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Es muy común, actualmente, escuchar hablar de crisis económica. Pareciera que es una de las palabras de moda a la que se le están dedicando libros, artículos, debates o congresos. Sin embargo, no se trata de una moda, y menos, solamente, de una crisis económica, también se puede decir que la sociedad actual nos ofrece un ambiente altamente nocivo para cultivar valores. Por ejemplo los casos de corrupción suscitados, mayormente en el entorno político, la irresponsabilidad en las carreteras, la inseguridad ciudadana o la mediocridad en gran parte del  servicio público y privado, brindan unos claros ejemplos acerca de lo que es, verdaderamente, la causa de las grandes crisis: la crisis de valores.
Ahora bien, lo paradójico es que cuando, precisamente, nuestra sociedad necesita con urgencia cimentar más valores para enfrentar situaciones de riesgo social, paradójicamente es la apatía, la ignorancia y la falta de conciencia las que priman en muchos casos. En este sentido sería bueno que nos planteáramos ¿si sabemos realmente a qué clases de crisis nos hemos enfrentado o nos estamos enfrentando actualmente?, ¿qué estamos haciendo para enfrentar esa crisis de la que tanto se habla desde hace ya bastante tiempo?, ¿hemos moderado nuestro comportamiento de consumo?, ¿será también producto esta crisis de una devaluación de nuestros valores?...
Ciertamente la crisis de valores no consiste en una ausencia de estos sino en una falta de orientación frente a cuál rumbo seguir en nuestra vida y qué valores usar para lograrlo; es decir, parte de la crisis por la que atravesamos, y hemos estado atravesando desde hace mucho, es una crisis en nuestra capacidad para cultivar y orientar valores como el conocimiento, la verdad, justicia, unidad, libertad, paz, armonía, solidaridad, sabiduría y toma de conciencia.
Frente a este tema salen a relucir otras interrogantes interesantes: ¿Qué rol desempeñan la educación y la familia en el fomento de los valores?, ¿cómo se promueve la participación activa de la familia en la educación de sus hijos? o ¿hasta qué punto nuestros gobernantes, los medios de comunicación y los centros educativos ponen todo lo necesario para impulsar calidad en el aprendizaje académico y humano?... Lamentablemente no siempre se obtienen los mejores resultados por parte de estas instancias, sin embargo,  todavía se puede recuperar el camino desandado.
Para ello es fundamental que cada persona, desde la función que ejerce en la sociedad, tome conciencia de los efectos que deja sus actitudes en la construcción de un país más justo donde impere el fomento de valores pues de ellos depende, en gran medida, el buen desarrollo de los programas de vida de las personas, el fortalecimiento de la ética social y la posibilidad de ser exitosos en el estudio, trabajo o en el contexto familiar.
Porque, ¿hasta cuándo comprenderán las personas que no fuimos hechos para ser prisioneros de la moda, de la mezquindad, la superficialidad o la indiferencia?... ¿Cuál es, finalmente, nuestra actitud ante estas situaciones de crisis tan remarcadas a diestra y siniestra?, ¿acaso tenemos que esperar realmente una situación nefasta para reconsiderar el lugar que ocupan los valores en el desarrollo social, económico y moral de nuestra sociedad?...
Definitivamente es momento de transformar esta crisis de valores por una actitud positiva y reflexiva frente al sentido de nuestras vidas, pues tal y como lo señala el filósofo español Eugenio Trías, “en esta vida hay que morir varias veces para después renacer, esa es una virtud, pues las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra”. Pero recordemos que esto sólo vale en el tanto nosotros lo hagamos valer…
Es muy común, actualmente, escuchar hablar de crisis económica. Pareciera que es una de las palabras de moda a la que se le están dedicando libros, artículos, debates o congresos. Sin embargo, no se trata de una moda, y menos, solamente, de una crisis económica, también se puede decir que la sociedad actual nos ofrece un ambiente altamente nocivo para cultivar valores.
Los cimientos de nuestra democracia y desarrollo están basados en la educación. Por eso Celebro con gran optimismo que el actual Parlamento, haya hecho realidad un viejo sueño y quizá el mayor logro que en el campo de la educación haya alcanzado este país. Con la aprobación en tercer debate, en el plenario legislativo se modifica el imperativo constitucional, y pasa del 6 al 8 % del producto interno bruto que será destinado a la educación pública, esto nos permitirá seguir transitando por el camino que nos ha hecho ejemplo en el mundo.
Desde hace más de siglo y medio se declaró la educación  primaria gratuita y obligatoria. Luego se  lograrían otras conquistas que nos han ubicado posiblemente en el país más alfabetizado de América Latina. Esa mentalidad progresista de nuestros gobernantes conscientes que  solo con una buena educación podíamos romper las pesadas cadenas que en el pasado nos tuvo atados a arcaicas estructuras, hizo que se hiciera efectivo  aquel también viejo axioma de que tenemos más escuelas que cuarteles y más maestros que soldados.
Esta monumental conquista debe ser celebrada por tirios y troyanos. La norma constitucional que incrementa  al 8 %  del producto interno bruto para educación, tan sólo ese 2 % de aumento significa alrededor de 400 mil millones de colones más del presupuesto nacional.
Una vez alcanzado ese triunfo debemos replantearnos en qué y cómo vamos a invertir esos recursos. Esta nueva obligación del Estado Costarricense  implica una enorme oportunidad, bienvenidos esos recursos y bienvenida la eficacia. Sin embargo, valga esta oportunidad para preguntarnos si contamos con los parámetros de objetivos y metas para  medir esa eficacia.
No pensemos en esos recursos adicionales tan solo para construir aulas o reemplazar viejos pupitres, sino especialmente emplearlos para una adecuada educación, además en igualdad de condiciones a grupos humanos que padecen marginalidad y postergación.  Que la buena calidad de la educación  sea germen de muchas virtudes, aquella que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos.
No se trata de educar solo para favorecer la generación de empleos productivos en un mundo cada  vez más competitivo. La esencia de este triunfo histórico es educar también para aprender a vivir en los valores  universales de la solidaridad, la justicia social, la tolerancia, la convivencia pacífica y democrática y el amor hecho compromiso con la Patria.
Oscar Alfaro Zamora- Diputado
Los cimientos de nuestra democracia y desarrollo están basados en la educación. Por eso Celebro con gran optimismo que el actual Parlamento, haya hecho realidad un viejo sueño y quizá el mayor logro que en el campo de la educación haya alcanzado este país. Con la aprobación en tercer debate, en el plenario legislativo se modifica el imperativo constitucional, y pasa del 6 al 8 % del producto interno bruto que será destinado a la educación pública, esto nos permitirá seguir transitando por el camino que nos ha hecho ejemplo en el mundo.
Costa Rica es un país de ríos y montañas. Eso, que es una fortuna tenerla puede, sin embargo, trocarse en una calamidad si no sabemos “con-vivir” en esta geografía pues todos los años se dan los mismos o más fuertes aguaceros que dejan pérdidas irreparables, como vidas humanas y caseríos completos.
La topografía nacional está a la vista: vertientes por doquier que atraviesan entre llanuras, coronadas con montañas, unas más elevadas que otras, pero, en general, en un  país con una topografía irregular, de tierra “movediza”, dada la deforestación galopante en las últimas décadas, que nos dice que hay que ser muy precavidos.
Por eso debemos ser parte, antes que de los problemas, de las soluciones.
Primero: La incultura de botar todo tipo de desechos a los causes de ríos,  acequias y afluentes que abundan en nuestro país pero que, en lugar de servirnos debidamente de ellos, las convertimos en basureros y cloacas a cielo abierto. Eso el río lo devolverá, siempre.
Segundo: Los vecinos a ríos quienes se lo “apropian” y construyen, sobre él, tapias, puentes y hasta casas o habitaciones, “retrete” incluido. Por ello, hablando claro: el río no se mete a las casas; son éstas las que meten a los ríos.
Tercero: El gobierno es un mero administrador de los fondos públicos, o sea dinero de todos los ciudadanos que pagamos impuestos. De modo que para algunos “vivazos” en muy fácil meterse en una “construcción”, en ladera y márgenes de ríos y que el Estado venga en su auxilio, a repartir plata y darles  casa nueva. Ello ya es un negocio redondo para muchos, cada año.
Y lo peor es que luego ni alquilan casa ni salen del mismo sitio, pues, como circulo vicioso, saben que el otro año, “aguantándola un poco”, le darán más y así se convierten en los “clientes” seguros de bonos y otros lucros. La Comisión Nacional de Emergencias lo ha dicho reiteradamente: muchos quienes reciben plata de esta forma, se les hace “vicio”; un “negociazo”.
No es posible seguir con lo mismo, todos los años: alcahueteando  a algunos, quienes, sabiendo de su irresponsabilidad siguen metiéndose en casas, que literalmente cuelgan del peligro, sobre ríos o laderas y que han sido, más que advertidos, del altísimo riesgo, por aquella Comisión.
Y, por último, pero quizá el más importante: la ineficiencia municipal al no detener obras que se estén levantando ¡en sus propias narices! Quienes practican, como deporte, estas “mañas” son bien conocidas por todos en el pueblo, así que no hay pretexto para que las “autoridades” se hagan de la vista gorda.
Esto de “las llenas” significa un platal despilfarrado, cada año, cuando “los mismos” hacen su  agosto y, aunque reconocemos que sí hay familias honradas, que son muchas y necesitan apoyo estatal, lo del gastadero con los que no les pertenece hay que pararlo de una buena vez. Es hora de poner orden en todo esto, con un estricto control de dineros. Por ello, las Autoridades deben parar estos abusos, ¡ya!
Costa Rica es un país de ríos y montañas. Eso, que es una fortuna tenerla puede, sin embargo, trocarse en una calamidad si no sabemos “con-vivir” en esta geografía pues todos los años se dan los mismos o más fuertes aguaceros que dejan pérdidas irreparables, como vidas humanas y caseríos completos.
La Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las personas con discapacidad instauró un nuevo modelo de desarrollo para esta población, porque estableció el marco filosófico, conceptual y técnico  de las transformaciones estructurales que, sustentadas en el modelo social de la discapacidad,  paulatinamente se han venido operando en el estado y la sociedad costarricenses, que van mucho más allá de cambios visibles como la construcción de rampas en aceras y edificios o de buses y taxis accesibles.
El Centro Nacional de Recursos para la Educación Inclusiva (CENAREC), entidad del Ministerio de Educación Pública que recibe soporte de la Fundación Mundo de Oportunidades ; precisamente fue creado para apoyar los procesos de operacionalización técnica del acceso a la educación que establece la Ley 7600 razón para compartir con la opinión pública, una revisión muy puntual, del impacto que esta Ley  ha tenido en el sistema educativo nacional, que por cierto va más allá de las adecuaciones curriculares.
En los primeros años de su vigencia, presenciamos la aparición de los denominados Comités de Apoyo Educativo en todas las escuelas y colegios públicos o privados de todo el país. Luego vimos la transformación de los servicios educativos dirigidos a estudiantes con discapacidad, de la modalidad de atención directa, a la prestación de servicios de apoyo, representando esto un paso muy importante, porque nos ha permitido transitar desde los espacios de educación segregada, hacia ambientes escolares inclusivos.
Simultáneamente, se ha venido eliminando la resistencia a la inclusión de estudiantes con discapacidad al sistema de educación regular, se ha ido incrementando la provisión de las ayudas técnicas y tenemos escuelas con menos barreras arquitectónicas y también se ha dado una transformación en la propuesta curricular, pues de planes especiales pasamos a planes educativos para todos y por la vía de las adecuaciones curriculares, hoy se cuenta con una oferta educativa que se ajusta las características y necesidades particulares de cada estudiante.
Concretamente en este proceso de equiparación de oportunidades en el entorno educativo, el CENAREC, ha invertido cuantiosos recursos públicos destinados a la capacitación de maestros y maestras, a la investigación acerca de lo que sucede en nuestras aulas, a brindar asesoría e información a padres y madres de familia, docentes y estudiantes, así como dotación de productos de apoyo, que facilitan el acceso a la población con discapacidad a situaciones cotidianas de las cuales, de otra manera, seguiría excluida y discriminada.
Superar los desafíos de la inclusión de las personas con discapacidad en el sistema educativo, alcanzando niveles de universalidad, accesibilidad y calidad, es una tarea permanente que requiere el concurso de todos los actores del sistema, incluyendo  al cuerpo docente, autoridades y funcionarios del Ministerio de Educación Pública, pero la gran diferencia es que, las niñas y los niños que nacieron a partir de la Ley 7600, hoy tienen muchísimas más oportunidades reales de desarrollar un proceso educativo exitoso.
La creciente convivencia cotidiana entre las personas con y sin discapacidades en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional, está produciendo la más profunda de las transformaciones provocadas por la Ley 7600: ¡la fundación de nuevos cimientos para una sociedad más tolerante y más respetuosa de la diversidad!
: Alvaro Mendieta Vargas. Presidente del Consejo Directivo de CENAREC. Cédula 1-489-882
La Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las personas con discapacidad instauró un nuevo modelo de desarrollo para esta población, porque estableció el marco filosófico, conceptual y técnico  de las transformaciones estructurales que, sustentadas en el modelo social de la discapacidad,  paulatinamente se han venido operando en el estado y la sociedad costarricenses, que van mucho más allá de cambios visibles como la construcción de rampas en aceras y edificios o de buses y taxis accesibles.
Según el último informe del Estado de la Educación aproximadamente la mitad de jóvenes desisten de cursar décimo y undécimo año. Ya es sabido por todos que esto acarrea consecuencias en el futuro de los jóvenes, quienes tienen menos oportunidades de encontrar un buen trabajo y salir de la pobreza. No obstante, los esfuerzos para prevenir la deserción no solo deben verse desde el punto de vista de la educación formal, sino también se debe tomar en cuenta el entorno y la participación de los muchachos y las muchachas en actividades con personas de su misma edad, que también les genere aprendizaje en otras áreas.
Las principales razones por las cuales los y las jóvenes abandonan el colegio son: desinterés en estudiar (30%), falta de dinero (16%), dificultad para aprender (9%) y porque prefieren trabajar (8%) (Estado de la Educación, 2011). Si la principal razón es el desinterés, es imperativo acercar a las personas jóvenes a espacios que les incentiven a continuar en el colegio y refuercen la responsabilidad y los deseos de superación.
Según un estudio del Dr. Alberto Morales Bejarano, Director de la Clínica del Adolescente, realizado con jóvenes en 1998,  se concluye que el grupo de pares o amigos (en primer lugar) y la familia (en segundo) juegan un papel fundamental para el desarrollo del adolescente. A mayor sensación de identificación y contención del grupo de pares y de la familia, menor es el riesgo de desesperanza y por lo tanto de deserción escolar.
En este sentido cobran mucha importancia los grupos de educación no formal y agrupaciones juveniles positivas a las que los y las jóvenes pueden unirse. Por ejemplo, en Guías y Scouts se promueve en los niños, niñas y jóvenes la importancia de la responsabilidad, autodisciplina, la independencia y la confianza en sí mismos; fomentando  su desarrollo físico, su creatividad, su carácter, afectividad, espiritualidad y la formación de su conciencia social frente a las exigencias del bien común.
Guías y Scouts de Costa Rica tiene casi 100 años de contribuir al país con  esta importante labor, que ha sido llevada a cabo gracias a personas adultas y madres y padres comprometidos y a las y los miembros juveniles que creen en nosotros. Es por eso que si usted es una persona adulta preocupada por el futuro de sus hijos e hijas y del país en general, le invitamos a unirse y a trabajar por la niñez y la juventud en un Movimiento que tiene millones de adeptos en todo el mundo. En lugar de perder la esperanza, de quejarse y de tener miedo por el porvenir, le exhortamos a sembrar en los y las  jóvenes la semilla de la solidaridad, la responsabilidad y el servicio, para que no abandonen sus estudios, se aseguren un mejor futuro y construyamos juntos una mejor sociedad.
artículo de opinión elaborado por Carlos Hernández e Ileana Boschini
Según el último informe del Estado de la Educación aproximadamente la mitad de jóvenes desisten de cursar décimo y undécimo año. Ya es sabido por todos que esto acarrea consecuencias en el futuro de los jóvenes, quienes tienen menos oportunidades de encontrar un buen trabajo y salir de la pobreza.
Yo no comprendo a los que hablan o escriben en forma aislada de ecología y solo se interesan por una parte de esta, sea  lo ambiental, lo social, lo económico o aún lo mental, en. Quien pretenda ser ambientalista o ecologista, tiene que mirar la generalidad de la vida, del cosmos, del universo, del planeta. Somos una comunidad que debe vivir en armonía, pues tenemos un destino común. Quizás comprendiéramos mejor este concepto si fuéramos astronautas y  sobrevoláramos el planeta tierra. Lo  veríamos en forma integral. Somos parte de un todo, y lo que le hagamos a una parte repercutirá en otra. Y hoy podemos decir que lo que le hagamos a la Tierra, afectara a toda la galaxia.
Los ciudadanos del mundo debemos tener una mentalidad holística, una perspectiva cósmica. Debemos darnos cuenta que todo está interrelacionado. Ningún sistema (ecológico, social, económico o mental) puede valorarse adecuadamente solo conociendo sus partes; hay que analizarlo integralmente. El sistema como un todo determina cómo funcionan las partes. Ya lo decía Aristóteles “el todo es mayor que la suma de las partes”.
Hoy el hombre pareciera que sigue con el pensamiento Pantocrático de la Edad Media, donde se creía que también hombre podría ser dominador de todo lo que existiera en el Universo. El Hombre apoyado por el clero de entonces,  se quería  igualar a Dios. Bajo esta premisa hacía con la naturaleza lo que le daba la gana ( y lo sigue haciendo, salvo contadas excepciones). Así la naturaleza, el Planeta, empezó a sufrir los desmanes del hombre como si los recursos naturales fueran infinitos y nunca se fueran a acabar.
Hoy el hombre juega a ser Dios. En todos los terrenos. No comprende que solo el Divino Hacedor Universal conoce de las interrelaciones de TODOS  los sistemas existentes y por eso no se puede equivocar. Hoy el hombre quiere jugar con el planeta, con el Cosmos, sin conocer estas interrelaciones, los enlaces existentes aquí y allá; en la Tierra y Júpiter. Por esto  nos tienen al borde del abismo.
Esto lo podemos aplicar para el nicho económico, social y aún político de nuestros países. Nos quieren gobernar sin conocer todas estas interrelaciones existentes. De ahí el fracaso y la desesperación en que nos tienes sumidos. No hay una mentalidad de buscar el equilibrio. La balanza se va hacia  un lado, el cual no es el de los más necesitados.
Los equilibrios, las balanzas se están perdiendo. Las interrelaciones se están desconociendo. Esto será fatal para el país, para el planeta, para la sociedad, para la naturaleza. Urge encontrar alguien con conocimiento integral; visión holística, que nos guía hacia un puerto seguro.
Necesitamos un verdadero ESTADISTA. ¿DÓNDE ESTARÁ ?
Alexander Bonilla Durán
Yo no comprendo a los que hablan o escriben en forma aislada de ecología y solo se interesan por una parte de esta, sea  lo ambiental, lo social, lo económico o aún lo mental, en. Quien pretenda ser ambientalista o ecologista, tiene que mirar la generalidad de la vida, del cosmos, del universo, del planeta. Somos una comunidad que debe vivir en armonía, pues tenemos un destino común.
Jueves, 16 Junio 2011 05:21

CIERRA HOGARES CREA

Es definitivo, la vida y el derecho a la salud constituyen uno de los bienes esenciales  para toda sociedad.  Sin embargo una de las contrariedades más grandes en Costa Rica y que violentan la vida son, la salud, la inseguridad ciudadana y la delincuencia, comprendiendo que estas se desprenden  de  la  grave  problemática de la adicción a drogas y el  alcoholismo.
El consumo de drogas y alcohol y los problemas asociados a este flagelo, constituyen serias disyuntivas  de la salud pública. A pesar de ello, el Gobierno no ha enfrentado el problema con una eficiente y eficaz asignación de recursos y el establecimiento de programas efectivos para su prevención y tratamiento.  Por sus consecuencias directas e indirectas, el consumo de drogas y alcoholismo constituye, como se mencionó anteriormente, una prioridad en la salud pública del país, la cual merece una respuesta nacional para evitar las consecuencias que ocasionan para el individuo, la familia y la sociedad.
Ante esta inercia del Estado y su incapacidad de atender la situación, han surgido muchas organizaciones sin fines de lucro y una de ellas es Hogares Crea, la cual ha tomado la batuta y el estandarte,  durante los últimos casi  30 años, desarrollando la labor que le compete al ente Estatal, tal cual lo ha manifestado La Sala Constitucional (SCV 0180-98).
A pesar  de ello, Hogares Crea, ha venido sumergido en una grave crisis económica en los últimos años, siendo la sociedad civil, la que ha aportado por medio de la contribución  en cuanto a la compra de diversos productos, a nuestros Residentes y que este a duras penas, representa un pequeño porcentaje en cuanto al rubro de alimentación se refiere.
Tenemos que manifestar  que Hogares Crea es un Programa Gratuito, sin fines de lucro, cuya única finalidad ha sido brindarle  esperanza a la población adicta de nuestro país, que por lo general provienen de hogares de escasos recursos y de pobreza extrema.
Para nadie es un secreto que el trabajo realizado por nuestra Organización ha calado en nuestra comunidad, reinsertando a miles de costarricenses a nuestra sociedad.
La gran desidia e inapetencia Estatal por una de las poblaciones más vulnerables, como lo son los adictos a  drogas,  ha desencadenado en una situación insostenible, a tal punto, que hoy día hemos tenido que tomar la lamentable y preocupante decisión de cerrar el  Hogar Crea para varones adultos ubicado en San Isidro de Heredia el día 30 del mes en curso, este sería el primero de muchos Hogares que cerraríamos en el transcurso del año, dejando expugnable y desprotegida a esta población.
Nos preguntamos, ¿Cómo es posible que en las últimas cuatro  Administraciones no haya  habido voluntad política para solucionar de una vez por todas la enorme crisis que ha atravesado nuestra Organización?
Hogares Crea tiene una Ley que data de 1994 que se denomina Juego Crea, la cual fue creada para que no se pudiese explotar por su complejidad, es por ello, que desde hace cuatro años venimos trabajando en una forma desgastante en la Asamblea Legislativa para poder tener y desarrollar una Ley que genere los recursos imprescindibles para la Operatividad del Programa, mas sin embargo, una vez más, el Ejecutivo ha obstaculizado para que dicho Proyecto sea toda una realidad.
Exhortamos tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo, para que no permitan que la grave crisis que atraviesa nuestra Institución se desencadene en un cierre total  de los 22 Hogares Crea restantes y por ende, deje inermes a los mil residentes,  que hoy día se encuentran recibiendo Tratamiento Interno en nuestra Institución.
Herson Orozco Valverde
Director Nacional
Hogares Crea
Es definitivo, la vida y el derecho a la salud constituyen uno de los bienes esenciales  para toda sociedad.  Sin embargo una de las contrariedades más grandes en Costa Rica y que violentan la vida son, la salud, la inseguridad ciudadana y la delincuencia, comprendiendo que estas se desprenden  de  la  grave  problemática de la adicción a drogas y el  alcoholismo.
Recientemente asistí a la inauguración de “La Plazoleta de la Libertad” ubicada en los predios de la Cancillería y dedicada a Juan Rafael Mora Porras, Libertador y Héroe Nacional.
Con mucho entusiasmo evocamos la memoria del Presidente de Presidentes: “el que pensó en grande”; “el que apostó sin medidas por la libertad de un pueblo orgulloso y trabajador”. La obra del Presidente Mora es monumental en su visión y trascendente en sus impactos.   Su vida y gestión pública están impregnadas de la más pura virtud republicana, que generaciones posteriores supieron institucionalizar y traducir en bienestar para las y los costarricenses.
Su espíritu público fue muestra de la heroica disposición de buscar el bien común, en momentos en que, la novel figura del Estado Nación, se descubrió propensa a convertirse en herramienta de oligarquías, que no terminaban de abrazar las buenas nuevas de la democracia, ni de reconocer las oportunidades del buen gobierno, para la expansión del bienestar individual y colectivo.
El Héroe Libertador desprendió conocimiento, lucidez y amor patrio, como expresiones de su libertad de espíritu, a la que todo costarricense tiene derecho y obligación de aspirar.  Esta libertad es protectora de intereses y derechos de la ciudadanía. También es justa, responsable y contraria a la concentración del poder, la desigualdad social y el uso del miedo como maña política.
Honrar a Mora es honrar nuestra tradición republicana, presente en la división entre las funciones legislativas y ejecutivas; cuya reafirmación nunca puede interpretarse como invitación al desorden en la conducción de lo público.  Por el contrario, es la toma de conciencia de que la democracia no se basta con derivar su poder de fuentes legítimas, sino que precisa de un ejercicio también legítimo, que garantice la libertad y el cumplimiento de los derechos de las y los habitantes.
Mora es inspiración para una generación que creemos que la libertad y la soberanía son principios vigentes y fundamentales, y que deben expresarse cotidianamente en la vida política y ciudadana.
Cada piedra de esta glorieta morista atestigua el sentido edificante de la Guerra Patria; cada paso sobre ella recuerda la marcha de los valerosos costarricenses que defendieron la libertad, la justicia y la razón.  Nuestra honra a los valientes, mediante el respeto a las leyes, el equilibrio de nuestras instituciones y la formación de una sociedad virtuosa y auténticamente libre, que amplíe las grandes conquistas de nuestro devenir libre e independiente.
Juan Carlos Mendoza
Recientemente asistí a la inauguración de “La Plazoleta de la Libertad” ubicada en los predios de la Cancillería y dedicada a Juan Rafael Mora Porras, Libertador y Héroe Nacional.
Hace unos días sufrí la pérdida de un querido amigo; además del dolor que me embargó este hecho, también he sentido indignación, enojo, frustración e impotencia por la manera tan sensacionalista en la que algunos medios de comunicación abordaron la noticia de su muerte.
Sencillamente no se vale ganar la atención del auditorio, despertar el morbo de la población o competir en el mercado informativo o lucrar valiéndose, inescrupulosamente, del dolor ajeno. ¿Qué se logra con abordar una noticia añadiendo información irrelevante o irrespetuosa?..., ¿qué  se pretende al exponer la vida privada de la víctima sin pensar que puede acrecentar el sufrimiento de los familiares?..., ¿qué se obtiene exponiendo fotografías que reflejan la brutalidad de un crimen?..., ¿qué se gana con enlodar el recuerdo de quien ya no está para defenderse?... ¿Cuál de estos comunicadores se hará responsable de mermar el impacto psicológico y emocional provocado al ver una imagen de un ser querido sangrante e inerte en la calle?... ¡Sencillamente no se vale!…
Es innegable que los medios de comunicación se han convertido en un instrumento de enorme poder social, de ahí que puedan ser la diferencia entre una sociedad informada y culturalmente preparada, o una que se oriente a la descomposición social. Por ello, ante esta invaluable responsabilidad de los medios, es preocupante y alarmante la actitud de algunos de ellos de seguir desvirtuando  las informaciones al plagarlas de altas dosis de sensacionalismo.
Me duele ver cómo en algunos medios, en especial televisivos y escritos, dominan las informaciones cargadas de pesimismo, sangrientas imágenes que parecen sacadas de la más terrible  película de terror, la falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, rostros abatidos por el dolor ante una hostigadora cámara o lágrimas profanadas por las miradas de extraños. Por eso es lamentable que, ya sea por costumbre o ignorancia, muchas personas prefieran consumir este “espectáculo” noticioso amarillista de drama, sangre, dolor y negativismo, sin anteponer el dolor y la dignidad de parientes y amigos de las víctimas.
Ciertamente los medios de comunicación que así lo hacen deben dejar de lado ese amarillismo y superficialidad existentes, para volver a ser espacios de respetuosa convivencia pública; es decir, en donde el conjunto de profesionales, espectadores y consumidores de información, sea un epicentro de respeto, tolerancia y cultura de paz que nos lleve a consumir más sanas y  dignificantes informaciones a pesar de los sinsabores que este mundo acarrea.
Indudablemente todos los humanos no poseemos otro camino que el de realizarnos a nosotros mismos mediante el servicio a los demás. En este sentido, si hay una profesión que se asoma más a este propósito es la de los comunicadores, por ello debe ser un mandato ético y moral de cada comunicador el ser absolutamente sensible a las injusticias de este mundo, y a todo lo que merma la dignidad de las personas.
Sea este comentario una muestra de solidaridad con quienes han vivido y padecido este nefasto tipo de sensacionalismo; a la vez, un pequeño, pero muy emotivo homenaje, para ese especial hijo, esposo, padre y amigo que fue Greivin, y, también, una patente muestra de apoyo para su familia a quien le profeso un gran e imperecedero cariño.
Ojalá en algún momento ese distorsionado periodismo sensacionalista recobre la conciencia y vuelva su accionar a un periodismo de empatía, respeto y prudencia. Se trata, sencillamente, de un asunto de dignidad y humanidad…
Hace unos días sufrí la pérdida de un querido amigo; además del dolor que me embargó este hecho, también he sentido indignación, enojo, frustración e impotencia por la manera tan sensacionalista en la que algunos medios de comunicación abordaron la noticia de su muerte.
Con relación al artículo intitulado “El caso de los frijoleros en Costa Rica, desaparece el empresariado nacional”, escrito por el Ex Diputado Periodo 2006-2010 y Empresario; Sr. Ronald Solís Bolaños, publicado en el Diario Extra, el día 31 de Mayo, 2011, muy respetuosamente me permito señalar que si bien es cierto, cito textual “Algunos “expertos” aducen como siempre que es culpa del productor, que es muy ineficiente y que aquí la producción promedio anda en cerca de 700 kilogramo por hectárea, mientras que en cultivos experimentales se ha podido producir incluso más del doble. Pero la realidad es que a nivel mundial los países que están en la franja del trópico como Costa Rica, son los que tienen más baja productividad en frijol común, especialmente por factores de clima, enfermedades e insectos propios del trópico. Los países más alejados del trópico, como Estados Unidos, Canadá, China o Argentina, tienen niveles de producción que fácilmente pueden duplicar la de los países tropicales”.
Con el ánimo de no entrar en discrepancias con el Sr. Solís, puedo afirmar que si se utilizan variedades certificadas de frijol, que han sido desarrolladas bajo un Convenio de Cooperación entre la Estación Experimental Fabio Baudrit de la Facultad Ciencias AgroAlimentarias de la UCR, el Instituto de Investigación y Transferencia de Tecnología Agropecuaria (INTTA), la Oficina Nacional de Semillas (ONS) y el Consejo Nacional de Producción (CNP).
Al respecto, me permito citarles, la experiencia de un productor, que con el concurso y/o acompañamiento del suscrito,  utilizó variedades certificadas, entre ellas, Chirripó (Frijol Rojo) y Guaymì (Frijol Negro) bajo la modalidad de siembra en espeque, en la comunidad de Sardinal de Puntarenas, en Octubre del 2005, obtuvo una producción total  de 1.295 Kilogramos, con un rendimiento de 1.036 toneladas métricas por hectárea lo cual  se considera muy buena con relación al promedio nacional, cercana a  0.60 toneladas métricas por hectárea, por lo consiguiente, puedo afirmar que no solamente en cultivos experimentales se obtienen incrementos en la productividad, si los productores nacionales cuentan con la Asesoría Técnica en forma puntual y los recursos necesarios para adquirir los insumos requeridos para atender las plagas y enfermedades que afectan al cultivo, las cuales se presentan en la fase del cultivo, en la mayoría de las ocasiones, por condiciones climáticas adversas.
Para el caso particular del Productor, el Ingeniero Eliecer Zumbado Venegas, contó con  la Asesoría Técnica de un Funcionario de una Institución Gubernamental Consejo Nacional de Producción (CNP,) que dio inicio con la semilla de buena calidad y finalizó con la fase de Mercadeo y de los recursos para adquirir los Insumos.
Finalmente, coincido con el señor Ronald Solís, citado al inicio de este comentario, que en la medida que nuestros productores continúen con su vocación, para quienes queremos a Costa Rica,  nos dará  satisfacción de consumir lo que nuestra tierra y clima, les permiten a ellos producir.
Ing.Agr. Rafael Gdo. Piñar Ballestero
Con relación al artículo intitulado “El caso de los frijoleros en Costa Rica, desaparece el empresariado nacional”, escrito por el Ex Diputado Periodo 2006-2010 y Empresario; Sr. Ronald Solís Bolaños, publicado en el Diario Extra, el día 31 de Mayo, 2011, muy respetuosamente me permito señalar que si bien es cierto, cito textual “Algunos “expertos” aducen como siempre que es culpa del productor, que es muy ineficiente y que aquí la producción promedio anda en cerca de 700 kilogramo por hectárea, mientras que en cultivos experimentales se ha podido producir incluso más del doble. Pero la realidad es que a nivel mundial los países que están en la franja del trópico como Costa Rica, son los que tienen más baja productividad en frijol común, especialmente por factores de clima, enfermedades e insectos propios del trópico. Los países más alejados del trópico, como Estados Unidos, Canadá, China o Argentina, tienen niveles de producción que fácilmente pueden duplicar la de los países tropicales”.
La aprobación del Tratado de Libre Comercio con la República Popular China marca una nueva etapa en la relación con esta potencia asiática, en la que Costa Rica debe buscar el máximo provecho posible de esta alianza en tres áreas clave: comercio, inversión y cooperación.
Como antesala a la entrada en vigor de este Tratado, en octubre del año pasado se realizó una ‘misión-país’ a China, en la que se procuró ampliar el conocimiento sobre nuestro país entre diversos círculos políticos y empresariales. En esta misma línea, la Cumbre Empresarial Costa Rica-China, celebrada en San José en marzo, tuvo como objetivo primordial generar mayores oportunidades para los empresarios costarricenses, establecer espacios que hicieran posible una mejor comprensión de las culturas, las maneras de hacer negocios y las complementariedades existentes entre ambos países.
Los esfuerzos que se realizan en este mercado son constantes y se llevan adelante con el apoyo de entidades como  la Promotora de Comercio Exterior, que mantiene una oficina en Pekín. Actualmente, la Promotora trabaja en el Programa de Inmersión al Mercado Chino, el cual busca proporcionar los instrumentos, conocimientos, contactos, experiencia y el apoyo institucional necesario para que el exportador costarricense pueda penetrar efectivamente en la cultura comercial china y para que sus productos puedan responder a los gustos y preferencias de sus consumidores.
Tenemos grandes oportunidades comerciales por delante. Una vez que el TLC entre en vigencia, 99,6% de nuestras exportaciones podrán ingresar a China sin pagar aranceles. Estas condiciones de acceso preferencial a ese mercado constituyen una herramienta para aumentar nuestras exportaciones.
En términos de inversión, existe un gran potencial para atraer compañías chinas a operar en Costa Rica. En primer término, procurando sacar provecho del conocimiento y experiencias de las empresas chinas para fortalecer y modernizar la infraestructura, convirtiéndolas en aliadas para elevar la competitividad.  En segundo lugar, atrayendo empresas que se beneficien de la extensa red de acuerdos comerciales que posee Costa Rica para acceder a terceros mercados.
En lo que se refiere a cooperación, ésta debe articularse sobre la base de un enfoque estratégico, para lograr el amplio desarrollo de la relación bilateral.  Estos instrumentos deberán enfocarse en el apoyo a los exportadores costarricenses para adquirir y fortalecer las destrezas necesarias que permitan ingresar, posicionar y consolidar exitosamente sus productos en ese mercado.
En definitiva esta nueva etapa de la relación con China deberá estar orientada hacia el aumento y diversificación de la oferta exportable costarricense, al fomento de la atracción de inversión china  y al establecimiento de mecanismos de cooperación que permitan estrechar la relación entre los dos países; sin duda, el recién aprobado TLC es una herramienta vital para alcanzar estos objetivos.
La aprobación del Tratado de Libre Comercio con la República Popular China marca una nueva etapa en la relación con esta potencia asiática, en la que Costa Rica debe buscar el máximo provecho posible de esta alianza en tres áreas clave: comercio, inversión y cooperación.
El 5 de junio es el día Mundial del Medio Ambiente, se celebra desde 1973 por acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas. Nada que celebrar, mucho que meditar y más aún por hacer.
Nuestra actitud hacia la naturaleza ha sido criminal, irresponsable e indiferente. En cuestión del medio ambiente todas las personas somos responsables por acciones y omisiones y todas debemos aportar para reducir el impacto a la naturaleza. Ante la ineptitud gubernamental, el problema ambiental queda en manos de la ciudadanía, somos nosotros con acciones individuales y comunales quienes debemos enfrentar la tragedia ecológica.
Lo más elemental que podemos hacer para frenar el desastre ambiental es radicalizarnos en nuestros patrones de consumo: comprar productos locales que no han sido transportados miles de kilómetros, evitar el exceso de empaque en los productos, ¡usemos embases retornables!, evitemos la comida enlatada y demos lugar a productos frescos, ¡más baratos y saludables!, mas frutas, mas legumbres y verduras frescas. Preferir los refrescos naturales que los embasados, evitar el agua embotellada, usar transporte público o compartir el carro, ahorrar electricidad, ¿qué tal duchas frías? ¡Ojo con la cocina encendida o el refri abierto!
Con metas caseras de reducción de residuos, de reducción de consumo eléctrico, agua y gasolina podemos hacer un gran cambio.
Además podemos organizarnos en el barrio o en grupos de amigos para proyectos de reciclaje, reforestar zonas comunales y terrenos baldíos, actividades de ornato, huertas comunitarias con abono a partir de residuos, actividades informativas y recreativas sin humo ni platos desechables y con mucha conciencia y creatividad!
Y soñando aun mas, podríamos pensar en plantas de tratamiento de agua, proyectos de energía limpia como la solar o la eólica, parques ambientales, recuperación de ríos y proyectos de investigación en materiales amigables con el ambiente, energía y procesamiento de residuos. La conciencia, y las tecnologías limpias son las herramientas con más potencial para contrarrestar el desastre que hemos generado.
El camino a la rehabilitación del medio ambiental es difícil pero posible si nos comprometemos a dar pasos desde hoy, es cuestión de empezar.
Ing. Victor Rojas Monge
El 5 de junio es el día Mundial del Medio Ambiente, se celebra desde 1973 por acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas. Nada que celebrar, mucho que meditar y más aún por hacer.
Nuestra actitud hacia la naturaleza ha sido criminal, irresponsable e indiferente. En cuestión del medio ambiente todas las personas somos responsables por acciones y omisiones y todas debemos aportar para reducir el impacto a la naturaleza. Ante la ineptitud gubernamental, el problema ambiental queda en manos de la ciudadanía, somos nosotros con acciones individuales y comunales quienes debemos enfrentar la tragedia ecológica.
Miércoles, 08 Junio 2011 05:52

Los jueces en la picota:

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Hace mucho tiempo que los pueblos civilizados del mundo entero, dejando atrás los sistemas  patriarcales en los que el gobernante detentaba el poder absoluto, lo  que fácilmente degeneraba en abuso y tiranía, adoptaron sistemas de gobiernos condicionados por leyes, orientadas  a garantizar  la seguridad de los derechos de todos y un trato igual para aquellos que se encuentren en igualdad de condiciones.
Los encargados de aplicar las leyes son los jueces, quienes tienen el poder - que a su vez conlleva una inmensa responsabilidad- de resolver  la situación concreta  de los involucrados en los asuntos sometidos a su conocimiento y de este modo, mantener  la paz social,  que siempre resulta alterada por  los hechos de quienes actuando fuera del marco  legal, irrespetan y  agreden los derechos de  los demás.
En consecuencia, no es de extrañar que los ciudadanos todos, mantengamos una vigilante atención sobre las decisiones de los jueces, puesto que  de  ellas dependen, en gran parte,   nuestra seguridad, tan amenazada en estos aciagos tiempos en los que la deshonestidad y la delincuencia ha aumentado  en forma alarmante. Lo que sorprende es que los propios jueces, que debieran ser conscientes de la importancia social de su función, se molesten porque los ciudadanos manifiesten su inconformidad cuando se producen escandalosas resoluciones, como la de la Jueza de Pavas que, concedió el arresto domiciliario a unos individuos aparentemente ligados al narcotráfico, sin reparar en la posibilidad de una fuga, ni en el peligro en que se colocaba a los vecinos de la casa, en donde se alojarían estos individuos.
El repudio unánime que provocó tan descabellada resolución, está plenamente justificado, por lo que resulta insólito  que la representante de una organización de empleados judiciales haya salido a la prensa hablando de “rompimiento del orden constitucional” y de la necesidad de “defender la independencia judicial y  la libertad de actuación de los jueces”. En un intento de caricaturizar la protesta de los ciudadanos, esa misma señora,  manifestó que los fallos judiciales no pueden ponerse a votación popular para  ver a quién le gustan y a  quién  no.
De por demás está el refutar tales manifestaciones, por cuanto es evidente que aquí no ha habido ningún rompimiento del orden constitucional, ni nadie pretende que los asuntos judiciales se resuelvan mediante  votación popular. Lo que deben entender los funcionarios judiciales  es que   ellos no son libres para resolver lo que les venga en gana y que la sociedad  debe aceptar sus caprichosas decisiones sin chistar.
Los jueces,  como simples depositarios de la autoridad que les fue conferida en virtud de su nombramiento, deben actuar con respeto a la ley y a falta de ésta, aplicarán los principios generales de Derecho y los precedentes judiciales, como lo ordena la Ley Orgánica del Poder Judicial. También, permítaseme agregar,  no está de más una buena dosis de sentido común. Por lo tanto, cuando se aparten de esos parámetros, no se extrañen que obligadamente  sobrevenga la censura social.
Hace mucho tiempo que los pueblos civilizados del mundo entero, dejando atrás los sistemas  patriarcales en los que el gobernante detentaba el poder absoluto, lo  que fácilmente degeneraba en abuso y tiranía, adoptaron sistemas de gobiernos condicionados por leyes, orientadas  a garantizar  la seguridad de los derechos de todos y un trato igual para aquellos que se encuentren en igualdad de condiciones.
Las artes son sin duda una de las manifestaciones más propias de la naturaleza humana, solo quienes la poseemos, somos capaces de generar alguna manifestación artística y si carecemos de ese don, por lo menos, podremos vibrar en nuestro fuero interior ante solo la observación o escucha de alguna creación artística.
Dado el corto espacio de tiempo del que dispongo en este espacio, quiero referirme sólo a la modalidad del canto y al apoyo que canal 7 le da a este género del talento musical nacional, a través de su programa de las noches de los sábados,.
Aunque no soy asiduo seguidor de la citada producción, reconozco que es una iniciativa que ha servido para que costarricenses, con el don para el canto, puedan darse a conocer pública y masivamente por su medio, lo cual a todas luces es un esfuerzo digno de reconocer.
Sin embargo, en las notas periodísticas de Telenoticias, he visto y oído con gran preocupación la participación de al menos una niña, que apareció ante las cámaras con vestimentas,  actuaciones e interpretaciones más propias de una mujer adulta que de una pequeña. Su voz no sonaba tampoco como la de una niña, su talento para el canto es muy evidente pero me preguntaba, al escucharla y verla desplazarse como si fuera una adulta pequeña en el escenario si ¿Acaso esa experiencia, no le está arrebatando, muy anticipadamente, algo que con el tiempo perdería, me refiero a su niñez y a vivirla plena e integralmente?
No pude dejar de recordar programas cuando se iniciaba la televisión en nuestro país, como Chungaleta, el Club del tío Santiago entre otros que ahora escapan a mi memoria, todos enfocados en ser un espacio donde niñas y niños se expresaban artísticamente pero sin dejar, por eso, de comportarse de acuerdo a su corta edad.
En estos tiempos de cambios brutales en la forma cómo se estudia, cómo se trabaja y hasta cómo se vive; pareciera que hemos perdido, en esa explosión de conocimiento y tecnología, muchos valores intrínsecos a la naturaleza humana y con ellos parte importante del sentido de la vida. Las personas pareciera que hoy disponen de más comodidades materiales y reconocimientos efímeros pero de menos paz interior.
Todo ser humano, esté en la niñez o en la adultez, para darle sentido a su vida debe tener el mayor grado de felicidad, en el mayor plazo de tiempo posible y sin duda, no debería haber más tiempo más feliz, que el de la infancia pero esta no es una época de felicidad solo para las niñas y niños que la viven, sino también lo es para quienes coyunturalmente los acompañan en esta hermosa e irrecuperable etapa de la niñez.
Con gran nostalgia hay que tener clara conciencia de que esos momentos de jugar y correr inocente, alegre y despreocupadamente, más temprano que tarde, se volverán efímeros, por el paso inexorable del tiempo. Por esto, precisamente, pienso que es una ingratitud quitarle a cualquier niña o niño el vivir su niñez, como lo que realmente es y en realidad no hay ninguna razón para empujarlos a asumir el papel de adultos pequeños. Ojalá los responsables de esa producción o de cualquier otra similar. que pudiera darse en el futuro, diseñen dos secciones una para niñas y niños y otra para solo para adultos.
Las artes son sin duda una de las manifestaciones más propias de la naturaleza humana, solo quienes la poseemos, somos capaces de generar alguna manifestación artística y si carecemos de ese don, por lo menos, podremos vibrar en nuestro fuero interior ante solo la observación o escucha de alguna creación artística.
En ninguna otra actividad, como es el caso de quienes dedican su vida a la política, se puede evidenciar los grandes prejuicios y estereotipos.
Cuando un joven toma la decisión de guiar sus esfuerzos en  sanar a quien lo necesite, nadie le dice que va a hacer un mal, en lugar de un bien, o cuando toma la decisión de educar, nadie le manifiesta que va a ser un vago, siendo un mal ejemplo para sus estudiantes; pero cuando un joven, con gran determinación, toma la decisión de dedicar sus esfuerzos, actividades, y sacrificios, a la política, lo primero que podrá escuchar es que en esta práctica solo logra sobresalir quienes buscan sus propios intereses, mediante manipulaciones y traiciones, o quienes dejan que la corrupción los acompañe durante su trayectoria política.
Esta situación, un claro desprestigio por la participación político partidaria, y una visión negativa de quienes la practican, no debería ser tomada por los jóvenes como un factor para desincentivar, o desmotivar, su decisión de ser parte de tan importante grupo de toma de decisiones.
Para nadie es un secreto que, en todos los partidos políticos, existen personas con un cierto perfil negativo, que logra contaminar su ambiente, y a quienes lo rodean; pero es el joven quien, ondeando la bandera de sus mejores valores y principios, tiene que ser quien decida si quiere ser parte del problema, o quiere ser parte de una nueva generación política, que se empodera poco a poco, limpiando el nombre de esta actividad, mediante sacrificio, trabajo fuerte, buena voluntad, y más que todo, mediante la convicción de estar trabajando por el bien de los demás, y no de una minoría.
La participación de los jóvenes en la política es vital para la Democracia participativa del país, disminuye la visión adultocentrista de las políticas públicas, refresca la imagen del político, discursos demagogos, y promesas falsas, plantea ideas y propuestas nuevas, pero lo más importante, pone en modo aprendizaje a una nueva generación de líderes, que tendrán la tarea de llevar las riendas de Costa Rica.
En momentos donde el país atraviesa un importante cambio en su sistema de partidos, y la población necesita más que nunca volver a creer en quienes deposita el poder de gobernar, es de suma importancia generar un cambio en la visión de los políticos jóvenes.  Ganar la confianza mediante trabajo y sacrificio en pro de la sociedad, demostrar así, que estamos listos para tomar el papel que merecemos, y por que el tanto luchamos; y la población, dándonos la oportunidad, y el voto de confianza, de poder demostrarlo.
En ninguna otra actividad, como es el caso de quienes dedican su vida a la política, se puede evidenciar los grandes prejuicios y estereotipos.
Cuando un joven toma la decisión de guiar sus esfuerzos en  sanar a quien lo necesite, nadie le dice que va a hacer un mal, en lugar de un bien, o cuando toma la decisión de educar, nadie le manifiesta que va a ser un vago, siendo un mal ejemplo para sus estudiantes; pero cuando un joven, con gran determinación, toma la decisión de dedicar sus esfuerzos, actividades, y sacrificios, a la política, lo primero que podrá escuchar es que en esta práctica solo logra sobresalir quienes buscan sus propios intereses, mediante manipulaciones y traiciones, o quienes dejan que la corrupción los acompañe durante su trayectoria política.
En la conciencia que estoy tratando de crear ante los inminentes aumentos en el costo de los combustibles y ante la necesidad de sacar de circulación muchos más carros de los que ya moviliza la restricción vehicular,  me fui a dar mis clases de sábado a San José en bus.
Despuntando el alba, caminé desde mi casa en Cartago a la Parada y de allí en bus hasta San José, donde recorrí la Avenida 4, desde el Liceo de Señoritas hasta el Parque La Merced.
La belleza del bulevar no se cuestiona, como tan poco se puede cuestionar el tamaño de la economía subterránea o informal que allí se mueve.  Fue inevitable, que saliera la faceta de profesor y me cuestionara cuántos recursos se movilizan allí sin el más mínimo control de las autoridades tributarias del país.
¡Es tal el contraste en esas pocas cuadras!. Desde la presencia mañanera de personas con guitarras, que al son de melodiosos instrumentos y sus voces, buscan como sortearse unas monedas para poder enfrentar la pobreza a la que han estado condenados. Tal vez por la existencia de una discapacidad, pero ante todo, por la indiferencia de una sociedad en la que la atención de los discapacitados se ha quedado muchas veces en el papel de una ley.
Lo anterior, se entrelaza con la vos del predicador que a primera hora lanza sus consignas que amenazan con la venida de un Dios castigador y terrorífico; profecías que terminan por diluirse  entre los gritos de gran cantidad de nicaragüenses, colombianos y también ticos, que ofrecen nacatamales, medias, discos piratas  que anuncian lo último del cine y de la música cristiana, jabones, tamales asados y  toda suerte de “chunches”.  Incluso, para mi absoluto estupor, se escucha la oferta de celulares usados (posiblemente robados), sin la menor pena ni preocupación,  sin factura y por supuesto, sin ninguna garantía.
En ese recorrido,  logran verse las empleadas municipales barriendo el bulevar, policías municipales en carros, bicicletas y a pie; pasando indiferentes y aunque inquietando levemente a los vendedores, estos rápidamente se reorganizan y continúan con su colosal comercio.
Al final del bulevar,  muy cerca de la Iglesia La Merced; está el bar, que al sonido de música ensordecedora, impide a sus animados ocupantes, darse cuenta de que  el viernes ha concluido, que ya amanecido y que sus escasos salarios han sido dilapidados en aquella prisión de alcohol que los condena a ellos y a sus familias a una pobreza angustiante.  Mientras tanto, el camión cervecero está al frente del local, abasteciendo para la misma rutina en la noche de aquel sábado que apenas inicia.
Ya en el propio Parque La Merced, pululan los nicaragüenses que lo copan diariamente y donde el café, el vigorón, las tarjetas telefónicas viajeras, las raspaditas, los nacatamales y el tamal asado,  concurren como la oferta primordial para los participantes de aquel encuentro tan particular.
Allí, entre la empleada doméstica oriunda de Chinandega y el peón de construcción que vino de Masaya, emerge el concubinato del que nacerá luego un hijo de inmigrantes ilegales,  quienes prolongan su pobreza viviendo en la cuartería de aquel tico inconsciente que luego de recibir el bono de vivienda convirtió su casa en un negocio de cuartería.  Es el mismo tico, que luego fue premiado con una placa de taxi  por sus servicios en alguna campaña política y es el mismo, al que posiblemente luego, le darán otra placa u otro bono de vivienda.
Llego a mis clases e inicio,  contándoles a mis estudiantes sobre mi peculiar recorrido y reflexionando con ellos sobre las particularidades de esta Costa Rica de hoy.  Un país tomado por la ilegalidad de una economía informal de la que viven una enorme cantidad de familias ticas y también extranjeras ilegales,   de la que se enriquece alguien que no sabemos quién o quiénes son y con la que se condena al estado,  a asumir cargas sociales enormes sobre gentes que no tributan, no se formalizan,  que perpetúan su pobreza y que nos encadenan al subdesarrollo a todos.
El objetivo esbozado al inicio de mi comentario se cumplió, pues he ahorrado un poquito de combustible al país, pero he quedado inquieto y preocupado. Ha sido, sin lugar a dudas, un avenidazo lleno de reflexión…
En la conciencia que estoy tratando de crear ante los inminentes aumentos en el costo de los combustibles y ante la necesidad de sacar de circulación muchos más carros de los que ya moviliza la restricción vehicular,  me fui a dar mis clases de sábado a San José en bus.