Viernes, 21 Enero 2011 05:26

El dragado continúa y nuestro tiempo acaba

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Producto del congestionamiento vial se acuño el término “El efecto mirón” para denotar las enormes presas que se arman producto de la curiosidad, todos queremos saber qué acontece, pasamos bien despacio para obtener los máximos detalles y esto deriva en retrasos, que si alguien pudiera cuantificar, significarían sumas astronómicas en millones de colones.
El Puente sobre el Río Virilla, ahora conocido como de “La Platina”, ubicado en las inmediaciones del Colegio Castella, es un monumento a los mirones que se extiende kilómetros en ambos sentidos de la vía.
No pocas veces el curioso termina incrustando el vehículo en la parte trasera de quien va adelante, porque no se percató a tiempo que el otro frenó de repente y entonces el desmadre en el tráfico toma proporciones descomunales.
El “Efecto Mirón” tiene implicaciones viales, pero ya en la existencia cotidiana, el daño es posiblemente mayor, porque por estar viendo lo que tiene el otro, qué hace,  qué come, cómo viste, entrometiéndonos en la vida del familiar, del vecino, del conocido, el devenir se nos trastorna, incapaces de conducir el vehículo propio en el de por sí complicado tránsito terrenal, lo bloqueamos al querer dirigir la existencia ajena.
El “Efecto Mirón” es nocivo desde cualquier ángulo que se le vea, no pocas veces se tiñe de envidia, lujuria, gula, rencor, odio y una serie de afecciones que envenenan el alma.
Existe una enorme diferencia entre quien mira y quien contempla, por lo general quien contempla se coloca a la vera del camino, no interfiere con los demás y se extasía en los detalles de aquello que se presenta ante sus sentidos, sea un edificio hermoso, la belleza del ser humano, un atardecer, el volcán, el río, el mar, el paisaje, el amor, la vida, los sueños, la esperanza, aquello que nos nutre y enriquece.
Los mirones, no sólo entorpecen el tránsito a los demás y en la vida cotidiana se envenenan, la pérdida para ellos es mayor, poco a poco mutilan y matan el éxtasis que da la contemplación, alimento nutritivo para el alma.
El 11 de enero del 2011, nuestra Cancillería acompañó su alegato ante la Corte de la Haya, con un documento elaborado con el mayor rigor científico. En sus concisas conclusiones reza: “En las imágenes de satélite del 19 de noviembre y 14 de diciembre 2010, se puede ver un aparente intento activo para redirigir el río San Juan al enderezar su meandro en 400 metros aproximados de aguas arriba del nuevo cauce del río.
En ambas imágenes de las fechas mencionadas es visible que se ha cortado una gran zanja en su meandro. … Si se finaliza este corte en el meandro se redirigirá el Río San Juan cerca de 175 metros hacia el oeste y es probable que se aumente significativamente la velocidad del agua río abajo. Este aumento en su velocidad también aumentará la cantidad de agua que entre en el nuevo canal, por ende, es probable que ocurra una ampliación del canal debido a una aceleración del proceso de erosión como consecuencia de la velocidad del agua y la afluencia del río”.
Términos que confirman las hipótesis de los técnicos nacionales que hemos venido alertando de esta situación hidráulica en semanas previas. Por lo tanto,  ahora con más dragas en aquella zona, la magnitud del daño ambiental se incrementará drásticamente y más de un millón de toneladas de sedimento saldrán en rápida cascada al mar Caribe. De hecho las imágenes de satélite del informe suizo ya muestran la pluma sobre laguna Los Portillos claramente.
Conociendo el comportamiento de la deriva litoral en el Caribe, después de dos días del inicio de la descarga, este contaminante llegará a los arrecifes de Cahuita y luego aniquilará los de Puerto Viejo, Gandoca y Manzanillo, por cuanto el sedimento causa la asfixia de peces y moluscos, incrementa la turbidez del agua e impide que la luz penetre en el suelo marino, inhibiendo la fotosíntesis y con ello la vida vegetal en la zona fótica, principal alimento de los peces de arrecife.
Además al mezclarse con la arena, las playas pierden su belleza y el mar turbio deja de ser atractivo. Pero es igualmente grave la alteración de la composición de la arena, lo cual eleva su temperatura e induce que los huevos de tortugas, cocodrilos y reptiles de la costa y humedales, mueran o nazcan de un solo sexo, lo cual produce en diferido idéntico resultado extintivo.
Por este solo motivo, no tenemos años, ni meses para actuar drásticamente contra el agresor. El tiempo lo fijan las dragas nicas financiadas por Venezuela e Irán. Confiamos que nuestro gobierno siga espiando al invasor con alta tecnología y actúe a tiempo para evitar una catástrofe ambiental que será origen de un daño irreversible a las comunidades del Caribe Sur de Costa Rica. O bien, al menos tome las acciones que correspondan para determinar el valor social y ambiental de esos humedales antes de ser destruidos.
Guillermo E. Quirós Álvarez
Y2K

Representante de la empresa Y2K Webs.