Hoy, Costa Rica, tiene tres clases, los millonarios por herencias o por “cosas del destino”; la alta jerarquía pública (incluido a muchos “sindicalistas”, aunque alguno diga que vive en una “casita de barrio pobre”) y los “pobres”, que podrían sumar, con los “muy pobres”, la mitad de la población y que son quienes el gobierno mantiene con bonos para todo.
Y estos últimos incluyen a los que Ortega, sí, el dueño de la gran finca, más allá, al norte del San Juan, obliga a pasar el charco para que aquí se les subsidie. Esa es la pura y santa verdad.
En Costa Rica, la gasolina es la más cara del mundo; el derecho de circulación del carrito o perol, es casi una estafa. Los teléfonos y sus “planes” son un verdadero atraco. Ya en este país no podemos algunos vivir. Soy extranjero en mi propio suelo.
Entre la banca privada y la pública no hay mayores diferencias. Todos tienen por objetivo lucrar y repartir dividendos. O, ¿por qué creen que ya, y desde hace más de 20 años, no huelgas en los bancos estatales? Hoy el negocio es cobrar hasta por dar información. Para todo, cobran “su” comisión.
¿La “canasta básica”? Ni es canasta y menos básica; es un invento de los mandamás de turno para que creamos en sus “bondades”.
Los montos de jubilación y por el que se cotizó por años, les “piñizcan” tantos impuestos que es mejor nunca retirarse y morir con alguna pequeña “dignidad”.
Costa Rica en un país donde, aún hoy, en tiempos de “crisis financiera”, a los altos jerarcas el Estado le proporciona un lujoso carro, último modelo, con un chofer exclusivopara que los traigan y lleven donde quieran; es “de uso absolutamente discrecional”.
Más claro no canta el gallo. Ah y tienen salarios astronómicos y un pago más, por “derechos de representación”.
Los sindicalistas no se bajan de sus cargos, que los tienen vitalicios, pues como uno de éstos, que tiene un puesto como oficinista de un ministerio, como jefe sindical gana casi, o más, que el Presidente de la República.
Que sea este desahogo, o berreo, para hablar por quienes levantamos este país que ya no es “nuestro” sino de los tagarotes que le pegan cada día a la gran piñata pública y su glotonería no se sacia nunca.
¡RIP, por esta Costa Rica que sólo es de unos cuantos! ¡Los “clasemedia” ya nos llevó la trampa!
El “Estado de la Nación”, estudio muy serio y confiable, lo confirma. Yo sólo les cuento.
De nuevo, El Programa Estado de Nación lo confirma.
A “Costa Rica”, sólo el nombre le queda
A los que ya se nos puede cantar en réquiem o la misa de difuntos es a la extinta “clase media”, a la que pertenezco.