Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Me pregunto cada día, cuánto tiempo desperdiciamos en esta rutina, cuanto combustible, cuantos discos de embrague gastaremos en las casi 3 horas pico al día que se hacen en este tramo. Difícilmente un país con una realidad vial como el nuestro podrá alcanzar los índices de desarrollo, niveles de exportación y crecimiento urbano esperados, con calles que responden quizás a necesidades de mediados del siglo XX.
Considero necesario acciones radicales y contundentes, que conlleven a enderezar el rumbo de las instituciones involucradas, no se trata de proponer medidas paliativas mientras el país languidece en lo económico y lo social; se trata de diseñar acciones creativas que garanticen la funcionalidad urbana y el flujo vehicular para los próximos 30 años y más; como un fundamento lógico y necesario para el progreso de la nación.
No dudo que en nuestras instituciones responsables de este tema existan calidad, capacidad, talento y honestidad profesional para realizar estas acciones. Incluso pienso que de repente hasta plata hay, viendo la piñata que hicieron con la famosa trocha fronteriza. Así que, por qué no sumarle a lo que ya existe la voluntad política que se requiere y enfocarse en hacer algo bien, no importa que no sean muchas cosas, pero que sea una cosa bien.
Si cada administración se propusiera hacer una sola cosa bien en cada Ministerio existente; en los 4 años de gestión, tendríamos al menos 15, 20 o más cosas bien hechas al término del gobierno.
Parafraseando lo que dijera un famoso político, ¿para qué vehículos sin calles ni carreteras? Esa mentalidad pueblerina de la improvisación y el “mientras tanto” debe ser erradicada de un solo tajo ya que de lo contrario se replicará en la mesa de decisiones lo que vemos en nuestras calles: la decisión se aplazará hasta no haber realizado congresos, foros, reuniones y más foros, para ver la viabilidad de la decisión; siendo que este juego de intereses y poder, sólo da como resultado un atraso en la implementación de las medidas y peor aún, cuando el gasto se realiza y la obra se presenta, la misma ya no responde a las necesidades del momento, tal fue el caso de la carretera a Caldera, la cual muchos padres y abuelos murieron anhelándola.
Ahora que prácticamente muchos presidenciables están buscando exposición pública les lanzo la inquietud desde este foro para que en sus planes de gobierno propongan UNA, sólo una cosa buena por Ministerio la cual sea realizable con excelencia, sustentable y que garantice la Costa Rica que todos deseamos para nuestros hijos.
Luis Román Vega
Cada semana cuando debo realizar el tramo entre la UNED en Sabanilla y San Ramón de Tres Ríos, me surge la pregunta ¿cuándo llegaremos a ser un país desarrollado? si veo como Costa Rica avanza a la velocidad de un bus. Y es que cada día la fila de automóviles, entre la que se cuentan vehículos distribuidores de productos de empresas de todo tipo, vehículos de carga liviana de uso privado, vehículos de uso oficial, un sin número de vehículos particulares y hasta mensajeros en motocicleta deben de realizar, cada una de las paradas que haga el bus que “lidera” la fila de vehículos contemple en su ruta; esto, como si fuésemos un solo bloque. Algo impensable en otros países.
Me pregunto cada día, cuánto tiempo desperdiciamos en esta rutina, cuanto combustible, cuantos discos de embrague gastaremos en las casi 3 horas pico al día que se hacen en este tramo. Difícilmente un país con una realidad vial como el nuestro podrá alcanzar los índices de desarrollo, niveles de exportación y crecimiento urbano esperados, con calles que responden quizás a necesidades de mediados del siglo XX.
Considero necesario acciones radicales y contundentes, que conlleven a enderezar el rumbo de las instituciones involucradas, no se trata de proponer medidas paliativas mientras el país languidece en lo económico y lo social; se trata de diseñar acciones creativas que garanticen la funcionalidad urbana y el flujo vehicular para los próximos 30 años y más; como un fundamento lógico y necesario para el progreso de la nación.
No dudo que en nuestras instituciones responsables de este tema existan calidad, capacidad, talento y honestidad profesional para realizar estas acciones. Incluso pienso que de repente hasta plata hay, viendo la piñata que hicieron con la famosa trocha fronteriza. Así que, por qué no sumarle a lo que ya existe la voluntad política que se requiere y enfocarse en hacer algo bien, no importa que no sean muchas cosas, pero que sea una cosa bien.
Si cada administración se propusiera hacer una sola cosa bien en cada Ministerio existente; en los 4 años de gestión, tendríamos al menos 15, 20 o más cosas bien hechas al término del gobierno.
Parafraseando lo que dijera un famoso político, ¿para qué vehículos sin calles ni carreteras? Esa mentalidad pueblerina de la improvisación y el “mientras tanto” debe ser erradicada de un solo tajo ya que de lo contrario se replicará en la mesa de decisiones lo que vemos en nuestras calles: la decisión se aplazará hasta no haber realizado congresos, foros, reuniones y más foros, para ver la viabilidad de la decisión; siendo que este juego de intereses y poder, sólo da como resultado un atraso en la implementación de las medidas y peor aún, cuando el gasto se realiza y la obra se presenta, la misma ya no responde a las necesidades del momento, tal fue el caso de la carretera a Caldera, la cual muchos padres y abuelos murieron anhelándola.
Ahora que prácticamente muchos presidenciables están buscando exposición pública les lanzo la inquietud desde este foro para que en sus planes de gobierno propongan UNA, sólo una cosa buena por Ministerio la cual sea realizable con excelencia, sustentable y que garantice la Costa Rica que todos deseamos para nuestros hijos.
Luis Román Vega