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Sentando las bases de la paz y la seguridad

Hoy día la sociedad enfrenta otros tipos de guerras que, como los conflictos armados, son igualmente letales. Los problemas generados por el narcotráfico, la corrupción, la pobreza extrema, la discriminación, la violencia doméstica, la contaminación ambiental, el deterioro de los valores morales y la inseguridad, por ejemplo, son formas visibles de fenómenos sociales que alteran la paz en nuestras naciones.
Toda esta problemática se resume en un solo término: inseguridad. Y en un pueblo inseguro se ausenta la paz. La inseguridad, por tanto, es un concepto complejo que se refleja en la delincuencia, la falta de solidaridad, el desacato a la ley, el irrespeto a las más elementales normas de convivencia y – sobre todo - la agresividad y violencia con las que se resuelven los conflictos.
Atender esta situación no es fácil. Pero los esfuerzos empiezan desde el Gobierno y continúan con una efectiva coordinación suya con los gobiernos locales, el sector privado y la ciudadanía. La inseguridad es un tema que debe atenderse y sustentarse en criterios mancomunados para que el país se asegure la implementación de un plan integral de seguridad y convivencia ciudadana.
Un plan así, implica la ejecución de programas en el campo político, económico y social, que permitan entre otros aspectos vitales, el desarrollo socioeconómico, recuperar el espacio público, mejorar el entorno urbano, atender la violencia intrafamiliar, resolver los conflictos de manera pacífica, solucionar los temas de convivencia comunitaria,  atacar la violencia y la delincuencia, y mejorar la acción de la Policía.
Y por tratarse de un plan integral, la educación es imprescindible  para la superación de la inseguridad y para el mejoramiento de la calidad de vida, en un contexto de paz,  puesto que todos los niños, jóvenes y adultos, en su condición de seres humanos tienen derecho a beneficiarse de una educación que les permita orientar correctamente sus paso en la vida.
La educación es importante para que todo ser humano satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje, y con esto pueda mejorar su condición de vida, aprender a vivir con los demás, explotar los talentos y sus capacidades y pueda también desarrollar su personalidad con el objetivo de que - con su esfuerzo tesonero  - sea capaz no solo de mejorar su status socioeconómico, sino también de transformar productiva y pacíficamente la sociedad.
En un país como Costa Rica, compuesto por una mayoría de emprendedores, generar actividades productivas representa no solo una oportunidad para salir de la pobreza, sino un mecanismo eficiente para contrarrestar la delincuencia y el ejercicio de actividades lucrativas ilegales, como la piratería y el narcotráfico.
La educación formal y el esfuerzo coordinado de las instituciones públicas, privadas y académicas constituyen  - igualmente -  factores importantes para fortalecer el espíritu emprendedor en la población costarricense, por lo que es necesario seguir  sumando esfuerzos y recursos técnicos y económicos para asegurar en cada comunidad un futuro económico y social prometedor para el país.
Sin duda, la paz pasa por diversos aspectos relacionados con el desarrollo integral de los pueblos. En definitiva, pasa por tener un Gobierno comprometido con las causas sociales, un gobierno local propositivo, una sociedad civil organizada y dispuesta a luchar por el bien común, un sector privado con responsabilidad social empresarial, una Asamblea Legislativa dinámica, un poder judicial administrando justicia con fundamento real del Estado social de Derecho, y una prensa objetiva informando la verdad.
Hoy día la sociedad enfrenta otros tipos de guerras que, como los conflictos armados, son igualmente letales. Los problemas generados por el narcotráfico, la corrupción, la pobreza extrema, la discriminación, la violencia doméstica, la contaminación ambiental, el deterioro de los valores morales y la inseguridad, por ejemplo, son formas visibles de fenómenos sociales que alteran la paz en nuestras naciones.

La transparencia y la debida corrección en el manejo de los fondos públicos, vedan cualquier uso politiquero de ellos.

Desde hace algunas semanas, se distribuye en todas la casas del Cantón de Montes de Oca, un papelillo que dice así:
Partido Liberación Nacional – Elecciones 5 de diciembre 2010- apoyemos a los compañeros liberacionistas a los puestos de Alcalde, Vicealcaldes, Síndicos y Concejos de Distrito.
``Que son los que nuestro Gobierno Liberacionista apoyaría para sacar adelante nuestras comunidades para ser realidad nuestros proyectos´´. Repito: que son los que nuestro Gobierno Liberacionista apoyaría. Afirmación Tendenciosa y temeraria por excluyente.
Imagínese estimada y estimado radioescucha, que siendo usted un miembro o líder de un partido político en su cantón o un simple ciudadano, sufra el acoso o la advertencia velada oral o escrita, como es el caso del volante citado, que de no quedar electo el candidato a la alcaldía del grupo político en mención, posiblemente el gobierno de turno, no otorgaría recursos para las obras físicas y sociales que requiere el cantón, si es bajo el mando de un alcalde de otro partido al oficialista, según reza el citado volante.
Las buenas y buenos hijos de esta amada Patria nos debemos preguntar:
¿Estarán sucediendo hechos similares en otros cantones? ¿Este tipo de acciones son convenientes para la democracia?
Que sirva este comentario como una llamada de atención a todas y todos los verdaderos demócratas, independientemente, de su filiación política, porque aquí está en juego nuestro vivir en verdadera democracia.
Ningún costarricense amante de esta Patria y de su democracia puede estar dispuesto a aceptar la mentira, el chantaje y vapuleos a nuestra libertad y los derechos constitucionales, por pequeñas figuras de la Política Nacional.
Los ciudadanos de Montes de oca y seguramente del resto del país esperan una pronta respuesta tan pública y clara como el infortunado papelito propagandístico citado.
Este fue un comentario para CANARA de Andrés Guzmán Stein.
Desde hace algunas semanas, se distribuye en todas la casas del Cantón de Montes de Oca, un papelillo que dice así:
Partido Liberación Nacional – Elecciones 5 de diciembre 2010- apoyemos a los compañeros liberacionistas a los puestos de Alcalde, Vicealcaldes, Síndicos y Concejos de Distrito.

CIEN AÑOS SIN TRABAJAR

Cuando, hace unos meses, los costarricenses amanecimos con la buena nueva de que se había logrado renovar totalmente el sindicato de trabajadores de JAPDEVA, hubo una contenida alegría generalizada pues parecía imposible que “Macondo”, el pueblo próspero de la novela “Cien años de Soledad”, de Gabriel García Márquez,  se hacía realidad en la bella provincia de Limón.
La gente, aún incrédula de que por fin se ponía fin a un período de “tiranía sindical”, que se adueñó de tierras, bienes y conciencias de muchos, había acabado. Era como si, luego de una muy larga noche, en Limón y en toda Costa Rica, salía el sol de nuevo.
Y fue más el entusiasmo de los costarricenses cuando se enteraron de que los nuevos dirigentes sindicales habían dispuesto dejar atrás los años de privilegios y que con la nueva y razonable convención colectiva se trabajaría los 365 días del año.
Ya los aciagos días en que una camarilla dejaría de explotar una institución pública se acababan y, ¡vaya contrasentido!, se “permitiría” trabajar a los más de mil trabajadores portuarios.
Pero la dicha duró poco: por órdenes de cuatro de los siete magistrados de la Sala Constitucional y para asombro de muchos, se ordenó “... reinstalar a la Junta Directiva anterior” (sentencia N° 2010-14193), o sea volvían los odiosos privilegios de unos pocos y el carnaval se reanudaría con las comparsas de los mismos que no dejaban de festejar la decisión de un órgano que, cuando no ha resuelto a su favor ha sido “oligarca” pero que ahora era “la democracia re-encarnada”, por haberles hecho “justicia gremial”.
Ciertamente, en un Estado de Derecho debe acatarse las sentencias de los Tribunales de Justicia. Ya vendrá el día que se corrija el entuerto; por lo pronto persisten los nublados que no permiten continuar por la senda  trazada.
La esperanza es la que nunca se debe perder pues, para dicha de los que creemos en la democracia, el derecho no es pétreo y deberá ajustarse, continuamente, a la realidad que se impone.
Por ahora y a pesar de las actitudes de quienes ya mostraron sus colmillos cuando decidieron no trabajar el pasado 15 de setiembre, con los millones de pérdidas en dólares que provocaron al país, hay que aguardar que la Sala dimensione su fallo, no sólo respecto de las nulidades puntuales que indica la parte dispositiva de la resolución, sino también para que no dejé a interpretaciones de nadie las reglas que deberán acatarse en las  próximas elecciones de la Junta Directiva sindical pues si las nulidades alcanzaron  “... la designación de la nueva Junta Directiva” (sic), materia puramente electoral, ese alto órgano debe señalar, con lujo de detalles, cuáles son las reglas “debidas”, en tal proceso.
Ojalá que el Macondo limonense no lo atrape “la peste del olvido” y debamos soportar vivir cien años sin trabajar.
Cuando, hace unos meses, los costarricenses amanecimos con la buena nueva de que se había logrado renovar totalmente el sindicato de trabajadores de JAPDEVA, hubo una contenida alegría generalizada pues parecía imposible que “Macondo”, el pueblo próspero de la novela “Cien años de Soledad”, de Gabriel García Márquez,  se hacía realidad en la bella provincia de Limón.

En deuda con el hábitat

Hoy, 4 de octubre, el Mundo celebra el Día Mundial del Hábitat, fecha que fue instaurada por la Organización de las Naciones Unidas en 1985, para reflexionar acerca del entorno físico, ambiental y humano que la sociedad está construyendo para nuestra vida y desarrollo. En ese sentido, cabe preguntarse en qué medida estamos haciendo algo para que sean muchas más las familias vulnerables que puedan vivir bajo un techo digno, en una vivienda apropiada y en construcciones que sean sostenibles con el ambiente.
No deberíamos sentirnos satisfechos con los resultados obtenidos hasta hoy; todavía tenernos deudas importantes como sociedad. Para mirar solo algunas cifras,  en América Latina y el Caribe, 77 millones de personas duermen en condiciones de hacinamiento, apretados en una pequeña habitación con tres o más personas. Y si nos venimos a nuestro territorio,  son miles y miles las familias afectadas por déficits cualitativos y cuantitativos de vivienda.  Y si nos venimos a nuestro territorio,  el déficit cualitativo de vivienda según el Estado de la Nación de 2008, alcanza las 157 759 casas del país, lo que quiere decir que se encuentran en mal estado o sus habitantes residen amontonados en un pequeño espacio. Nuestro parque habitacional mantiene una constante de deterioro que tenemos que salvar, o más familias caerán en la pobreza ante la inminente destrucción de sus hogares, por la falta de recursos para mantenerlos.
A esta deuda social, sumamos un faltante de criterios y políticas para la construcción sostenible, que nos permitan acompañar el discurso de sostenibilidad ambiental que damos al mundo, con normativas y políticas concretas en el campo constructivo.
Hábitat para la Humanidad Costa Rica, ha decidido celebrar este día haciendo un vehemente llamado a la ciudadanía, los medios de comunicación y las empresas, para que seamos coparticipes de esta mejora cualitativa y cuantitativa que requiere nuestro hermoso país, pero sobre todo, que necesitan aquellas familias cuyo pan de cada día es la pobreza, e inclusive las condiciones infrahumanas.
No podemos seguir hablando de sostenibilidad si aún tenemos vacíos en la equidad, pues está claro que mi bienestar como ciudadano depende del bienestar común. Focalizar esfuerzos hacia la vivienda social que alivien la angustia de aquellos sin hogar; destinar donaciones para facilitar recursos a la reconstrucción de la vivienda social, y desarrollar normativa ambiental para el sector constructivo nacional, son algunos de los aportes que estamos obligados a evidenciar como ciudadanos, gobierno,  gremios,  sectores,  empresarios y como organizaciones sociales de un país que ha podido desarrollarse en democracia.
Hábitat para la Humanidad Costa Rica lo llama a usted, que se ubica en cualquier sitio, sector u organización, para que desde allí aporte para aquellos que son invisibilizados por nuestra omisión.
Y para que no se quede sin opciones para reflexionar o ayudar, lo invitamos a visitar hoy lunes 4 de octubre, la muestra fotográfica “Las condiciones del olvido”, que organizó Hábitat para la Humanidad-Costa Rica con FUPROVI y con la participación de Photogenia en la Plaza de la Cultura, de 9 de la mañana a 3 de la tarde.
Hoy, 4 de octubre, el Mundo celebra el Día Mundial del Hábitat, fecha que fue instaurada por la Organización de las Naciones Unidas en 1985, para reflexionar acerca del entorno físico, ambiental y humano que la sociedad está construyendo para nuestra vida y desarrollo. En ese sentido, cabe preguntarse en qué medida estamos haciendo algo para que sean muchas más las familias vulnerables que puedan vivir bajo un techo digno, en una vivienda apropiada y en construcciones que sean sostenibles con el ambiente.

El espíritu sancarleño

Mi bisabuelo Luis Rodríguez Salas se fue de San Rafael de Poás para San Carlos a buscar mejor vida. Estaba en una difícil situación económica. Dejó al frente del hogar a su hijo mayor, mi abuelo, Miguel Ángel, mejor conocido como “El Manco”, pues perdió su mano izquierda en un accidente en el trapiche de su padre, el día que cumplió 19 años. De feria, era zurdo. A pesar de eso, quedó al frente de la familia, al lado de su mamá, mi bisabuela Carolina González, para que mi bisabuelo pudiera trabajar la tierra, hacer finca a partir de la montaña, en el norte del país.
Para mi bisabuelo Luis era doblemente difícil pues padecía de reumatismo y era renco. Sus hijos le ayudaban a montarse al caballo pues no era posible que lo hiciera solo. Había que arrimarle la bestia a una piedra, que le servía de grada.
Salía de madrugada de las faldas del volcán Poás y llegaba a San Carlos por la noche. Utilizaba dos rutas: por Zarcero cuando iba para Villa Quesada, o por los Bajos del Toro cuando iba en dirección a Pital. Fundó la finca La Flor en Río Cuarto, la finca La Fama en Aguas Zarcas y la finca La Florida en la recién nacida Villa Quesada, cerca de donde está el ingenio Santa Fe.
Lo siguieron sus hijos José Luis (Chevico), Gilberto y Filadelfo (Lelo), así como su yerno Gilberto Barrantes, esposo de su hija Lidia, y quien fundó la finca La Josefina, que en este momento es la finca que le entrega más leche a la Cooperativa Dos Pinos, de la que también fue fundador.
Así como mi bisabuelo y mis tíos abuelos, el espíritu que corría en los pioneros de San Carlos era el del trabajo, el sacrificio, el esfuerzo insigne, el tesón, el coraje, la lucha incansable, la voluntad, el ímpetu, la gallardía, el pundonor...
San Carlos se forjó gracias a ese tipo de héroes del trabajo. Como dice la empresaria Ana Cristina Castro Odio, “en San Carlos no se escampa”.
En otras regiones, la cultura de trabajo no es similar. La misma doña Ana Cristina me contó que en otra zona del país, un peón le preguntó que si ella pagaba “los días llovidos”, es decir, como si esos días no se tuviera que trabajar, o como si hubiera que pagarlos como feriados.
Como propuse que se llamara una campaña de la Dos Pinos que destacó estos valores, la claves es la palabra “siempre”: siempre trabajan los lecheros, siempre, llueva o truene; siempre, feriados y fines de semana, sin excepciones. Y así es en San Carlos, en la producción de leche, y en todos los campos.
Y es por esto que en este cantón se produce más de la mitad de la leche, la mayor cantidad de tubérculos, una enorme cantidad de piña y caña, y es donde existe el mejor modelo de turismo criollo, de turismo en manos de costarricenses, que es el de La Fortuna. Y a eso se le suma una gran cultura cooperativista, que ha permitido el desarrollo de la Dos Pinos, Coocique y Coopelesca, así como de asociaciones de diversos gremios y sectores productivos.
Si todo Costa Rica fuera como San Carlos, donde nunca se escampa, Costa Rica sería el primer país desarrollado de América Latina.
Mi bisabuelo Luis Rodríguez Salas se fue de San Rafael de Poás para San Carlos a buscar mejor vida. Estaba en una difícil situación económica. Dejó al frente del hogar a su hijo mayor, mi abuelo, Miguel Ángel, mejor conocido como “El Manco”, pues perdió su mano izquierda en un accidente en el trapiche de su padre, el día que cumplió 19 años. De feria, era zurdo. A pesar de eso, quedó al frente de la familia, al lado de su mamá, mi bisabuela Carolina González, para que mi bisabuelo pudiera trabajar la tierra, hacer finca a partir de la montaña, en el norte del país.

Mensaje del TSE

El próximo domingo 5 de diciembre los costarricenses estamos llamados a votar. Escogeremos ese día, con la fuerza de nuestro voto, los gobiernos municipales. Luego de haber elegido en febrero a los regidores y regidoras, debemos ahora escoger a los mejores vecinos de nuestras comunidades para que asuman otros importantes cargos públicos; tan importantes, que de su buen desempeño dependerá mucho nuestro bienestar.
Esta será la tercera elección municipal en la historia reciente de nuestro país. Impecablemente organizados los procesos electorales de diciembre de 2002 y de 2006, el profesional equipo de trabajo del Tribunal Supremo de Elecciones tiene el reto de superar sus propios niveles de eficiencia en este 2010.
Con ese fin, hemos fortalecido nuestras destrezas y experiencia acumulada, con innovaciones tecnológicas que nos permitan prestar un mejor servicio al pueblo de Costa Rica. Tres de esos refuerzos tecnológicos son los siguientes:
- Equipamos los vehículos de nuestros asesores electorales con el mecanismo de ubicación satelital GPS. Así, nuestra flotilla podrá distribuir y recolectar el material electoral de las zonas más distantes del territorio nacional, con el máximo ahorro de combustible y en el menor tiempo posible.
- Incorporamos en los sacos de tula que cada mesa de votación devuelve al Tribunal, un microchip que, mediante un sistema de radiofrecuencia, nos permitirá conocer la ubicación de cada saco, identificarlo y tener certeza del momento en que ingrese a nuestras instalaciones centrales. La protección de esos sacos (dentro de los cuales va, ni más ni menos que la voluntad de los pueblos expresada en votos), es una responsabilidad que asumimos con total seriedad.
- Entregamos a muchos de nuestros colaboradores en regiones alejadas del país, una computadora netbook, con un dispositivo llamado datacard, que les permitirá realizar, desde esas zonas, sus tareas preparatorias para las elecciones, en línea con nuestros bancos de datos en San José. Así, se garantiza la actualización permanente, en tiempo real, de la información y una más ágil transmisión de resultados la misma noche de las elecciones.
Estas tres innovaciones tecnológicas reflejan el compromiso del Tribunal Supremo de Elecciones con nuestra democracia moderna, madura y confiable. Le toca ahora a cada costarricense, responder al llamado yendo a votar.
El próximo domingo 5 de diciembre los costarricenses estamos llamados a votar. Escogeremos ese día, con la fuerza de nuestro voto, los gobiernos municipales. Luego de haber elegido en febrero a los regidores y regidoras, debemos ahora escoger a los mejores vecinos de nuestras comunidades para que asuman otros importantes cargos públicos; tan importantes, que de su buen desempeño dependerá mucho nuestro bienestar.

150 años del Fusilamiento del Presidente Juanito Mora

Este Jueves 30 de septiembre se cumplen 150 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora Porras, de don Juanito Mora.
La Asamblea Legislativa tuvo hace unos pocos días el acierto de declararlo Héroe Nacional y Libertador de la Patria por haber tenido la visión de reconocer la amenaza filibustera que se cernía sobre su patria, de preparar el ejército nacional que fuera capaz de defender nuestra soberanía y finalmente por el coraje de haber dirigido personalmente la guerra nacional que aseguró nuestra libertad e independencia.
Si a eso sumamos su obra como estadista, los logros que experimentó el comercio, las relaciones internacionales, obras públicas, salud y educación en su gobierno, es difícil negarle a don Juanito ese merecido título que la Asamblea le ha reconocido, justo 15 días antes del aniversario del crimen de estado que aún siglo y medio más tarde, debe seguir avergonzando a todos los hijos de la patria que él ayudó a salvar.
Por encima de las vacilaciones de los timoratos y las mezquindades de otros, este reconocimiento no significa endiosarlo ni desconocer sus defectos y debilidades como gobernante y como administrador del estado. Por el contrario, es darse cuenta que, por encima de sus defectos y hasta de sus ocasionales arranques de autoritarismo, Don Juanito Mora logró lo que parecía imposible, unir a toda Centroamérica tras un objetivo común; y este liderazgo de Costa Rica nos valió, como dice el himno nacional; “eterno prestigio, estima y honor”.
El presidente Mora sumó a su excepcional visión, la hidalguía de poner los intereses de la patria por encima de los suyos; sacrificando su propia comodidad personal, su inmensa fortuna y hasta su amada familia, en aras de la patria. Su sobrino, su cuñado y su propio hermano cumplieron con su deber en el Ejército Nacional, y en ocasiones garantizó la paga de sus soldados con su propia bolsa.
Para demostrar la firmeza de su decisión, siendo Presidente de la República y rodeado de enemigos políticos, dejó el poder y asumió la jefatura del ejército nacional para emprender una expedición a Nicaragua, a la respetable edad de 42 años.
Pero el gesto supremo que mejor lo retrata como hombre y persona es cuando condenado a muerte para salvar a sus seguidores, a minutos de enfrentar al pelotón de fusilamiento, escribe a su amada esposa para encargarle la educación de sus hijos, perdonar a quienes lo traicionaron, y ofrecer su vida como sacrificio para que vuelva la paz y el progreso a su pueblo.
Como ciudadanos de esta patria, que existe gracias a él, es nuestro deber de hombres bien nacidos, reconocer a don Juanito como el Héroe Nacional y Libertador de la Patria, como el más grande de los hijos que ha parido esta tierra, y en suma, ponerlo de ejemplo de conducta para nosotros mismos, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.
Este Jueves 30 de septiembre se cumplen 150 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora Porras, de don Juanito Mora.

LAS LECCIONES DE UNA PANDEMIA.

Una pandemia es una enfermedad que se extiende de manera generalizada por todos los países del orbe y a su paso deja una estela de desolación y muerte
Desde hace años se mencionó la inminencia de algunas plagas, se anunció a las aves como el carro de muerte por la gripe, que terminó con cara de cerdo, cuando el dedo en la llaga se colocó sobre México, aunque después se supo que el mal había nacido un poco mas al norte.
Lo acontecido a partir de ese momento tendrá que ser documentado, una nebulosa se cierne sobre lo que se denominó como gripe AH1N1. La organización Mundial de la Salud, la declaró pandemia, que en el más oscuro de los escenarios, dejaría a su paso millones de muertos, muchos según este cuadro apocalíptico morirían asfixiados.
Una vez disparado el anuncio por el máximo ente rector de la salud en el mundo, se inició una carrera desenfrenada en la industria farmacéutica en procura de una vacuna y en ese escenario, algunos costarricenses ayudaron en la fase experimental.
Los países ricos llenaron sus estantes con las dosis del antídoto y las naciones pobres o con recursos limitados, debieron rascarse los bolsillos para conseguir los dólares, en el caso de Costa Rica, en su momento las autoridades del Seguro Social dispusieron, únicamente para el año en curso, la no despreciable suma de más de 10.000 millones de colones, que incluía la compra de vacunas, medicinas, ventiladores, equipos de rayos x, batas y un enorme etcétera de cosas.
De lo provechoso, están las campañas lideradas por el Seguro Social para enseñarle a la gente el protocolo del tosido y estornudo y la técnica correcta de lavado de manos, estos sencillos hábitos reducen entre otros males, las diarreas y las infecciones respiratorias agudas. Aquí no debemos bajar la guardia nunca más.
El telón de la alerta pandémica ya fue levantado, pero por el bien de la humanidad y en aras de la verdad, deberá auscultarse lo que ahora queda tras bambalinas.
Una pandemia es una enfermedad que se extiende de manera generalizada por todos los países del orbe y a su paso deja una estela de desolación y muerte

Construir una Sociedad de la Información en Costa Rica, desafío vital.

Un deber central de la Universidad es pensar en el país y promover iniciativas de desarrollo nacional, de allí la iniciativa de la UCR de organizar, con el concurso de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información, el I Congreso Nacional sobre el tema que inica este 29 de septiembre y concluye el primero de octubre de este año.
La importancia estratégica de la información para el desarrollo nacional es reconocida en el mundo. Pese a ello, Costa Rica no aprovecha intensivamente el potencial existente de recursos de información para su desarrollo. Puede afirmarse lo anterior a partir de la comparación de lo que han hecho o están haciendo en el tema países como Irlanda, Dinamarca, Uruguay, Chile, Malasia, Brasil, Panamá, Colombia y otros.
Ese desaprovechamiento de la potencialidad local se debe a distintos factores, entre ellos, a que la institucionalidad pública/privada que se dedica al tema trabaja de manera desarticulada, respondiendo a intereses particulares de cada entidad más que a interesas de nivel nacional.
Por su parte, la población no posee una “cultura de la información”, que le induzca a utilizarla en sus rutinas y en sus iniciativas creativas y de innovación. De hecho, la oferta de información se concentra en las bibliotecas y en servir a los actores de la Academia y de la educación formal. La información privada, desde luego, se destina a satisfacer la demanda de las empresas que la auspician.
También es usual que el tema se confunda con la adquisición y uso de infraestructura tecnológica de información y comunicación, la que sólo es un componente, importante pero sólo un componente, de la sociedad de la información.
Aún más, puede afirmarse que en Costa Rica la información no parece poseer, en los hechos, valor estratégico para el desarrollo nacional, ya que no existen políticas públicas para el tema, tampoco para la formación y capacitación sobre teoría y uso de la información, ni para la gente común ni para profesores y estudiantes de escuelas, liceos y universidades.
Para expresarlo en una frase, no existe una estrategia ni un “proyecto país” para construir una sociedad de información, a pesar de que en el mundo y en las capas más ilustradas de la Nación, se reconoce que el desarrollo social, institucional, político, económico y medioambiental, depende del uso intensivo de información.
Tres son los objetivos del Congreso arriba enunciado: Uno, iniciar la construcción de una Visión de Costa Rica 2020 operando como Sociedad de la Información. Dos identificar las bases de una Política de Estado y de un Plan Maestro para lograrlo, y Tres, Discutir un modelo de organización institucional que articule el trabajo de los programas existentes.
En conclusión, la situación es delicada y la solución impostergable. El mundo se sustenta cada vez más en la economía de la información. Y este fenómeno es permanente y veloz. Sin duda Costa Rica está rezagada respecto de los países desarrollados, sin embargo posee los recursos necesarios como para transformarse en líder regional en la materia.
Jorge Sariego Mac-Ginty
Sociólogo y Máster en Comunicación Social
Un deber central de la Universidad es pensar en el país y promover iniciativas de desarrollo nacional, de allí la iniciativa de la UCR de organizar, con el concurso de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información, el I Congreso Nacional sobre el tema que inica este 29 de septiembre y concluye el primero de octubre de este año.

¿Cuál debería ser el propósito de la educación universitaria pública?

Habría que decir que uno de los principales objetivos, sino el principal, es preparar académica y principalmente a nacionales, para responder a lo social en forma adecuada  los retos de construir una sociedad económicamente competitiva e inclusiva, en lo social generar un espíritu nacional solidario y en lo político, capacitar a la población para asumir de manera inteligente, visionaria, manera inteligente, visionaria, eficaz y eficiente la conducción del los sectores públicos y privados. Paralelamente ser el motor de investigación y desarrollo para beneficio de la sociedad.
Otra observación necesaria de hacer,  es decir que, toda sociedad no solo necesita de profesionales, sino que también, requiere de técnicos y operarios capacitados para satisfacer las varias necesidades que una población necesita resolver con alguna regularidad, tales como carpinteros, albañiles, electricistas, mecánicos en autos, mantenimientos de equipos industriales, etc. como los que debería preparar el INA.
Con eso no quiero decir que quienes no vayan a la universidad, deban por eso estar condenados a vivir en la estrechez económica con un bajo nivel de bienestar para sí mismo y su familia.  Esto se resolvería con una política de estado que asegure las condiciones para que toda la ciudadanía tenga las necesarias y suficientes oportunidades para tener acceso a un decoroso y muy adecuado nivel de vida, donde la Salud, Educación, Seguridad y Vivienda estén al alcance sino de todos los integrantes del conglomerado social, por lo menos, de la inmensa mayoría.
Retomando la pregunta que sirve de título a este comentario, habría que decir que dentro de un propósito eminentemente social, la pretensión presupuestaria de las altas autoridades universitarias y, posteriormente, de los sindicatos y algunas y algunos estudiantes, simplemente, no tiene cabida pues sus argumentos son absolutamente sectarios y de dudosa proyección social pues pareciera que se beneficia a un grupo reducido y el cual ya es privilegiado de la sociedad, comparado con las oportunidades que tienen otras y otros costarricenses.
Si se hiciera una comparación relativa al número de beneficiados de todos esos programas los comparáramos con el número de estudiantes matriculados en las universidades estatales, muy probablemente, habría un desbalance muy sesgado en favor de esos presupuestos universitarios. Esto quiere decir que al darle recursos a los entes estatales de educación superior, otros sectores poblacionales, verán postergadas  sus necesidades y expectativas pues los recursos económicos y financieros públicos son y serán siempre finitos.
Nadie puede discutir la necesidad de tener universidades públicas inteligente, visionaria y adecuadamente financiadas pero lo que si habría que discutir, sería sobre ¿cuáles son los objetivos estratégicos que la educación universitaria pública debe tener? Esto dentro del contexto de su costo-beneficio social, ya que su financiamiento proviene del pago de los diferentes impuestos que las y los costarricenses pagamos, por lo que no hay que olvidar, que esos mismos recursos deben alcanzar para financiar los programas estatales de Salud, de Seguridad, de Educación Primaria y Secundaria, infraestructura pública, los asistenciales a quienes viven bajo el nivel de pobreza, para solo citar algunos.
Habría que decir que uno de los principales objetivos, sino el principal, es preparar académica y principalmente a nacionales, para responder a lo social en forma adecuada  los retos de construir una sociedad económicamente competitiva e inclusiva, en lo social generar un espíritu nacional solidario y en lo político, capacitar a la población para asumir de manera inteligente, visionaria, manera inteligente, visionaria, eficaz y eficiente la conducción del los sectores públicos y privados. Paralelamente ser el motor de investigación y desarrollo para beneficio de la sociedad.

¿Cuál debería ser el propósito de la educación universitaria pública?

Habría que decir que uno de los principales objetivos, sino el principal, es preparar académica y principalmente a nacionales, para responder a lo social en forma adecuada  los retos de construir una sociedad económicamente competitiva e inclusiva, en lo social generar un espíritu nacional solidario y en lo político, capacitar a la población para asumir de manera inteligente, visionaria, manera inteligente, visionaria, eficaz y eficiente la conducción del los sectores públicos y privados. Paralelamente ser el motor de investigación y desarrollo para beneficio de la sociedad.
Otra observación necesaria de hacer,  es decir que, toda sociedad no solo necesita de profesionales, sino que también, requiere de técnicos y operarios capacitados para satisfacer las varias necesidades que una población necesita resolver con alguna regularidad, tales como carpinteros, albañiles, electricistas, mecánicos en autos, mantenimientos de equipos industriales, etc. como los que debería preparar el INA.
Con eso no quiero decir que quienes no vayan a la universidad, deban por eso estar condenados a vivir en la estrechez económica con un bajo nivel de bienestar para sí mismo y su familia.  Esto se resolvería con una política de estado que asegure las condiciones para que toda la ciudadanía tenga las necesarias y suficientes oportunidades para tener acceso a un decoroso y muy adecuado nivel de vida, donde la Salud, Educación, Seguridad y Vivienda estén al alcance sino de todos los integrantes del conglomerado social, por lo menos, de la inmensa mayoría.
Retomando la pregunta que sirve de título a este comentario, habría que decir que dentro de un propósito eminentemente social, la pretensión presupuestaria de las altas autoridades universitarias y, posteriormente, de los sindicatos y algunas y algunos estudiantes, simplemente, no tiene cabida pues sus argumentos son absolutamente sectarios y de dudosa proyección social pues pareciera que se beneficia a un grupo reducido y el cual ya es privilegiado de la sociedad, comparado con las oportunidades que tienen otras y otros costarricenses.
Si se hiciera una comparación relativa al número de beneficiados de todos esos programas los comparáramos con el número de estudiantes matriculados en las universidades estatales, muy probablemente, habría un desbalance muy sesgado en favor de esos presupuestos universitarios. Esto quiere decir que al darle recursos a los entes estatales de educación superior, otros sectores poblacionales, verán postergadas  sus necesidades y expectativas pues los recursos económicos y financieros públicos son y serán siempre finitos.
Nadie puede discutir la necesidad de tener universidades públicas inteligente, visionaria y adecuadamente financiadas pero lo que si habría que discutir, sería sobre ¿cuáles son los objetivos estratégicos que la educación universitaria pública debe tener? Esto dentro del contexto de su costo-beneficio social, ya que su financiamiento proviene del pago de los diferentes impuestos que las y los costarricenses pagamos, por lo que no hay que olvidar, que esos mismos recursos deben alcanzar para financiar los programas estatales de Salud, de Seguridad, de Educación Primaria y Secundaria, infraestructura pública, los asistenciales a quienes viven bajo el nivel de pobreza, para solo citar algunos.
Habría que decir que uno de los principales objetivos, sino el principal, es preparar académica y principalmente a nacionales, para responder a lo social en forma adecuada  los retos de construir una sociedad económicamente competitiva e inclusiva, en lo social generar un espíritu nacional solidario y en lo político, capacitar a la población para asumir de manera inteligente, visionaria, manera inteligente, visionaria, eficaz y eficiente la conducción del los sectores públicos y privados. Paralelamente ser el motor de investigación y desarrollo para beneficio de la sociedad.
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