Quienes sienten compasión ajena y ganas de ayudar, de una manera empática, logran incluso saber mucho de los demás sin siquiera participar del lenguaje verbal. Sienten lo angustioso que hay dentro de quienes sufren.
De acuerdo María Ester la Empatía también es la estrategia de los grandes sanadores. Sin la empatía no hay compasión, sin compasión no hay vínculo, y sin vínculo no hay sanación. Por eso esta caracaterística tan especial que poseemos como humanos puede hacer que este mundo y las relaciones entre las personas sean más cálidas, simples, amorosas y fluìdas.
También por ser una competencia socioemocional, se trata de una habilidad educable, cuyo desarrollo se encuentra en la base de la solidaridad, de la señalada ética del cuidado, del respeto a aquellas otras personas con las que compartimos humanidad, con las que convivimos, y de cuyos destinos nos sentimos corresponsables.
Como conclusión se trata de un valor universal, global, que lleva a sentir un vínculo solidario con el resto de la humanidad. Lo que permite ver realmente necesidades de poblaciones en el mundo desfavorecidas, por tener pobreza extrema, hambre, refugiados, violencia, guerra y violación de casi todos sus derechos humanos.
Niños y adolescentes, pueden aprender a desarrollar esta competencia si se les explica en los hogares y escuelas con ejemplos y vivencias concretas, pudiendo así pasar a formar parte de la cultura ciudadana como si fuéramos un todo. Las nuevas generaciones pueden con la empatía comprender que somos una sola raza: La humanidad. Y un solo lenguaje: El amor.
María Ester Flores Sandoval es Psicóloga, su teléfono es el 2283 12 93