“El punto es uno de los signos de puntuación más importantes y su función principal consiste en señalar el final de un enunciado. El uso del punto ayuda a que la redacción de un texto sea leída en forma ordenada en varias partes pues cada una de ellas contiene una idea central. El punto se escribe sin separarse de la palabra u otro elemento que lo preceda y luego se separa por un espacio del elemento que lo sigue”.
Hay tres tipos de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
El punto y seguido, separa enunciados que integran un párrafo. Además es importante recordar que después de un punto y seguido se continúa escribiendo en la misma línea. También si el punto está al final del renglón, se empieza en el siguiente sin dejar margen.
En cuanto al punto y aparte, este se usa para separar dos párrafos distintos que suelen desarrollar, dentro de la unidad del texto, contenidos diferentes.
Es importante recordar que después del punto y aparte se escribe en una línea distinta. La primera línea del nuevo párrafo debe tener un margen mayor que el resto de las líneas que lo componen; es decir, ha de quedar sangrada.
En relación con el punto final, es, sencillamente, el signo utilizado para cerrar un texto.
Además de estos tres tipos de puntos, el filólogo aclara que el punto también se utiliza después de las abreviaturas, aunque también existen excepciones a esta regla, por ejemplo los símbolos de los elementos químicos y de las unidades de medida que se deben escribir sin punto.
Más acerca de los usos de los signos de puntuación será tema de próximas cápsulas. Nuestra gratitud para nuestro comentarista, el escritor Carlos Díaz Chavarría, por traernos tan interesantes temas.