Comentarios

 

Decía Churchill que la democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás.
Evoco esas palabras como punto de partida para referirme a la actitud que han mostrado algunas personas y grupos cada vez que se plantea la posibilidad de llevar un proyecto de ley a decisión del pueblo en referéndum y no comparten el fondo de la propuesta.  En tales casos, han demandado con vehemencia que el TSE frene la iniciativa e impida la consulta popular.
Pero debe recordarse que no les compete a los magistrados electorales definir la pertinencia de llevar o no estos asuntos a referéndum.  La decisión corresponde exclusivamente a las mayorías parlamentarias o a la voluntad conjunta de 150 mil ciudadanos.
El control de admisibilidad que corre a cargo del TSE se limita a verificar que se cumplan las condiciones que fijan la Constitución y la ley sobre el particular, así como que las normas del proyecto no infrinjan groseramente otros preceptos constitucionales.  En ningún caso ese examen se extiende a valorar la bondad de la propuesta.
La lógica democrática así lo impone.  Sería absolutamente reprochable que el TSE se negara a organizar un referéndum impulsado por estas mayorías parlamentarias o por esos miles de costarricenses, por la única circunstancia de que el respectivo proyecto de ley no fuera del agrado de sus magistrados o por contraponerse a los intereses o a la ideología de determinados sectores sociales o políticos.  De adoptar el TSE ese autoritario rumbo, estaría cerrándole al pueblo la posibilidad de discutir sobre el particular y, lo que es más grave, sustituyéndolo como árbitro soberano de la cuestión.
Aquellos que retan al TSE para que proceda de esa indebida manera no entienden que el referéndum hace a la ciudadanía, y no al organismo electoral, el forjador de su destino.  De forma consciente o inconsciente, envían un mensaje de desprecio a la capacidad del pueblo para discernir democráticamente lo que es bueno o malo para el conglomerado social o, en el mejor de los casos, de temor frente a sus decisiones.  Nos están diciendo que sólo es válido convocar una consulta popular cuando se trate de iniciativas de ley que esos grupos avalen y, por ende, que de antemano esté garantizado que la ciudadanía no tomará una decisión “equivocada”.
No se vale.  Recuerden que, como decía Antonio Gala, “La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer.  La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer”.
Luis Antonio Sobrado
Presidente TSE
Decía Churchill que la democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás.
Evoco esas palabras como punto de partida para referirme a la actitud que han mostrado algunas personas y grupos cada vez que se plantea la posibilidad de llevar un proyecto de ley a decisión del pueblo en referéndum y no comparten el fondo de la propuesta.  En tales casos, han demandado con vehemencia que el TSE frene la iniciativa e impida la consulta popular.
¡Los archivos de Costa Rica estamos de fiesta! Tal y como lo decidió el Consejo Internacional de los Archivos,  el 9 de junio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Archivos.
Con ese fin, el Archivo Nacional de Costa Rica, rector del sistema nacional
en esta materia,  tendrá una celebración  de puertas abiertas el viernes  8 de
junio. Nos parece fundamental que la sociedad costarricense tome conciencia de la importancia que tienen los archivos públicos. Por esta razón, tendremos   una feria en la que se expondrá el quehacer de diversos archivos del sistema, se proyectarán filmes y videos, y se facilitará la muestra
documental "Fotografía: memoria del pasado, fuente de información". Como cierre, tendremos un concierto con la Orquesta del Sinem de Curridabat, a las 12:30 p.m.
La celebración continuará en julio. Desde hace más de 20 años se acordó, mediante un decreto ejecutivo, que durante la cuarta semana de este mes se celebre la Semana del Archivista Costarricense. Esta fecha hace un reconocimiento a la fundación del Archivo Nacional, que se llevó a cabo el 23 de julio de 1881.
De esta forma, se reconoce la relevancia del profesional responsable de los documentos, en cualquier soporte. El manejo adecuado de los documentos es esencial para una administración del Estado moderna y transparente, y para garantizar los derechos de los ciudadanos. Además, los documentos son prueba indispensable cuando se exige una verdadera rendición de cuentas a los gobernantes.
Este tema, justamente, se abordará en el próximo Congreso
Archivístico Nacional, que llevará por título "El buen gobierno y los
archivos". La actividad se efectuará los días 26 y 27 de julio, con la participación de renombrados especialistas nacionales y extranjeros. Esta será una nueva oportunidad para acercarse al tema.
Las fechas y actividades mencionadas nos remiten, en última instancia, a una serie de temas que nos interesan a todos los ciudadanos, como son el manejo de los documentos para la transparencia en la gestión pública, y el acceso a los documentos e información pública. Estos son, sin duda alguna, requisitos indispensables para la gobernabilidad de nuestro país.
Virginia Chacón Arias
Directora del Archivo Nacional
¡Los archivos de Costa Rica estamos de fiesta! Tal y como lo decidió el Consejo Internacional de los Archivos,  el 9 de junio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Archivos.
¡Los archivos de Costa Rica estamos de fiesta! Tal y como lo decidió el Consejo Internacional de los Archivos,  el 9 de junio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Archivos.
Con ese fin, el Archivo Nacional de Costa Rica, rector del sistema nacional
en esta materia,  tendrá una celebración  de puertas abiertas el viernes  8 de
junio. Nos parece fundamental que la sociedad costarricense tome conciencia de la importancia que tienen los archivos públicos. Por esta razón, tendremos   una feria en la que se expondrá el quehacer de diversos archivos del sistema, se proyectarán filmes y videos, y se facilitará la muestra
documental "Fotografía: memoria del pasado, fuente de información". Como cierre, tendremos un concierto con la Orquesta del Sinem de Curridabat, a las 12:30 p.m.
La celebración continuará en julio. Desde hace más de 20 años se acordó, mediante un decreto ejecutivo, que durante la cuarta semana de este mes se celebre la Semana del Archivista Costarricense. Esta fecha hace un reconocimiento a la fundación del Archivo Nacional, que se llevó a cabo el 23 de julio de 1881.
De esta forma, se reconoce la relevancia del profesional responsable de los documentos, en cualquier soporte. El manejo adecuado de los documentos es esencial para una administración del Estado moderna y transparente, y para garantizar los derechos de los ciudadanos. Además, los documentos son prueba indispensable cuando se exige una verdadera rendición de cuentas a los gobernantes.
Este tema, justamente, se abordará en el próximo Congreso
Archivístico Nacional, que llevará por título "El buen gobierno y los
archivos". La actividad se efectuará los días 26 y 27 de julio, con la participación de renombrados especialistas nacionales y extranjeros. Esta será una nueva oportunidad para acercarse al tema.
Las fechas y actividades mencionadas nos remiten, en última instancia, a una serie de temas que nos interesan a todos los ciudadanos, como son el manejo de los documentos para la transparencia en la gestión pública, y el acceso a los documentos e información pública. Estos son, sin duda alguna, requisitos indispensables para la gobernabilidad de nuestro país.
Virginia Chacón Arias
Directora del Archivo Nacional
¡Los archivos de Costa Rica estamos de fiesta! Tal y como lo decidió el Consejo Internacional de los Archivos,  el 9 de junio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Archivos.
Viernes, 08 Junio 2012 05:27

A LA VELOCIDAD DEL BUS

Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Me pregunto cada día, cuánto tiempo desperdiciamos en esta rutina, cuanto combustible, cuantos discos de embrague gastaremos en las casi 3 horas pico al día que se hacen en este tramo. Difícilmente un país con una realidad vial como el nuestro podrá alcanzar los índices de desarrollo,  niveles de exportación y crecimiento urbano esperados, con calles que responden quizás a necesidades de mediados del siglo XX.
Considero necesario acciones radicales y contundentes, que conlleven a enderezar el rumbo de las instituciones involucradas, no se trata de proponer medidas paliativas mientras el país languidece en lo económico y lo social; se trata de diseñar acciones creativas que garanticen la funcionalidad urbana y el flujo vehicular para los próximos 30 años y más; como un fundamento lógico y necesario para el progreso de la nación.
No dudo que en nuestras instituciones responsables de este tema existan calidad, capacidad, talento y honestidad profesional para realizar estas acciones. Incluso pienso que de repente hasta plata hay, viendo la piñata que hicieron con la famosa trocha fronteriza. Así que, por qué no sumarle a lo que ya existe la voluntad política que se requiere y enfocarse en hacer algo bien, no importa que no sean muchas cosas, pero que sea una cosa bien.
Si cada administración se propusiera hacer una sola cosa bien en cada Ministerio existente; en los 4 años de gestión, tendríamos al menos 15, 20 o más cosas bien hechas al término del gobierno.
Parafraseando lo que dijera un famoso político, ¿para qué vehículos sin calles ni carreteras? Esa mentalidad pueblerina de la improvisación y el “mientras tanto” debe ser erradicada de un solo tajo ya que de lo contrario se replicará en la mesa de decisiones lo que vemos en  nuestras calles: la decisión se aplazará hasta no haber realizado congresos, foros, reuniones y más foros, para ver la viabilidad de la decisión; siendo que este juego de intereses y poder, sólo da como resultado un atraso en la implementación de las medidas y peor aún, cuando el gasto se realiza y la obra se presenta, la misma ya no responde a las necesidades del momento, tal fue el caso de la carretera a Caldera, la cual muchos padres y abuelos murieron anhelándola.
Ahora que prácticamente muchos presidenciables están buscando exposición pública les lanzo la inquietud desde este foro para que en sus planes de gobierno propongan UNA, sólo una cosa buena por Ministerio la cual sea realizable con excelencia, sustentable y que garantice la Costa Rica que todos deseamos para nuestros hijos.
Luis Román Vega
Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Viernes, 08 Junio 2012 05:27

A LA VELOCIDAD DEL BUS

Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Me pregunto cada día, cuánto tiempo desperdiciamos en esta rutina, cuanto combustible, cuantos discos de embrague gastaremos en las casi 3 horas pico al día que se hacen en este tramo. Difícilmente un país con una realidad vial como el nuestro podrá alcanzar los índices de desarrollo,  niveles de exportación y crecimiento urbano esperados, con calles que responden quizás a necesidades de mediados del siglo XX.
Considero necesario acciones radicales y contundentes, que conlleven a enderezar el rumbo de las instituciones involucradas, no se trata de proponer medidas paliativas mientras el país languidece en lo económico y lo social; se trata de diseñar acciones creativas que garanticen la funcionalidad urbana y el flujo vehicular para los próximos 30 años y más; como un fundamento lógico y necesario para el progreso de la nación.
No dudo que en nuestras instituciones responsables de este tema existan calidad, capacidad, talento y honestidad profesional para realizar estas acciones. Incluso pienso que de repente hasta plata hay, viendo la piñata que hicieron con la famosa trocha fronteriza. Así que, por qué no sumarle a lo que ya existe la voluntad política que se requiere y enfocarse en hacer algo bien, no importa que no sean muchas cosas, pero que sea una cosa bien.
Si cada administración se propusiera hacer una sola cosa bien en cada Ministerio existente; en los 4 años de gestión, tendríamos al menos 15, 20 o más cosas bien hechas al término del gobierno.
Parafraseando lo que dijera un famoso político, ¿para qué vehículos sin calles ni carreteras? Esa mentalidad pueblerina de la improvisación y el “mientras tanto” debe ser erradicada de un solo tajo ya que de lo contrario se replicará en la mesa de decisiones lo que vemos en  nuestras calles: la decisión se aplazará hasta no haber realizado congresos, foros, reuniones y más foros, para ver la viabilidad de la decisión; siendo que este juego de intereses y poder, sólo da como resultado un atraso en la implementación de las medidas y peor aún, cuando el gasto se realiza y la obra se presenta, la misma ya no responde a las necesidades del momento, tal fue el caso de la carretera a Caldera, la cual muchos padres y abuelos murieron anhelándola.
Ahora que prácticamente muchos presidenciables están buscando exposición pública les lanzo la inquietud desde este foro para que en sus planes de gobierno propongan UNA, sólo una cosa buena por Ministerio la cual sea realizable con excelencia, sustentable y que garantice la Costa Rica que todos deseamos para nuestros hijos.
Luis Román Vega
Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Costa Rica está obesa o para ser más claro: ESTÁ GORDA.  Esa es la sentencia de sendos estudios que dan cuenta de la lamentable situación en nuestros niños,  adolescentes y adultos.  Aunque la verdad sea dicha,  no hacen falta estos estudios para concluir tan lapidaria sentencia, pues solo basta con darse una miradita entre la gente que día a día circula por las calles,  donde es común que las panzas desborden pantalones y faldas de muchos transeúntes.
No tengo datos más actualizados, pero en 2010 de acuerdo con datos del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica, la prevalencia de obesidad era del 26 por ciento y creo que no hemos evolucionado mucho que digamos.  Por otro lado, Costa Rica forma parte de la lista de los seis países latinoamericanos con mayor porcentaje de obesidad, según datos presentados a finales de 2011 en el Congreso Latinoamericano de Obesidad.
El aumento en la ingesta calórica y el sedentarismo coloca rápidamente a los países de Latino América en porcentajes similares a los que se maneja en países como Estados Unidos, que porcentualmente muestran estadísticas alarmantes sobre la población que sufre de obesidad.  Esto es realmente, un enorme problema de salud pública que requiere de urgente atención por parte de la población.  Digo la población y NO el Gobierno, porque no debemos endilgarle a nadie esta responsabilidad, pues es un problema público en el que el llamado a resolverlo es personal.
Ya que con la obesidad se relacionan enfermedades como la hipertensión y múltiples enfermedades articulares en las extremidades y diabetes, ya que en Costa Rica el número de hipertensos es superior a las 900 mil personas y en vista de que yo tengo herencia genética de hipertensión,  me decidí a tomar acción en contra de estas amenazas para mi vida y aquí les va mi testimonio.
Después del respectivo cheque médico para descartar riesgos, en setiembre pasado, me inscribí en una de esas carreras que semana a semana se hacen en el país. Fue una enorme sorpresa, ver que podía correr 8 kilómetros; lo que me motivó a inscribirme cada mes en al menos una carrera de 10 kilómetros y así pude lograr varias en estos meses.  Recientemente, pude correr una media maratón y con eso,  terminé por derribar ese montón de incapacidades que no sé de dónde carajos había tomado y que me impedían, tomar yo el control para esa decisión tan importante como lo es, hacer ejercicio físico de forma regular.
Tal vez mis consigas les ayuden a algunos:  “Al piso los complejos y al diablo los mitos y el temor”, a disfrutar el paisaje que ofrecen zonas como el Valle de Ujarrás o el San José nocturno corriendo por la Avenida Central.  Yo he disfrutado muchísimo el apoyo de mi familia y hasta he ido contagiando a algunos,  me ha conmovido ver las viejitas en las calles aplaudiéndole a uno cuando pasa,  ha sido estimulante el correr de niños  y jovencitos al lado de sus padres y tengo que admitirlo:  ha sido hermoso que le pongan a uno una medalla de participación en el pecho y sentirse un atleta.
Ya somos miles los que nos decidimos a dejar el control del TV y preferimos correr escuchando la Radio, lo que significa que la Radio hasta promotora de salud se ha vuelto. Mientras la vida me lo permita,  seguiré corriendo y lo seguiré disfrutando mucho y espero que pronto mis hijitos me acompañen en los recorridos de mis carreras.
Son tiempos los actuales en los que Nery Brenes o Andrey Amador son referentes de motivación esenciales para que las nuevas generaciones den el paso por la práctica de deportes.  En el caso de los adultos como yo, tal vez la motivación no sea subirnos a los podios olímpicos; pero que sea la salud y la buena vida la que nos impulse a ponernos las tenis y los audífonos del radio y que, con cada kilómetro recorrido,  demos testimonio elocuente de que nuestras limitaciones solo están en la mente...   Comentario de Alexander Hernández Camacho,
Costa Rica está obesa o para ser más claro: ESTÁ GORDA.  Esa es la sentencia de sendos estudios que dan cuenta de la lamentable situación en nuestros niños,  adolescentes y adultos.  Aunque la verdad sea dicha,  no hacen falta estos estudios para concluir tan lapidaria sentencia, pues solo basta con darse una miradita entre la gente que día a día circula por las calles,  donde es común que las panzas desborden pantalones y faldas de muchos transeúntes.
Costa Rica está obesa o para ser más claro: ESTÁ GORDA.  Esa es la sentencia de sendos estudios que dan cuenta de la lamentable situación en nuestros niños,  adolescentes y adultos.  Aunque la verdad sea dicha,  no hacen falta estos estudios para concluir tan lapidaria sentencia, pues solo basta con darse una miradita entre la gente que día a día circula por las calles,  donde es común que las panzas desborden pantalones y faldas de muchos transeúntes.
No tengo datos más actualizados, pero en 2010 de acuerdo con datos del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica, la prevalencia de obesidad era del 26 por ciento y creo que no hemos evolucionado mucho que digamos.  Por otro lado, Costa Rica forma parte de la lista de los seis países latinoamericanos con mayor porcentaje de obesidad, según datos presentados a finales de 2011 en el Congreso Latinoamericano de Obesidad.
El aumento en la ingesta calórica y el sedentarismo coloca rápidamente a los países de Latino América en porcentajes similares a los que se maneja en países como Estados Unidos, que porcentualmente muestran estadísticas alarmantes sobre la población que sufre de obesidad.  Esto es realmente, un enorme problema de salud pública que requiere de urgente atención por parte de la población.  Digo la población y NO el Gobierno, porque no debemos endilgarle a nadie esta responsabilidad, pues es un problema público en el que el llamado a resolverlo es personal.
Ya que con la obesidad se relacionan enfermedades como la hipertensión y múltiples enfermedades articulares en las extremidades y diabetes, ya que en Costa Rica el número de hipertensos es superior a las 900 mil personas y en vista de que yo tengo herencia genética de hipertensión,  me decidí a tomar acción en contra de estas amenazas para mi vida y aquí les va mi testimonio.
Después del respectivo cheque médico para descartar riesgos, en setiembre pasado, me inscribí en una de esas carreras que semana a semana se hacen en el país. Fue una enorme sorpresa, ver que podía correr 8 kilómetros; lo que me motivó a inscribirme cada mes en al menos una carrera de 10 kilómetros y así pude lograr varias en estos meses.  Recientemente, pude correr una media maratón y con eso,  terminé por derribar ese montón de incapacidades que no sé de dónde carajos había tomado y que me impedían, tomar yo el control para esa decisión tan importante como lo es, hacer ejercicio físico de forma regular.
Tal vez mis consigas les ayuden a algunos:  “Al piso los complejos y al diablo los mitos y el temor”, a disfrutar el paisaje que ofrecen zonas como el Valle de Ujarrás o el San José nocturno corriendo por la Avenida Central.  Yo he disfrutado muchísimo el apoyo de mi familia y hasta he ido contagiando a algunos,  me ha conmovido ver las viejitas en las calles aplaudiéndole a uno cuando pasa,  ha sido estimulante el correr de niños  y jovencitos al lado de sus padres y tengo que admitirlo:  ha sido hermoso que le pongan a uno una medalla de participación en el pecho y sentirse un atleta.
Ya somos miles los que nos decidimos a dejar el control del TV y preferimos correr escuchando la Radio, lo que significa que la Radio hasta promotora de salud se ha vuelto. Mientras la vida me lo permita,  seguiré corriendo y lo seguiré disfrutando mucho y espero que pronto mis hijitos me acompañen en los recorridos de mis carreras.
Son tiempos los actuales en los que Nery Brenes o Andrey Amador son referentes de motivación esenciales para que las nuevas generaciones den el paso por la práctica de deportes.  En el caso de los adultos como yo, tal vez la motivación no sea subirnos a los podios olímpicos; pero que sea la salud y la buena vida la que nos impulse a ponernos las tenis y los audífonos del radio y que, con cada kilómetro recorrido,  demos testimonio elocuente de que nuestras limitaciones solo están en la mente...   Comentario de Alexander Hernández Camacho,
Costa Rica está obesa o para ser más claro: ESTÁ GORDA.  Esa es la sentencia de sendos estudios que dan cuenta de la lamentable situación en nuestros niños,  adolescentes y adultos.  Aunque la verdad sea dicha,  no hacen falta estos estudios para concluir tan lapidaria sentencia, pues solo basta con darse una miradita entre la gente que día a día circula por las calles,  donde es común que las panzas desborden pantalones y faldas de muchos transeúntes.
Roben, sean sinvergüenzas, que el país lo premia. Eso le estamos diciendo a las nuevas generaciones. Roben, roben mucho. Sean chollados, hagan negocios con la plata del pueblo. Lo importante es aparentar. Lo importante es tener, aunque sea a expensas del pueblo. El Estado existe para que le robemos el dinero del pueblo.
Ese es el mensaje que reciben las nuevas generaciones. Se trata de hacer negocio con todos los dineros públicos. Se hace chorizo de todo y con todo. Ni la Caja se salva.
Esa es la realidad que ocurre en el día a día, gracias a lo que denuncia la prensa.
Lo que ocurre en la trocha de la vergüenza, que primero se llamaba carretera de la dignidad, es un ejemplo del serio problema que tenemos entre manos. Hay una profunda crisis de valores, aunque sea trillado decirlo. Es un asunto ético, y punto.
Parece que ser sinvergüenza, poca pena y chollado es bien visto. Es decir, el país le está diciendo al mundo que aquí premiados a los vivazos que se roban los dineros públicos, que los consideramos inteligentes, brillantes, capaces, ingeniosos, audaces, y hasta presidenciables.
Pero volvamos a la trocha. Siete empresas no le pagaban a la Caja Costarricense del Seguro Social. Varias empresas no reportaron sus ingresos a Tributación Directa. Muchas empresas recibieron adjudicaciones a pesar de que no tienen equipos pesados reportados. Y hay serias denuncias de mordidas, premios y comisiones para funcionarios públicos. Todo se hizo con los dineros de la declaratoria de emergencia.
¿Cuál es la diferencia entre esto y lo ocurrido con el préstamo finlandés en la Caja Costarricense del Seguro Social?
¿Quién puede respetar a los políticos en medio de un escándalo como el de la trocha de la indignidad, que nos deja tan mal parados frente a los vecinos del norte, que entran y salen de Isla Calero como Pedro por su casa? En Nicaragua se ríen de esto.
Costa Rica necesita un remezón, una revolcada, un cambio de timón, una vuelta a los valores. Las nuevas generaciones tienen toda la razón de no querer nada con la política ni con los políticos. Se lo han ganado a punta de chorizos. El Estado es para servir, no para servirse. Es para servirle al pueblo, no para enriquecerse vilmente.
Roben, sean sinvergüenzas, que el país lo premia. Eso le estamos diciendo a las nuevas generaciones. Roben, roben mucho. Sean chollados, hagan negocios con la plata del pueblo. Lo importante es aparentar. Lo importante es tener, aunque sea a expensas del pueblo. El Estado existe para que le robemos el dinero del pueblo.
Roben, sean sinvergüenzas, que el país lo premia. Eso le estamos diciendo a las nuevas generaciones. Roben, roben mucho. Sean chollados, hagan negocios con la plata del pueblo. Lo importante es aparentar. Lo importante es tener, aunque sea a expensas del pueblo. El Estado existe para que le robemos el dinero del pueblo.
Ese es el mensaje que reciben las nuevas generaciones. Se trata de hacer negocio con todos los dineros públicos. Se hace chorizo de todo y con todo. Ni la Caja se salva.
Esa es la realidad que ocurre en el día a día, gracias a lo que denuncia la prensa.
Lo que ocurre en la trocha de la vergüenza, que primero se llamaba carretera de la dignidad, es un ejemplo del serio problema que tenemos entre manos. Hay una profunda crisis de valores, aunque sea trillado decirlo. Es un asunto ético, y punto.
Parece que ser sinvergüenza, poca pena y chollado es bien visto. Es decir, el país le está diciendo al mundo que aquí premiados a los vivazos que se roban los dineros públicos, que los consideramos inteligentes, brillantes, capaces, ingeniosos, audaces, y hasta presidenciables.
Pero volvamos a la trocha. Siete empresas no le pagaban a la Caja Costarricense del Seguro Social. Varias empresas no reportaron sus ingresos a Tributación Directa. Muchas empresas recibieron adjudicaciones a pesar de que no tienen equipos pesados reportados. Y hay serias denuncias de mordidas, premios y comisiones para funcionarios públicos. Todo se hizo con los dineros de la declaratoria de emergencia.
¿Cuál es la diferencia entre esto y lo ocurrido con el préstamo finlandés en la Caja Costarricense del Seguro Social?
¿Quién puede respetar a los políticos en medio de un escándalo como el de la trocha de la indignidad, que nos deja tan mal parados frente a los vecinos del norte, que entran y salen de Isla Calero como Pedro por su casa? En Nicaragua se ríen de esto.
Costa Rica necesita un remezón, una revolcada, un cambio de timón, una vuelta a los valores. Las nuevas generaciones tienen toda la razón de no querer nada con la política ni con los políticos. Se lo han ganado a punta de chorizos. El Estado es para servir, no para servirse. Es para servirle al pueblo, no para enriquecerse vilmente.
Roben, sean sinvergüenzas, que el país lo premia. Eso le estamos diciendo a las nuevas generaciones. Roben, roben mucho. Sean chollados, hagan negocios con la plata del pueblo. Lo importante es aparentar. Lo importante es tener, aunque sea a expensas del pueblo. El Estado existe para que le robemos el dinero del pueblo.
La Carretera llamada Juanito Mora o también conocida como la carretera Dignidad, cuyo trayecto va paralelo a la margen del Río San Juan, en nuestra frontera norte y su construcción tiene como propósito que darle vías de comunicación de terrestre a diferentes poblaciones de la zona, a las que antes solo se les podía llegar por ese río.
Lo cierto es que, desde los inicios de la construcción, esta iniciativa ha sido noticia, las que van desde acusaciones por un supuesto daño ambiental, presentadas por parte de nacionales, quienes sin saberlo fueron tontos útiles al servicio de los intereses espurios del gobierno sandinista. Ahora nuevamente es noticia pero por nuevos actos de corrupción cometidos al menos por dos funcionarios ligados al CONAVI e involucrados en su construcción.
Ese muy aparente acto de corrupción, como excepción a la regla, fue dado a conocer a la opinión pública, no por algún medio noticioso, como ha sido la costumbre, desde hace ya varios años, sino que ahora fueron dos señores diputados los denunciantes y la señora presidente Laura Chinchilla, hizo suya esa denuncia. Bueno nunca es tarde cuando la dicha es buena.
La mayoría de los medios de comunicación cuando hay actos de corrupción se limitan a informar y a veces, ha ido más allá, provocando un escándalo, que haga reaccionar a las autoridades públicas. Por esto debemos pensar ¿qué pasaría si los medios de comunicación no hubieran asumido esa tarea de investigar y denunciar a los actos corruptos, sobre los que desafortunadamente, un día sí y otro también le informan a las y los costarricenses? Probablemente, quedarían en lo oscuro, en aquí, no pasó nada.
Por otro lado, cuando hay un corruptor privado, el Estado como un todo, de oficio, debería no volver a utilizarlo como proveedor de bienes o servicios. Pero la práctica evidencia otra cosa, se castiga al funcionario corrupto visible pero, en la mayoría de los casos, el corruptor no solo queda impune, sino que además, puede volver a tratar de gestionar una nueva relación comercial con algún ente estatal; la que seguramente ganará, usando las mismas perversas prácticas de corromper a quien decide. Este actuar es traición a la Patria.
Finalmente, el narcotráfico es otra tentación tan grande para algunos, ya no para los adictos, sino para cualquiera que quiera hacerse de dinero fácil, donde el trabajo, el esfuerzo, el estudio y la capacitación brillan por su ausencia pues lo único importante es hacer mucho dinero con el menor esfuerzo posible.
Entre esas realidades la Patria naufraga y alguna gente decente que parece no entender la gravedad de la situación y cómo todo esto afecta sus vidas y la de los suyos, ya es tiempo, de que despierten y hagan suyo la lucha contra este flagelo, de la corrupción, el cual de no ponerle un alto, podría acabar con Costa Rica.
La Carretera llamada Juanito Mora o también conocida como la carretera Dignidad, cuyo trayecto va paralelo a la margen del Río San Juan, en nuestra frontera norte y su construcción tiene como propósito que darle vías de comunicación de terrestre a diferentes poblaciones de la zona, a las que antes solo se les podía llegar por ese río.
La Carretera llamada Juanito Mora o también conocida como la carretera Dignidad, cuyo trayecto va paralelo a la margen del Río San Juan, en nuestra frontera norte y su construcción tiene como propósito que darle vías de comunicación de terrestre a diferentes poblaciones de la zona, a las que antes solo se les podía llegar por ese río.
Lo cierto es que, desde los inicios de la construcción, esta iniciativa ha sido noticia, las que van desde acusaciones por un supuesto daño ambiental, presentadas por parte de nacionales, quienes sin saberlo fueron tontos útiles al servicio de los intereses espurios del gobierno sandinista. Ahora nuevamente es noticia pero por nuevos actos de corrupción cometidos al menos por dos funcionarios ligados al CONAVI e involucrados en su construcción.
Ese muy aparente acto de corrupción, como excepción a la regla, fue dado a conocer a la opinión pública, no por algún medio noticioso, como ha sido la costumbre, desde hace ya varios años, sino que ahora fueron dos señores diputados los denunciantes y la señora presidente Laura Chinchilla, hizo suya esa denuncia. Bueno nunca es tarde cuando la dicha es buena.
La mayoría de los medios de comunicación cuando hay actos de corrupción se limitan a informar y a veces, ha ido más allá, provocando un escándalo, que haga reaccionar a las autoridades públicas. Por esto debemos pensar ¿qué pasaría si los medios de comunicación no hubieran asumido esa tarea de investigar y denunciar a los actos corruptos, sobre los que desafortunadamente, un día sí y otro también le informan a las y los costarricenses? Probablemente, quedarían en lo oscuro, en aquí, no pasó nada.
Por otro lado, cuando hay un corruptor privado, el Estado como un todo, de oficio, debería no volver a utilizarlo como proveedor de bienes o servicios. Pero la práctica evidencia otra cosa, se castiga al funcionario corrupto visible pero, en la mayoría de los casos, el corruptor no solo queda impune, sino que además, puede volver a tratar de gestionar una nueva relación comercial con algún ente estatal; la que seguramente ganará, usando las mismas perversas prácticas de corromper a quien decide. Este actuar es traición a la Patria.
Finalmente, el narcotráfico es otra tentación tan grande para algunos, ya no para los adictos, sino para cualquiera que quiera hacerse de dinero fácil, donde el trabajo, el esfuerzo, el estudio y la capacitación brillan por su ausencia pues lo único importante es hacer mucho dinero con el menor esfuerzo posible.
Entre esas realidades la Patria naufraga y alguna gente decente que parece no entender la gravedad de la situación y cómo todo esto afecta sus vidas y la de los suyos, ya es tiempo, de que despierten y hagan suyo la lucha contra este flagelo, de la corrupción, el cual de no ponerle un alto, podría acabar con Costa Rica.
La Carretera llamada Juanito Mora o también conocida como la carretera Dignidad, cuyo trayecto va paralelo a la margen del Río San Juan, en nuestra frontera norte y su construcción tiene como propósito que darle vías de comunicación de terrestre a diferentes poblaciones de la zona, a las que antes solo se les podía llegar por ese río.
Recientemente, la señora Presidenta de la República destituyó a su Ministro de Obras Públicas y Transportes, por hechos de corrupción en la construcción de la carretera “1856”, en la margen del Río San Juan. Doña Laura Chinchilla consideró necesaria la destitución, no porque el funcionario cometiera personalmente alguna irregularidad, sino porque en su condición de jerarca le cabía “responsabilidad política”.
La decisión merece nuestro aplauso y aprobación. No obstante, también nos genera algunas interrogantes sobre la coherencia de la señora Presidenta. Veamos: al jerarca del MOPT, lo destituyó por hechos que cometieron sus subalternos, pero al jerarca de Hacienda lo mantuvo en el cargo y lo defendió, cuando estaba siendo cuestionado por actos personales y propios. ¿Porqué la diferencia? ¿Qué la justifica?
Si de “responsabilidad política” se trata, pareciera que hay un claro problema de coherencia, pues en ambos casos se imponía la destitución del Ministro.
La actuación de doña Laura Chinchilla puede entonces interpretarse de dos maneras distintas. Para algunos, se trató de una medida de “satisfacción a la opinión pública”, una operación de “maquillaje” para contrarrestar su mala imagen en las encuestas, una forma de presentarse finalmente como la Presidenta “firme y honesta” que prometió ser.
Por mi parte, prefiero pensar que estamos ante un cambio en la manera de concebir el ejercicio del poder. Quisiera creer que doña Laura Chinchilla ha abierto los ojos y ha escuchado el clamor popular que pide a gritos un alto a la corrupción. Quisiera imaginar que, de ahora en adelante, la Presidenta le exigirá “responsabilidad política” a todos sus funcionarios, sin distinción de rango, no sólo cuando roben o despilfarren fondos públicos, sino también cuando permitan que otros lo hagan.
Por eso, debemos estar atentos a las futuras actuaciones de la señora Presidenta en casos de este tipo. Será ella quien demostrará si tengo razón en mi apreciación, o si más bien soy un iluso, pues quienes estaban en lo correcto eran los que dudaban de sus buenas intenciones y sinceridad cuando despidió a su Ministro de Transportes.
La ocasión de hacerlo está a la vuelta de la esquina, pues recién estamos conociendo los verdaderos alcances de lo sucedido con la trocha “1856”. Lo que se suponía sería un acto para reafirmar la soberanía nacional, ha terminado siendo causa de enorme humillación y vergüenza para todos los costarricenses.
Hoy, como en 1856, la Patria expectante vuelve sus ojos hacia la Presidencia. Hoy, como en 1856, Costa Rica demanda firmeza y honestidad. Hoy, como en 1856, los costarricenses necesitamos volver a creer y volver a soñar en un futuro distinto, un futuro mejor.
Rodolfo Brenes Vargas
Recientemente, la señora Presidenta de la República destituyó a su Ministro de Obras Públicas y Transportes, por hechos de corrupción en la construcción de la carretera “1856”, en la margen del Río San Juan. Doña Laura Chinchilla consideró necesaria la destitución, no porque el funcionario cometiera personalmente alguna irregularidad, sino porque en su condición de jerarca le cabía “responsabilidad política”.
Recientemente, la señora Presidenta de la República destituyó a su Ministro de Obras Públicas y Transportes, por hechos de corrupción en la construcción de la carretera “1856”, en la margen del Río San Juan. Doña Laura Chinchilla consideró necesaria la destitución, no porque el funcionario cometiera personalmente alguna irregularidad, sino porque en su condición de jerarca le cabía “responsabilidad política”.
La decisión merece nuestro aplauso y aprobación. No obstante, también nos genera algunas interrogantes sobre la coherencia de la señora Presidenta. Veamos: al jerarca del MOPT, lo destituyó por hechos que cometieron sus subalternos, pero al jerarca de Hacienda lo mantuvo en el cargo y lo defendió, cuando estaba siendo cuestionado por actos personales y propios. ¿Porqué la diferencia? ¿Qué la justifica?
Si de “responsabilidad política” se trata, pareciera que hay un claro problema de coherencia, pues en ambos casos se imponía la destitución del Ministro.
La actuación de doña Laura Chinchilla puede entonces interpretarse de dos maneras distintas. Para algunos, se trató de una medida de “satisfacción a la opinión pública”, una operación de “maquillaje” para contrarrestar su mala imagen en las encuestas, una forma de presentarse finalmente como la Presidenta “firme y honesta” que prometió ser.
Por mi parte, prefiero pensar que estamos ante un cambio en la manera de concebir el ejercicio del poder. Quisiera creer que doña Laura Chinchilla ha abierto los ojos y ha escuchado el clamor popular que pide a gritos un alto a la corrupción. Quisiera imaginar que, de ahora en adelante, la Presidenta le exigirá “responsabilidad política” a todos sus funcionarios, sin distinción de rango, no sólo cuando roben o despilfarren fondos públicos, sino también cuando permitan que otros lo hagan.
Por eso, debemos estar atentos a las futuras actuaciones de la señora Presidenta en casos de este tipo. Será ella quien demostrará si tengo razón en mi apreciación, o si más bien soy un iluso, pues quienes estaban en lo correcto eran los que dudaban de sus buenas intenciones y sinceridad cuando despidió a su Ministro de Transportes.
La ocasión de hacerlo está a la vuelta de la esquina, pues recién estamos conociendo los verdaderos alcances de lo sucedido con la trocha “1856”. Lo que se suponía sería un acto para reafirmar la soberanía nacional, ha terminado siendo causa de enorme humillación y vergüenza para todos los costarricenses.
Hoy, como en 1856, la Patria expectante vuelve sus ojos hacia la Presidencia. Hoy, como en 1856, Costa Rica demanda firmeza y honestidad. Hoy, como en 1856, los costarricenses necesitamos volver a creer y volver a soñar en un futuro distinto, un futuro mejor.
Rodolfo Brenes Vargas
Recientemente, la señora Presidenta de la República destituyó a su Ministro de Obras Públicas y Transportes, por hechos de corrupción en la construcción de la carretera “1856”, en la margen del Río San Juan. Doña Laura Chinchilla consideró necesaria la destitución, no porque el funcionario cometiera personalmente alguna irregularidad, sino porque en su condición de jerarca le cabía “responsabilidad política”.
Viernes, 01 Junio 2012 04:43

PERDURA

Muchos creemos que cuando alguien fallece, lo único que muere es su cuerpo. El precioso recipiente que contuvo el alma de la persona con quien compartimos experiencias, anhelos, esperanzas, desencantos y alegrías.
Nuestro hermano, el amigo, el maestro y el compañero que al morir nos abandona porque recibe el don de pasar a una vida mejor, deja en nosotros, y en el mundo en que desarrolló su existencia, huellas suficientes que nos permiten seguir su rastro, un rastro que determinará nuestros recuerdos, y con ellos el egoísta dolor de ya no tenerlo  a nuestro lado.
El martes de esta semana, el programa Panorama, la Cámara Nacional de Radio, y toda la gente de bien de este país, y de fuera de él, que por cualquier motivo tuvo el privilegio de compartir algún instante de su vida con don Andrés Guzmán Stein, comenzamos a seguir las huellas marcadas con la fuerza de su inclaudicable voluntad; huellas que dejaron tras de sí un rastro de honestidad que es ejemplo en este país.
Sus acciones como empresario emprendedor; su activa, y siempre desinteresada participación en la política nacional; su permanente preocupación por los asuntos públicos de la nación; pero especialmente sus palabras, difundidas a través de este programa con la claridad y valentía, que solo pueden expresar las personas dignas, con convicciones firmes, y una sólida formación, permanecerán con nosotros en el tiempo.
Andrés Guzmán falleció, pero su legado vivirá en el corazón de su familia; en los gratos recuerdos de quienes fuimos sus compañeros comentaristas y amigos; y en el ejemplar sendero que nos dejó marcado con las huellas de sus acciones.
Paz y resignación a sus familiares.
Rigoberto Urbina Vargas y todo el cuerpo de comentaristas del Programa Panorama.
Muchos creemos que cuando alguien fallece, lo único que muere es su cuerpo. El precioso recipiente que contuvo el alma de la persona con quien compartimos experiencias, anhelos, esperanzas, desencantos y alegrías.