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En el reciente Congreso Agropecuario y Forestal, organizado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Costa Rica, llamó la atención la gran cantidad de conferencias y propuestas, con diversos enfoques, relacionadas con el cambio climático y el impacto negativo que tendrá en la agricultura, los recursos hídricos, los ecosistemas y la biodiversidad del país.
Lo que más impactó es el hecho de que nos pone de frente con una realidad: el cambio climático no se quedará para nuestros nietos o bisnietos como muchos pensamos, es quizás, el desafío más importante y complejo de nuestro tiempo, y de ello hay evidencia e indicadores innegables, como la variación en la temperatura; pérdida acelerada del hielo marino ártico; adelgazamiento del hielo sobre Groenlandia y Antártica; aumento en la frecuencia de tormentas y huracanes en el atlántico norte; disminución acelerada de los glaciares en todo el mundo; aumento persistente del nivel y calentamiento del mar y los fenómenos relacionados con El Niño, entre otros.
Para Costa Rica, las proyecciones son alarmantes: aumento de la temperatura promedio de 1º C a 3º C en el 2100; mayor frecuencia del impacto directo de ondas tropicales y huracanes en todo el país; lluvia concentrada en menos días; menos lluvia y frecuencia de estaciones secas más intensas; y aumento de 35 cm en el nivel del mar en ambas costas.
La temática abordada en dicho Congreso también nos confirmó otra gran verdad: el país no está preparado para enfrentar el cambio climático y sus efectos. La estrategia de Costa Rica debe ir más allá de las acciones tendientes a incrementar la captura de dióxido de carbono; requiere cambios profundos, como replantear el modelo de producción y consumo y establecer un marco legal para ordenar los recursos hídricos, el territorio y la zonificación agrícola, el transporte público, uso de energías limpias, reactivar la reforestación y crear mercados locales e industria nacional de madera para la exportación.
Hace pocas semanas Tracy Barrantes, de 16 años, estudiante del Liceo de San Roque de Grecia, participó como cientos de adolescentes del primer Encuentro Nacional de Artes Plásticas, Educación Musical y Cívica impulsado por el Ministerio de Educación Pública MEP, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas.
Un factor que incide en el incremento de más familias pobres es sin duda la feminización de esa pobreza y se caracteriza por el aumento de jefaturas femeninas fenómeno directamente ligado al porcentaje de hijos e hijas nacidos fuera de matrimonio, peor es el problema cuando son madres adolescentes con énfasis en estudiantes menores de 17 años.