Ad Astra: hacia las estrellas.
Adentro, doce costarricenses trabajan en el sueño más grande que ha albergado jamás costarricense alguno: conquistar el espacio.
El espacio, lo que los demás ticos creíamos que es terreno de las grandes potencias y los grandes capitales, ya un hombre lo soñó hace 30 años, como el futuro de esta tierra humilde y buena.
Y ese hombre fue Franklin Chang.
Y para demostrarnos que ningún sueño es demasiado grande, conquistó una a una las grandes metas que le fijó a su vida:
Primero ingeniero, más tarde doctor en física del plasma en el Instituto tecnológico de Massachussets.
Desde sus primeros años de vida académica empezó a interesarse en los problemas de la fusión aplicada al espacio y al doctorarse dirigió el programa de propulsión de plasma de ese instituto.
Y hasta su retiro en el año 2005, fue director del laboratorio de propulsión espacial del Centro espacial Johnson de la NASA.
Y durante 22 años fue astronauta de la NASA, es el hombre que más veces ha viajado al espacio, tiene el record de 1600 horas de vuelo espacial, y casi 20 horas de caminata fuera de la nave.
Y este hombre para quien todos sus sueños se han hecho realidad, hoy, entrado a la sesentena, ha querido cumplir otro, que nació cuando de chiquillo recorría las llanuras liberianas de cacería con su padre.
Y ese sueño es nada menos que abrir en la pampa guanacasteca una puerta a las estrellas: Ad Astra Rocket Company!
Pero para ir a las estrellas hay que salir de la tierra y eso necesita un cohete muy potente.
En pocas palabras, un cohete es algo que expulsa una masa por un lado para impulsarse por el otro lado.
Lo explica el ingeniero Ronald Chang, director ejecutivo de Ad Astra, de Liberia
“el truco es que entre mas caliente sale el flujo, más rápido va el cohete, el truco es temperatura. Entonces los cohetes químicos, el trasbordador espacial tiran 5 mil grados Celsius, por ahí, de temperatura Pero el problema es que no puedan calentarse más, porque los materiales y ano pueden calentarse mas porque no aguantan. Y adivinen qué? a Franklin se le ocurrió irse a millones de grados, en lugar de 5 mil grados se fue a millones, pero con plasmas.”
Pero entonces ¿Qué es plasma?
Eso, lo veremos en el Panorama de mañana