Reconocemos con más facilidad las emociones básicas, también llamadas primarias, tales como alegría, miedo, tristeza, y cólera. Las secundarias vienen a ser la sorpresa, vergüenza, amor y aversión.
Continua María Ester Flores.
INSERCIÓN: Cuando se es bebé las emociones afloran de manera simple y sin importar cuanto podría molestar a los demás. Son aceptables hasta que los adultos de la familia enseñan a canalizarlas para que sean funcionales en su manera de expresar, pero nunca negar lo que verdaderamente se siente.
La idea es llegar a una madurez emocional. Empezando por aprender a decir a adiós a las personas que nos dejan o a las circunstancias, aunque duela. Es un proceso duro, requiere mucho esfuerzo para recuperar la paz. Pero hay que dejar fluir sin aferrarse a falsas esperanzas, ni causas perdidas.
Soltar y cerrar el ciclo del desencanto o la desilusión. Permitirse sentir miedo, ira, cólera, y sobre todo tristeza, durante un tiempo. Después asumir la vida en un vuelo pleno de libertad emocional, mirando hacia adelante con luz propia.
María Ester nos dijo que otro aspecto importante para alcanzar madurez emocional es tener conciencia de los pensamientos y sentimientos propios y de los ajenos, para respetar lo que se escucha y meditar lo que se calla.
Nuestra experta finaliza recomendando darle tiempo a las emociones, reconocerlas y llevarlas siempre por buen camino son hábitos saludables que darán grandes frutos en todo tipo de relaciones.
María Ester Flores Sandoval, es psicóloga y su número telefónico es: 2283 12 93, 2283, 12 93