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Familias Luminosas y alegres
Alabado sea el Verbo encarnado
En esta época tan especial, en este tiempo de alegría y convivio familiar, cuando la Navidad ya se encuentra aquí, qué especial momento para reflexionar, compartir, perdonar, y ser cada vez mejores humanos, pues es una gran bendición que se nos permita, nuevamente, que Dios nazca en nuestros corazones.
Sin duda, la Navidad constituye un crecimiento interno inminente pues en esa mágica noche estaremos celebrando el nacimiento histórico de Jesús y la presencia de Dios entre nosotros. Una encarnación en donde Dios tiene la delicadeza de esperar el consentimiento de aquella pareja de Nazareth, José y María.
De esta manera Jesús es fruto del diálogo más perfecto entre Dios y los hombres, fruto de la escucha de la Palabra de Dios y de su obediencia por parte de aquellos esposos. Sólo así podría Dios encarnarse y salvarnos siendo “Dios con y entre nosotros”. En la misma Sagrada Escritura se nos dice que Dios no puede vivir entre nosotros sin nuestro consentimiento.
No obstante, en estos días generalmente las personas la pasan tan ocupadas con, por ejemplo, la compra de regalos, fiestas o preparación de platillos especiales que a muchas se les olvida por completo sentarse a reflexionar sobre el valor del nacimiento de Jesús, a reconocer su impacto en nuestras existencias y, por lo tanto, a consentir, “decir sí”, a Dios en nuestras vidas.
Valga tener presente, entonces, que la encarnación de Dios entre nosotros hace más de dos mil años, además de representar un hecho histórico que ha marcado la historia de vida de millones de personas, también simboliza el recordatorio de que Jesús sigue viviendo entre nosotros: en la sonrisa e inocencia de un niño, en el aroma de una flor, en la magia de un amanecer o un anochecer, en la lluvia, en el abrazo de una madre o un padre, en los soplidos del viento, en el consuelo de un enfermo o un desamparado, en nuestra capacidad de pensar y sentir, en los alimentos de cada día, o en los pliegues de sabiduría de los ancianos.
Por lo tanto, si Él sigue viviendo entre nosotros, y de tantas maneras, deberíamos replantearnos ¿cómo lo recibiremos en nuestros hogares esta Navidad?... ¿Con regalos y fiestas solamente?... ¿Con una actitud superficial y rutinaria?...
Ciertamente Dios necesita de nuestra escucha, de nuestro diálogo, de nuestra acción, pues existen muchas situaciones como el desorden social existente, las familias desintegradas, los hijos alejados u olvidados por sus padres, los cientos de casos de intolerancia, la violencia intrafamiliar, en fin, tantas situaciones en las cuales se evidencia que hemos dejado a Dios a un lado y no hemos deseado que se encarne entre nosotros.
Ante este panorama, ojalá que el gozo de esta Navidad sea sincero y profundo, y no solamente basado en unos regalos, una comida o una rutinaria celebración. Ojalá esta Navidad nos llene de gozo el contemplar a Jesús presente en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros trabajos, y que nos ayude a no perder la esperanza de poderlo contemplar también, a plenitud, en nuestra sociedad, en nuestras relaciones con nuestros hermanos nacionales y extranjeros.
Vivamos estos días de Navidad con Jesús naciendo en nuestras almas. Que Jesús no se convierta, una vez más, en el extraño invitado de nuestros hogares ni de nuestras vidas, sino el verdadero protagonista, y de esta manera todos los creyentes, a una sola voz, exclamar: ¡Alabado sea el verbo encarnado!
¡Feliz Navidad estimadas y estimados oyentes de Panorama!
En esta época tan especial, en este tiempo de alegría y convivio familiar, cuando la Navidad ya se encuentra aquí, qué especial momento para reflexionar, compartir, perdonar, y ser cada vez mejores humanos, pues es una gran bendición que se nos permita, nuevamente, que Dios nazca en nuestros corazones.
La Noche Buena
Martes, 21 Diciembre 2010 10:54
Una política estratégica para el desarrollo de las MIPYMES
Escrito por Y2KHace algunos años definimos como norte estratégico, un desarrollo económico cada vez más vinculado a la dinámica de exportación de bienes y servicios, lo que ha permitido una exitosa inserción de nuestro país en el mercado internacional.
No obstante, pese a que el 98% de nuestro parque empresarial está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas, no todas están ubicadas en el segmento exportador, lo que nos lleva a fortalecer procesos estratégicos para facilitar una mayor aceleración que potencie las cadenas de valor en el mercado local.
La “Política de Fomento PYME y del Emprendedurismo”, presentada a inicios del mes de julio del presente año, tomó como reflexión y punto de partida, que en el escenario de una amplia institucionalidad de apoyo a las mipymes, era fundamental concentrar los esfuerzos en áreas estratégicas que permitieran valorar indicadores que superaran el activismo a favor de este sector, tomando en cuenta parámetros que contemplen el impacto y la definición estratégica en el desarrollo del parque empresarial costarricense.
Esta premisa, indudablemente definió que para lograr impactar en el fomento de las pymes es necesario articular los esfuerzos institucionales bajo objetivos e indicadores comunes que permitan avanzar en la disminución de las duplicidades generadas por programas o acciones en las diferentes instancias, apoyar la simplificación de los trámites y establecer una participación coordinada de los diferentes actores públicos y privados para especializar la atención y promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas.
El norte de esta Política se estableció bajo la articulación de 5 áreas estratégicas: el acceso a mercados, el acceso a servicios de desarrollo empresarial, el acceso a financiamiento, la articulación productiva y el fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico, mediante las cuales se permite establecer una visión integral y estratégica de fomento, atención, consolidación e impulso de las mipymes costarricenses.
Con este enfoque integral aspiramos a mejorar la democratización de nuestra economía reconociendo en cada una de los empresarios industriales, de servicios, y de comercio, las grandes oportunidades que tienen como promotores y aliados del desarrollo de un país.
Decía Seneca que “No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”. Hemos tomado con responsabilidad y compromiso el fomento de nuestras mipymes, nos hemos atrevido a hacer las cosas, porque estamos marcando un futuro en el que seremos capaces de ver la oportunidad de construir sobre la base de un norte común, las mayores oportunidades con equidad y justicia en nuestro desarrollo económico.
Hace algunos años definimos como norte estratégico, un desarrollo económico cada vez más vinculado a la dinámica de exportación de bienes y servicios, lo que ha permitido una exitosa inserción de nuestro país en el mercado internacional.
No obstante, pese a que el 98% de nuestro parque empresarial está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas, no todas están ubicadas en el segmento exportador, lo que nos lleva a fortalecer procesos estratégicos para facilitar una mayor aceleración que potencie las cadenas de valor en el mercado local.
El recordatorio del nacimiento de Jesús es testimonio vivo de que el amor de Dios es fuerza de vida. Ello debería ser razón suficiente para buscar nuestro propio nacimiento mediante la conversión de nuestros pensamientos y nuestras acciones, con el fin de hacer más fraterno, íntegro y dignificante el accionar social de nuestra Patria.
Ciertamente a todos, como deber humano, se nos exige la solidaridad, el respeto, la generosidad y la justicia con los demás. Nuestro vecino, quien comparte el mismo suelo, y lo cobija el mismo cielo, es también nuestra familia.
Bien valdría, entonces, que en este simbólico tiempo navideño volviéramos nuestras miradas al Supremo para orar por todos nosotros, por nuestros familiares, por nuestros hijos, por todas las almas que integran este nuestro mundo, por la eterna fortaleza de nuestra fe y por la luz de nuestro entendimiento.
Por la tranquilidad social de nuestro planeta, por el bienestar de nuestra infancia, por los alcohólicos, por los drogadictos, por las mujeres agredidas, por los encarcelados, por los ancianos y por los inmigrantes.
Por los que han partido de este mundo, por los damnificados, por los que sufren intolerancia, por los niños prostituidos, por los que hoy yacen en un hospital, por los que hoy viven en un asilo y por los huérfanos.
Por las víctimas de las guerras, por los guías espirituales, por los gobernantes, por los marginados, por los indigentes, por los hogares disfuncionales, por los que carecen de un techo digno, por los que son despreciados, por el discernimiento de nuestros jóvenes y por las personas con discapacidad.
Por los que padecen hambre, por los que no tienen abrigo, por los que viven en desesperanza, por los que están cegados de poder, por los que carecen de hermandad, por los que han hecho del dinero su Dios, por los que viven presos de sus egoísmos, por la humildad de nuestras acciones, por nuestros hermanos extranjeros, por los afligidos, por el progreso de nuestra Patria, por la paz de nuestro planeta y por el bien de toda la humanidad.
Por nuestros temores, fracasos, triunfos, por nuestras debilidades, fortalezas, caídas, por nuestros propios renacimientos, simplemente, por el hecho de estar vivos y tener la gran oportunidad de seguir redescubriendo y perfeccionando nuestras existencias. Por eso, si cumpliéramos, realmente, aquello de que “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, con seguridad, este país, y este mundo, serían mejores lugares de convivencia fraterna.
En este sentido, tratemos de tener siempre presentes aquellas certeras palabras de la Madre Teresa de Calcuta: “La vida sin amor, no vale nada. La justicia sin amor, te hace duro. La inteligencia sin amor, te hace cruel. La religión sin amor, te hace inquisidor. La fe sin amor, te hace fanático. Por eso, vive con amor, amor a la vida, a la naturaleza, al prójimo..., al que es diferente a ti; al que piensa diferente a ti; al que vive diferente a ti”.
Por lo tanto, no desaprovechemos esta oportunidad de reflexión y cambio que nos dan estos días navideños para empezar a abocarnos al pronto nacimiento de nuestra sociedad, y la de nuestros propios espíritus, mediante el cumplimiento de ese mensaje de justicia, esperanza, paz y fraternidad que, aquel Niño del amor, sembró en la tierra para que fuera cultivado, disfrutado y compartido, plenamente, por todos nosotros.
El recordatorio del nacimiento de Jesús es testimonio vivo de que el amor de Dios es fuerza de vida. Ello debería ser razón suficiente para buscar nuestro propio nacimiento mediante la conversión de nuestros pensamientos y nuestras acciones, con el fin de hacer más fraterno, íntegro y dignificante el accionar social de nuestra Patria.
Tiempo de actuar y de contribuir
En Ruta hacia la Navidad
En Ruta hacia la Navidad.
Navidad, Navidad, llegó Navidad-
Hace unos días me relataba una de mis estudiantes que cuando ella era niña la persona a quien más admiraba era su hermano Marcos porque pensaba que era perfecto. Sin embargo, un día todo cambió. Sus padres recibieron una llamada del colegio por parte del director solicitándoles su presencia pues su hermano, durante la clase, había incendiado un basurero.
Con ese acontecimiento empezó una dura y larga batalla para su familia. Llevaron a Marcos al psiquiatra, y después de muchas pruebas, lo diagnosticaron con una enfermedad mental: la esquizofrenia.
Según relata mi alumna, ella llegó a estar furiosa con Marcos porque ya no era la persona a quien más admiraba. Durante el colegio su hermano sacaba las mejores notas, sin embargo, ahora no era capaz ni siquiera de terminar un semestre en la universidad. No podía conseguir un trabajo, no era capaz de pagar un alquiler, no lograba mantener una amistad -menos una relación amorosa-, no establecía una comunicación sana con su familia y no tenía ninguna ambición en su vida, salvo sumergirse en un mundo oscuro y extraño. Ella, sencillamente, lo odiaba por ser diferente.
No obstante, después de haber estado inmersa en ese particular universo, ella comenzó a comprender el padecimiento de su hermano. Hoy, ella manifiesta su malestar por haber esperado tantos años para aceptar que la enfermedad no era culpa de él. Por eso, se propuso aprender más sobre dicho padecimiento para poder informarse, y para informar y educar a otras personas quienes suelen estigmatizar, prejuzgar y discriminar a los esquizofrénicos como ella hacía, que ellos son también humanos con grandes virtudes y habilidades.
De hecho recordemos que el esquizofrénico John Nash fue un genio matemático de los años cincuenta, su disertación acerca de la economía, la cual escribió a los veintiún años cuando ya estaba sufriendo mucho por la esquizofrenia, ganó el Premio Nobel en mil novecientos noventa y cuatro. Hoy John Forbes Nash es profesor e investigador de la Universidad de Princeton donde continúa trabajando sobre las teorías de juegos y geometría diferencial.
Actualmente mi estudiante pasa más tiempo con su hermano para comprender más su personalidad, sin la expectativa de que él debe ser el hermano perfecto de su niñez. Ella trata de ser una persona más paciente, tolerante, informada, y poseer una mayor empatía hacia Marcos y todas las personas con enfermedades similares, pues ha comprendido que el entorno familiar debe procurar un ambiente tranquilo y esta vigilante de la adecuada medicación para evitar cualquier riesgo de alteración en estas personas con un comportamiento diferente al común.
Este es tan sólo un pequeño ejemplo, de tantos otros casos, de personas quienes sufren una discriminación familiar y social debido a la ignorancia, insensibilidad o apatía generada por parte de la sociedad hacia quienes padecen este u otro tipo de enfermedad tabú como lo es, por ejemplo, también el SIDA.
Bajo esta perspectiva, qué bien haríamos nosotros al emular este comportamiento siendo más tolerantes, respetuosos y solidarios con aquellas personas quienes, por ejemplo, poseen una actitud, postura, característica física o emocional, inteligencia o estilo de vida diferentes; porque, a todas luces, la discriminación, los prejuicios y la indiferencia son detonantes de esa gran guerra social que constituye la deshumanización.
Ser diferente no es un delito, por eso lo más racional y humano es que aprendamos a respetar y valorar las diferencias, ya lo decía acertadamente la Beata Teresa de Calcuta: “Ama al que es diferente a ti, al que piensa diferente a ti, al que vive diferente a ti, al que siente diferente a ti; porque el mayor pecado es la intolerancia”.
Hace unos días me relataba una de mis estudiantes que cuando ella era niña la persona a quien más admiraba era su hermano Marcos porque pensaba que era perfecto. Sin embargo, un día todo cambió. Sus padres recibieron una llamada del colegio por parte del director solicitándoles su presencia pues su hermano, durante la clase, había incendiado un basurero.
En los últimos tiempos, distintos grupos fundamentalmente feministas, en algunos países, han logrado legalizar el aborto.
Uno de sus principales argumentos es el derecho que tiene toda mujer a decidir sobre su cuerpo. Esta afirmación es válida solo a medias pues cuando una mujer queda embarazada y decide abortar, no solo está decidiendo sobre su cuerpo, sino que también lo haciendo por ese ser indefenso que comienza a desarrollarse dentro de su vientre y quien lo único que necesita para ser llegar a ser tan humano como aquella dentro de la cual se está desarrollando, es solo tiempo pues todas las características humanas ya las posee.
Nadie o muy poca gente cuando analiza este escabroso tema del aborto, se refiere a profundidad y al hecho ineludible sobre cómo salieron embarazadas la mayoría de las mujeres que buscan hacerse un aborto.
Sin pretender jugar a adivinador, creo que la inmensa mayoría fue porque tuvieron relaciones sexuales, por intereses muy ajenos a quedar embarazadas. Ejercieron su derecho a decidir sobre su cuerpo pero obviamente no lo hicieron teniendo claro los riesgos y consecuencias de poder eventualmente quedar embarazadas.
Cuando una persona toma decisiones haciendo uso de sus legítimos derechos, debe tener muy claro que al ejercicio de cualquier derecho, va tener consecuencias, las que debemos asumir sin argumentación alguna pues son los efectos de nuestra libre y voluntaria decisión de ejercerlo.
Una situación muy difícil de afrontar y resolver es cuando el embarazo es producto de un acto tan despreciable, vil y hasta de poca hombría, como es una violación. No hay la menor duda que esta circunstancia simplemente, es demoledora para la víctima y como tal exige un análisis y tratamiento muy particular de acuerdo a cada una de las víctimas, para encontrar la mejor, ética y moral alternativa a seguir.
Sin embargo, me temo que estadísticamente ese número no sería tan significativo como para justificar que se promulgue una legislación que autorice a matar a inocentes que no fueron tomados en cuenta a la hora de ser engendrados.
En estamos en una época donde las personas exigen a gritos les respeten sus derechos pero no están en ningún momento, anuentes a respetar con la misma vehemencia y disposición los derechos de los demás. Sobretodo si estos, de alguna forma, van en contra de la propia conveniencia o son consecuencia directa de sus propias acciones.
También estamos en un tiempo en que la defensa de los derechos humanos ha alcanzado un nivel sin comparación posible con épocas anteriores, sin embargo, paralelamente, se están ignorando las responsabilidades conexas al ejercicio de cualquier tipo de derecho y de forma muy especial en violentar los derechos de quienes no tienen forma de reclamar el debido respeto a los derechos suyos.
En los últimos tiempos, distintos grupos fundamentalmente feministas, en algunos países, han logrado legalizar el aborto.
Uno de sus principales argumentos es el derecho que tiene toda mujer a decidir sobre su cuerpo. Esta afirmación es válida solo a medias pues cuando una mujer queda embarazada y decide abortar, no solo está decidiendo sobre su cuerpo, sino que también lo haciendo por ese ser indefenso que comienza a desarrollarse dentro de su vientre y quien lo único que necesita para ser llegar a ser tan humano como aquella dentro de la cual se está desarrollando, es solo tiempo pues todas las características humanas ya las posee.
Nadie o muy poca gente cuando analiza este escabroso tema del aborto, se refiere a profundidad y al hecho ineludible sobre cómo salieron embarazadas la mayoría de las mujeres que buscan hacerse un aborto.
Sin pretender jugar a adivinador, creo que la inmensa mayoría fue porque tuvieron relaciones sexuales, por intereses muy ajenos a quedar embarazadas. Ejercieron su derecho a decidir sobre su cuerpo pero obviamente no lo hicieron teniendo claro los riesgos y consecuencias de poder eventualmente quedar embarazadas.
La política de comercio exterior parte de dos premisas: primero, el crecimiento económico es indispensable para alcanzar el desarrollo y, segundo, los países que más se globalizan crecen más rápidamente. Por eso, el objetivo principal del Ministerio de Comercio Exterior –y de las dos organizaciones que forman parte de su equipo, Procomer y Cinde- es promover la vinculación de Costa Rica a la economía global, a través de abrir nuevas oportunidades en los mercados internacionales, apoyar la ampliación, diversificación y sofisticación de la oferta exportable nacional y atraer inversiones extranjeras al país.
Sobre la base de la plataforma de acuerdos comerciales que hemos venido construyendo, la agenda de comercio exterior se ha organizado en tres pilares fundamentales, en los que se han ejecutado una serie de acciones a lo largo del año 2010.
El primer pilar es ampliar, consolidar y racionalizar esta plataforma y para lograrlo trabajamos en la conclusión y revisión legal del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea, la gestión legislativa de los tratados de libre comercio con China y Singapur, la activación de la estructura institucional del CAFTA y la promoción de un plan de facilitación del comercio, la modernización de la integración económica centroamericana y la definición del proceso de incorporación de Panamá al esquema regional, la revisión de los tratados con México y Canadá, el inicio de las negociaciones de un acuerdo con Perú y de un estudio de factibilidad para arrancar próximamente la negociación con Corea, la redefinición de nuestras posiciones en la Organización Mundial de Comercio y de cara a la Ronda Doha y, finalmente, empezamos un acercamiento con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Como es muy importante no sólo abrir nuevas oportunidades, sino también poner a funcionarlas existentes, nos dimos a la tarea de diseñar y poner en marcha un plan para optimizar la administración de los tratados comerciales, en conjunto con los ministerios de Agricultura, Economía, Hacienda y Salud. Con el apoyo del sector privado, hemos identificado los principales problemas en aduanas, el servicio sanitario y fitosanitario del Estado, los registros sanitarios, la emisión de certificados de origen y otros y estamos trabajando duro para mejorar en este campo.
En esta misma línea, vigilamos atentamente el cumplimiento de las obligaciones contenidas en los acuerdos internacionales por parte de nosotros mismos y de nuestros socios comerciales. En este contexto, hemos resuelto problemas que enfrentaban nuestros productores avícolas, de alimentos para mascotas, confituras, dulce de leche, galletas, papel higiénico, atún y otros, sobre todo en Centroamérica y seguimos dando la lucha para que República Dominicana deje de imponer medidas infundadas contra nuestras exportaciones.
Finalmente, y quizás lo más importante, es que queremos fortalecer el aprovechamiento que como país hacemos de esa plataforma comercial. Por eso, hemos trabajado en la definición de un nuevo plan estratégico para Procomer, su reforma organizacional y el afinamiento de sus actividades principales. Hemos sido testigos de muchos casos de éxito de empresas que como Alimentos Cónica, Grupo Kessler o Costa Rica Coffee Export han logrado, con el apoyo de Procomer, colocar sus productos en Estados Unidos, Panamá o China. Por otra parte, de la mano de Cinde, hemos promovido el establecimiento empresas extranjeras en el país que, como Motif, Emerson o Abbott vienen a producir y a abrir nuevas oportunidades de empleo para los costarricenses.
La labor realizada nos ha permitido acercarnos a cumplir las metas que nos hemos establecido de alcanzar $9.000 millones en inversión acumulada al 2014 y $17.000 millones de exportaciones de bienes y servicios en ese año. El 2011 será un año de mucho trabajo también. Debemos seguir impulsando el crecimiento de Costa Rica.
Este fue un comentario de Anabelle González, Ministra de Comercio Exterior.
La política de comercio exterior parte de dos premisas: primero, el crecimiento económico es indispensable para alcanzar el desarrollo y, segundo, los países que más se globalizan crecen más rápidamente. Por eso, el objetivo principal del Ministerio de Comercio Exterior –y de las dos organizaciones que forman parte de su equipo, Procomer y Cinde- es promover la vinculación de Costa Rica a la economía global, a través de abrir nuevas oportunidades en los mercados internacionales, apoyar la ampliación, diversificación y sofisticación de la oferta exportable nacional y atraer inversiones extranjeras al país.
Ha habido y hay, grupos, personas, empresas que ven los presupuestos estatales con ojos de ave de rapiña y se viven buscando las vías más fáciles y directas para meterles sus garras y saciar su voracidad.
Por otra parte hemos tenido y seguimos teniendo funcionarios que ven esos presupuestos como bienes de difunto, y pese a tener como responsabilidad su cuido, o se hacen los tontos o peor aun, hacen fiesta con ellos o ayudan a que otros, desde afuera, hagan su fiesta.
En la sociedad de consumo gastar el dinero es una tarea sumamente sencilla; pero, administrarlo correctamente, para atender con buen suceso las necesidades cotidianas, es un proceso difícil que no todas las personas cumplen como norma, dado que el uso correcto del dinero no es una práctica que se aprende de la noche a la mañana.
La administración del dinero exige un ejercicio que se inicia con el reconocimiento de la necesidad de consumo y que se complementa con la distinción entre esta y un deseo, y en este proceso, lamentablemente, muchas veces no se toma en consideración los criterios para un consumo racional.
En este contexto, el aguinaldo es un ingreso extraordinario de los trabajadores, es decir, un ingreso que no se recibe todos los meses, por ello, conviene saber utilizarlo para sacarle el mayor provecho posible, considerando las necesidades del grupo familiar. Tener la oportunidad de hacer compras especiales durante la época navideña es agradable, pero esto no significa despilfarrar el dinero.
Sacarle provecho al aguinaldo tampoco significa no gastarlo del todo, sino más bien reservarlo para atender prioridades. En otras palabras, significa no incluirlo en el gasto ordinario cotidiano. Esta práctica sabia tiene como finalidad específica disponer un fondo especial para poder realizar compras necesarias y para hacerle frente a ciertas emergencias e imprevistos familiares.
Términos como la administración, el ahorro y la planificación, no son solamente conceptos teóricos, también son aspectos que deben traducirse necesariamente en ventajas significativas para las familias, sobre todo porque los recursos económicos son limitados, y en todo caso porque la Navidad es ante todo una época de reflexión y de integración familiar.
Es muy importante aprender a vivir con lo que se gana, de modo que cuando llegue dinero extra – como sucede cada fin de año con el aguinaldo - este se pueda administrar y utilizar racionalmente. Recuérdese que el ahorro es una virtud que debe ser empleada por todas las personas y todas las familias, porque es una condición para tener una mayor calidad de vida y el mejor ejemplo para evitar compras compulsivas.
En la sociedad de consumo gastar el dinero es una tarea sumamente sencilla; pero, administrarlo correctamente, para atender con buen suceso las necesidades cotidianas, es un proceso difícil que no todas las personas cumplen como norma, dado que el uso correcto del dinero no es una práctica que se aprende de la noche a la mañana.
Cuando se habla de vejez, no es extraño que muchas personas relacionen este tiempo con aspectos negativos como achaques, inutilidad, falta de productividad o cansancio; pareciera como si la sociedad se empeñara en evitarla, como si nadie deseara llegar a esta condición y más bien colocar en un sitial de honor una marcada ansiedad por ser joven.
¡Qué lamentable actitud representa esto! Pues es menospreciar el respeto y la dignidad que debemos tener ante la experiencia, conocimientos y valores que los años nos han brindado.
Debemos tener claro que hablar de la vejez es referirse a una palabra que implica sabiduría, el buen consejo de quienes han vivido más que nosotros, de experiencias, consejos y anécdotas que, a la postre, nos pueden servir de enseñanza para hacer de nuestra vida un tiempo más agradable y productivo, tal y como se hacía en la Antigua Grecia o en muchas de las sociedades asiáticas actuales en donde se ve al anciano como un ejemplo por emular y con un gran poder de influir en las grandes decisiones de los pueblos.
Por eso resulta incongruente que pese a la importancia que representa el ser una persona adulta mayor y a las leyes existentes para su protección, persistan tantos estereotipos, prejuicios, tanta discriminación y tanto rechazo para quienes integran esta parte de la población. Basta escuchar el testimonio de algunos de ellos al comentar que en sus familias ya no se le consideraba como parte importante del hogar.
¿Nos agradaría que nos trataran así a quienes aún somos jóvenes? ¿Nos gustaría tratar así a aquellos adultos mayores quienes se encuentran a nuestro alrededor?...
Sin duda, en este tema, debemos visualizar hacia un futuro, pues si queremos envejecer con dignidad y que se nos trate como tal, debemos también respetar a quienes están ya en esta etapa de la vida.
Recordemos que muchos de los adultos mayores fueron, y lo siguen siendo, los forjadores de una cultura caracterizada por la solidaridad, el esfuerzo, la perseverancia, la honradez y la justicia. Despreciarlos a ellos es, también, ignorar una historia la cual incorporó, y continúa incorporando, la sabiduría de la tercera edad a la sociedad como núcleo esencial de su desarrollo.
De ahí que reconocer constantemente la importancia del adulto mayor en la sociedad, en la familia, en este mes dedicado a ellos, es reafirmar e impulsar su autoestima y ofrecerle un nuevo significado a su existencia para prolongar sueños y esperanzas dentro de un contexto el cual les garantice una vida con calidad física, espiritual y mental más allá de centrarse solamente en los años.
Como lo expresaba el escritor portugués José Saramago: “Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso y hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o a lo desconocido... Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años tengo! Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. ¿Qué cuantos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas, ¡valen mucho más que eso!
Cuando se habla de vejez, no es extraño que muchas personas relacionen este tiempo con aspectos negativos como achaques, inutilidad, falta de productividad o cansancio; pareciera como si la sociedad se empeñara en evitarla, como si nadie deseara llegar a esta condición y más bien colocar en un sitial de honor una marcada ansiedad por ser joven.
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