Aunque falten dos días para celebrarlo hoy dedicaremos esta cápsula al 20 de Marzo de 1856, día en que ocurrió la Batalla de Santa Rosa.
De esa batalla se han dicho muchas cosas erróneas y otras falsas, y vamos a dar una revisadita, si el tiempo nos alcanza
Primero, dicen que fue el bautismo de fuego de los soldados costarricenses contra tropas extranjeras
Incorrecto, ya un pequeño destacamento de tropas nacionales había combatido con valor en las guerras de la confederación centroamericana, tanto en Salvador como en Guatemala.
Han afirmado también que fue la primera vez que los costarricenses defendieron el suelo patrio.
Otro error, desde la colonia los ticos habían rechazado invasiones de los misquitos por Matina, así como habían derrotado a los soldados de Morazán en las calles de San José y Cartago.
Entonces, ¿tiene importancia la batalla de Santa Rosa?
Mucha, pero hoy solo podemos nombrar tres:
Primero: es una batalla planeada de antemano, donde los generales costarricenses diseñan un plan, el general José Joaquín Mora lo dirige magistralmente, y sus oficiales ejecutan con la precisión de una maniobra.
Segundo: los soldados costarricenses se convencen por sí mismos que tienen la disciplina, los jefes y las armas necesarias para vencer a sus enemigos. Esa confianza en sí mismos nunca los abandonó en toda la campaña nacional.
Y por último, fue un golpe brutal a la idea que los filibusteros tenían de los centroamericanos y de los ticos. Como racistas, se creían superiores en todo y pensaban que aquí solo se les iban a oponer unos cuanto salvajes que saldrían corriendo a los primeros tiros.
En la hacienda de Santa Rosa se dieron cuenta que los hijos de Costa Rica sabían pelear y morir por su tierra y a partir de ese día, Walker supo que nunca podría repetir aquí lo que hizo en Nicaragua.
Por eso, a pesar de que muchos costarricenses no lo entiendan y que otros no quieran entenderlo, todos debemos sentirnos orgullosos de nuestros antepasados que lucharon por nuestra libertad, y de los héroes que, en este día, dieron su vida en el sagrado suelo de la Hacienda de Santa Rosa.
Aunque falten dos días para celebrarlo hoy dedicaremos esta cápsula al 20 de Marzo de 1856, día en que ocurrió la Batalla de Santa Rosa.
De esa batalla se han dicho muchas cosas erróneas y otras falsas, y vamos a dar una revisadita, si el tiempo nos alcanza
Primero, dicen que fue el bautismo de fuego de los soldados costarricenses contra tropas extranjeras.
Incorrecto, ya un pequeño destacamento de tropas nacionales había combatido con valor en las guerras de la confederación centroamericana, tanto en Salvador como en Guatemala.
Han afirmado también que fue la primera vez que los costarricenses defendieron el suelo patrio.
Otro error, desde la colonia los ticos habían rechazado invasiones de los misquitos por Matina, así como habían derrotado a los soldados de Morazán en las calles de San José y Cartago.
Entonces, ¿tiene importancia la batalla de Santa Rosa?
Mucha, pero hoy solo podemos nombrar tres:
Primero: es una batalla planeada de antemano, donde los generales costarricenses diseñan un plan, el general José Joaquín Mora lo dirige magistralmente, y sus oficiales ejecutan con la precisión de una maniobra.
Segundo: los soldados costarricenses se convencen por sí mismos que tienen la disciplina, los jefes y las armas necesarias para vencer a sus enemigos. Esa confianza en sí mismos nunca los abandonó en toda la campaña nacional.
Y por último, fue un golpe brutal a la idea que los filibusteros tenían de los centroamericanos y de los ticos. Como racistas, se creían superiores en todo y pensaban que aquí solo se les iban a oponer unos cuanto salvajes que saldrían corriendo a los primeros tiros.
En la hacienda de Santa Rosa se dieron cuenta que los hijos de Costa Rica sabían pelear y morir por su tierra y a partir de ese día, Walker supo que nunca podría repetir aquí lo que hizo en Nicaragua.
Por eso, a pesar de que muchos costarricenses no lo entiendan y que otros no quieran entenderlo, todos debemos sentirnos orgullosos de nuestros antepasados que lucharon por nuestra libertad, y de los héroes que, en este día, dieron su vida en el sagrado suelo de la Hacienda de Santa Rosa.