El 5 de diciembre, en todo el país, los costarricenses estamos llamados a las urnas. Ese día, completaremos los gobiernos municipales. Tras haber elegido en febrero a los regidores y regidoras, llega el momento de seleccionar a las mejores personas de nuestras comunidades para que asuman otros importantes cargos públicos; tan importantes, que de su buen trabajo dependerá en gran medida nuestro bienestar.
Los costarricenses hemos construido, a lo largo de nuestra historia independiente, una democracia que, sin ser perfecta, nos ha ganado el reconocimiento de propios y extraños. Hace mucho, aprendimos a resolver nuestras diferencias políticas sin necesidad de usar la violencia. La pregunta de quiénes nos van a gobernar por un tiempo específico, podemos resolverla pacíficamente con nuestro voto.
Pero ser ciudadano es mucho más que ser elector. Es más que ir cada tanto a votar. Ser ciudadano es tanto un privilegio como una responsabilidad; un conjunto de derechos que podemos exigir que nos respeten, pero también una serie de deberes que la patria demanda de nosotros.
Ser ciudadano es más que ser un espectador de los mal llamados “asuntos de los políticos”. Las discusiones políticas y los debates sobre el rumbo del Gobierno, no son un show o un escándalo entretenido que debamos contemplar inmóviles frente al televisor de nuestras casas. Son cosas que, directa o indirectamente, nos afectan y ante las cuales tenemos derecho a pedir respuestas y ofrecer soluciones.
Estas elecciones municipales que se avecinan son una oportunidad de oro para recuperar la fuerza de nuestra ciudadanía. Ni somos esclavos o vasallos de un Emperador, ni podemos esperar a que los problemas de nuestros municipios se resuelvan por sí solos. Debemos informarnos bien, preguntar, discutir, valorar con serenidad las propuestas y cualidades de los candidatos, y prepararnos para ir a votar.
El 5 de diciembre es la elección de su barrio. Demuestre su orgullo de ser ciudadano de Costa Rica. No permita que sean otros los que elijan por usted. No le dé la espalda a su comunidad. Cuando le entreguen en sus manos las papeletas electorales para marcarlas con libertad, sepa que está asumiendo una responsabilidad en el destino del lugar en el que vive… una responsabilidad que la Constitución Política le encomienda como ciudadano.
Max Alberto Esquivel Faerron
Magistrado, TSE
El 5 de diciembre, en todo el país, los costarricenses estamos llamados a las urnas. Ese día, completaremos los gobiernos municipales. Tras haber elegido en febrero a los regidores y regidoras, llega el momento de seleccionar a las mejores personas de nuestras comunidades para que asuman otros importantes cargos públicos; tan importantes, que de su buen trabajo dependerá en gran medida nuestro bienestar.
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La Radio en el pensamiento y el corazón de la gente
Si hay un medio de comunicación que se arraiga, de manera más efectiva, íntima y profunda en el pensamiento y el corazón de la gente, es la Radio. Sencillamente porque la Radio ha sido valorada positivamente por la ciudadanía en diversas encuestas como un medio de gran confiabilidad, honestidad, cercanía, sencillez y credibilidad, esto aunado al hecho de que está más segmentada respecto del público a quien va dirigida, es un medio económicamente más accesible para adquirirlo y posee cualidades como la inmediatez, la simultaneidad y el alcance, que la hacen un medio idóneo para el entretenimiento, la información o la función educativa.
¿En cuántas ocasiones la Radio no ha sido nuestra fiel compañera, amiga, cómplice o confidente?... Cuando vamos en un auto o en un bus, cuando nos alistamos para salir a estudiar o trabajar, mientras cocinamos o comemos…, la escuchamos en matrimonios, cumpleaños, graduaciones o paseos… En fin, la Radio nos acompaña a cualquier hora y en cualquier lugar. Su mensaje llega a todos, ya que no sabe de distinciones sociales o educativas porque, precisamente, su popularidad descansa en que está hecha para servirle al pueblo en general. ¿Acaso no es un medio idóneo para quienes, por determinada razón, no saben leer o escribir?...
Así es, la radio ocupa un lugar importantísimo no sólo en nuestras vidas como parte de nuestro entretenimiento, sino en la consolidación de nuestro quehacer nacional. Cada día miles de personas en Costa Rica se informan, debaten, denuncian, opinan, promueven la sana producción de criterios y forman sus visiones de mundo a través de los contenidos que las emisoras les entregan.
Como lo señalara el locutor argentino Daniel Ocampo: “La importancia de la radio como medio de difusión, se concentra principalmente en la naturaleza de lo que ésta representa como medio en sí, ya que, posee, una calidad intima de tú a tú, que la mayoría de los otros medios no tienen”.
En este sentido, no sería una exageración afirmar que la Radio, debido a sus características, se puede contemplar como una alternativa muy efectiva para la introspección del individuo, pues desde el punto de vista psicológico, el mensaje radiofónico propicia la captación más directa de conceptos en la medida de que el oyente echa a volar su imaginación según su circunstancia, formación y ambiente en los que se desenvuelven, de tal manera que, a diferencia de otros medios como la televisión, la prensa o el cine, la Radio no se limita a espacios, colores, pantallas o sonidos.
Por eso las nuevas concepciones del mundo y el individuo, acompañadas por el avance de las tecnologías en los medios de comunicación, plantean una urgente necesidad de consolidar un modelo de radiodifusión a la altura de las demandas de un auditorio diverso para que la Radio siga al servicio de la ciudadanía; continúe siendo un eje fundamental de nuestro progreso; siga enalteciendo diariamente los más elevados valores de nuestra vida social; siga contribuyendo a la libertad de expresión; siga siendo capaz de representar a los diversos sectores de la sociedad; y nos siga brindando, a nosotros sus oyentes, el derecho de seguir escuchando una Radio con espíritu libre, dinámico, independiente, directo y plural.
Valga, entonces, un reconocimiento y un sincero agradecimiento para la Radio por tantos, y tan excelentes aportes, en la construcción de una democracia más sana y en la cimentación de nuestro valioso patrimonio nacional.
Si hay un medio de comunicación que se arraiga, de manera más efectiva, íntima y profunda en el pensamiento y el corazón de la gente, es la Radio. Sencillamente porque la Radio ha sido valorada positivamente por la ciudadanía en diversas encuestas como un medio de gran confiabilidad, honestidad, cercanía, sencillez y credibilidad, esto aunado al hecho de que está más segmentada respecto del público a quien va dirigida, es un medio económicamente más accesible para adquirirlo y posee cualidades como la inmediatez, la simultaneidad y el alcance, que la hacen un medio idóneo para el entretenimiento, la información o la función educativa.
BANCO POPULAR: UN PROYECTO ESTRATÉGICO PARA EL MOVIMIENTO COOPERATIVO.
Desde el año 2009, en CONACOOP se trabaja arduamente sobre el proceso de elección de los delegados y delegadas a la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular (ATTBP).
Se trató no sólo de elegir delegados y delegadas a esta Asamblea sino de superar muchos obstáculos, desde una buena cantidad de recursos de amparo, objeción de decretos presidenciales y otros, hasta pasar al escenario de conflicto e integración con base en el trabajo de una Comisión de Acreditación que establecía los mecanismos operativos para que cada uno de los sectores sociales miembros de la Asamblea, eligiera sus delegados.
Es intrincado y difícil por la complejidad del proceso, así como por la enorme cantidad de pasos y requisitos que se deben realizar para poder elegir 290 delegados. Este es el corolario de la elección de delegados a la Asamblea, que no logra concretarse gracias a la actitud de aplicación de cerrojos a la participación de quienes ostentaban los cargos de representación en el Banco Popular en la administración que finaliza.
El día 8 de octubre pasado la Presidenta de la República, Lic. Laura Chinchilla Miranda, nombró a la Lic. Victoria Hernández, al Lic. José Eduardo Alvarado, así como al Lic. Franklin Ramos y a la Lic. Mercedes Flores (suplentes) como miembros de la Junta Directiva “pro tempore” del Banco Popular y de Desarrollo Comunal. Todos líderes del sector, con amplia trayectoria en el cooperativismo de ahorro y crédito.
La Presidenta reconoce la trayectoria personal y profesional de los que ha llamado a ocupar cargos en esta directiva, entre otros factores que sustentan sus decisiones y eso hace que nos sintamos agradecidos no sólo de esta visión política sino de su carácter independiente de presiones de todo tipo.
Completando el proceso, nombra como representantes de los sectores sociales a la Lic. Silvia Morales, dirigente del Movimiento Solidarista y al Dr. Luis Garita, reconocido académico, ex rector de la Universidad Costa Rica, cooperativista y con numerosas actividades comunales en su apreciable trayectoria.
Todos ellos y ellas sumados a nuestros dirigentes cooperativistas, suman al trabajo realizado en términos de alianza de sectores sociales que hemos procurando, para una renovación técnica y en términos de políticas públicas, de esta institución bancaria.
En el Consejo Nacional de Cooperativas, esperamos que el nombramiento de estos nuestros amigos y amigas del cooperativismo y de varios sectores sociales, promuevan la renovación que hemos esperado en el Banco Popular, como una estratégica institución bancaria de la Economía Social en el país.
Desde el año 2009, en CONACOOP se trabaja arduamente sobre el proceso de elección de los delegados y delegadas a la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular (ATTBP).
Estamos viviendo dos momentos difíciles que requieren de todos los costarricenses la unidad nacional, la solidaridad y la suma de voluntades para salir adelante.
La naturaleza nos ha golpeado arrancando vidas, destruyendo comunidades y dañando la ya deteriorada infraestructura nacional. El gobierno de la República esta actuando con sus recursos para remediar lo urgente, pero se impone nuevamente la solidaridad nacional para contribuir. Cada costarricense con su grano de arena puede colaborar con dinero, alimentos no perecederos y artículos de higiene personal.
Debemos comprender que los daños en la infraestructura del país nuevamente nos enfrenta a posponer soluciones necesarias, por las urgentes: reinstalar puentes caídos, habilitar carreteras destrozadas y edificar comunidades dañadas. Acá solo nos queda comprensión, actuar con responsabilidad y tener una mayor paciencia.
Por otra parte, en este mal momento, la falta de ingenio de algunos políticos nicaragüenses que inventan conflictos ante su falta de capacidad propositiva para resolver los problemas internos en Nicaragua nos ocupan en un conflicto en la frontera.
Proceder con inteligencia y entereza defendiendo la verdad y la razón es lo que corresponde en este momento. La unión, el apoyo al Gobierno y la convicción de que los organismos internacionales al final nos darán la razón.
Es claro que debemos darle la mano amistosa a todos los extranjeros que viven con nosotros, debemos comprender que una cosa son esos políticos nicaragüenses mal agradecidos y otra son los ciudadanos de ese hermano país.
Dos momentos difíciles: uno natural otro político que pone a prueba la inteligencia de los costarricenses. Ayudemos de acuerdo con nuestras posibilidades y actuemos con fraternidad y fe en el futuro.
Raúl Silesky Jiménez
Presidente Colegio de Periodistas de Costa Rica
Estamos viviendo dos momentos difíciles que requieren de todos los costarricenses la unidad nacional, la solidaridad y la suma de voluntades para salir adelante.
El papel del político y del dirigente sindical en una sociedad en crisis
En tiempos de declinación, cuando las fuerzas espirituales padecen mengua, los papeles de los distintos actores sociales se distorsionan y no cumplen el destino para el cual fueron originalmente concebidos. Por supuesto, nuestro país, inmerso en una crisis de dimensiones universales, no escapa a esa regla y hoy debemos contemplar con desaliento, que el espíritu de servicio y el afán de concretar el esfuerzo en acciones dirigidas al bien común, se abandona, para dar paso al ánimo de lucro personal. En esta oportunidad, deseamos referirnos concretamente al político y al dirigente sindical. Sin duda alguna, ambos están llamados a jugar insustituibles papeles en nuestra sociedad. El primero como principal impulsor de las aspiraciones de un pueblo políticamente organizado y como depositario del poder que regula el orden y funcionamiento de los poderes del Estado, tanto en sí mismos, como en su relación con los ciudadanos y el segundo, como representante del sector laboral, que constituye un elemento esencial en la economía de cualquier país. Desafortunadamente, por lo general y con escasas excepciones, quienes actualmente encarnan esos papeles están muy lejos de comportarse de acuerdo con ese esquema ideal. Con pesar comprobamos que al menos en nuestro medio, los llamados políticos tradicionales andan a la caza de puestos en la Administración Pública y saltan ágilmente de una diputación a un Ministerio; de una institución encargada de la salud pública a la dirección de otra, a la que le corresponde la generación de energía eléctrica y así por el estilo, aceptando las posiciones más disímiles, con tal de que todas ellas estén bien remuneradas y les permita mantener vigente su imagen de personajes públicos. El dirigente sindical por su parte, olvida su papel protagónico en la economía nacional y únicamente trata de perpetuarse en su posición, explotando políticamente las granjerías que obtiene para sus agremiados, a las que llama eufemísticamente, “conquistas sociales”, sin importarle que éstas dañen a la economía nacional y a la postre, a los propios trabajadores a los que pretende defender. Por estas razones, la opinión más generalizada los ha bajado del pedestal que les correspondería ocupar, calificándolos simplemente de “parásitos sociales”. Tal es el caso del Sindicato de Trabajadores de Japdeva (SINTRAJAP), cuya Directiva se ha opuesto sistemáticamente a la concesión de los puertos, en clara violación al artículo 121, inciso 14) de nuestra Constitución Política, que expresamente declara que los ferrocarriles, muelles y aeropuertos nacionales son propiedad del Estado, que en consecuencia, puede administrarlos en la forma que mejor convenga a los intereses nacionales. Los dirigentes de SINTRAJAP se oponen a la Concesión, por cuanto bajo una nueva Administración no podrían mantener los abusivos beneficios contemplados en una Convención Colectiva, que a su vencimiento, no fue oportunamente denunciada, por una criminal omisión de los Directores de JAPDEVA. Por causa de esta Convención, mantenida a contrapelo de los mejores intereses nacionales, nuestros puertos en el Atlántico están catalogados actualmente como unos de los más caros e ineficientes del mundo. Con un criterio generoso y patriótico, la mayoría de los trabajadores sindicalizados de los muelles de Limón, reunidos en Asamblea General, removieron a los anquilosados dirigentes de la cúpula sindical; aceptaron la indemnización que el Gobierno les ofreció para ponerle término a la Convención Colectiva y de este modo abrieron paso a una Concesión de los puertos, que permitirá una Administración más eficiente, en beneficio del país en general. Desafortunadamente, la Sala Cuarta por razones que el país desconoce, pues aún no ha sido redactada la respectiva sentencia, anuló la última Asamblea General de los Trabajadores, reinstaló en sus puestos a los Directivos depuestos y dejó nuevamente en vigencia la Convención Colectiva, que es la carlanca que mantiene a los puertos de Limón en la vergonzosa posición en que actualmente se encuentran. Se ha convocado a una nueva Asamblea para el mes de Enero del año venidero y es de desear que para esa fecha se haya hecho público el fallo de la Sala Cuarta, a fin de que los Asambleístas, no incurran en errores que puedan dar pie a los Tribunales para que continúen atrasando la apertura de los Puertos, que el país demanda y que los sectores productivos han esperando con ansia durante largos años.
04 de Noviembre de 2010.
En tiempos de declinación, cuando las fuerzas espirituales padecen mengua, los papeles de los distintos actores sociales se distorsionan y no cumplen el destino para el cual fueron originalmente concebidos. Por supuesto, nuestro país, inmerso en una crisis de dimensiones universales, no escapa a esa regla y hoy debemos contemplar con desaliento, que el espíritu de servicio y el afán de concretar el esfuerzo en acciones dirigidas al bien común, se abandona, para dar paso al ánimo de lucro personal.
Por la vigencia de nuestra fecunda cultura popular
El 31 de octubre se celebró en nuestro país el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense, decretado así en 1997 durante el gobierno del ex presidente José María Figueres.
Sin duda, constituye una fecha que es digna de que la tengamos presente pues nos permite brindarle un reconocimiento a una práctica que simboliza una de las más auténticas y pintorescas celebraciones culturales que han colmado, y lo siguen haciendo, de colorido, vitalidad y esencia las calles y rincones de los poblados, en especial porque nos encontramos en una época en donde este mundo globalizado nos impone una variedad de valores externos para imitar y, por ende, ha mermado el sentido de nuestra identidad.
Pues educar para rescatar y hacer conciencia de nuestras tradiciones, como la de las mascaradas, es velar por la memoria de esa práctica, pero, además, significa esforzarse porque esa cultura popular legada por nuestros antepasados siga siendo protegida, siga latiendo y siga siendo asimilada en el alma de nuestra Patria, especialmente por las nuevas generaciones como parte intrínseca de la idiosincrasia costarricense.
Esto por el hecho de que aunque las manifestaciones culturales populares han sido las promotoras del proceso de formación de la identidad de los pueblos, injustamente se ha pensado en ellas como fenómenos ajenos a nuestra herencia social y desligadas de un arte “con mayores niveles de erudición o educación formal” que, bien o mal, se ha dado por llamar oficial, lo cual ha tenido el agravante de entorpecer el integral conocimiento popular de nuestra Patria.
Por lo tanto, por nuestro progreso social y espiritual, necesitamos conocer, respaldar y darle vigencia a nuestras manifestaciones autóctonas existentes, y honrar a quienes con su empeño, con la defensa de valores históricamente arraigados en la sociedad nacional, y con el amor a su oficio, le han dado vigencia a este tipo de legados culturales populares.
Porque, definitivamente, hoy se hace una tarea imperiosa rescatar al país de esa pérdida de identidad cultural; valorar las creaciones de la cultura autóctona como la celebración, cada treinta y uno de octubre, del Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense; y promover, proyectar y apoyar los valores constitutivos de lo nacional popular.
Así lo afirma la estudiosa universitaria Carmen Murillo al expresar que “el patrimonio cultural de un pueblo constituye un valioso y variado acervo, que comprende el conjunto de conocimientos, prácticas sociales, creencias y elementos materiales, que son el producto de la experiencia histórica de cada sociedad y el sustento que moldea la identidad nacional”.
Por ello, bien vale el sincero y efusivo reconocimiento y agradecimiento para tantas mujeres y tantos hombres quienes, desde diversos lugares y, ¡bien a lo tico!, nos continúan regalando los llamativos bailes y corretizas de La Segua, La Llorona, , El Diablito, La Calavera, La Giganta, El Gigante o El Padre sin cabeza.
Gracias por ayudarnos, tan fervientemente, en esta tarea de redescubrir la autenticidad y vigencia de nuestra fecunda cultura popular.
Gracias a ustedes, artistas de la tradición, porque por medio de sus prácticas nos ayudan a fortalecer los conceptos de identidad nacional e identidad cultural, los cuales, son fundamentales para reconquistar el alma y la conciencia popular de nuestra Patria.
Por eso no es de extrañar que Neruda les escribiera: “Son ustedes los que a mí me regalan la fuerza..., son ustedes, los artistas populares, los oscuros artistas, los que me dan la luz”.
El 31 de octubre se celebró en nuestro país el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense, decretado así en 1997 durante el gobierno del ex presidente José María Figueres.
Sin duda, constituye una fecha que es digna de que la tengamos presente pues nos permite brindarle un reconocimiento a una práctica que simboliza una de las más auténticas y pintorescas celebraciones culturales que han colmado, y lo siguen haciendo, de colorido, vitalidad y esencia las calles y rincones de los poblados, en especial porque nos encontramos en una época en donde este mundo globalizado nos impone una variedad de valores externos para imitar y, por ende, ha mermado el sentido de nuestra identidad.
El próximo domingo 5 de diciembre acudiremos a las urnas. Construiremos, ese día, nuestros gobiernos locales. Tras la elección en febrero de los Concejos Municipales, corresponde ahora elegir otros importantes cargos públicos en nuestras comunidades; tan importantes que, de su buen desempeño, dependerá mucho nuestro bienestar.
Esta expresión coloquial es muy usada entre los ticos para describir al jefe de jefes, el tomador de decisiones, a la persona con la última palabra. Pero, no todos conocen la raíz de esta expresión, que nace de uno de los peces más grandes, impresionantes y difíciles de capturar, el mero.
Este pez vive en los fondos marinos, en su mayoría cerca de manglares y arrecifes, tanto del Pacífico, como del Atlántico.
Existen muchas especies de mero pero, entre todas destaca un mero mero, el mero Goliat, que llega a medir hasta dos metros y medio, y su peso máximo es de casi media tonelada.
Su edad máxima reportada es de 37 años. Sin embargo, el aumento en la presión pesquera y la vanidad del ser humano impiden que éste, o cualquier otro pez, sin importar su especie, sobreviva cuarenta años.
Es una especie muy susceptible a la pesca porque se congrega en grupos grandes para reproducirse, situación aprovechada por pescadores para capturarlo en grandes cantidades; y es sedentaria, por lo tanto, susceptible a la pesca dirigida. Los peces de mayor tamaño y más buscados por los pescadores, son los más fértiles, pudiendo generar miles de veces más huevos que peces de menores tallas.
Por su gran tamaño el mero no se siente amenazado cuando buzos armados con arpones se le acercan; se puede decir que padece de exceso de confianza.
Las poblaciones del Goliat disminuyen alrededor del mundo, porque es una de las presas más codiciadas por pescadores comerciales y deportivos. Muchos aspiran a tomarse una fotografía con él, o a contar que capturaron a un gigante.
Su pesca está prohibida en el sureste de EE.UU., en las Islas Vírgenes Americanas, en Puerto Rico y en el Caribe. En otros países de la región se han dado intentos de manejo.
Pero, ¿Qué hay de Costa Rica, estamos protegiéndolo nosotros?
La respuesta simple y rápida es no. Nuestra legislación no contempla medidas de manejo especiales para el mero Goliat. Aunque su nombre está incluido en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una especie en peligro crítico, esta lista no es vinculante, sólo una recomendación de manejo que no debe ser acatado obligatoriamente por ningún país.
Lo más lamentable para la sobrevivencia de esta especie es cuando en los medios de comunicación nacionales se trata como héroes a los pescadores que capturan a este gentil gigante. ¿Creen ustedes que un medio periodístico sería capaz de publicar una nota enalteciendo las proezas de un cazador que va en busca del jaguar y luego de capturar uno, lo arrastrara vivo y amarrado con una cadena por varios kilómetros? Al igual que ustedes, lo dudo, pero esto sí sucede con el mero Goliat.
Muchos años de esfuerzo se dedicaron para lograr que los costarricenses cambiaran su percepción acerca de la caza de especies terrestres enigmáticas y en peligro, ya va siendo hora de que estos esfuerzos se repitan para nuestras aguas.
El mero Goliat es tan sólo una de tantas especies de gigantes marinos amenazados con desaparecer de nuestras aguas.
Debemos protegerlo, sólo así lograremos que el Goliat vuelva a ser lo que siempre fue, el mero mero.
Esta expresión coloquial es muy usada entre los ticos para describir al jefe de jefes, el tomador de decisiones, a la persona con la última palabra. Pero, no todos conocen la raíz de esta expresión, que nace de uno de los peces más grandes, impresionantes y difíciles de capturar, el mero.
En este país somos cada día más gordi…ticos, esto preocupa a las autoridades de salud por el aumento alarmante de la incidencia de padecimientos del aparato circulatorio, que ya causan el 29% de las muertes en Costa Rica.
La doctora Sofía Bogantes Ledezma, cardióloga del Hospital México, es contundente, en un día como hoy morirán al menos 15 personas por enfermedades del corazón, padecimientos cerebrovasculares e hipertensión. La situación pasa por los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física. Desde muy temprana edad nos ponemos gordi…ticos y consecuentemente afloran males en el organismo que a fin de cuentas pasa la factura.
Si sumamos el tiempo dejado de laborar a consecuencia de las incapacidades generadas por los padecimientos del aparato circulatorio, cada año perdemos el equivalente a 566 años.
La Caja Costarricense de Seguro Social invierte diariamente al menos ¢211 millones, suma que se incrementa exponencialmente año con año a consecuencia del elevado costo de los tratamientos que incluye fármacos que debemos importar.
Las personas mayores tienen sabiduría, ya lo dice don Fernando Mesén, un octogenario muy activo de la zona de Guatuso de Patarrá: “Lo que no se mueve, se apelota” de ahí la importancia de la actividad física, hacer los mandados a pie, subir gradas, caminar y una bailadita de vez en cuando, son recetas simples y sumamente efectivas.
Si a lo anterior le sumamos el decirle no al sillón de donde no nos movemos, y por el contrario, consumimos frutas, verduras, legumbres y desterramos de una vez por todas, la pésima costumbre del salero en la mesa o el exceso en el consumo de azúcar y grasas saturadas, ya estamos dando un paso enorme en el sentido correcto. Del cigarrillo ni hablar, porque eso es como hacer un pacto diario con la muerte.
Estimado amigo y amiga radioyente, tómese un ratito frente al espejo, no se sienta mal por esos kilitos de más, actívese, coma para vivir y no viva para comer. Hoy es el primer día, el más importante para que comience a recorrer la senda que lo aleje de los gordi…ticos.
En este país somos cada día más gordi…ticos, esto preocupa a las autoridades de salud por el aumento alarmante de la incidencia de padecimientos del aparato circulatorio, que ya causan el 29% de las muertes en Costa Rica.
En este país somos cada día más gordi…ticos, esto preocupa a las autoridades de salud por el aumento alarmante de la incidencia de padecimientos del aparato circulatorio, que ya causan el 29% de las muertes en Costa Rica.
La doctora Sofía Bogantes Ledezma, cardióloga del Hospital México, es contundente, en un día como hoy morirán al menos 15 personas por enfermedades del corazón, padecimientos cerebrovasculares e hipertensión. La situación pasa por los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física. Desde muy temprana edad nos ponemos gordi…ticos y consecuentemente afloran males en el organismo que a fin de cuentas pasa la factura.
Si sumamos el tiempo dejado de laborar a consecuencia de las incapacidades generadas por los padecimientos del aparato circulatorio, cada año perdemos el equivalente a 566 años.
La Caja Costarricense de Seguro Social invierte diariamente al menos ¢211 millones, suma que se incrementa exponencialmente año con año a consecuencia del elevado costo de los tratamientos que incluye fármacos que debemos importar.
Las personas mayores tienen sabiduría, ya lo dice don Fernando Mesén, un octogenario muy activo de la zona de Guatuso de Patarrá: “Lo que no se mueve, se apelota” de ahí la importancia de la actividad física, hacer los mandados a pie, subir gradas, caminar y una bailadita de vez en cuando, son recetas simples y sumamente efectivas.
Si a lo anterior le sumamos el decirle no al sillón de donde no nos movemos, y por el contrario, consumimos frutas, verduras, legumbres y desterramos de una vez por todas, la pésima costumbre del salero en la mesa o el exceso en el consumo de azúcar y grasas saturadas, ya estamos dando un paso enorme en el sentido correcto. Del cigarrillo ni hablar, porque eso es como hacer un pacto diario con la muerte.
Estimado amigo y amiga radioyente, tómese un ratito frente al espejo, no se sienta mal por esos kilitos de más, actívese, coma para vivir y no viva para comer. Hoy es el primer día, el más importante para que comience a recorrer la senda que lo aleje de los gordi…ticos.
En este país somos cada día más gordi…ticos, esto preocupa a las autoridades de salud por el aumento alarmante de la incidencia de padecimientos del aparato circulatorio, que ya causan el 29% de las muertes en Costa Rica.
Enseñar a adoptar una conducta responsable ante la vida
En su concepto tradicional, educar implica ayudar a otra persona a desarrollar al máximo sus facultades intelectuales y morales. Ello significa que quien proporciona educación a un tercero no se limita a transmitirle conocimientos o a iniciarlo en la práctica de un arte, un oficio o una profesión, sino que debe brindarle, fundamentalmente, una enseñanza humanista. Es decir, debe enseñarle a adoptar una conducta responsable ante la vida.
Esa ha sido, históricamente, la tarea o la misión de los padres de familia, considerados, con razón, los primeros educadores de sus hijos. No obstante, la enseñanza brindada en el hogar se prolonga luego en la escuela, pero siempre teniendo en cuenta que el educador no debe limitarse a desarrollar en el alumno capacidades intelectuales, sino que debe enseñarle también a hacerse moral y éticamente responsable de sus propios actos.
Ahora bien, en los últimos tiempos esa tarea de formar a los alumnos en la responsabilidad integral, es decir, intelectual, humanista y ética, se ha complicado por el embate de ciertas metodologías de enseñanza que tienden a imponer en una gran mayoría de centros de enseñanza conceptos y pautas que conducen al imperio de un desolador sistema educativo memorístico.
Desde la antigüedad se sostenía una enseñanza en donde al alumno, con la guía del mentor, se le invitaba a desarrollar el conocimiento por sí mismo, a estimular su deber ético y, por lo tanto, su sentido de responsabilidad individual y social.
Esa postura, desgraciadamente, muchos docentes la han considerado un grave riesgo para su misión educativa, pues ello implica establecer un diálogo y un fomento de pensamiento crítico en el aula a partir de la opinión de cada estudiante. Cuando, en realidad, para muchos es más fácil dictar una clase magistral y que el alumno, como un robot, escriba todo lo que el profesor dice para después, simplemente, repetirlo en un examen.
Desgraciadamente casi todo lo que reclama trabajo, esfuerzo, dedicación, cambio, adecuación y responsabilidad, ha ido generando, en muchos docentes, rechazos, quejas, protestas y apatía. Es decir, se ha debilitado la conciencia de los deberes y de los compromisos, a menudo considerados una carga injusta.
Es también cierto que, con frecuencia, los padres han contribuido directa o indirectamente a ese ablandamiento de las conductas. Pedir un comportamiento verosímilmente responsable al hijo o al alumno obliga al adulto a un procedimiento a la altura de sus exigencias, si no existe esa correspondencia de conductas, los padres pierden autoridad.
Este es un punto sobre el cual deben reflexionar severamente los mayores, tanto aquellos padres ausentes de sus compromisos quienes contribuyen a dar pésimos ejemplos respecto de lo que representa el ejercicio de la responsabilidad, como aquellos docentes quienes, por variedad de motivos como por ejemplo las aparentes incapacidades, dejan de cumplir su obligación cardinal de formadores frente a los alumnos.
A su vez, la falta de responsabilidad moral de los gobernantes repercute también en el comportamiento de los ciudadanos e incita a los jóvenes a conductas de escepticismo y de liberación de obligaciones.
En suma, como dijera Arnold Glasow, “uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos el mundo”, en este sentido la conducta responsable ante la vida demanda a nuestros jóvenes, a nuestros estudiantes, tantas veces reclamada, pero tantas veces violentada, demanda también firmeza, coherencia y compromiso por parte de todos aquellos quienes, de alguna u otra manera, tenemos en nuestras manos el educarlos dignamente.
En su concepto tradicional, educar implica ayudar a otra persona a desarrollar al máximo sus facultades intelectuales y morales. Ello significa que quien proporciona educación a un tercero no se limita a transmitirle conocimientos o a iniciarlo en la práctica de un arte, un oficio o una profesión, sino que debe brindarle, fundamentalmente, una enseñanza humanista. Es decir, debe enseñarle a adoptar una conducta responsable ante la vida.