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¿Queremos una vida sin propósito?...

Es un hecho totalmente preocupante que, en los tiempos actuales, gran parte de los humanos esté asumiendo una férrea actitud de superficialidad, ligereza y monotonía ante la vida. Estos tipos de humanos, a quienes algunos expertos han llamado los humanos “light”, precisamente para relacionarlos con ese tipo de comida que es liviana y de bajo contenido calórico, son individuos quienes llevan una vida bastante pobre, es decir, una existencia en donde la esencia de las acciones carece de todo interés, pues sólo lo superficial, transitorio, el poder inmediato y lo material, son tomados en cuenta.
Se tiene así, entonces, un humano vacío, materialista, muy vulnerable, sin ideales ni compromisos, en quien existe un cansancio por vivir, pero no por hacer muchas actividades, sino por la falta de una proyección social personal coherente y constante. Estos humanos plasman su existencia en una sociedad triste, sin ilusión, distraída por cuestiones insustanciales. Son personas consumistas por excelencia: hace para tener; tiene para consumir más; consume más para aparentar una mejor imagen y disponer de una mejor imagen para hacer más. Ese es, sencillamente, el patético ciclo de lo banal y la conformidad.
Esto se debe, en gran parte, a que en Occidente existe todo en exceso; por lo tanto los humanos indiferentes no se aferran a nada ya que no tienen creencias firmes, o reciben toneladas de información aunque no sepan ni para qué sirve. La idea es, en este tipo de trivial sociedad, pasarla bien -como se diría en tiquicia pasarla “pura vida”-, y consumir todo, pero sin esfuerzos, luchas o compromisos, aunque ello sea a costa de la propia caída de los valores humanos.
Sin duda, tal posición es muy lamentable, pues hoy no se genera un franco y detallado debate sobre cuestiones que son relevantes social e individualmente, como el valor de la familia, el sentido de una sana democracia, la óptima educación y protección de nuestros niños, el respeto real a los adultos mayores, o la necesidad de desarrollar un pensamiento más crítico en la población o la excesiva xenofobia contra algunos hermanos extranjeros.
¿Cuál debería ser, entonces, nuestra actitud frente a esta problemática que genera, día con día, seres más solitarios y vacíos moral, cultural, emocional e intelectualmente?...
Considero que, a toda costa, se debe hacer un esfuerzo por vencer esta “vida liviana”, esta existencia superficial, mediante la recuperación un auténtico sentido de respeto y honra tanto hacia nuestra sociedad como hacia nuestra vida personal, el desarrollo de las capacidades emocionales e intelectuales y un estado permanente de reencuentro con el humanismo. Ello significa volver a sustentar nuestra vida en el compromiso, la sensatez, la esperanza, el entusiasmo, la justicia y la dignidad. Se trata de poseer una actitud de mayor conciencia social e individual que nos lleve por más sustanciales, productivos y prósperos derroteros.
Por lo tanto, si no queremos pertenecer a esa “vida sin propósito” en donde sólo reina la indiferencia, lo insustancial, la mediocridad y la conformidad, debemos tomar muy en cuenta aquellas palabras que, muy sabiamente, predicaba ese gran líder espiritual hindú Mahatma Gandhi: “Es con solidaridad humana, empatía, tesón y compromiso, no con lo banal, que se debe nutrir nuestra vida, y la del propio pueblo que nos vio nacer”.
Es un hecho totalmente preocupante que, en los tiempos actuales, gran parte de los humanos esté asumiendo una férrea actitud de superficialidad, ligereza y monotonía ante la vida. Estos tipos de humanos, a quienes algunos expertos han llamado los humanos “light”, precisamente para relacionarlos con ese tipo de comida que es liviana y de bajo contenido calórico, son individuos quienes llevan una vida bastante pobre, es decir, una existencia en donde la esencia de las acciones carece de todo interés, pues sólo lo superficial, transitorio, el poder inmediato y lo material, son tomados en cuenta.

EL PAÍS URGE DE ESPECIALISTAS Y AUTORIDADES DE LA CCSS SOLO PONEN EXCUSAS

Dr. Pablo Guzmán Stein
Rector UCIMED
Con dolor y coraje escucho el constante clamor de muchos enfermos, que se quejan porque en los diferentes establecimientos de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), no los han atendido o porque la cita con el especialista se las dan para dentro de meses o años.
Dolor porque mientras ellos esperan la ayuda al mal que los aqueja, sus dolencias se agravan, coraje porque desde mi trinchera, este servidor y las demás autoridades de  UCIMED, hemos querido ayudar a resolver el faltante de especialistas en medicina desde hace más de tres años y no nos lo permiten.
Hace tres años se elevó el proyecto a conocimiento de la Junta Directiva de la CCSS con el visto bueno del Director del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (CENDEISSS),  Dr. Ignacio Salom,  la  Gerente Médica, Dra. Rosa Climent, y la Gerencia Jurídica de la Caja (oficio Nro. 35425-5-A-09)  recomendándose su aprobación; pero desafortunadamente todo el trabajo realizado se fue por la borda ya que la Junta Directiva de ese entonces no lo aprobó, por considerar que no tenía suficientes elementos de juicio para tomar una decisión.
Las autoridades del Seguro Social, anunciaron la incorporación de 176 especialistas este año, pero ese número no resuelve el problema.  Un estudio de la misma institución del 2006 reveló que el faltante es de 1723 especialistas,  sólo para los hospitales de la Caja, y ¿ qué pasa con el sector privado que cada día crece más debido a la falta de cobertura del Seguro Social y la población sigue aumentando en conjunto con patologías más complejas?. Los especialistas no sólo son necesarios en los hospitales y clínicas públicas, sino también en el sector privado.
Indican las autoridades del Seguro Social que no pueden comprometerse en la formación de especialistas con nuestra Universidad,  ya que no se garantiza que al finalizar  su formación se queden laborando con la CCSS. Me pregunto, aunque la Caja exija a los residentes actuales laborar tres años para la institución, luego de este término ¿todos los especialistas que se formaron se quedan trabajando para esta institución? No seamos ingenuos, no todos los que se forman mediante el convenio CCSS y UCR se quedan laborando con la Caja.
Les recuerdo a las autoridades del Seguro Social  que uno de los compromisos que tiene como institución pública ante el pueblo costarricense, es el de colaborar con la formación de profesionales en salud, sin distingos de lo público o privado.
A las universidades privadas nos tienen  amarradas las manos, pues sólo permiten que  la Universidad de Costa Rica junto al CENDEISSS, formen médicos especialistas en las instalaciones de la CCSS por medio de un convenio. ¿Cual es la diferencia entre los ciudadanos que estudian en la UCR y los que estudian en centros privados? ¿No somos iguales ante la ley?.
Les recuerdo que cerca de la mitad de los médicos de este país que ejercen actualmente son egresados de  nuestra Universidad y estamos acreditados por el SINAES  ¿Qué otra demostración de calidad y compromiso quieren?
Luego de reuniones con la Presidencia Ejecutiva de la CCSS , la Gerencia Médica y algunos miembros de la Junta  Directiva, me parece tener claro que no hay voluntad política para resolver este tema,  a pesar de la trascedencia  que tiene para el país el tema de la salud pública. lnsto una vez más a la junta Directiva a darle la importancia que merece este problema nacional, porque afecta a toda la población.
El país urge de un mayor número de especialistas, no posterguemos más una decisión que pone en juego la salud de los costarricenses.
Dr. Pablo Guzmán Stein
Rector UCIMED
Con dolor y coraje escucho el constante clamor de muchos enfermos, que se quejan porque en los diferentes establecimientos de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), no los han atendido o porque la cita con el especialista se las dan para dentro de meses o años.

El ICE y el respeto a los pueblos

Costa Rica es un país pequeño. Sin embargo, los costarricenses hemos aspirado siempre a constituir una Nación grande y virtuosa mediante las instituciones que hemos erigido y por la vocación pacífica de nuestra gente.
Si agregamos a ello el afán por construir el bienestar general con solidaridad, y esa actitud característicamente sonriente y de apertura ante el mundo, no tardaremos en descubrir las huellas de nuestra identidad más reciente.
Se trata, así vista, de una identidad conformada por raíces ancestrales a las que debemos dar lustre de manera permanente mediante un trato digno a todas y cada una de las personas que conformamos esta encrucijada geográfica y humana del continente americano. Aborígenes, europeos y negros primero, y otros aportes étnicos posteriores, formaron un crisol que hoy nos enorgullece y nos identifica.
El de hoy es un tiempo en el que el respeto a la diversidad y al pensamiento ajeno debe ser defendido en todas las trincheras. Mucho nos enseñaron los errores del pasado, los radicalismos, la intransigencia y la negación del otro por diferente.
Una vez y otra también, hemos constatamos que un mundo mejor sí es posible.
Una demostración de que el diálogo nos abre las vías más cortas a la convivencia y a la armonía en el duro camino del desarrollo es el diálogo con las comunidades indígenas en aquellas zonas donde el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) aspira llevar a cabo obras de enorme importancia para el futuro del país.
Es norma en el ICE que no importa el tamaño y la complejidad de un proyecto, se debe informar con amplitud y transparencia a las comunidades. Trabajamos para dar y recibir información, para dialogar y para conocernos. Lo hacemos de buena fe, con equidad, resguardando el interés público y conciliándolo con los derechos legítimos de esas comunidades.
Tanto para los pobladores como para el ICE hay también un factor común inevitable: me refiero a la relación responsable con el ambiente y al mejor uso posible de los recursos que, como el agua, no es propiedad de nadie porque lo es de todos.
En todo ese esfuerzo, el respeto a la dignidad, a los valores y a las creencias ancestrales es un punto de partida de nuestro diálogo, como es la rigurosa aplicación de las leyes nacionales y las normas superiores de nuestra Constitución.
No puede ser de otra manera. Desde su origen el ICE nació con el mandato de darle a los costarricenses energía para el desarrollo. El resultado y la calidad de esa tarea se pueden confirmar en los más lejanos rincones de nuestro país.
Otro mandato es atender la creciente demanda de energía eléctrica que conlleva el desarrollo de la Nación. En eso estamos trabajando.                Elbert Durán Hidalgo
Costa Rica es un país pequeño. Sin embargo, los costarricenses hemos aspirado siempre a constituir una Nación grande y virtuosa mediante las instituciones que hemos erigido y por la vocación pacífica de nuestra gente.
Si agregamos a ello el afán por construir el bienestar general con solidaridad, y esa actitud característicamente sonriente y de apertura ante el mundo, no tardaremos en descubrir las huellas de nuestra identidad más reciente.

Nuevos aires para Limón

Con la adjudicación de la nueva terminal de contenedores de Moin, se inicia una nueva etapa para la provincia de Limón, nuevas fuentes de empleo, nuevas zonas industriales, floreceran trayendo beneficio y crecimiento económico para sus habitantes. Bien dice el refrán, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, hoy con júbilo los habitantes de toda Costa Rica pero, especialmente, los limonenses celebran el que por fin tendremos un puerto moderno, eficiente y competitivo, a la altura de los mejores puertos del mundo, con una inversión cercana a los mil millones de dólares.
Atrás quedarán los días en que por motivo de huelgas, tortuguismos y actos terroristas, como la quema de tráileres, la toma de edificios y otros, se detenía la económica de todo un país, logrando con esto situarnos en el puesto Nº128 de 132 puertos en el mundo en eficiencia portuaria, gracias a la irresponsabilidad y la pobre visión de un grupo de sindicalistas que, a lo largo de los años,  no han conseguido más que afectar la imagen de los limonenses y hundir más en el abandono y la pobreza esta hermosa provincia.
¿Que harán los actuales directivos de SINTRAJAP cuando se inicie  la construcción de  un puerto que competirá con los actuales que carecen de equipo, infraestructura e incluso que cierran once días al año? ¿Qué le dirán a sus trabajadores, cuando la administración de JAPDEVA se vea en la necesidad de  reestructurar los puertos actuales  y tengan que mover a un gran numero del personal actual  sin la posibilidad de una indemnización?
Como dijo Albert Einstein, las crisis son necesarias porque nos obligan a sacar lo mejor del ser humano  y así buscar mejores alternativas para enfrentar los retos del futuro.
Se tiene que aprender de los errores y aceptar las consecuencias de las malas decisiones, pensión adelantada, traslado horizontal, capacitaciones, recontratación e indemnización, eran algunos de los ofrecimientos del gobierno para los trabajadores de JAPDEVA, que en su momento, negociaron con una junta conciliadora y responsable de trabajadores de la institución, ofrecimientos que los actuales sindicalistas han rechazado una y otra vez, condenando con esto a todos los 1.411 trabajadores del puerto a quedar sin posibilidad de progresar, ni desarrollarse como pequeños empresarios, ni irse pensionados como ya se ha hecho en otros países de la región.
No queremos más criminalidad, no queremos más pobreza, no queremos más cárceles para nuestros jóvenes en Limón, lo mejor de Limón es su gente, lo mejor de Limón es ser merecedores de lo mejor de Costa Rica.
Los limonenses son trabajadores, la mayoría hijos de emigrantes que en su momento, supieron tomar decisiones correctas, hoy es tiempo de decidir por un mejor futuro para nuestros hijos, es por eso que debemos como trabajadores de JAPDEVA y ciudadanos limonenses exigir un dialogo profundamente respetuoso, además de inteligente y visionario entre los trabajadores y el gobierno, para así decidir el mejor rumbo para Limón con la única meta de un  beneficio mutuo y lo mejor para el país.
Comentario del Capitán Douglas Brenes Hernández
Con la adjudicación de la nueva terminal de contenedores de Moin, se inicia una nueva etapa para la provincia de Limón, nuevas fuentes de empleo, nuevas zonas industriales, floreceran trayendo beneficio y crecimiento económico para sus habitantes. Bien dice el refrán, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, hoy con júbilo los habitantes de toda Costa Rica pero, especialmente, los limonenses celebran el que por fin tendremos un puerto moderno, eficiente y competitivo, a la altura de los mejores puertos del mundo, con una inversión cercana a los mil millones de dólares.

CUERPOS SANOS, MENTES SANAS

Saludo por este medio a todos los atletas, por la excelente respuesta que han dado con ocasión de la inauguración del Estadio Nacional
A menos de un mes y medio, todos los cupos de las carreras de 4 KM, 8 KM, 21 KM y 42 KM, están llenos y los organizadores han dicho que por la experiencia, seguridad y organización, no es conveniente sobrepasar los 7000 participantes inscritos.
Sean bienvenidos, atletas, a este programa del deporte, a recrearse, al impulso de la disciplina y el desarrollo de la salud para miles de jóvenes y adultos de todas las condiciones.
Sean también bienvenidos atletas de los hermanos pueblos de Centroamérica, México, Estado Unidos y Europa, que vienen a participar y competir.
El Parque Metropolitano La Sabana, se vestirá de gala el próximo domingo 27 de marzo, día de la inauguración del Estadio Nacional y que será escenario de variadas e innumerables competencias deportivas así como de actos culturales.
Una nación que promueve el deporte, es una nación más sana, con una población con mayor riqueza moral y con mejor disposición a enfrentar los retos que invariablemente se van dando en toda sociedad.
La Marathon Internacional Costa Rica, celebra su XV Edición en tal ocasión, en el Parque Metropolitano La Sabana. El recorrido se iniciará en Costado Oeste del Estadio Nacional, siguiendo hacia el Paseo Colón y la Avenida Segunda de San José y las inmediaciones del Estadio, los eventos de la media Maratón de 21 KM y la Maratón 42 KM. Los(as) atletas que participen en esa diversidad de retos y categorías deportivas, harán su ingreso al Estadio Nacional.
Al igual que en ediciones anteriores, engalanarán las carreras atletas de renombre tanto nacionales como del ámbito internacional. En  esta ocasión tan especial nos estará acompañando el Presidente de la (AIMS) Asociación Mundial de Maratones: Francisco Borao.
Asimismo, por recomendación del Consejo Nacional de Deportes en el año 2008, el Ministerio de Salud declaró estas justas de interés público y nacional, y la Municipalidad de San José las declaró  de interés turístico por el impulso que en ese campo le brinda a la ciudad. La realización de estos desafíos vienen a ser estímulo especialmente para la juventud en la lucha contra la violencia, las drogas.
Con este evento, Marathon Internacional Costa Rica, ha abierto a Costa Rica una gran oportunidad, pues el país se encuentra asentado entre los destinos deportivos relevantes y de respeto mundial, figurando en los calendarios del deporte internacional.
Dr. Federico Tinoco Carmona
Saludo por este medio a todos los atletas, por la excelente respuesta que han dado con ocasión de la inauguración del Estadio Nacional
A menos de un mes y medio, todos los cupos de las carreras de 4 KM, 8 KM, 21 KM y 42 KM, están llenos y los organizadores han dicho que por la experiencia, seguridad y organización, no es conveniente sobrepasar los 7000 participantes inscritos.

Encrucijada energética

El mundo y el país está en una encrucijada energética. Debemos evolucionar hacia tecnologías limpias y renovables, si queremos enfrentar satisfactoriamente los desafíos energéticos del futuro cercano y mediano. El país no puede llegar al año 2030-50 (a la vuelta de la esquina) sin tener garantizado la satisfacción de la demanda energética de una población e industria  creciente. No podremos salir del subdesarrollo, de la pobreza, si no tenemos energía limpia y renovable para entonces. Esto es una realidad incuestionable.
Hemos sido bendecidos por los pensadores energéticos del pasado que nos han permitido llegar a esta altura del siglo XXI con energía limpia como la hidroeléctrica. Esto ha sido bueno y provechoso y nos ha permitido tener el desarrollo que tenemos. Pero este modelo debe repensarse y readaptarse a las necesidades de la moderna población, las nuevas tecnologías, el deterioro ambiental de las fuentes, el calentamiento global.
Debemos ayudarle con nuevas fuentes limpias y renovables, como las eólica, solar, geotérmica y otras que no se han explorado o explotado como la de las mareas. Hoy con toda la tecnología y conocimiento podemos explotar y aprovechar  energías guardadas en nuestras áreas protegidas, de una forma tal que dichas zonas no se vean afectadas, sino actúen como un servicio ambiental más que pueden brindar a los costarricenses. No debemos cerrarnos a modelos que fueron buenos en su momento, pero que con el crecimiento de la población, y los nuevos retos energéticos, ameritan replantearlos, con equidad y justicia ambiental.
Esta reconversión energética solo se puede llevar a cabo con voluntad política y se estima que podría darse en pocas décadas. Con el petróleo existente, hay tiempo para la migración energética; claro si se toman HOY las decisiones correctas. Pareciera que los indicadores ponen como fechas  para la reconversión el año 2030-2050.
Pero también hay que decir, que hay que invertir en la reducción del consumo energético y en la eficiencia del mismo. Esto es vital tanto en viviendas, industrias, como el transporte. No solo para ahorrar  uso de combustibles fósiles, sino  también para controlar la contaminación atmosférica .Es obvio que en esta nueva cultura energética  deben participar nuestros políticos, con una visión de estadistas; la población(sociedad civiI;  el sector industrial y productivo(sector privado ).Todos deben interactuar, no solo para promover el uso eficiente de la energía, sino también para generar, si fuera del caso, y permitir la migración lo más pronto posible hacia nuevas fuentes de energía limpias y renovables.
Una energía limpia y renovable permitirá que nuestros descendientes tengan un ambiente más sano y equilibrado, que podamos permitir el desarrollo del país, y que salgamos de la pobreza y subdesarrollo. El país no  puede esperar más para que se tomen las decisiones energéticas necesarias para satisfacer las necesidades del futuro próximo. Hay que actuar ya.  El tiempo nos alcanza. Estamos en una encrucijada que nos llevará a la CLARIDAD o a la OSCURIDAD.
Alexander Bonilla Durán.
El mundo y el país está en una encrucijada energética. Debemos evolucionar hacia tecnologías limpias y renovables, si queremos enfrentar satisfactoriamente los desafíos energéticos del futuro cercano y mediano. El país no puede llegar al año 2030-50 (a la vuelta de la esquina) sin tener garantizado la satisfacción de la demanda energética de una población e industria  creciente. No podremos salir del subdesarrollo, de la pobreza, si no tenemos energía limpia y renovable para entonces. Esto es una realidad incuestionable.

¿Por qué el MEP recorta el presupuesto para infraestructura educativa?

¿Por qué el MEP recorta el presupuesto para infraestructura educativa?
Juan Carlos Hidalgo Bogantes, cédula 2-546-309
Al igual que en muchos otros años, el curso lectivo empezó este mes con miles de estudiantes recibiendo clases en galerones, ranchos, iglesias y espacios al aire libre. Según cálculos del Ministerio de Educación Pública, se necesitan $1,000 millones, es decir, aproximadamente ¢510,000 millones de colones. para poder modernizar la decadente infraestructura educativa del país. Al no contar con esta cantidad de recursos, nuestros niños y jóvenes seguirán recibiendo clases en condiciones deplorables por muchos años.
Sin embargo, llama poderosamente la atención una cosa. Para este año el Ministerio de Educación ha recortado dramáticamente el presupuesto destinado a infraestructura educativa con respecto al 2010. Como puede verse en el presupuesto del Ministerio de Educación del año pasado, el rubro de “infraestructura y equipamiento del sistema educativo” recibió casi ¢43 mil millones de colones en el 2010. Para este 2011, la misma categoría presupuestaria recibirá apenas ¢17 mil millones de colones. Esto representa una reducción de un año al otro del 60%.
¿Se explica esta caída por los supuestos recortes de gasto anunciados por la administración Chinchilla? En lo absoluto. El presupuesto total del Ministerio de Educación Pública aumentó en un 14% en términos nominales con respecto al 2010, por lo que el ministerio está recibiendo más dinero que antes. ¿Por qué entonces la administración Chinchilla recorta un rubro tan crítico como la infraestructura educativa?
Quizás la respuesta yace en las recientes declaraciones de la presidenta Laura Chinchilla, quien  señaló que con la aprobación de su paquete de impuestos, el gobierno aumentará la construcción, reparación y remodelación de la infraestructura educativa. Igualmente, el ministro de Educación, Leonardo Garnier, ha venido diciendo que en Costa Rica tendremos centros educativos de lujo el día que paguemos impuestos como los de Finlandia y Holanda.
Resulta claro que la administración Chinchilla está utilizando la pésima infraestructura educativa como argumento para que le aprueben su paquete de impuestos. Esto aún cuando el mismo gobierno recorta en un 60% los fondos destinados a la construcción y equipamiento de escuelas y colegios.
No hay falta de dinero en el MEP. Lo que este gobierno está haciendo es usar a los estudiantes y a sus padres como rehenes de un chantaje político a favor de más impuestos.
Juan Carlos Hidalgo es coordinador de proyectos para América Latina en el Cato Institute.
Al igual que en muchos otros años, el curso lectivo empezó este mes con miles de estudiantes recibiendo clases en galerones, ranchos, iglesias y espacios al aire libre. Según cálculos del Ministerio de Educación Pública, se necesitan $1,000 millones, es decir, aproximadamente ¢510,000 millones de colones. para poder modernizar la decadente infraestructura educativa del país. Al no contar con esta cantidad de recursos, nuestros niños y jóvenes seguirán recibiendo clases en condiciones deplorables por muchos años.

Para combatir una gran enfermedad nacional, el alcoholismo

Un día de estos, le pedí a unos alumnos y alumnas del curso de Opinión Pública, que escribieran un artículo sobre el problema nacional que más les preocupara. Les dije que yo mismo iba a escribir con ellos. Lo único que me salió fue esto: el problema más serio del país es el licor. ¿Por qué? Porque el licor es un problema invisibilizado, que ataca a todos los estratos, que está en todos los rincones, que es aplaudido por propios y extraños, que es promovido con todo tipo de campañas y favores, que golpea desde las entrañas mismas de la familia y que sume a las personas desde la adolescencia. Los otros problemas del país son tratados o estudiados, y hay todo tipo de análisis al respecto, pero el licor es amo y señor de las fiestas, las celebraciones, los fines de semana y todos los espacios vacíos que nos deja la vida cotidiana. El licor se apodera de la gente cuando está en los mejores años de su vida y es muy difícil evadirlo. Todas las otras drogas tienen una atención focalizada, pero el licor se escapa de todos los controles y nos mete todo tipo de goles. Hace unos días, me llamó el admirado y muy respetado periodista Gaetano Pandolfo, y me dijo que el Instituto Nacional de Seguros (INS) había impreso de nuevo su libro, “Para Nunca Olvidar”, sobre los estragos que provocó el licor en su vida. Le ofrecí ayuda, pero primero que todo leí el libro de nuevo. Me sobrecogió el relato de don Tano: certero, severo, sin contemplaciones. El licor tomó su vida y se apoderó de su libertad. Acabó con su familia. Acabó con su trabajo. Lo convirtió en un despojo de ser humano. Había leído el libro cuando estaba en el colegio, y decidí nunca tomar licor. Veinte años después, puedo decir con orgullo y satisfacción que he cumplido mi promesa, ni una cerveza, ni un trago, jamás. Pero esto es un asunto de todos los días, porque todos los días uno està tentado a caer. Gracias al apoyo del INS, don Tano está dando charlas a jóvenes en empresas y centros educativos. Le regala el libro a cada persona que asista a su conferencia, que es desgarradora. Por eso, el Movimiento Solidarista Costarricense se une a él, y desea apoyarlo desde las 600 asociaciones solidarista que representa. Si usted forma parte de una asociación solidarista, y quiere recibir la charla de don Tano, el Movimiento Solidarista se encarga de la coordinación y lo lleva hasta su empresa. La charla no tiene costo alguno. Reitero, gracias al INS, don Tano le regala un libro a cada persona que lo escuche. Para el Movimiento Solidarista Costarricense, es una gran dicha ayudarle. Su libro es impactante. Y el licor cada día gana más terreno en Costa Rica. Usted puede llamar a Diana Avendaño, del Movimiento Solidarista Costarricense, al teléfono 2253-9808, o escribirle al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Muchas gracias a Gaetano Pandolfo y al INS por esta urgente y excelente iniciativa.
Un día de estos, le pedí a unos alumnos y alumnas del curso de Opinión Pública, que escribieran un artículo sobre el problema nacional que más les preocupara. Les dije que yo mismo iba a escribir con ellos. Lo único que me salió fue esto: el problema más serio del país es el licor. ¿Por qué? Porque el licor es un problema invisibilizado, que ataca a todos los estratos, que está en todos los rincones, que es aplaudido por propios y extraños, que es promovido con todo tipo de campañas y favores, que golpea desde las entrañas mismas de la familia y que sume a las personas desde la adolescencia.

COSEVI, UN VERDADERO VIA CRUCIS

Por la acción de un oficial de tránsito, que me hizo una boleta de infracción según él, por estar mal estacionado pero además me retiró ambas placas, con lo que me obligaba a tener que llamar a camión plataforma para llevarme mi carro o dejarlo en la vía pública nuevamente infringiendo la ley. Mejor los dejo con la duda sobre lo qué hice ese día.
Pero lo anterior, es apenas un tercio del cuento, la punta del iceberg pues tenía que recuperar las placas para poder usar mi carro. Ingenuamente, entré en la página de Internet del Cosevi, según yo, para informarme sobre cómo debía proceder pero la verdad es que esto fue en vano. Así que decidí ir hasta el Cosevi, sin saber para adónde ir y mucho menos qué hacer. Una vez allí, seguramente, la expresión de mi cara manifestaba gran desconcierto e ignorancia, porque, apenas había llegado, cuando fui abordado por una persona, que amablemente, se ofreció a darme su asistencia, al inicio pensé que era por solidaridad pero en un par de minutos, me di cuenta de mi equivocación pues estaba frente a un diestro profesional en enfrentar a la tramitología pública.
Obviamente, como todo profesional esa persona esperaba de mi parte una “justa” remuneración económica, por su importante conocimiento para resolver, en poco tiempo, los avatares en los que me iba a ver envuelto. Le agradecí su ofrecimiento profesional y me dirigí hacia la oficina respectiva, ignorando en mucho el vía crucis burocrático, que me esperaba. A la puerta un guarda de seguridad, con cara de pocos amigos, lógico pensé nada más aburrido que estar aquí, me increpó de por qué estaba ahí, le expliqué y sin decir palabra, levantó una de sus manos y me enseñó una ventanilla, a la cual me dirigí.
La dama a cargo esa ventanilla, me indicó que antes debía ir a sacar una certificación de que no tenía partes pendientes, me señaló el lugar, volví a ver y había unas treinta personas adelante. Haciendo un gran esfuerzo mental y con mayor resignación, me dirigí hacia ese lugar a esperar mi turno pero cuando pasé a la par de una pizarra donde están las instrucciones sobre qué se debe hacer y cuáles papeles se deben llevar. Rápidamente descubrí que había hecho en vano mi viaje de casi una hora hasta el Cosevi pues el carro está a nombre de una sociedad anónima, por lo que debía presentar una serie de documentos que no tenía conmigo.
El siguiente día, volví al Conavi, esta vez, según yo, armado hasta los dientes, con todos los papeles que se indicaban en la pizarra informativa, que me había salvado de hacer una fila de treinta personas para nada. En las cercanías del edificio de Infracciones, volví a ver al profesional en abreviar la tramitología pública, quien está vez se mantuvo a distancia. Entré pasado medio día y comencé como bola de pin pon de una ventanilla a otra, de un piso a otro y de un edificio a otro. Faltando unos cinco minutos para las tres de la tarde, la impugnación estaba presentada y me entregaron mis placas. Cuando salía, pasé a la par del profesional en enfrentar a la burocracia, quien me dijo algo como: Ve patroncito, como no era cuento de que iba a palmar muchas horas, por no hacerse asesorar de un experto. No le dije nada pero pensé que no dejaba de tener razón y mucha pues quien no sabe, es como el que no ve y con esta burocracia pareciera que no hay otra manera. ¿Usted qué hubiera hecho?
Por la acción de un oficial de tránsito, que me hizo una boleta de infracción según él, por estar mal estacionado pero además me retiró ambas placas, con lo que me obligaba a tener que llamar a camión plataforma para llevarme mi carro o dejarlo en la vía pública nuevamente infringiendo la ley. Mejor los dejo con la duda sobre lo qué hice ese día.

El aumento de la carga tributaria como consecuencia de un crecimiento anormal del Estado.

Cada cuatro años, al renovarse el  equipo del Gobierno, los nuevos administradores, aduciendo  que no disponen de los fondos necesarios para llevar adelante sus programas,  terminan  por enviar  a la Asamblea Legislativa un “ paquete tributario”, proponiendo elevar  los impuestos ya  existentes y/o  creando otros nuevos, lo que infaltablemente viene justificado  con las clásicas  muletillas de  la necesidad” de solucionar de una vez por todas”,  la penuria del Gobierno y  asegurarse “de que los ricos tributen como ricos y los pobres tributen como pobres”.  Acorde con estas premisas,  el Presupuesto ha venido  elevándose  en los últimos tiempos a niveles astronómicos y sin duda alguna seguirá  aumentando,  si  es que no hacemos un alto en el camino y revisamos  los principios que nos han llevado a la actual situación y las nefastas consecuencias que la creciente estatización produce,  en la economía del país en general  y en la de los ciudadanos en particular. Esta reflexión se impone, pues ningún pueblo en la Historia ha sido capaz de  resolver sus  problemas “de una vez por todas”. A lo más que podemos aspirar es a encontrar la “mejor solución”, para un momento determinado.  Así pues,  con sentido crítico, aboquémonos a considerar adonde nos han llevado las corrientes  estatizantes  que,  con diversos matices, han compartido la mayoría de  nuestros gobernantes en las últimas décadas. Adelantándonos a posibles reproches,  empecemos por reconocer que el gasto público, dentro de límites razonables,  está justificado por muchas finalidades necesarias e incluso nobles. El individuo  debe corresponder  a los privilegios que le otorga su ciudadanía, pues nace en deuda con la sociedad y en consecuencia , debe, en la medida de sus posibilidades, contribuir, dentro de sus posibilidades,   a  la defensa del  Estado, a la conservación  de la   salud, a la  instrucción pública,  a la  administración de la justicia y   al mantenimiento del orden. Sólo los apátridas no tienen tales obligaciones, pero  éstos, a su vez,  se encuentran en una triste condición,  sin   bandera que los cobije,  desvinculados  de  su medio social  y  desprovistos  de  toda  tradición y orgullo nacionales. En una sociedad  con sentido de unidad, contribuir a los gastos del Estado no sólo debiera  ser una obligación, sino el ejercicio patriótico de un derecho, indispensable para poder gozar de todos los atributos de la ciudadanía.  Lamentablemente  en los tiempos actuales, cuando la degradante  politiquería de los partidos consiste simplemente  en ganar votos, ofreciéndoles a las grandes masas regalías y beneficios  sin exigirles, a cambio el más mínimo esfuerzo, proponer  esta meta  no  pasa de ser una ingenua y  nostálgica utopía.  Las consecuencias del llamado “paternalismo de Estado” se encuentran  a la vista: varias generaciones de compatriotas,  a los que se suman los extranjeros a los que se les permite ingresar al país en condiciones de extrema pobreza , siguiendo la prédica de los demagogos que los azuzan,  se  consideran  exentas de toda obligación para con este país y hasta para con sus familias y,  en cambio  reclaman ,  incluso violentamente,  que se satisfagan todas sus necesidades,, a costa del Erario público.  La  palabrería insulsa de políticos demagogos,  ha reemplazado la dignidad del patriotismo de nuestros padres y abuelos. El árbol de una burocracia improductiva  crece frondoso, regado con  el esfuerzo de los contribuyentes y El Estado, en vez de recortar gastos innecesarios, no encuentra otra solución que  aumentar la  pesada carga tributaria que llevan sobre sus espaldas los sectores productivos. Es evidente que así no podemos continuar indefinidamente.  Estos mismos despreocupados, que  nunca en su vida han pagado una planilla ni contribuido en forma alguna a la generación de empleo, son los que defienden el aumento de los tributos, con el especioso argumento de que en otros países las cargas son aún mayores, lo cual puede ser cierto, pero  se olvidan de que  la estimación justa del monto de  los impuestos es un problema de proporción.  Pretender comparar nuestra carga tributaria con la de países desarrollados   es pura  charlatanería demagógica. En un régimen de libertad, ninguna economía puede desarrollarse a base de sangrar al contribuyente al extremo de desincentivarlo. Tampoco  puede impulsarse el desarrollo a  base de convertir al Estado en empresario, encomendándole tareas que la iniciativa privada puede cumplir en forma más barata y eficiente.  Estos principios   que se han tratado de desvirtuar con torcido propósito, volverán a ser claros y evidentes tan pronto como se elimine o se anulen  las prédicas de los politicastros  que  enredan las cosas más simples,  para reclutar prosélitos, presentándose como mesiánicos benefactores  de los pueblos.
22 de Febrero de 2011.
Cada cuatro años, al renovarse el  equipo del Gobierno, los nuevos administradores, aduciendo  que no disponen de los fondos necesarios para llevar adelante sus programas,  terminan  por enviar  a la Asamblea Legislativa un “ paquete tributario”, proponiendo elevar  los impuestos ya  existentes y/o  creando otros nuevos, lo que infaltablemente viene justificado  con las clásicas  muletillas de  la necesidad” de solucionar de una vez por todas”,  la penuria del Gobierno y  asegurarse “de que los ricos tributen como ricos y los pobres tributen como pobres”.  Acorde con estas premisas,  el Presupuesto ha venido  elevándose  en los últimos tiempos a niveles astronómicos y sin duda alguna seguirá  aumentando,  si  es que no hacemos un alto en el camino y revisamos  los principios que nos han llevado a la actual situación y las nefastas consecuencias que la creciente estatización produce,  en la economía del país en general  y en la de los ciudadanos en particular. Esta reflexión se impone, pues ningún pueblo en la Historia ha sido capaz de  resolver sus  problemas “de una vez por todas”.

MANTENER LA VIA EXCLUSIVA PARA BUSES

Como otras ciudades que carecen de vías de transporte que faciliten, con fluidez, el acceso al gran área metropolitana, Alajuela es la que más carestía tiene de una ruta nacional, óptima.
La carretera General Cañas, y no por la transitoria restricción que hay por la reconstrucción del puente sobre el río El Virilla, el congestionamiento en esa vía ha sido de todos los días, desde hace muchísimos años.
Desde que esta “pista” fue abierta, hace casi 50 años, en 1965, y que lleva el nombre de uno de los grandes patriotas nacionales, el General Cañas, el aumento vehicular fue en aumento de más del 100%, siendo hoy una de las rutas más utilizadas pero, por ello, más “embotelladas” del país.
Costa Rica tiene un déficit de infraestructura vial que por mucho rebasa el presupuesto en ese rubro, que alcanza los 200 millones de dólares.
Las soluciones a este gravísimo problema van al paso de tortuga y no todas las alternativas, como la ampliación de ruta por Heredia, son la solución.
La gente, en un altísimo promedio ha pasado de usar el transporte público, ante sus pésimas condiciones, incluida la falta de seguridad, y prefieren utilizar sus vehículos pero eso ha agravado más el desastre en las comunicaciones terrestres.
En promedio de diez vehículos, 9 los usan una sola persona, lo que, además del gasto de combustible, llena las calles al punto del colapso.
La solución de contar con un tren, eficiente, a toda hora, que cruce todo el valle central, es como un cuento chino y marcha tan lentamente que, con costo, ha logrado reactivarse en pequeños tramos.
Por su parte la Alcaldía de San José se ha propuesto el tranvía de extremo a extremo de la capital, pero eso es un paliativo mínimo para la magnitud del verdadero problema.
El tren aéreo, que recorra, encimado a las “autopistas” nacionales, cuesta un dineral y no se le ve futuro inmediato. La construcción de un metro, que una a todas las ciudades de este pequeño país es un sueño de Macondo.
Lo que es un poco, pero sólo un poco, más factible es el tren pero, como se dijo, este marcha tan lento que será difícil que, en este entramado burocrático, acabe por ser una alternativa real al transporte público.
Por ello, y con motivo de la experiencia del cierre temporal de la General Cañas, por los trabajos en el puente en El Virilla, ojalá a las autoridades del MOPT se les ocurra mantener la vía preferencial de autobuses, mejor demarcado y con severas sanciones ante su incumplimiento, de modo que la gente por fin vea que se llega muchísimo más rápido en bus a la capital que en su propio carro.
A ello habría que sumar mejores autobuses, nuevos, con choferes eficientes y debidamente capacitados, para dar un servicio de primera calidad pues si se continúan usando  las “bacinillas” de hoy, poco atractivo será su uso y continuarán las presas siendo parte del paisaje interurbano.
Como otras ciudades que carecen de vías de transporte que faciliten, con fluidez, el acceso al gran área metropolitana, Alajuela es la que más carestía tiene de una ruta nacional, óptima.
La carretera General Cañas, y no por la transitoria restricción que hay por la reconstrucción del puente sobre el río El Virilla, el congestionamiento en esa vía ha sido de todos los días, desde hace muchísimos años.