas públicas están en crisis, no hay respuestas creativas e innovadoras para su manejo. Al contrario uno tras otro los informes de la Contraloría General de la República señalan como la administración tributaria es paupérrima permitiendo una evasión de más de la mitad del monto estimado así exoneraciones sin control alguno. Peor aún, ni el proyecto ni la legislación actual tienen mecanismos para establecer responsabilidades sobre los jerarcas y funcionarios por tal desorden.
La Fracción del PAC, ha determinado que mejorando los sistemas de compras del Estado y llevando la evasión a los niveles de países como Chile, se podrían recoger los recursos necesarios que está pidiendo el gobierno. Además mediante la reactivación de la economía podríamos obtener recursos frescos para salir del bache.
El gobierno no ha ofrecido mecanismos para Reactivar la Economía, ni siquiera acciones sobre temas coyunturales de gran impacto perjudicial sobre el sector productivo como son: el enorme impuesto cambiario que están soportando las empresas exportadoras y productoras para el mercado interno, las crecientes tasas de interés internas y la competencia desleal de productos extranjeros consecuencia de la falta mecanismos para la administración de tratados.
En el PAC estamos conscientes de que la carga tributaria en Costa Rica no es suficiente para hacerle frente a los gastos del Estado, pero es urgente que los distintos entes asuman las responsabilidades que les corresponde y que se defina una política clara que responda a una visión de desarrollo del país que sea coherente, sostenible y justa.
Gustavo Arias Navarro, Diputado.
La propuesta del Gobierno es esquiva en señalar responsabilidades para el Poder Ejecutivo, no hay compromisos para mejorar la eficiencia recaudatoria y para reducir el despilfarro de recursos públicos producto de las duplicidades y la descoordinación entre distintos entes y programas de Estado.
Tampoco incluye penalización para los delitos fiscales que es uno de las debilidades mayores de la administración tributaria.
Estamos, dicen algunos, en el país más feliz del mundo. Parece ser que el índice aplicado mide cierto optimismo, expectativa de vida, solidaridad con el medio y alguna que otra actitud optimista ante la vida.
Por muchos años los promotores de más impuestos han echado mano al indicador de la carga tributaria con el fin de demostrar que en nuestro país se pagan pocos impuestos. El mensaje es sencillo: “si queremos ser ricos, debemos tributar como los países ricos”. Sin embargo, este argumento abusa de un indicador que se presta para manipulaciones.
La carga tributaria se entiende como los ingresos tributarios del gobierno como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB). El mito de que en Costa Rica tenemos una baja carga tributaria ha calado profundo: Un ejemplo fue el editorial de hace unas semanas de la codirectora de Telenoticias, Pilar Cisneros, en donde afirmó que “Si con nuestros impuestos seguimos aportando sólo el 13% del PIB, seguiremos recibiendo servicios del tercer o cuarto mundo”. Además añadió: “Para tener la calidad de vida de un estadounidense, deberíamos aportar un 27%, o si queremos disfrutar como los suecos o los finlandeses, tendríamos que pagar un 30% de nuestros ingresos”.
El problema con la cifra del 13% del PIB es que sólo considera los ingresos tributarios del gobierno central, dejando por fuera los impuestos y las tasas que cobran entes estatales como las municipalidades, el ICT, IDA, IFAM, entre otros. Además, cuando nos comparan con los países desarrollados, no mencionan que las cargas tributarias de esas naciones incluyen las contribuciones a la seguridad social, mientras que en el caso de Costa Rica no es así. De tal forma, la cifra que comúnmente se cita en la prensa subestima significativamente la verdadera carga tributaria del país.
Si incorporamos estos otros tributos y las contribuciones a la CCSS, según cifras de la Contraloría General, la carga tributaria efectiva de Costa Rica en el 2008 fue del 23.1% del PIB. Para ese mismo año, la carga tributaria promedio de los países mayormente desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCED) fue del 34.8%. Como vemos, la diferencia no es tan abismal como nos la quieren presentar los proponentes de más impuestos. En el 2009, un año atípico a raíz de la crisis económica mundial, la carga tributaria de Costa Rica cayó al 21.7%, mientras que el promedio de la OCED fue de aproximadamente el 34%. A manera comparativa, la de Estados Unidos fue del 26.1% y 24% en 2008 y 2009, respectivamente.
La carga tributaria de Costa Rica es aún mayor si consideramos el hecho de que en nuestro país el Banco Central financia sus multimillonarias pérdidas operativas anuales mediante emisión monetaria, es decir, a través de un impuesto inflacionario. Incorporar este cálculo dificultaría las comparaciones internacionales, pero es importante tenerlo en cuenta.
Se podría argumentar que aún incorporando estos otros gravámenes queda espacio para aumentar los impuestos a niveles europeos (como si Europa fuera hoy un modelo a seguir en materia fiscal). Sin embargo, el problema radica en que el indicador de la carga tributaria es en sí inadecuado a la hora de medir el peso que tienen los impuestos en una economía. Entre más altos y complicados sean los tributos, más se desincentiva la actividad económica y se fomentan la evasión y la elusión. Por ejemplo, un gravamen del 70% sobre una actividad económica se convierte en la práctica en una prohibición sobre la misma, ya que difícilmente alguien entraría legalmente a dicho negocio si tuviera que pagar un impuesto tan alto. Esto significa que los ingresos que este impuesto le generaría al fisco son nulos y por lo tanto no tendrían impacto en la carga tributaria. Así, un país bien puede tener altas tasas impositivas y una baja carga tributaria.
La evasión —otra consecuencia de los altos impuestos— tampoco se ve reflejada en el cálculo de la carga tributaria. Según un informe de la Contraloría, en el 2007 la evasión del impuesto sobre la renta alcanzó el 64%, lo cual representó un 4.1% del PIB de ese año.
Un vistazo a los últimos 25 años nos demuestra lo absurdo que es justificar otro paquete de impuestos recurriendo simplemente al argumento de que es necesario aumentar la carga tributaria. Como indicó un reportaje reciente de El Financiero (21/01/11), “Entre 1985 y el 2009 se han realizado al menos 15 reformas importantes en legislación tributaria sin que se registre [un aumento significativo en la carga] alguna vez”. Es decir, durante un cuarto de siglo los políticos nacionales han apostado por aumentar los impuestos sin que la carga tributaria subiera de manera correspondiente. Peor aún, el período en que dicho indicador experimentó su aumento más importante (2004-2008) ocurrió precisamente cuando no se aprobaron nuevos tributos. Cabe cuestionarse entonces qué tan confiable es este indicador que no parece responder a la aprobación o no de más impuestos.
Lo más apropiado a la hora de medir el peso que los impuestos tienen sobre una economía es mirar a las tasas impositivas y a la complejidad en el pago de los mismos. De acuerdo al informe Pagando Impuestos del Banco Mundial y Pricewaterhouse Coopers, Costa Rica se encuentra en la posición 155 entre 183 países en cuanto a la facilidad en el pago de tributos. El empresario promedio nacional gasta 272 horas al año calculando y pagando sus impuestos. Esto implica que, aún cuando la gente quiere cancelar los tributos que le corresponden, el pago de los mismos se vuelve todo un víacrucis. Simplificar el sistema tributario contribuiría a aumentar la carga tributaria, sin necesidad de aumentar o crear un solo impuesto.
En cuanto a tasas impositivas totales, este mismo reporte coloca a Costa Rica en la posición 147 del ranking, es decir, dentro del 20% de países con las mayores tasas tributarias efectivas del mundo. El empresario costarricense promedio paga en impuestos (renta, laborales, etc.) un 55% de sus ganancias, mientras que el empresario en los países de la OCED paga un 43%.
Como vemos, en Costa Rica ya pagamos impuestos de primera por servicios de tercera. Es algo que debemos tener muy en cuenta a la hora de discutir el paquete de impuestos que pretende la administración Chinchilla.
Juan Carlos Hidalgo es coordinador de proyectos para América Latina en el Cato Institute en Washington, D.C.
Por muchos años los promotores de más impuestos han echado mano al indicador de la carga tributaria con el fin de demostrar que en nuestro país se pagan pocos impuestos. El mensaje es sencillo: “si queremos ser ricos, debemos tributar como los países ricos”. Sin embargo, este argumento abusa de un indicador que se presta para manipulaciones.
Recientemente tuve ocasión de releer el mensaje que el Papa pronunció con motivo de la audiencia que el pasado 3 de diciembre concedió al nuevo embajador de nuestro país ente la Santa Sede y he vuelto a tener la certeza de que se trata de una pieza llena de una gran riqueza de contenido que, lamentablemente, nuestros medios de comunicación supieron hábilmente acallar para destacar solamente alguna que otra idea secundaria y disimular el resto del discurso de cara al gran público.
Jueves, 27 Enero 2011 05:32
Ni humedales ni canal interocéanico
Escrito por Camilo Rodríguez ChaverriLa Convención Ramsar para la preservación de los humedales es fulminante contra el gobierno de Nicaragua: lo que hicieron en Isla Calero fue una chambonada, un abuso, una chanchada. Arrasaron con 225 hectáreas de humedales donde vive la tercera parte de las especies en vías de extinción de América Central.
El informe detalla los alcances de esta destrucción, en una zona donde viven jaguares, manigordos, pumas, dantas, leones breñeros, congos, monos carablanca, monos colorados, perezosos o pericas ligeras, águilas harpías y lapas verdes, así como casi 200 especies de anfibios y reptiles y casi 800 especies de plantas.
La destrucción del ecosistema de Calero queda técnicamente verificada por este informe Ramsar. Como se explicó en la prensa nacional, la Convención sobre los Humedales o Convención Ramsar es un tratado suscrito por 160 naciones. Tanto Costa Rica como Nicaragua forman parte de esta convención, que obliga a velar por la conservación de estas áreas.
En esta destrucción, Nicaragua no está sola. La apoyó el gobierno de Hugo Chavez, que le dio a Nicaragua la draga Soberanía con que destruyeron la isla de Calero. Daniel Ortega y su otro aliado en esta salvajada, Edén Pastora, el “Comandante Nada”, han dicho que sueñan con un canal interoceánico, pero técnicos serios demuestran que la locura del gobierno nica quedará en eso, porque el canal sería imposible sin el apoyo de Costa Rica. Por ejemplo, el capitán Elgin Francisco Bermúdez, piloto de la Marina Mercante especializado en España, experto en Transporte Marítimo e Inspector Naval, publicó un estudio en que demuestra que un canal interoceánico por el río San Juan es imposible sin el uso del lado costarricense, porque van a tener que cumplir con una innumerable cantidad de reglamentos internacionales de seguridad en la navegación, y todos estos reglamentos obligan al uso de la margen derecha del río. Para realizar todo lo que se necesita deben existir balizamientos, luces, marcas, enfilaciones, boyas y faros del lado de Costa Rica.
Es decir, Nicaragua ni siquiera puede soñar con un canal interoceánico si no comparte el negocio con Costa Rica. Y Costa Rica no podría compartir un negocio como ese, si el precio es destruir el ambiente, tal y como acaban de hacerlo Daniel Ortega y Edén Pastora, de manera atroz, infame y cruel, en la isla Calero.
La Convención Ramsar para la preservación de los humedales es fulminante contra el gobierno de Nicaragua: lo que hicieron en Isla Calero fue una chambonada, un abuso, una chanchada. Arrasaron con 225 hectáreas de humedales donde vive la tercera parte de las especies en vías de extinción de América Central.
Quiere declararle la Guerra al Sedentarismo?
He aquí una buena oportunidad.
La Asociación Deportiva de Atletismo Alajuelita 2001, junto con el Comité Cantonal de Deporte, han organizado un Campamento Infantil Deportivo para niños de 7 a 13 años, que arranca hoy por la tarde.
Así es, a partir de hoy y hasta el domingo 30 de Enero se concentrará a los niños en el Parque del Este, donde podrán jugar, practicar deporte y hacer actividades sociales.
Todo bajo la supervisión de personal capacitado y bajo la vigilancia de cualquier padre de familia que quiera acompañarlos.
Esta es la novena edición de este campamento que, como mencionábamos inicia hoy.
Los interesados aun pueden participar, pagando 20 mil colones, que incluyen transporte, tienda de campaña, alimentación y mucha, mucha diversión.
La salida hacia el Parque del Este es a la 1 de la tarde, frente al gimnasio NORAGYM en San Felipe de Alajuelita
El REGRESO está programado para el domingo a las 5 de la tarde.
Como indicábamos, este campamento tiene ya 9 años de realizarse en forma consecutiva, y el objetivo principal es motivar sobre todo a los padres para que comprendan que el sedentarismo, unido a la mala alimentación están afectando la salud de nuestros niños.
En este tipo de actividades no hay televisor, ni juegos de vídeo; solo actividades deportivas y recreativas; así como unas cuantas charlas impartidas por profesionales.
Aunque les estamos avisando un poco a destiempo, creemos que algunos de nuestros oyentes lograrán aprovechar esta oportunidad.
Además la Asociación Deportiva de Atletismo Alajuelita 2001, tiene programas otras actividades para los próximos días.
Destacamos la Caminata al Río Agres que se realizará este 6 de Febrero y que está dedicada a toda la familia.
Si desea más información sobre el Campamento Infantil y las actividades de la Asociación Deportiva de Atletismo Alajuelita 2001 pueden llamar a NORA BERMUDEZ, al teléfono 22 14-1891. 22 14 18 91.
Quiere declararle la Guerra al Sedentarismo?
He aquí una buena oportunidad.
La Asociación Deportiva de Atletismo Alajuelita 2001, junto con el Comité Cantonal de Deporte, han organizado un Campamento Infantil Deportivo para niños de 7 a 13 años, que arranca hoy por la tarde.
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Uno de los temas que nos han ocupado en el MEIC, desde que iniciamos en mayo 2010, es el componente de Desarrollo Económico Local dentro del proyecto Limón Ciudad Puerto. Nos hemos dedicado afanosamente en poner en ejecución el proyecto que le devolverá a Limón su esplendor, la esperanza y sobre todo las oportunidades económicas que se merecen los habitantes de nuestro querido Limón.
Emprendedurismo en Limón. El éxito del componente a nuestro cargo, está dado por lograr que rompamos el modelo de dependencia que actualmente encierra Limón. El desarrollo económico local está enfocado en que muchos limonenses puedan pasar de ser empleados a ser empleadores y dueños de su propio negocio. Evidentemente es un objetivo de mediano y largo plazo, lo que va acompañado de acciones concretas del plazo inmediato.
En noviembre dimos inicio al programa “Conozca de Empresa (CODE)”, una metodología que la OIT ha implementado con éxito en más de 40 países y en Costa Rica comenzamos a darlo en una alianza estratégica con el Ministerio de Educación, para que profesores de los colegios técnicos de Limón como plan piloto, se formarán en dicha metodología. CODE, busca que los formados en esa metodología puedan enseñar de forma integral cómo crear el plan para desarrollar una empresa sostenible en el tiempo. Todo esto como parte de las acciones propuestas en la Política Nacional de Emprendedurismo Costa Rica Emprende.
Así, este 2011 los muchachos que cursan los niveles avanzados en los colegios técnicos podrán aprender haciendo desde la lógica del emprendedurismo: soñar, crear, emprender, innovar y crecer. Son estos muchachos el semillero para lograr que su aspiración sea desarrollar sus empresas culturales, tecnológicas, turísticas o mecánicas, son estos jóvenes y sus profesores los que inician el cambio y con una actitud pionera y sin miedo a los retos que vienen, marcarán la diferencia en Limón.
El Limón que Queremos Ver. Los limonenses siempre han sido un ejemplo de trabajo, empeño y dedicación. Son los valores que un empresario debe tener siempre para desarrollar el proyecto de tener su propio negocio. Por lo tanto creemos que es el espíritu que debe imperar para que juntos construyamos el Limón que queremos ver.
Desde el MEIC, estamos convencidos que tenemos la oportunidad de promover un proceso que despierte el espíritu emprendedor y que contribuya a superar las diferencias para lograr construir juntos un Limón próspero y dinámico. Creemos que para quienes estamos de lleno involucrados con Limón y queremos hacer algo por ésta región, tenemos ante nuestros ojos el reto de ser creativos y atrevidos en tender puntos de encuentro.,en superar las limitaciones que se puedan dar y romper el ciclo pesimista de lo que no es posible hacer, por lograr alcanzar el Limón que queremos ver y vivir.
Jorge Rodríguez Vives.
Director de Cooperación Internacional. Ministerio de Economía, Industria y Comercio.
Uno de los temas que nos han ocupado en el MEIC, desde que iniciamos en mayo 2010, es el componente de Desarrollo Económico Local dentro del proyecto Limón Ciudad Puerto. Nos hemos dedicado afanosamente en poner en ejecución el proyecto que le devolverá a Limón su esplendor, la esperanza y sobre todo las oportunidades económicas que se merecen los habitantes de nuestro querido Limón.
Las sociedades contemporáneas se enfrentan al reto de proyectarse y adaptarse a un proceso de cambio que viene avanzando muy rápidamente hacia la construcción de Sociedades del Conocimiento. Este proceso es dinamizado esencialmente por el desarrollo de nuevas tendencias en la generación, difusión y utilización del conocimiento, y está demandando la revisión y adecuación de muchas de las empresas y organizaciones sociales y la creación de otras nuevas con capacidad para asumir y orientar el cambio pues la sociedad del conocimiento ha de estar en la base de toda política de promoción económica, cultural o educativa.
Producto del congestionamiento vial se acuño el término “El efecto mirón” para denotar las enormes presas que se arman producto de la curiosidad, todos queremos saber qué acontece, pasamos bien despacio para obtener los máximos detalles y esto deriva en retrasos, que si alguien pudiera cuantificar, significarían sumas astronómicas en millones de colones.
El Puente sobre el Río Virilla, ahora conocido como de “La Platina”, ubicado en las inmediaciones del Colegio Castella, es un monumento a los mirones que se extiende kilómetros en ambos sentidos de la vía.
No pocas veces el curioso termina incrustando el vehículo en la parte trasera de quien va adelante, porque no se percató a tiempo que el otro frenó de repente y entonces el desmadre en el tráfico toma proporciones descomunales.
El “Efecto Mirón” tiene implicaciones viales, pero ya en la existencia cotidiana, el daño es posiblemente mayor, porque por estar viendo lo que tiene el otro, qué hace, qué come, cómo viste, entrometiéndonos en la vida del familiar, del vecino, del conocido, el devenir se nos trastorna, incapaces de conducir el vehículo propio en el de por sí complicado tránsito terrenal, lo bloqueamos al querer dirigir la existencia ajena.
El “Efecto Mirón” es nocivo desde cualquier ángulo que se le vea, no pocas veces se tiñe de envidia, lujuria, gula, rencor, odio y una serie de afecciones que envenenan el alma.
Existe una enorme diferencia entre quien mira y quien contempla, por lo general quien contempla se coloca a la vera del camino, no interfiere con los demás y se extasía en los detalles de aquello que se presenta ante sus sentidos, sea un edificio hermoso, la belleza del ser humano, un atardecer, el volcán, el río, el mar, el paisaje, el amor, la vida, los sueños, la esperanza, aquello que nos nutre y enriquece.
Los mirones, no sólo entorpecen el tránsito a los demás y en la vida cotidiana se envenenan, la pérdida para ellos es mayor, poco a poco mutilan y matan el éxtasis que da la contemplación, alimento nutritivo para el alma.
Producto del congestionamiento vial se acuño el término “El efecto mirón” para denotar las enormes presas que se arman producto de la curiosidad, todos queremos saber qué acontece, pasamos bien despacio para obtener los máximos detalles y esto deriva en retrasos, que si alguien pudiera cuantificar, significarían sumas astronómicas en millones de colones.
El 11 de enero del 2011, nuestra Cancillería acompañó su alegato ante la Corte de la Haya, con un documento elaborado con el mayor rigor científico. En sus concisas conclusiones reza: “En las imágenes de satélite del 19 de noviembre y 14 de diciembre 2010, se puede ver un aparente intento activo para redirigir el río San Juan al enderezar su meandro en 400 metros aproximados de aguas arriba del nuevo cauce del río.
Desde su independencia, en 1821, Nicaragua más que un país o una verdadera república, con todo y que se ha dado por llamársele así, no ha sido sino una gran hacienda, o finca, de administración medieval, que ha estado en manos de unos cuantos, que como gamonales, hacen y deshacen a su antojo.
Desde Manuel de la Cerda, su primer “jefe de estado” o “Supremo Director” como le llamó su primera Constitución, pasando por Fruto Chamorro, su primer presidente, hasta llegar a la larga dictadura de los Somoza y luego la de los sandinistas, con pasantías “dinásticas” liberales que no hicieron más que consolidar la corrupción, para volver a manos del actual usufructuario, Daniel Ortega, Nicaragua no ha dado visos de constituirse en una verdadera República y, mucho menos, ser un Estado Democrático de Derecho.
En otras palabras, lo que Costa Rica tiene como vecino al norte es una enorme finca, con señores feudales y “una peonada”, a la que llaman pueblo y que son, por esa misma condición, como en el medioevo, son siervos obligados a seguir las órdenes del gran hacendado Ortega, que, como lo fue Somoza, se cree dueño y señor de almas, bienes y honras. Eso, y nada más, es y ha sido Nicaragua desde su independencia, en su rica extensión territorial.
Ya lo dijo Somoza García, durante su terrorífica dictadura, cuando se le preguntó acerca de sus muchas fincas y posesiones: "¡que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua!".
Si contamos largos períodos, después de su independencia en Nicaragua no pararon las cruentas guerras civiles entre liberales y conservadores; 15 años a cargo de “Supremos Directores”; “30 años conservadores”, el turbulento gobierno de José Santos Zelaya; la época de Sacasa, con un destino “epopéyico”; el crimen de Cesar Augusto Sandino y la ascensión al poder de Anastacio Somoza García, iniciador de la “dinastía”, que se mantuvo en el poder 43 años, hasta 1979, cuando triunfa la revolución sandinista, y, salvo algunos años de aparente calma, en que asumieron meros “administradores de la finca” ( Violeta Chamorro, el corrupto convicto Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños), 17 años después retoma y retorna al poder, en votaciones arregladas, el actual gamonal Daniel Ortega, esta vez dispuesto a quedarse por siempre y que ha hecho de la tal revolución su versión bolivariana, para gusto de su mentor Hugo Chávez, con lo que no sólo ha vuelto a sus piñatas internas sino que ahora, muy gallito, ante el apoyo del “imperialismo chavista”,• se las da de invasor, desconociendo toda institución jurídica, incluidos tratados internacionales cuando no son a su medida.
La invasión a isla Calero, en territorio costarricense, ordenada por Ortega no es sino propio de quien se cree dueño de una gran finca, como Nicaragua, y que, a hurtadillas y en complicidad con quien fuera su enemigo, hoy aliado y testaferro, Edén Pastora, se atreven a tal despreciable acto, pues para ellos es como correr la cerca de púas de “su” finca y decir, como sus antecesores somocistas: ¡De mi parte y la del cura que la misa sea a oscuras!
No será sino hasta que los mismos nicaragüenses hagan conciencia del tremendo error que cometieron al sentar de nuevo en la poltrona gubernativa a un usurpador de tierras, incluso de aquellas que están más allá de lo que considera su “finca”, que quizá acabe la diáspora de un pueblo que merece, ya, ser gobernado por un verdadero demócrata, que los saque del aislamiento, el hambre, la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad, con guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas y que así como pusieron fin a la dictadura somocista, sepan qué hacer con Ortega y “la Rosarito”.
¡También los ticos queremos que se acabe tanta rabia!
Desde su independencia, en 1821, Nicaragua más que un país o una verdadera república, con todo y que se ha dado por llamársele así, no ha sido sino una gran hacienda, o finca, de administración medieval, que ha estado en manos de unos cuantos, que como gamonales, hacen y deshacen a su antojo.
Costarricenses todos.
Nuestra Patria espera maniatada, por la inoperancia y negligencia de los organismos internacionales, creados para evitar con la inmediatez y oportunidad necesarias, actos de tan fatal naturaleza.
Asusta la inexperiencia y disputa diplomática nacional, ante un acontecimiento que jamás sucedería a un país civilizado y un momento histórico, sin ejercito por larga tradición.,
El gobierno costarricense, cual jefe de familia ha decidido con el ladrón ya adentro de la casa, proteger a la familia en un cuarto con llave, y mandar a uno de sus miembros a poner la denuncia de lo que acontece ante los tribunales de justicia, sin llamar a un policía armado o a unos amigos cercanos para que detengan al ladrón, quien insiste en su derecho de robar y reducir a la impotencia a toda la familia dueña de la casa.
¿Ha tomado en cuenta nuestra señora Presidenta Doña Laura Chinchilla, que el delincuente agresor bien podría infiltrar dentro de nuestro territorio a tropas nicaragüenses o mercenarios internacionales, para que asesinen a los soldados nicaragüenses que ocupan Calero, con el fin de justificar una invasión armada mayor en el resto de nuestro territorio, alegando un ataque anticipado de nuestra parte y pretendiendo ridiculizar nuestra gesta diplomática anta los tribunales internacionales?
¿Ha pensado el gobierno en la protección de los inocentes ante un eventual bombardeo nica, por circunstancias como la citada anteriormente? ¿Estamos preparados?
Es necesario y vital, para que el gobierno prosiga con la defensa del país a nivel diplomático, que entonces se ponga a resguardo la Nación y sus límites aún no invadidos, y se acepte o solicite en forma urgente la protección armada por países amigos.
Los ticos ni tontos ni cobardes, necesitamos hoy como en antaño la dirección experta en asuntos de la defensa del país.
La anticipación a acontecimientos que pudieran poner en peligro la vida de nuestro pueblo, está por encima de la paz o de la guerra, que en todo caso dependen más de la actitud del agresor, que la de las personas agredidas.
Costarricenses todos.
Nuestra Patria espera maniatada, por la inoperancia y negligencia de los organismos internacionales, creados para evitar con la inmediatez y oportunidad necesarias, actos de tan fatal naturaleza.
Asusta la inexperiencia y disputa diplomática nacional, ante un acontecimiento que jamás sucedería a un país civilizado y un momento histórico, sin ejercito por larga tradición.
Era 1982 y corrían –como hoy en Costa Rica- tiempos difíciles. Mi profesor de estudios sociales, un limonense bueno, se planteaba siempre el mismo cuestionamiento que llegó a calar en mi mente. ¿Cómo es posible que siendo Limón el punto de entrada y salida de una gran parte de las riquezas del país, fuera a su vez, la provincia más pobre? Después de 28 años, he seguido preguntándome lo mismo, pues es claro que Limón sigue siendo la provincia del abandono de los políticos, pero desgraciadamente también, ha sido por años, la provincia usurpada por una cúpula de poder sindical, que ha violentado los sagrados principios del sindicalismo y ha prostituido los beneficios laborales que la gente buena se merece.
Además de aquella interrogante, válida ayer y también hoy, se pregunta uno cómo es que un grupo de personas pueda darse el lujo de secuestrar una de las instituciones estandartes de la provincia; cómo es que una pequeña cúpula se apropia de una empresa pública y cómo condenan a toda una provincia al abandono y con ella, al subdesarrollo de todo un país.
En estos días, en cada uno de los empleados de esa gran empresa, descansa quizá una de las decisiones más importantes de toda su historia. Es la hora de decir qué se vale y qué no se vale para el honorable pueblo de Limón, que necesita desarrollarse y convertirse en el motor del desarrollo del país completo. Así como ayer, la construcción del ferrocarril al Atlántico trazó un camino para el desarrollo de este país, en el futuro inmediato será el noble pueblo de Limón el que deberá llevarnos al desarrollo y JAPDEVA será uno de los medios para lograrlo.
Es la hora de brindar las oportunidades a quienes saben aprovecharlas y no seguir dándolas a los que las han violentado, las han desaprovechado y han convertido la libertad sindical en trinchera política perversa. Es la hora de decir que no a los que viven pensando solo en sus beneficios personales y nunca en el desarrollo de la provincia y el país.
Lo mejor de Limón es su gente. ¿Quién podría en Costa Rica dudar de esa contundente realidad? Por eso es que no se vale más saqueo para Limón, no se vale que unos cuantos que nunca en su vida han movido un dedo por esa provincia, estén llegando en estos días con ofrecimientos y amenazas e intentando callar el pensamiento crítico, usando el temor como bandera.
La decisión que deberán tomar en JAPDEVA en pocos días, es únicamente de ellos y por eso no se vale que los oportunistas, los que convocan siempre a la desobediencia civil en San José, los que promueven autonomías universitarias torcidas y los que aun no se han pronunciado sobre las andanzas del demente del norte, estén viendo como husmean en un proceso que es solo de los funcionarios de JAPDEVA.
Dice el adagio popular que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista y por el bien de Limón y también de Costa Rica, yo espero y confío en que la sabiduría y la voluntad de la gente honesta prevalezca y ponga fin a los abusos de un grupúsculo perverso y manipulador. Lo que sí se vale, es sepultar con votos el pasado que solo ha sido criadero de subdesarrollo y promotor de pobreza.
Llegó la hora para Limón y llegó la hora de que se pronuncie la razón sobre la ambición, que desde las entrañas de la gran institución que es JAPDEVA se trace su plan estratégico, del cual depende en mucho el desarrollo de este país. Llegó la hora de que las fuerzas oscuras locales y extranjeras, que se infiltran y satanizan todo intento por mejorar, dejen de obstaculizar el desarrollo y permitan que Limón sea la provincia que mi profesor de secundaria añoraba hace casi 30 años y que las nuevas generaciones merecen y también exigen.
Era 1982 y corrían –como hoy en Costa Rica- tiempos difíciles. Mi profesor de estudios sociales, un limonense bueno, se planteaba siempre el mismo cuestionamiento que llegó a calar en mi mente. ¿Cómo es posible que siendo Limón el punto de entrada y salida de una gran parte de las riquezas del país, fuera a su vez, la provincia más pobre? Después de 28 años, he seguido preguntándome lo mismo, pues es claro que Limón sigue siendo la provincia del abandono de los políticos, pero desgraciadamente también, ha sido por años, la provincia usurpada por una cúpula de poder sindical, que ha violentado los sagrados principios del sindicalismo y ha prostituido los beneficios laborales que la gente buena se merece.
Según la conocida definición de Ernesto Renán, que con machacona insistencia se nos obligaba a recitar en las lecciones de Educación Cívica que recibíamos en el Colegio, la patria se definía “por tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho juntos grandes cosas, querer hacer otras más; he aquí las condiciones esenciales para ser un pueblo… En el pasado, una herencia de glorias y remordimientos: en el porvenir, un mismo programa que realizar…
Cada vez hablamos más de cuidar nuestro medio ambiente, nuestro planeta… pero ¿realmente lo hacemos? ¿Le damos la importancia que merece? Como país reconocido a nivel mundial por nuestra ecología, debemos tener prácticas consecuentes y comprometernos más a preservar nuestra riqueza natural.
A nivel personal y empresarial tenemos el reto de encontrar acciones concretas, con suficiente impacto y un poder multiplicador de los beneficios, para hacer realidad ese compromiso ambiental.
Encontrar esas oportunidades es difícil, pero no imposible. Recientemente surgió un ejemplo de solución práctica, responsable y comprometida con la sostenibilidad ambiental, el Programa Amigos de los Parques Nacionales.
Este proyecto de ProParques, FUNDECOR y el SINAC brinda a las empresas turísticas y a los visitantes a los parques la oportunidad de apoyar en forma directa al equipo humano de los guardaparques y a los parques nacionales en sí. Los guardaparques se benefician con la compra de uniformes, capacitación académica, enseñanza del idioma inglés, entre otros. Los parques con mejoras a la infraestructura como senderos, baños, rotulación e instalación de Internet.
Además de los parques nacionales y los guardaparques, Amigos de los Parques Nacionales también beneficia a los visitantes, por las mejoras en los parques que esto hará posible y la satisfacción de haber aportado su granito de arena voluntario en favor de la sostenibilidad de la riqueza ecológica nacional. Y también favorece a las empresas que trabajamos en cualquier ámbito del turismo, porque se protege y fomenta el mayor atractivo del país.
Justamente otra ventaja del programa Amigos de los Parques Nacionales es contribuir a encontrar un equilibrio entre las actividades ecoturísticas y la sostenibilidad de largo plazo de nuestra riqueza natural.
La importancia de cuidar cada vez más los recursos naturales, de conservar y proteger la biodiversidad, además de cualquier aprovechamiento inmediato tiene un fin superior: dejar a las futuras generaciones un medio ambiente mejor. Transformar nuestra mentalidad por una conciencia más ecológica debe ser nuestro reto personal, empresarial y social.
Por eso, a quienes han aprovechado la oportunidad de ser socios del programa de Amigos de los Parques Nacionales, les debe enorgullecer saber que están contribuyendo a proteger nuestro ambiente y dando pasos concretos y efectivos para asegurar la sostenibilidad de nuestros Parques Nacionales.
Liz Marie Salas Cruz, Céd. 2 502 019
Cada vez hablamos más de cuidar nuestro medio ambiente, nuestro planeta… pero ¿realmente lo hacemos? ¿Le damos la importancia que merece? Como país reconocido a nivel mundial por nuestra ecología, debemos tener prácticas consecuentes y comprometernos más a preservar nuestra riqueza natural.
A nivel personal y empresarial tenemos el reto de encontrar acciones concretas, con suficiente impacto y un poder multiplicador de los beneficios, para hacer realidad ese compromiso ambiental.