Martes, 08 Febrero 2011 08:13

Nosotros y el Indice de Prosperidad 2010.

El influyente Instituto Legatum ha medido una vez más los niveles de felicidad y calidad de vida de la mayoría de las naciones del mundo. Unas 110 que equivalen a casi el 90% de la población mundial.
El Instituto Legatum es una organización privada con base en Londres, que se caracteriza por la investigación global.  Y en su nuevo informe aparece Costa Rica en el puesto 33. Con respecto al pasado informe, nuestro país pierde un lugar y fue superado por Uruguay que pasó del puesto 33 al 28.
Este informe es la única evaluación global de la riqueza y el bienestar en el ámbito mundial. Se evalúa sobre la base de una definición de la prosperidad que combina el crecimiento económico junto con medidas de felicidad y calidad de vida.
Estas mediciones ayudan a entender que la libertad personal, la seguridad y la buena salud constituyen la receta del éxito; en cambio, queda claro que una deficiente gobernabilidad limita la prosperidad general.
Por otra parte se afirma, por parte de quienes lideran el Instituto Legatum, que la verdadera prosperidad consiste en más que dinero. De esta manera se hace ver que también incluyen la felicidad, la salud y la libertad. El Índice de Prosperidad de que hablamos muestra que, además del éxito económico, la prosperidad de una sociedad se basa en familias y comunidades sólidas, libertad política y religiosa, educación y oportunidad, y un entorno saludable.
Bien, pues se supone que en esto estamos bien en el contexto latinoamericano. Antes liderábamos este índice. Hoy vamos por debajo de Uruguay, Chile está a un punto de igualarnos y Panamá pasó del puesto 42 al puesto 40 y se acerca.
Un dato bueno. Sin embargo, no hemos de llamarnos a engaño. Cuanto nos falta de cara a quienes lideran listas es mucho y es grave. Se dice que somos un país feliz y próspero, sin embargo y con frecuencia, las gentes en la calle perciben otras cosas. Quien es atendido por las instituciones públicas es, a menudo, poco feliz y, además, quien sufre nuestra pésima infraestructura se angustia e indispone con más frecuencia de la debida.
Puede que sí seamos ese país 33 el la lista del Índice de Prosperidad de Legatum. Y puede que no seamos del todo una población triste y marcada por la angustia o la agonía por sobrevivir. Pero lo que queda ahora es mirar hacia los primeros de la lista y descubrir en el estilo de vida de Noruega, Dinamarca o Finlandia pistas para superar las oscuridades que aún nos hacen padecer y que poco a poco son los culpables de que perdamos escaños en este índice que, puede ser, que su nueva edición, no nos trate tan bien.
El influyente Instituto Legatum ha medido una vez más los niveles de felicidad y calidad de vida de la mayoría de las naciones del mundo. Unas 110 que equivalen a casi el 90% de la población mundial.
El Instituto Legatum es una organización privada con base en Londres, que se caracteriza por la investigación global.  Y en su nuevo informe aparece Costa Rica en el puesto 33. Con respecto al pasado informe, nuestro país pierde un lugar y fue superado por Uruguay que pasó del puesto 33 al 28.
Este informe es la única evaluación global de la riqueza y el bienestar en el ámbito mundial. Se evalúa sobre la base de una definición de la prosperidad que combina el crecimiento económico junto con medidas de felicidad y calidad de vida.
Estas mediciones ayudan a entender que la libertad personal, la seguridad y la buena salud constituyen la receta del éxito; en cambio, queda claro que una deficiente gobernabilidad limita la prosperidad general.
Por otra parte se afirma, por parte de quienes lideran el Instituto Legatum, que la verdadera prosperidad consiste en más que dinero. De esta manera se hace ver que también incluyen la felicidad, la salud y la libertad. El Índice de Prosperidad de que hablamos muestra que, además del éxito económico, la prosperidad de una sociedad se basa en familias y comunidades sólidas, libertad política y religiosa, educación y oportunidad, y un entorno saludable.
Bien, pues se supone que en esto estamos bien en el contexto latinoamericano. Antes liderábamos este índice. Hoy vamos por debajo de Uruguay, Chile está a un punto de igualarnos y Panamá pasó del puesto 42 al puesto 40 y se acerca.
Un dato bueno. Sin embargo, no hemos de llamarnos a engaño. Cuanto nos falta de cara a quienes lideran listas es mucho y es grave. Se dice que somos un país feliz y próspero, sin embargo y con frecuencia, las gentes en la calle perciben otras cosas. Quien es atendido por las instituciones públicas es, a menudo, poco feliz y, además, quien sufre nuestra pésima infraestructura se angustia e indispone con más frecuencia de la debida.
Puede que sí seamos ese país 33 el la lista del Índice de Prosperidad de Legatum. Y puede que no seamos del todo una población triste y marcada por la angustia o la agonía por sobrevivir. Pero lo que queda ahora es mirar hacia los primeros de la lista y descubrir en el estilo de vida de Noruega, Dinamarca o Finlandia pistas para superar las oscuridades que aún nos hacen padecer y que poco a poco son los culpables de que perdamos escaños en este índice que, puede ser, que su nueva edición, no nos trate tan bien.