Jueves, 23 Agosto 2012 05:39

La mendicidad presidencial nos va a salir cara

La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
Ahora es China Popular a la que recurrimos para mendigar pero antes era Taiwan, la China Nacionalista, también conocida como Formosa. Recordemos el Puente de la Amistad sobre el río Tempisque, también los fondos para pagar los sueldos de parte de los funcionarios de nuestro servicio exterior, a través de una fundación; solo para citar dos casos pero hubo muchas otras ayudas de la China Nacionalista hacia nuestro pobre país.
Un país es como una gran familia donde sus inversiones y gastos, por lo tanto, deben ser realizados, con iguales criterios de responsabilidad, austeridad y frugalidad, para así luego no tener que mandar a las hijas e hijos a una esquina a mendingar y exponerlos a sufrir los peligros propios de esa práctica poco digna de pedir dinero a extraños.
Esa forma de pensar y administrar el gobierno, es una muestra más de que nuestra clase política de turno, ya tocó techo y que la necesidad de una eficaz y eficiente gobernanza de este país, los sobrepasa por mucho en conocimiento y capacidad. Así que, si queremos parar con la mendicidad presidencial hacia China y a otros países, debemos volver los ojos hacia otras personas y grupos que tengan una visión diferente de cómo realizar una Administración Pública inteligente, visionaria y con los recursos existentes pero también con ideas inteligentes sobre otros recursos frescos, generados por saber estimular la producción nacional.
Además que, sin duda, toda esa ayuda de China Popular no será por nada, ya nos pasarán la facturita, la que ciertamente y como siempre, la terminará pagando el pueblo, no los políticos; o sea, una vez más, como dice el viejo refrán, salimos jodidos y agradecidos.
La mendicidad presidencial, hay que aclarar que no estoy insinuando que esta es  una característica de doña Laura, sino que me refiero a un estilo de gobernanza, eso sí que ella, a través de toda su práctica en la función pública, se lo vio hacer a sus antecesores.
Ahora es China Popular a la que recurrimos para mendigar pero antes era Taiwan, la China Nacionalista, también conocida como Formosa. Recordemos el Puente de la Amistad sobre el río Tempisque, también los fondos para pagar los sueldos de parte de los funcionarios de nuestro servicio exterior, a través de una fundación; solo para citar dos casos pero hubo muchas otras ayudas de la China Nacionalista hacia nuestro pobre país.
Un país es como una gran familia donde sus inversiones y gastos, por lo tanto, deben ser realizados, con iguales criterios de responsabilidad, austeridad y frugalidad, para así luego no tener que mandar a las hijas e hijos a una esquina a mendingar y exponerlos a sufrir los peligros propios de esa práctica poco digna de pedir dinero a extraños.
Esa forma de pensar y administrar el gobierno, es una muestra más de que nuestra clase política de turno, ya tocó techo y que la necesidad de una eficaz y eficiente gobernanza de este país, los sobrepasa por mucho en conocimiento y capacidad. Así que, si queremos parar con la mendicidad presidencial hacia China y a otros países, debemos volver los ojos hacia otras personas y grupos que tengan una visión diferente de cómo realizar una Administración Pública inteligente, visionaria y con los recursos existentes pero también con ideas inteligentes sobre otros recursos frescos, generados por saber estimular la producción nacional.
Además que, sin duda, toda esa ayuda de China Popular no será por nada, ya nos pasarán la facturita, la que ciertamente y como siempre, la terminará pagando el pueblo, no los políticos; o sea, una vez más, como dice el viejo refrán, salimos jodidos y agradecidos.