La paciencia está relacionada con otras virtudes y valores humanos como la condescendencia, caridad, constancia, esperanza.
También tiene mucho que ver con la generosidad, la humildad, la perseverancia, y la responsabilidad. Implica una actitud de firmeza y serenidad ante las adversidades de la vida. Es ese amor para el largo camino de resistir bajo circunstancias difíciles, sin rendirse ni caer en la amargura y seguir trabajando aun cuando la gratificación se demora, aceptando lo que la vida ofrece, sin arremeter contra nadie.
Amplía la psicóloga María Ester Flores.
INSERCIÓN: Quienes son pacientes adquieren tenacidad y tolerancia para actuar con buena voluntad, equilibrio y tesón. Sin embargo para practicar la paciencia con los demás, es necesario empezar por uno mismo. Saber que paciencia significa paz y ciencia. Por lo tanto debemos aprender a esperar cuando queremos algo con mucha fuerza y desarrollar la capacidad de soportar sin alterarnos mientras llega el anhelado momento.
María Ester recomienda que papás y mamás practiquen ser pacientes entre ellos, para que sus hijos, desde los primeros años, se acostumbren con el ejemplo a ser también pacientes en todas las decisiones, los juegos y relaciones interpersonales en su entorno.
Esto les ayudará a ser personas que saben aprovechar el tiempo, controlar mejor el dolor, vivir con más autodisciplina y autocontrol personal. Demostrar amor. Escuchar y dialogar pausadamente sin atropellarse ni atropellar a otros, mantener las promesas y mejorar el carácter.
La paciencia siempre será uno de los mejores caminos hacia alcanzar metas y ser más feliz en todo lo que se emprende.
María Ester Flores Sandoval es psicóloga, Máster Terapia Familiar y Pareja y Doctora en Educación. Su número telefónico es: 2283 12 93