Si es la obra del Gobierno, podríamos ponerle "no es lo mismo verla venir que bailar con ella" pero si es la obra de los que ahora se convirtieron en ejemplo de ahorro, podríamos llamarla "El Zopilote con Asco" o bien "El Burro hablándole de orejas largas al Conejo".
Sea cual sea el nombre de la obra, sin lugar a dudas, es la falta de coherencia entre el discurso y la acción, uno de los principales males de la sociedad moderna. Bueno, que digo de la sociedad moderna; la inconsistencia entre lo que decimos y hacemos ha sido un mal perenne desde siempre, pues el mismo Jesús en el Evangelio de San Mateo, fue contundentemente crítico cuando se dejó decir lo siguiente: "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia"
Ciertamente, las palabras del maestro son en extremo fuertes y reprochables de ese mal que nos aqueja tanto a los seres humanos; imperfectos sí,pero que necesariamente debemos tratar de ser de una sola línea a la hora de sostener criterios sobre cualquier tema.
Se vale que uno cambie de opinión sobre algo, pero no se vale satanizar algo por el simple hecho de oponernos a nuestros adversarios. Hay personas que se revisten de ropas distintas, según el escenario en el que quieren mostrarse. Eso se llama como bien lo dijo el maestro, hipocresía y no es justo para aquellos que en algún momento confiaron en postulados hacia uno u otro extremo.
Si algo le hace falta a este país, es ser un poco menos mezquinos a la hora de reconocer en el adversario las virtudes y tomar aquello que realmente construye en beneficio de las mayorías y no quedarse protegiendo intereses de grupitos que de lo único que se han aprovechado es de las granjerías y las poses mediáticas, pero falsas, de los políticos irresponsables.
Más concordancia entre el discurso y la pose ante las cámaras de los medios de comunicación y la realidad de las acciones que tomamos ante posiciones sobre diversos temas. Creo que ya la gran mayoría de costarricenses, estamos agotados de tanta ambivalencia de parte de los políticos, que hoy dicen A y mañana cambian a la Z por simple cálculo político.
Estamos cansados de dramas teatrales y de telones que se abren para mostrarnos escenas tan cambiantes que nos confunden, tan distorsionadas de la realidad que nos decepcionan y tan mezquinas que debilitan la institucionalidad democrática.
Dejen las artes dramáticas a nuestros artistas que los tenemos en cantidad y calidad. Déjense de poses teatrales porque los ticos estamos hartos de verlos actuar, porque no solo lo hacen muy mal, sino que no fue para eso que fueron llamados a servir en los puestos que ocupan y que se pagan con el dinero de todos.