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Martes, 04 Septiembre 2012 04:39

Después de mi, el diluvio

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Fue la célebre frase del rey de Francia Luis XV pero perfectamente podría ser aplicada a muchas personas que asumen sus responsabilidades en el sector público y hasta el privado, sin pensar en los efectos futuros, que sus equivocadas decisiones van a tener sobre la vida y hacienda de otras personas.

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Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Su labor social fue fundamental para el desarrollo de una conciencia urbana sobre el problema suscitado por el crecimiento de los anillos de pobreza en San José.
Sor María Romero hizo un trabajo intenso con niños, niñas y adolescentes. También construyó casas para familias pobres, y tuvo una destacada labor como consejera de cientos de personas.
Sor María Romero generó un antes y un después en la obra salesiana en Costa Rica. Su obra fue fundamental en el ámbito social y en el ámbito espiritual. Son muchos los testimonios de su gran aporte en la vida de muchas personas, por su consejo y por su ejemplo de vida.
Creo en Sor María Romero. No siento en ningún otro lugar, la fuerza espiritual y la paz del alma que llegan a mí en la Casa de María Auxiliadora, epicentro de las obras sociales impulsadas por esta gran mujer nicaragüense y costarricense.
No me cabe duda que Sor María Romero debe ser la santa de Costa Rica y la santa de Nicaragua. Por eso, escribí un libro sobre ella, con testimonios tomados por expertos, autoridades de El Vaticano, entre la gente que la conoció y trabajó con ella.
Gracias a la lectura, la edición y la revisión de mi libro, no me cabe duda que Sor María Romero hizo y hace milagros. No dudo que su fe en el Sagrado Corazón de Jesús y en María Auxiliadora, a quienes llamaba “Mi Rey y mi Reina”,  así como su gran obra por las personas pobres, le fueron granjeando una serie de dones sobrenaturales, que quedan patentes en los testimonios de este libro, que usted puede bajar, sin costo alguno, de la página donde tengo muchos libros, www.solidarismoenaccion.com.
El objetivo es llamar la atención de nuestros dos países, Costa Rica y Nicaragua, para que se estudie mejor la obra social de esta gran mujer y se propague la fe en ella.
Dios quiera que muchas personas más se acerquen a la Casa de María Auxiliadora, ayuden a las obras sociales legadas por Sor María Romero y encuentren paz en Jesús y María, presentes en este lugar que ha marcado mi vida, espero que para siempre.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Su labor social fue fundamental para el desarrollo de una conciencia urbana sobre el problema suscitado por el crecimiento de los anillos de pobreza en San José.
Sor María Romero hizo un trabajo intenso con niños, niñas y adolescentes. También construyó casas para familias pobres, y tuvo una destacada labor como consejera de cientos de personas.
Sor María Romero generó un antes y un después en la obra salesiana en Costa Rica. Su obra fue fundamental en el ámbito social y en el ámbito espiritual. Son muchos los testimonios de su gran aporte en la vida de muchas personas, por su consejo y por su ejemplo de vida.
Creo en Sor María Romero. No siento en ningún otro lugar, la fuerza espiritual y la paz del alma que llegan a mí en la Casa de María Auxiliadora, epicentro de las obras sociales impulsadas por esta gran mujer nicaragüense y costarricense.
No me cabe duda que Sor María Romero debe ser la santa de Costa Rica y la santa de Nicaragua. Por eso, escribí un libro sobre ella, con testimonios tomados por expertos, autoridades de El Vaticano, entre la gente que la conoció y trabajó con ella.
Gracias a la lectura, la edición y la revisión de mi libro, no me cabe duda que Sor María Romero hizo y hace milagros. No dudo que su fe en el Sagrado Corazón de Jesús y en María Auxiliadora, a quienes llamaba “Mi Rey y mi Reina”,  así como su gran obra por las personas pobres, le fueron granjeando una serie de dones sobrenaturales, que quedan patentes en los testimonios de este libro, que usted puede bajar, sin costo alguno, de la página donde tengo muchos libros, www.solidarismoenaccion.com.
El objetivo es llamar la atención de nuestros dos países, Costa Rica y Nicaragua, para que se estudie mejor la obra social de esta gran mujer y se propague la fe en ella.
Dios quiera que muchas personas más se acerquen a la Casa de María Auxiliadora, ayuden a las obras sociales legadas por Sor María Romero y encuentren paz en Jesús y María, presentes en este lugar que ha marcado mi vida, espero que para siempre.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
La “milla marítima” que dominó nuestra normativa legal sobre el litoral entre 1828 y 1977, rezaba: “se reserva en los terrenos baldíos una milla marítima sobre las costas del mar exclusivo a favor de la marina, pesquería y salinas". Norma que incluía aguas marinas, playas y tierra firme en una banda horizontal de 1.852 metros medidos a lo ancho del litoral.
Cuando se promulga la actual ley de la Zona Marítimo Terrestre en 1977, el legislador no solo resucita el “litoral atlántico” de ingrata memoria colonial inglesa, si no que omite incluir las aguas marinas en este territorio de especial interés demanial; y en una visión reducida del ambiente marino y sus recursos naturales, solo regula el terreno sobre tierra firme, en una evidente contradicción con la visionaria norma ancestral que lo precedía. Grave retroceso para la Nación, que nos ha dejado un serio vacío en una región crítica de alto valor ecológico y estratégico para el desarrollo armonioso de la costa; y que nuestros gobernantes no acaban de comprender, producto de su deformación educativa heredada de un sistema educativo hecho a la medida del valle y la montaña, donde el 92% del territorio de nuestra Patria no existe.
Efectivamente, las regiones más productivas del océano se encuentran en las aguas costeras poco profundas, siendo imprescindible la tutela y protección del Estado a esa región para conservar y perpetuar las especies marinas, para proteger el desove y la reproducción de las especies; pero también para garantizar el alimento básico, la forma de vida y la cultura de las comunidades de la costa, que ven amenazado su futuro por el desplazamiento –ya habitual- de sus territorios ancestrales.
Pero hoy ese obligante ecológico, social y cultural, está ligado a un hecho sin discusión en el mundo científico: el Calentamiento Global.
Hemos evaluado como en áreas del litoral en Palo Seco, Isla Damas, playa Dominical, playa Grande, bahía Ballena y Caldera; por citar casos reconocidos; el mar ha penetrado hasta 15 metros tierra adentro, ha salinizado el manto acuífero, ha destruido áreas milenarias de desove de tortugas, derribado instalaciones turísticas y desplazado familias de pescadores. En un proceso que no tiene reversa y que como consecuencia del consumismo global y de la voracidad de los países industrializados -los cuales generan la mayor cantidad de gases de invernadero-, se eleva el nivel del mar y se perjudica directamente a los estratos sociales más pobres de nuestras olvidadas comunidades de la costa.
Por ello históricamente he reiterado ante la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa diversas propuestas para que se incluya como parte del patrimonio nacional, con carácter demanial, una franja de al menos 500m tierra adentro y hasta 6 millas náuticas mar afuera, como medio para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos tengan un trozo de playa de uso público y a la vez, se protejan los recursos naturales esenciales para la vida en la costa.
Este “colchón ecológico” es esencial para ordenar el litoral en una marco armonioso con la naturaleza, corrigiendo de una vez los erróneos criterios que manejan la SETENA y las municipalidades costeras, instituciones que nos vienen sumiendo en un proceso legal que es causa de la pérdida irreparable e irreversible de un valioso tesoro nacional, cuyo valor en el mercado internacional excede los dos mil cien billones de colones, equivalentes a 1300 veces el P.I.B.
Guillermo Quirós-Álvarez. Oceanografía - Derecho Ambiental
La “milla marítima” que dominó nuestra normativa legal sobre el litoral entre 1828 y 1977, rezaba: “se reserva en los terrenos baldíos una milla marítima sobre las costas del mar exclusivo a favor de la marina, pesquería y salinas". Norma que incluía aguas marinas, playas y tierra firme en una banda horizontal de 1.852 metros medidos a lo ancho del litoral.
Colombia disfrutó hasta hace unos años de un envidiable sistema de salud, hasta que se desmanteló y hoy, como reconoció con dolor una ciudadana de ese país radicada en Costa Rica, son comunes los viajes de la muerte con una persona agonizante, se tocan puertas de hospitales y todas permanecen inhumanamente cerradas.
 
A pocos días de su deceso, el historiador Osvaldo Valerín, se dio a la tarea de producir un documental de la Caja Costarricense de Seguro Social, sería el último de su fecunda labor de tocar conciencias para que no olvidemos el pasado y entre sus notas se pregunta ¿qué sería Costa Rica sin el Seguro Social?
 
La respuesta es obvia para muchos y aquí la palabra la tienen centenares de miles de diabéticos, hipertensos, cardiópatas, cancerosos y tantos que padecen enfermedades crónicas propias de un país con afecciones de naciones de primer mundo.
 
En un mundo mercantilista, no pocos se frotan las manos con el presupuesto de 1.3 billones para el Seguro de Salud que administra la Caja, un manjar apetecible cuando lo que importa es la ganancia, la cuenta bancaria, tan alejadas de los principios de unidad, obligatoriedad, igualdad, equidad, subsidiaridad y ante todo solidaridad, que sustentan a nuestro régimen de seguridad social, imperfecto ciertamente, pero con voluntad, totalmente perfectible.
 
El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y el líder del Partido Comunista licenciado Manuel Mora Valverde y tantos que les han sucedido en la consolidación de esta invaluable conquista, marcaron un camino de renuncia, de amor al prójimo, de desprendimiento, senda que debemos retomar las actuales generaciones.
 
Hoy en España se le dice a los pacientes, que tienen que salir con sus empobrecidos bolsillos a comprar más de 400 medicamentos que ya no se les dispensan, el Seguro Social que hoy conocemos en Costa Rica, no es para siempre, a menos que lo defendamos con desprendimiento y altitud de miras, debemos hacerlo quienes creemos que la salud no es mercancía para pasearla en impensables viajes de la muerte.
Colombia disfrutó hasta hace unos años de un envidiable sistema de salud, hasta que se desmanteló y hoy, como reconoció con dolor una ciudadana de ese país radicada en Costa Rica, son comunes los viajes de la muerte con una persona agonizante, se tocan puertas de hospitales y todas permanecen inhumanamente cerradas.
 
Colombia disfrutó hasta hace unos años de un envidiable sistema de salud, hasta que se desmanteló y hoy, como reconoció con dolor una ciudadana de ese país radicada en Costa Rica, son comunes los viajes de la muerte con una persona agonizante, se tocan puertas de hospitales y todas permanecen inhumanamente cerradas.
 
A pocos días de su deceso, el historiador Osvaldo Valerín, se dio a la tarea de producir un documental de la Caja Costarricense de Seguro Social, sería el último de su fecunda labor de tocar conciencias para que no olvidemos el pasado y entre sus notas se pregunta ¿qué sería Costa Rica sin el Seguro Social?
 
La respuesta es obvia para muchos y aquí la palabra la tienen centenares de miles de diabéticos, hipertensos, cardiópatas, cancerosos y tantos que padecen enfermedades crónicas propias de un país con afecciones de naciones de primer mundo.
 
En un mundo mercantilista, no pocos se frotan las manos con el presupuesto de 1.3 billones para el Seguro de Salud que administra la Caja, un manjar apetecible cuando lo que importa es la ganancia, la cuenta bancaria, tan alejadas de los principios de unidad, obligatoriedad, igualdad, equidad, subsidiaridad y ante todo solidaridad, que sustentan a nuestro régimen de seguridad social, imperfecto ciertamente, pero con voluntad, totalmente perfectible.
 
El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y el líder del Partido Comunista licenciado Manuel Mora Valverde y tantos que les han sucedido en la consolidación de esta invaluable conquista, marcaron un camino de renuncia, de amor al prójimo, de desprendimiento, senda que debemos retomar las actuales generaciones.
 
Hoy en España se le dice a los pacientes, que tienen que salir con sus empobrecidos bolsillos a comprar más de 400 medicamentos que ya no se les dispensan, el Seguro Social que hoy conocemos en Costa Rica, no es para siempre, a menos que lo defendamos con desprendimiento y altitud de miras, debemos hacerlo quienes creemos que la salud no es mercancía para pasearla en impensables viajes de la muerte.
Colombia disfrutó hasta hace unos años de un envidiable sistema de salud, hasta que se desmanteló y hoy, como reconoció con dolor una ciudadana de ese país radicada en Costa Rica, son comunes los viajes de la muerte con una persona agonizante, se tocan puertas de hospitales y todas permanecen inhumanamente cerradas.
 
De acuerdo con los resultados arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Cultura de la Dirección de Cultura, solamente un 14.6% de costarricenses ha leído de cuatro a cinco libros; un 33.2% leyó de uno a tres libros y la mitad de la población declaró que no había leído libros en el último año.  Además indicó que son los estudiantes quienes menos compran libros. Sin embargo, quienes estudian y trabajan adquieren más textos. También es interesante que las personas de mayor nivel adquisitivo son quienes compran menos libros en contraste con la clase media.
Definitivamente esta realidad es muy preocupante e indignante, máxime si se piensa en una gran población estudiantil carente del amor por la lectura. De ahí la urgencia, en especial de quienes somos educadores, de buscar estrategias de enseñanza adecuadas que incentiven a los estudiantes a la lectura. Cualquier universitario o profesional que se enorgullezca de serlo debe leer para lograr tener una cultura general sobre diversos temas más allá de su especialidad y como una manera para incrementar el vocabulario con el fin de que obtengan una mayor seguridad al momento de comunicarse, tanto de manera oral como escrita.
Es muy triste cuando uno, como profesor, le hace una pregunta a un alumno y este no le sabe o no le puede contestar porque su vocabulario es muy limitado o porque no cuenta con la información necesaria para argumentar sus posiciones. Por ello, escribir y hablar adecuadamente, dentro de un contexto formal, no es una condición de moda, ni de intelectuales o escritores, es una obligación que cada uno debe asumir como propia, especialmente en un mundo en donde, muchas veces, los formadores sociales como las películas o la televisión, son los que fomentan el detrimento de nuestro propio idioma, y para lograr este perfeccionamiento comunicativo la lectura es básica.
Y no hablo de leer solamente el horóscopo, la sección deportiva, los espectáculos o las caricaturas, sino de ejercer un proceso analítico de aquellas secciones cuyo propósito es generar una criticidad en el lector como los editoriales, o fomentar la información para una toma de criterio de lo presentado. Tampoco se trata de leer de una manera superficial, sin ir más allá, sin buscar aquellas premisas que sustenten la tesis del escritor, sin generar un proceso de evaluación de lo leído, o, aún peor, sin determinar cuál es el proceso de autorregulación generado a partir del texto. Se trata de ver en la lectura una de las herramientas más eficaces, racionales y libres para incorporarse con mayor éxito en esta sociedad del conocimiento.
Efectivamente la lectura es un idóneo camino hacia el conocimiento y la libertad, pues implica la participación activa de la mente y contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad, el análisis y la concentración; enriquece tanto la expresión oral como escrita, elementos básicos para la incorporación efectiva al mundo académico o profesional; y, a la vez, puede hacer gozar, entretiene y distrae. Ante este panorama, el fomentar un hábito por la lectura, en especial repito por parte de quienes tenemos el gran privilegio de ser formadores, va más allá de incentivar un pasatiempo digno de elogio; es, a todas luces, solidificar el presente de nuestras acciones y garantizar el conocimiento futuro de las nuevas generaciones en la búsqueda de un mundo más justo, preparado, inteligente, analítico y humanista.
Porque la lectura marca, ciertamente, la diferencia entre la ignorancia y el saber; entre la luz y la sombra; entre la libertad y el sometimiento; entre la esperanza y la desesperanza; por eso ojalá que sigan muchos lectores decididos a hacer de la lectura una máxima de vida. Solamente así se logrará descubrir que la lectura, más que una obligación, constituye un verdadero placer y, dentro de esta inminente era del conocimiento, una rotunda fuente de aprendizaje, liberación e identidad. Tal y como lo señalaba Santa Teresa de Jesús: “Lee y conducirás; no leas y serás conducido”.
De acuerdo con los resultados arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Cultura de la Dirección de Cultura, solamente un 14.6% de costarricenses ha leído de cuatro a cinco libros; un 33.2% leyó de uno a tres libros y la mitad de la población declaró que no había leído libros en el último año.  Además indicó que son los estudiantes quienes menos compran libros. Sin embargo, quienes estudian y trabajan adquieren más textos. También es interesante que las personas de mayor nivel adquisitivo son quienes compran menos libros en contraste con la clase media.
De acuerdo con los resultados arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Cultura de la Dirección de Cultura, solamente un 14.6% de costarricenses ha leído de cuatro a cinco libros; un 33.2% leyó de uno a tres libros y la mitad de la población declaró que no había leído libros en el último año.  Además indicó que son los estudiantes quienes menos compran libros. Sin embargo, quienes estudian y trabajan adquieren más textos. También es interesante que las personas de mayor nivel adquisitivo son quienes compran menos libros en contraste con la clase media.
Definitivamente esta realidad es muy preocupante e indignante, máxime si se piensa en una gran población estudiantil carente del amor por la lectura. De ahí la urgencia, en especial de quienes somos educadores, de buscar estrategias de enseñanza adecuadas que incentiven a los estudiantes a la lectura. Cualquier universitario o profesional que se enorgullezca de serlo debe leer para lograr tener una cultura general sobre diversos temas más allá de su especialidad y como una manera para incrementar el vocabulario con el fin de que obtengan una mayor seguridad al momento de comunicarse, tanto de manera oral como escrita.
Es muy triste cuando uno, como profesor, le hace una pregunta a un alumno y este no le sabe o no le puede contestar porque su vocabulario es muy limitado o porque no cuenta con la información necesaria para argumentar sus posiciones. Por ello, escribir y hablar adecuadamente, dentro de un contexto formal, no es una condición de moda, ni de intelectuales o escritores, es una obligación que cada uno debe asumir como propia, especialmente en un mundo en donde, muchas veces, los formadores sociales como las películas o la televisión, son los que fomentan el detrimento de nuestro propio idioma, y para lograr este perfeccionamiento comunicativo la lectura es básica.
Y no hablo de leer solamente el horóscopo, la sección deportiva, los espectáculos o las caricaturas, sino de ejercer un proceso analítico de aquellas secciones cuyo propósito es generar una criticidad en el lector como los editoriales, o fomentar la información para una toma de criterio de lo presentado. Tampoco se trata de leer de una manera superficial, sin ir más allá, sin buscar aquellas premisas que sustenten la tesis del escritor, sin generar un proceso de evaluación de lo leído, o, aún peor, sin determinar cuál es el proceso de autorregulación generado a partir del texto. Se trata de ver en la lectura una de las herramientas más eficaces, racionales y libres para incorporarse con mayor éxito en esta sociedad del conocimiento.
Efectivamente la lectura es un idóneo camino hacia el conocimiento y la libertad, pues implica la participación activa de la mente y contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad, el análisis y la concentración; enriquece tanto la expresión oral como escrita, elementos básicos para la incorporación efectiva al mundo académico o profesional; y, a la vez, puede hacer gozar, entretiene y distrae. Ante este panorama, el fomentar un hábito por la lectura, en especial repito por parte de quienes tenemos el gran privilegio de ser formadores, va más allá de incentivar un pasatiempo digno de elogio; es, a todas luces, solidificar el presente de nuestras acciones y garantizar el conocimiento futuro de las nuevas generaciones en la búsqueda de un mundo más justo, preparado, inteligente, analítico y humanista.
Porque la lectura marca, ciertamente, la diferencia entre la ignorancia y el saber; entre la luz y la sombra; entre la libertad y el sometimiento; entre la esperanza y la desesperanza; por eso ojalá que sigan muchos lectores decididos a hacer de la lectura una máxima de vida. Solamente así se logrará descubrir que la lectura, más que una obligación, constituye un verdadero placer y, dentro de esta inminente era del conocimiento, una rotunda fuente de aprendizaje, liberación e identidad. Tal y como lo señalaba Santa Teresa de Jesús: “Lee y conducirás; no leas y serás conducido”.
De acuerdo con los resultados arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Cultura de la Dirección de Cultura, solamente un 14.6% de costarricenses ha leído de cuatro a cinco libros; un 33.2% leyó de uno a tres libros y la mitad de la población declaró que no había leído libros en el último año.  Además indicó que son los estudiantes quienes menos compran libros. Sin embargo, quienes estudian y trabajan adquieren más textos. También es interesante que las personas de mayor nivel adquisitivo son quienes compran menos libros en contraste con la clase media.
La Constitución Política de Costa Rica en su artículo 51 dice que:
 
"La familia, como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado. Igualmente tendrá derecho a esa protección la madre, el niño, el anciano y el enfermo desvalido".
 
En el artículo siguiente, de la misma constitución política dice: El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges.
 
Ambos puntos son fundamentales para reconstruir la red social y de seguridad de nuestros barrios. La paz de nuestros vecindarios, tienen su fuerza de cambio basada en la familia.
 
Solamente con virtudes sólidamente esculpidas, se lograr una vuelta hacia la familia, hacia el cuido y mejoramiento del barrio, de manera que podamos acabar con la violencia y la desintegración social.
 
Otro tema esencial, clave, en este tema, es el trabajo profundo y continuo entre padres de familia y los educadores.
 
Cada una de las miles de escuelas existentes en Costa Rica necesitan el apoyo de los vecinos. Muchos educadores requieren apoyo por medio de las juntas de educación, pero también por partes de los propios vecinos, padres de familia: siempre es posible dar una mano desinteresada a la educación local.
 
Nunca me ha dolido tanto, el saber de una escuela unidocente de Costa Rica en la región de Tivives, en donde los responsables en apoyar la escuela, pasaban de largo, como si fuera un asunto que no les compete. También en la escuela unidocente, no podemos dejar solos a los maestros, sino que es un asunto de todos, vecinos y sobre todo de los padres de familia.
 
El cambio que Costa Rica necesita tiene que venir de lo pequeño, de lo constante, del esfuerzo de los vecinos y de los padres de familia a fin de poder de nuevo reconstruir los valores propios de cada comunidad y en contacto con los barrios, solo así le daremos un vuelco a lo que nuestro país necesita.
 
Las escuelas de un solo maestro o maestra, conocidas como unidocentes también necesitan apoyo de los padres de familia, pues no son un verso suelto en la educación de Costa Rica.
 
Tampoco lo es la familia, ella necesita hogares sólidos, bien constituidos, solidarios y leales con la educación, para salir bien de los retos que hoy debemos afrontar.
 
Solo con optimismo, con la frente en alto y con carácter podremos dar un paso seguro hacia adelante, no es con mentalidades débiles como vamos a crecer. El hoy, ahora se gana con participación y mejor conocimiento de la sociedad por medio de la educación.
 
La Constitución Política de Costa Rica en su artículo 51 dice que:
 
"La familia, como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado. Igualmente tendrá derecho a esa protección la madre, el niño, el anciano y el enfermo desvalido".
 
Sábado, 25 Agosto 2012 05:08

DERECHO DE RESPUESTA

En referencia al comentario realizado el pasado viernes 17 de agosto llamado Gobierno sin atender la pobreza, redactado por la diputada Patricia Pérez G, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) desea aclarar lo siguiente:
Según la Ley 7769 de Atención a Mujeres en Condiciones de Pobreza, el INAMU debe brindar capacitación en formación humana para el fortalecimiento personal y social de las mujeres en condiciones de pobreza y vulnerabilidad social.
Partiendo de lo anterior, en el año 2011 el Instituto  brindó atención a un total de 3.592 mujeres de todas las regiones del país. Ello implicó capacitación en formación humana y acompañamiento para el acceso a la oferta de servicios institucionales en educación, capacitación técnica, empresariedad, emprendedurismo y otros.
El INAMU no remite listados de mujeres al IMAS, como se señala en el comentario de la diputada Pérez, todo lo contrario, el IMAS identifica y selecciona a las mujeres mediante su Sistema de Información de Población Objetivo, conocido como SIPO.  Las mujeres que cumplen con ciertos requisitos y condiciones califican para un subsidio económico, a su vez, son remitidas al INAMU para su incorporación en procesos de capacitación en formación humana.
Por tanto, no es válida ni pertinente la aseveración de que “solo se atendieron 2.040 mujeres dado que el INAMU no envío los listados de las  4.000 que correspondía atender”.
Este es un comentario de Maureen Clarke Clarke, Presidenta Ejecutiva del INAMU.
En referencia al comentario realizado el pasado viernes 17 de agosto llamado Gobierno sin atender la pobreza, redactado por la diputada Patricia Pérez G, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) desea aclarar lo siguiente:
En el Himno de los Parques Nacionales de Costa Rica de Miguel Dávila Odio dice : “Que vuelva la vida al bosque, aún no es demasiado tarde.., haciendo  alusión a los problemas  ambientales que sufría  nuestro país en los  años 70s y que dieron lugar a que  patriotas costarricenses  lucharan por  la creación de un sistema de  áreas silvestres protegidas. Con la creación del Servicio de Parques Nacionales de Costa Rica el 24 de  agosto de 1977, se inicio el proceso que condujo al país hacia una cultura conservacionista, arraigada en el ser  costarricense.
En los ecosistemas  protegidos en los Parques  Nacionales, nuestro país  atesora uno de los  principales activos naturales, que nos proveen de un plan de vida en nuestra relación con la naturaleza. En un  Parque Nacional, que es lo mismo que decir espacio natural, nos volvemos más humanos y regresamos sin saberlo a los primeros tiempos,  a donde el espacio y el tiempo son infinitos. Ahí se puede oler el silencio y podemos escuchar las melodías aromáticas de las montañas. Ahí la verdad es pura y no existe el cálculo, ni la agenda, Dios es feliz ahí y por eso uno se purifica  y hasta disfruta del dolor, pues este se desvanece en las corrientes de clorofila que el bosque encierra. En un Parque Nacional hay energía saludable y todo parece posible, pues volvemos a soñar.
Con el establecimiento del  Día de los Parques Nacionales de Costa Rica, a celebrarse el 24 de  agosto de cada año,  se abre una oportunidad para comprender mejor su función e importancia para la salud del planeta y nosotros  mismos. Por eso se  invita a los centros  educativos, las instituciones, la empresa privada y a todo el   país en general,  ha realizar actividades alusivas a los parques nacionales, o bien ir de visita a alguna de estas áreas silvestres protegidas. Este día  sirve de estímulo e inspiración para todos los funcionarios que laboran  al servicio de la protección y conservación   del patrimonio  natural y cultural de Costa Rica.
Sí hablamos de seguridad  nacional, debemos  ver seguridad  nacional en el acceso a  agua potable que proveen los Parques  Nacionales. Lo mismo sí hablamos de oxigeno, de producción hidroeléctrica, de protección de cuencas  hidrográficas, y  de la protección para  amortiguar las  consecuencias ante el cambio climático global. Sin embargo  y aunque paradójico, el poco personal, la vigilancia inadecuada , presupuestos limitados con que el Sistema Nacional de Áreas de Conservación - SINAC debe hacer  frente a la administración de los Parques  Nacionales de Costa Rica,  se convierten en una  amenaza que podría terminar  por debilitar la estabilidad y las  funciones esenciales  de  esas áreas silvestres protegidas. Problemas  como  invasiones, incendios forestales,  cacería furtiva, contaminación, la poca  inversión,  y los procesos con fines  utilitarios de la vida  moderna, ponen en peligro nuestros Parques  Nacionales. Por  eso en este Día de los Parques  Nacionales, no solo hacemos un llamado  a la  dotación de  mas  recursos  para cuidar nuestro Patrimonio Natural, sino que invitamos a  toda  la ciudadanía en general para que se  conviertan en un guadarparque  que vele y cuide por  el derecho aun ambiente sano, tanto para el ser  humano como para la vida  silvestre en general  de  nuestro país.
Oscar Esquivel Garrote.
En el Himno de los Parques Nacionales de Costa Rica de Miguel Dávila Odio dice : “Que vuelva la vida al bosque, aún no es demasiado tarde.., haciendo  alusión a los problemas  ambientales que sufría  nuestro país en los  años 70s y que dieron lugar a que  patriotas costarricenses  lucharan por  la creación de un sistema de  áreas silvestres protegidas. Con la creación del Servicio de Parques Nacionales de Costa Rica el 24 de  agosto de 1977, se inicio el proceso que condujo al país hacia una cultura conservacionista, arraigada en el ser  costarricense.
En el Himno de los Parques Nacionales de Costa Rica de Miguel Dávila Odio dice : “Que vuelva la vida al bosque, aún no es demasiado tarde.., haciendo  alusión a los problemas  ambientales que sufría  nuestro país en los  años 70s y que dieron lugar a que  patriotas costarricenses  lucharan por  la creación de un sistema de  áreas silvestres protegidas. Con la creación del Servicio de Parques Nacionales de Costa Rica el 24 de  agosto de 1977, se inicio el proceso que condujo al país hacia una cultura conservacionista, arraigada en el ser  costarricense.
En los ecosistemas  protegidos en los Parques  Nacionales, nuestro país  atesora uno de los  principales activos naturales, que nos proveen de un plan de vida en nuestra relación con la naturaleza. En un  Parque Nacional, que es lo mismo que decir espacio natural, nos volvemos más humanos y regresamos sin saberlo a los primeros tiempos,  a donde el espacio y el tiempo son infinitos. Ahí se puede oler el silencio y podemos escuchar las melodías aromáticas de las montañas. Ahí la verdad es pura y no existe el cálculo, ni la agenda, Dios es feliz ahí y por eso uno se purifica  y hasta disfruta del dolor, pues este se desvanece en las corrientes de clorofila que el bosque encierra. En un Parque Nacional hay energía saludable y todo parece posible, pues volvemos a soñar.
Con el establecimiento del  Día de los Parques Nacionales de Costa Rica, a celebrarse el 24 de  agosto de cada año,  se abre una oportunidad para comprender mejor su función e importancia para la salud del planeta y nosotros  mismos. Por eso se  invita a los centros  educativos, las instituciones, la empresa privada y a todo el   país en general,  ha realizar actividades alusivas a los parques nacionales, o bien ir de visita a alguna de estas áreas silvestres protegidas. Este día  sirve de estímulo e inspiración para todos los funcionarios que laboran  al servicio de la protección y conservación   del patrimonio  natural y cultural de Costa Rica.
Sí hablamos de seguridad  nacional, debemos  ver seguridad  nacional en el acceso a  agua potable que proveen los Parques  Nacionales. Lo mismo sí hablamos de oxigeno, de producción hidroeléctrica, de protección de cuencas  hidrográficas, y  de la protección para  amortiguar las  consecuencias ante el cambio climático global. Sin embargo  y aunque paradójico, el poco personal, la vigilancia inadecuada , presupuestos limitados con que el Sistema Nacional de Áreas de Conservación - SINAC debe hacer  frente a la administración de los Parques  Nacionales de Costa Rica,  se convierten en una  amenaza que podría terminar  por debilitar la estabilidad y las  funciones esenciales  de  esas áreas silvestres protegidas. Problemas  como  invasiones, incendios forestales,  cacería furtiva, contaminación, la poca  inversión,  y los procesos con fines  utilitarios de la vida  moderna, ponen en peligro nuestros Parques  Nacionales. Por  eso en este Día de los Parques  Nacionales, no solo hacemos un llamado  a la  dotación de  mas  recursos  para cuidar nuestro Patrimonio Natural, sino que invitamos a  toda  la ciudadanía en general para que se  conviertan en un guadarparque  que vele y cuide por  el derecho aun ambiente sano, tanto para el ser  humano como para la vida  silvestre en general  de  nuestro país.
Oscar Esquivel Garrote.
En el Himno de los Parques Nacionales de Costa Rica de Miguel Dávila Odio dice : “Que vuelva la vida al bosque, aún no es demasiado tarde.., haciendo  alusión a los problemas  ambientales que sufría  nuestro país en los  años 70s y que dieron lugar a que  patriotas costarricenses  lucharan por  la creación de un sistema de  áreas silvestres protegidas. Con la creación del Servicio de Parques Nacionales de Costa Rica el 24 de  agosto de 1977, se inicio el proceso que condujo al país hacia una cultura conservacionista, arraigada en el ser  costarricense.
La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
Ahora es China Popular a la que recurrimos para mendigar pero antes era Taiwan, la China Nacionalista, también conocida como Formosa. Recordemos el Puente de la Amistad sobre el río Tempisque, también los fondos para pagar los sueldos de parte de los funcionarios de nuestro servicio exterior, a través de una fundación; solo para citar dos casos pero hubo muchas otras ayudas de la China Nacionalista hacia nuestro pobre país.
Un país es como una gran familia donde sus inversiones y gastos, por lo tanto, deben ser realizados, con iguales criterios de responsabilidad, austeridad y frugalidad, para así luego no tener que mandar a las hijas e hijos a una esquina a mendingar y exponerlos a sufrir los peligros propios de esa práctica poco digna de pedir dinero a extraños.
Esa forma de pensar y administrar el gobierno, es una muestra más de que nuestra clase política de turno, ya tocó techo y que la necesidad de una eficaz y eficiente gobernanza de este país, los sobrepasa por mucho en conocimiento y capacidad. Así que, si queremos parar con la mendicidad presidencial hacia China y a otros países, debemos volver los ojos hacia otras personas y grupos que tengan una visión diferente de cómo realizar una Administración Pública inteligente, visionaria y con los recursos existentes pero también con ideas inteligentes sobre otros recursos frescos, generados por saber estimular la producción nacional.
Además que, sin duda, toda esa ayuda de China Popular no será por nada, ya nos pasarán la facturita, la que ciertamente y como siempre, la terminará pagando el pueblo, no los políticos; o sea, una vez más, como dice el viejo refrán, salimos jodidos y agradecidos.
La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
Ahora es China Popular a la que recurrimos para mendigar pero antes era Taiwan, la China Nacionalista, también conocida como Formosa. Recordemos el Puente de la Amistad sobre el río Tempisque, también los fondos para pagar los sueldos de parte de los funcionarios de nuestro servicio exterior, a través de una fundación; solo para citar dos casos pero hubo muchas otras ayudas de la China Nacionalista hacia nuestro pobre país.
Un país es como una gran familia donde sus inversiones y gastos, por lo tanto, deben ser realizados, con iguales criterios de responsabilidad, austeridad y frugalidad, para así luego no tener que mandar a las hijas e hijos a una esquina a mendingar y exponerlos a sufrir los peligros propios de esa práctica poco digna de pedir dinero a extraños.
Esa forma de pensar y administrar el gobierno, es una muestra más de que nuestra clase política de turno, ya tocó techo y que la necesidad de una eficaz y eficiente gobernanza de este país, los sobrepasa por mucho en conocimiento y capacidad. Así que, si queremos parar con la mendicidad presidencial hacia China y a otros países, debemos volver los ojos hacia otras personas y grupos que tengan una visión diferente de cómo realizar una Administración Pública inteligente, visionaria y con los recursos existentes pero también con ideas inteligentes sobre otros recursos frescos, generados por saber estimular la producción nacional.
Además que, sin duda, toda esa ayuda de China Popular no será por nada, ya nos pasarán la facturita, la que ciertamente y como siempre, la terminará pagando el pueblo, no los políticos; o sea, una vez más, como dice el viejo refrán, salimos jodidos y agradecidos.
La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
Este órgano definió e impulso esquema para construcción de obras y de la trocha fronteriza.
En su comparecencia ante los diputados de la comisión del Control de Ingreso y Gasto Público. El ex ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Francisco Jimenez ratificó la existencia y operación de un grupo asesor presidencial en temas de infraestructura conformado por el Vicepresidente Luis Liberman, el asesor Carlos Espinach, el hermano de la Presidenta, Adrian Chinchilla y él.
La suscrita, presidenta de la comisión de control de ingreso y gasto público, mostró su preocupación por la existencia de ese consejo asesor, al punto que indico que es importante ahondar en el tema y ver las implicaciones y consecuencias que este ha tenido en materia de infraestructura.
El ex ministro también ratificó la existencia de la  “Comisión de Alto Nivel” con altos jerarcas de todas las instituciones y ministerios encargada directamente de la atención de la emergencia decretada en la zona fronteriza con Nicaragua y en la construcción de la ruta 1856.
Agregó, que él no participó en ninguna de las ocho reuniones que sostuvo esta comisión, detalló que si estuvieron presentes, entre otros, el Ministro del Ambiente, René Castro, los viceministros de Relaciones Exteriores, Carlos Roverssi, de Seguridad Pública, Walter Navarro y de la Presidencia Mauricio Boraschi.
El ex ministro ratificó además, como lo hizo el ex jerarca del Consejo Nacional de Vialidad, Carlos Acosta, a la comisión de gasto en sesión anterior. Que fue el Vicepresidente de la República Luis Liberman el que insistió hasta el final en la necesidad de construir la trocha fronteriza.
PATRICIA PÉREZ HEGG
Este órgano definió e impulso esquema para construcción de obras y de la trocha fronteriza.
Este órgano definió e impulso esquema para construcción de obras y de la trocha fronteriza.
En su comparecencia ante los diputados de la comisión del Control de Ingreso y Gasto Público. El ex ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Francisco Jimenez ratificó la existencia y operación de un grupo asesor presidencial en temas de infraestructura conformado por el Vicepresidente Luis Liberman, el asesor Carlos Espinach, el hermano de la Presidenta, Adrian Chinchilla y él.
La suscrita, presidenta de la comisión de control de ingreso y gasto público, mostró su preocupación por la existencia de ese consejo asesor, al punto que indico que es importante ahondar en el tema y ver las implicaciones y consecuencias que este ha tenido en materia de infraestructura.
El ex ministro también ratificó la existencia de la  “Comisión de Alto Nivel” con altos jerarcas de todas las instituciones y ministerios encargada directamente de la atención de la emergencia decretada en la zona fronteriza con Nicaragua y en la construcción de la ruta 1856.
Agregó, que él no participó en ninguna de las ocho reuniones que sostuvo esta comisión, detalló que si estuvieron presentes, entre otros, el Ministro del Ambiente, René Castro, los viceministros de Relaciones Exteriores, Carlos Roverssi, de Seguridad Pública, Walter Navarro y de la Presidencia Mauricio Boraschi.
El ex ministro ratificó además, como lo hizo el ex jerarca del Consejo Nacional de Vialidad, Carlos Acosta, a la comisión de gasto en sesión anterior. Que fue el Vicepresidente de la República Luis Liberman el que insistió hasta el final en la necesidad de construir la trocha fronteriza.
PATRICIA PÉREZ HEGG
Este órgano definió e impulso esquema para construcción de obras y de la trocha fronteriza.