Alexander Hernández Camacho
Entre las múltiples definiciones que presenta la Real Academia de la Lengua, la huella es un "Rastro, seña o vestigio que deja alguien o algo", es una "Impresión profunda y duradera". La huella es perdurable y aunque en un contexto físico se puede borrar; a veces, en la mente y en el corazón de las personas esa huella es indeleble.
Voy a iniciar este comentario ofreciendo una disculpa pública. Voy a confesar que siempre he repudiado y he estado en contra de la excesiva cobertura e importancia dada al quehacer de la selección nacional de fútbol. He sido crítico eterno del endiosamiento peligroso con que a veces hemos tratado este tema.
El mundial de fútbol es sin duda un fenómeno social. También es un mecanismo de movilización económica que podría sacar de muchos apuros a la economía del país más grande de latino américa, o bien, lo podría sumir en una confrontación social sin igual.
En 1985, fui a una feria en Barreal de Heredia. Eran las primeras ferias que se hacían en el país. Aquella se llamaba FERCORI y se extendió por años desde Antigua Aduana. Después de ella, vinieron para quedarse y pulular como abejones en mayo, las Expo. Desde bodas, casas, carros, vacas, perros, vinos, libros, orquídeas y todo lo que usted quiera imaginarse.
En 1985, fui a una feria en Barreal de Heredia. Eran las primeras ferias que se hacían en el país. Aquella se llamaba FERCORI y se extendió por años desde Antigua Aduana. Después de ella, vinieron para quedarse y pulular como abejones en mayo, las Expo. Desde bodas, casas, carros, vacas, perros, vinos, libros, orquídeas y todo lo que usted quiera imaginarse.
Cualquiera puede constatar, que en la mesa No.3517 de la Escuela Carlos Peralta de Guadalupe de Cartago, quien les escribe hoy es uno de los casi 900.000 ticos que no fue a votar el pasado 02 de febrero.