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Banco Popular revoluciona atención bancaria

El Banco Popular inauguró un centro de servicios financieros que coloca a la entidad a la vanguardia en innovación y desarrollo tecnológico. La oficina BP Total introduce un nuevo modelo de atención que aprovechará todos los adelantos tecnológicos  para que su clientela pueda realizar sus transacciones en un ambiente confortable. Las personas visitantes serán atendidas por cajeros remotos, guías permanentes de orientación; tendrán acceso a información a través de pantallas táctiles, carteles digitales y contarán con servicio de internet inalámbrico.

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El otro país

Hace algunos días tuve ocasión de oírle a Mercedes Sosa su versión de El Otro País. Una canción que hoy día, en un país con 21% de personas en la miseria, nos debe sonar a muchas cosas.
En la canción de Mercedes el otro país pasa hambres, camina descalzo, duerme en el andén y no tiene a qué puerta golpear para pedir auxilio. En nuestra realidad el otro país duerme en las aceras de la capital, vive en tugurios, deserta de la escuela y espera diez años por un examen médico urgente.
Mercedes Sosa habla del otro país que carece de libertad y lo asola la impunidad. En nuestra sociedad el otro país sufre de la posibilidad de ser escuchado adecuadamente y lo asola la inseguridad.
Mas la canción a la que aquí nos referimos tiene un elemento de esperanza. Habla de alguien que trae esperanza, con el puño alzado y los pañuelos blancos se animan y lo reciben con esperanza.
Ese que viene tiene un sueño y desea luchar por él pues se lo cree y lo ama. La ilusión le mueve. Las carencias del otro país lo animan.
En este país ese “che compañero”, del que habla Mercedes Sosa en su canción, ¿dónde estará entre nosotros?
Desde hace ya muchos años carecemos de una esperanza así. Hace mucho que el otro país, el miserable y vulnerable, no tienen en quien creer ni en torno a quien ondear blancos pañuelos.
El otro país sigue sufriendo y  espera. Hace filas, es maltratado y sigue esperando. Cada cuatro años lo engañan y sigue esperando.
¿Será que ese que pelea para defender el sueño de un mundo mejor surgirá pronto? ¿Será que el otro país nuestro que espera, sufre y padece dejará algún día de seguir esperando y podrá confiar en alguien que le devuelva la capacidad de creer?
Yo ciertamente confío en que podremos contemplar a un costarricense que surja de entre sus hermanos y llegue para marcar el rumbo, atraer tiempos mejores y para señalar una ruta marcada por la lucha honesta por el bien común, los interés de los sin voz y por la recuperación de nuestra identidad y orgullo nacional.
De momento no hay ese en quien se pueda creer. Solo existe ese otro país que sigue cargando sobre sus hombres la pobreza, el hambre y la deserción del sistema educativo. Ese otro país está ahí y padece y espera. ¿Tendrá tanto ánimo para seguir en esas? Es una pregunta que debemos hacernos aquí y ahora.
Hace algunos días tuve ocasión de oírle a Mercedes Sosa su versión de El Otro País. Una canción que hoy día, en un país con 21% de personas en la miseria, nos debe sonar a muchas cosas.

El paquetazo de impuestos amenaza la Salud y la Producción Nacional

 

Tan simple como dice el pueblo, en dos platos, ese paquetazo de impuestos da cabida para que los medicamentos importados estén exentos del impuesto de ventas IVA, mientras que, cuando la industria nacional, cuando importe las materias primas, insumos y empaques para fabricar medicamentos en el país, tenga que pagar el pretendido IVA, encareciendo así su costo de producción y en consecuencia, el precio final de las medicinas.
El proyecto de ley tributario originará un favorecimiento abierto a favor de los medicamentos importados y un perjuicio directo a los medicamentos producidos en el país. ¿Será que el sello “Hecho en Costa Rica” será parte de la Historia de Costa Rica? ¿Será que ni al Gobierno, ni a las fracciones del PLN, ni del PAC, les interesa que los costarricenses tengan acceso a productos farmacéuticos de calidad y a un precio justo?
Este paquete de impuestos le está asestando un duro golpe a la producción nacional de medicamentos. Simplemente ante los efectos de la voracidad fiscal, no se están midiendo las consecuencias negativas, en el tanto se prefiera establecer impuestos de dudoso cobro, al tener que replantearse los empresarios si siguen operando en Costa Rica.
Simplemente al no permitirse a los empresarios costarricenses  ser competitivos en su propio país la respuesta a la pregunta anterior pareciera más que obvia. No le interesa. La imposición de barreras arancelarias a la importación de materias primas, como sería con el pretendido IVA, tendrá un efecto muy negativo en la producción nacional pero no así para la importación de productos finales
Todo gracias a una voracidad fiscal descontrolada, careciente de una visión estratégica e integral. La industria farmacéutica nacional ha venido, durante décadas, dando oportunidad laboral a miles de costarricenses, y por ende, colaborando con la Caja Costarricense de Seguro Social, no sólo a través del suministro de medicamentos, sino también por medio del pago de las cuotas obrero-patronales, generando con ello parte del equilibrio que requiere la economía nacional y la seguridad social para su subsistencia.
La industria farmacéutica nacional, como categoría, constituye un sector estratégico para las políticas nacionales del país, ya que su actividad productiva está vinculada a la generación del conocimiento científico, la tecnología, la atención de la salud y la producción de bienes con valor agregado; además como se ha dicho, a la necesidad de incrementar el nivel de salud de la población, al garantizarle el acceso a los medicamentos de calidad y al mejor costo posible, tanto en el mercado privado como en el Institucional.
Hacemos un respetuoso pero vehemente llamado a las y los diputados del Pueblo, a que no permitan que se sacrifique la salud de los costarricenses y la producción nacional, solo para seguir alimentando un déficit fiscal, cuyo origen está dentro del mismo Estado y del cual el pueblo costarricense no tiene que ser el pato de esa fiesta, a la que además nunca ha sido invitado.
Tan simple como dice el pueblo, en dos platos, ese paquetazo de impuestos da cabida para que los medicamentos importados estén exentos del impuesto de ventas IVA, mientras que, cuando la industria nacional, cuando importe las materias primas, insumos y empaques para fabricar medicamentos en el país, tenga que pagar el pretendido IVA, encareciendo así su costo de producción y en consecuencia, el precio final de las medicinas.

UN VACIO EN LA JUNTA DIRECTIVA DE LA CAJA.

La muerte inexorable no respeta condiciones, labora sin horario definido y a su huesuda mano, no escapa ni el más pintado, es totalitariamente democrática, implacable y en su omnipotencia, a veces se da el lujo hasta que nos olvidemos de ella, sabe que reina y de ahí emana su mandato y sólido poder.
La parca arranca por igual a jóvenes o a viejos, no tiene preferencias de sexo, riqueza, lo mismo levanta a la descomunal belleza que a la desproporcionada fealdad, al engreído que al humilde, al jocoso que al amargado…
Traigo a colación el tema, a raíz de la desaparición física en los últimos días del año, del eminente médico y humanista Agustín Páez Montalbán, quien ejercía un cargo de representante sindical ante la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.
El doctor Páez era de esos profesionales que infundían confianza, su gabacha  nunca fue escudo para mirar por encima del hombro a sus semejantes, de sonrisa fácil y abrazo cálido, no era extraño escuchar a un paciente o a cualquier ciudadano llamarlo “Tin” y él siempre se sintió cómodo con el diminutivo de su nombre, que lejos de empequeñecerlo, lo elevaba como el extraordinario ser humano que era.
En un fenómeno inédito, las distintas organizaciones sindicales coincidieron en postular su nombre para la silla en el directorio de la Caja, lo usual era una terna que le dejaba la discreción al Consejo de Gobierno de inclinarse por uno o por el otro, acorde a las afinidades con el Poder Ejecutivo.
En una de las últimas sesiones del año, el doctor Páez compartió con sus compañeros del directorio un hermoso poema de Víctor Hugo que entre sus párrafos dice:
“Te deseo que descubras con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen y te rodean seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices..”
El maestro Páez señaló el camino a quien le suceda en la Junta Directiva de la Caja, así, muy a su estilo, con su sonrisa franca, le guiño el ojo a la muerte.
La muerte inexorable no respeta condiciones, labora sin horario definido y a su huesuda mano, no escapa ni el más pintado, es totalitariamente democrática, implacable y en su omnipotencia, a veces se da el lujo hasta que nos olvidemos de ella, sabe que reina y de ahí emana su mandato y sólido poder.

La crisis fiscal y la solución que los políticos no quieren adoptar.

A medida que el Gobierno ve  alejarse, cada vez más, la posibilidad de que, al menos a corto plazo,  se apruebe el llamado “Plan Fiscal”, como estrategia de presión  ha multiplicado  sus presagios pesimistas, queriendo convencernos de que la única alternativa para conjurar la crisis fiscal que se avecina, es la aprobación de su proyecto de reforma tributaria.
En la  primera  plana de La Nación de 23 de Diciembre último, se   amenaza al país con las siete plagas de Egipto si la reforma tributaria no es aprobada: congelación de salarios: atrasos en el cumplimiento de las obligaciones del Estado; aumentos de tarifas en los servicios públicos y otros. Como remate a estas calamidades,  se nos  anuncia que no podremos contar  tampoco  con ayuda del exterior, porque las instituciones internacionales de crédito,- evidentemente aleccionadas por las crisis que ha provocado en otras latitudes, el excesivo endeudamiento del sector público-, condicionan sus préstamos  a la solución del problema fiscal y esto, en criterio de nuestros gobernantes depende exclusivamente, de la aprobación del paquete de impuestos que  quieren recetarle  a los costarricenses.
Esa opinión la confirma expresamente la señora  Presidenta,  en la página 30 A de esa misma edición, en la que declara  que no hay  ninguna alternativa  o “Plan B”, para el caso de que no llegara a aprobarse la reforma tributaria que su Gobierno propone. Pero, será cierto que no hay otra solución, para evitar una crisis nacional,  que aceptar mansamente  que una mayoría de diputados dóciles a los dictados del Poder Ejecutivo, nos aumenten aun más la carga de los impuestos que ya pagamos todos los costarricenses? Dicen que no hay mal que por bien no venga y pienso que la actual disyuntiva nos debe llevar a retomar el  abandonado proyecto de Reforma Integral del Estado, pues por obra y gracia  del  populismo demagógico de los partidos políticos,  orientado únicamente a resultados meramente electorales y aprovechándose de la indiferencia de  la mayoría de los ciudadanos, entre todos   hemos creado un monstruo, que es nuestro actual  Estado burocrático despilfarrador, que devora implacablemente todos los recursos que podamos darle y que obedeciendo a los postulados que animan a sus promotores,   siempre estará dispuesto a demandarnos más y  más.
La solución  pues, no está en seguir alimentando al monstruo, sino en desinflarlo, reduciéndolo  a sus justas proporciones, pero de este  tema habremos de ocuparnos en futuros  comentarios, en los que dentro de las limitaciones  del espacio que sea nos concede, trataremos de analizar las instituciones y programas que, en nuestro concepto, deben modificarse, reducirse y en algunos casos hasta eliminarse, para paliar la crisis fiscal que se avecina sin exigirle mayores sacrificios a los costarricenses.
A medida que el Gobierno ve  alejarse, cada vez más, la posibilidad de que, al menos a corto plazo,  se apruebe el llamado “Plan Fiscal”, como estrategia de presión  ha multiplicado  sus presagios pesimistas, queriendo convencernos de que la única alternativa para conjurar la crisis fiscal que se avecina, es la aprobación de su proyecto de reforma tributaria.

Carretera de la dignidad

Nos hemos acostumbrado tanto a la mediocridad en las obras de gobierno en los últimos decenios, que no reconocemos una obra de trascendencia nacional. Tal es el caso de la nueva carretera paralela al rio San Juan, que ha suscitado entre propios y extraños críticas derivadas de la desinformación.
Se ha construido la primera etapa con una longitud de 160km que van desde Barra del Colorado hasta el norte de San Carlos. En el 2011 se inician 170km adicionales, hasta llegar al Pacífico. Así se unirán la pampa guanacasteca con los humedales del Caribe. En total 330km que se convertirán en cordón umbilical de un nuevo despertar para pueblos dispersos en 10.000km2 de olvidado territorio nacional, con tanto derecho al desarrollo como el gran área metropolitana.
Parece cumplirse lo que dijimos hace un año ante la prensa: “(…) son los momentos de crisis nacional, los que permiten a los gobiernos soluciones de fondo sobre grandes problemas; que de otra forma no se hubieran  enfrentado”.  Pues no debemos olvidar que esta carretera surge como consecuencia de la agresión armada nica a nuestro territorio, lo cual puso de manifiesto la dependencia permanente de las comunidades ticas de la otrora única vía de transporte: el rio San Juan. En aquel entonces proponíamos unir los afluentes del San Juan a través del rio dignidad, para lo cual realizamos estudios de base con imágenes de satélite de última tecnología; que bien han utilizado los ingenieros de CONAVI.
Jurídicamente esta carretera tiene su marco legal en el Alcance Nº 14 a La Gaceta Nº 46 del 2010 donde “se declara estado de emergencia la situación y el proceso desencadenado ante la violación de la soberanía costarricense por parte de Nicaragua”. Razón patria suficiente para apoyar esta obra; y de paso liberar a nuestros hermanos del pago de onerosas tarifas y de la humillación constante que sufrían a mano de la guardia nacional nica. Por ello no es de extrañar la reacción sandinista, tejiendo ahora un daño ambiental inexistente, cuya génesis primaria se halla en la deforestación de las riberas del Lago y del Río causadas por un agobiado pueblo que utiliza la leña como combustible por excelencia.
En esta primera etapa de la carretera se ha talado un promedio de un árbol cada 16km, lo cual representa una destrucción forestal que es una pequeña  fracción de la vía Caldera o la vía San Carlos-San Ramón. Y la razón es obvia: se trata de una carretera que corre a lo largo de tierras deforestadas por quienes hicieron su agosto décadas atrás, gracias a la ausencia  de controles forestales en una región olvidada; la cual ahora podrá reversar sus áreas boscosas como ha sucedido en otras regiones del país.
En otro ámbito, la nueva vía constituye la base lógica de un canal seco interoceánico que aprovecharía la posición estratégica de nuestro país en el Istmo, trayendo consigo otros beneficios derivados del progreso.
Por lo esgrimido llamamos la atención también  de los señores magistrados, para que la Sala IV actúe con sensatez ante la absurda gestión pendiente sobre este tema.
Guillermo Quirós Álvarez. Consultor Ambiental
Nos hemos acostumbrado tanto a la mediocridad en las obras de gobierno en los últimos decenios, que no reconocemos una obra de trascendencia nacional. Tal es el caso de la nueva carretera paralela al rio San Juan, que ha suscitado entre propios y extraños críticas derivadas de la desinformación.

Un nuevo año para recuperar la paz

Aunque pareciera que en este nuestro mundo característicamente convulsionado es imposible alejarnos de todo tipo de violencia, lo cierto es que si los humanos deseamos poner en vigencia una sociedad de paz,  perfectamente podemos lograrlo.
Ahí tenemos el ejemplo de esos grandes héroes de la Paz como Jesús, quien, a pesar de ser perseguido, lo brindó todo en aras de sus semejantes; Teresa de Calcuta, quien vivió por los más necesitados con un amor inconmensurable; Martin Luther King, luchador incondicional contra esa incesante pandemia de la discriminación; Juan Pablo Segundo, el papa peregrino de la paz y la tolerancia; Ghandi, con su emblemática lucha por los derechos humanos sin utilizar la violencia, o  Rigoberta Menchú, incansable luchadora de la paz en los pueblos indígenas.
Muchos los escucharon, muchos siguieron sus filosofías de paz, muchos creyeron en sus propósitos de vida, muchos hoy siguen emulando esas acciones a favor de un mundo más pacífico. Esto confirma que la humanidad tiene la capacidad y la responsabilidad de transformar la amenaza en desafío.
Por eso, ahora, que iniciamos un nuevo año, sencillamente nos compete a nosotros, con nuestras pequeñas o grandes acciones, proponernos a construir una sociedad en donde el odio, el miedo, la inseguridad o la apatía queden de lado.
Necesitamos anteponer el trabajo, la voluntad y la educación para reforzar, sólidamente, valores, actitudes y estilos de vida no violentos, que respeten el derecho de las personas a una existencia pacífica y segura dentro de su comunidad como un elemento clave para construir la paz.
Definitivamente los problemas pueden ser resueltos por personas e instituciones que aprenden nuevas actitudes y comportamientos, y que actúen con espíritu de solidaridad, tolerancia, colaboración y armonía.
Llegó la hora, en este nuevo año, de ponerle un alto al hecho, absolutamente inhumano, de no poder vivir con tranquilidad por la proliferación de asaltos, asesinatos, violencia, xenofobias o indiferencias. No podemos seguir caminando por este sendero de la cultura de muerte, inseguridad o apatía ciudadana que ha prevalecido por tanto años.
La cultura de paz supone el diálogo y conocimiento de los otros mediante el amplio y libre flujo de ideas, por lo cual es indudable que también los medios de comunicación pueden dar una contribución capital a una cultura de paz al divulgar información sin violencia y con sentimientos tanto de comprensión como de respeto hacia el prójimo. En este sentido, confiemos en la potencialidad educativa de los medios de comunicación para transmitir valores inspirados en el respeto de la vida y la dignidad de los humanos, y motivar a la cooperación para consolidar esta imprescindible cultura de paz.
Pero, también, confiemos en que cada uno de nosotros, desde nuestros diferentes ámbitos y con absoluto compromiso, iniciemos este 2012 haciendo patente este humanista y cívico propósito de impregnar de paz las venas sociales de nuestra Costa Rica. Recordemos lo que decía Isaac Newton: “Los hombres construimos demasiados muros pero no suficientes puentes”. De nosotros depende, definitivamente, crear esos puentes de paz como uno de los más sanos y pertinentes propósitos en este nuevo año que apenas comienza a dar sus primeros pasos…
Aunque pareciera que en este nuestro mundo característicamente convulsionado es imposible alejarnos de todo tipo de violencia, lo cierto es que si los humanos deseamos poner en vigencia una sociedad de paz,  perfectamente podemos lograrlo.

Plan de impuestos lleva dos artículos inconstitucionales

Primero, el artículo  81 bis, es uno de los  temas que los diputados del Partido Acción Ciudadana agregaron a la reforma fiscal buscando la forma de evitar en la economía, los llamados capitales golondrina.
“La Junta Directiva del banco Central de Costa Rica, podrá establecer un impuesto de hasta el 3% anual, sobre las operaciones financieras, provenientes del exterior, cuya permanencia en el país sea igual o menor a un año y podrá variar la tasa del impuesto conforme al plazo de permanencia de dichos recursos y respecto del tipo de instrumento financiero.
Esta medida se aplicará sin menoscabo de los requerimientos de encaje mínimo legal, las reservas de liquidez y las demás normativas establecidas en esta ley”.
En su respuesta la Procuraduría General de la República, dice que: “La propuesta del nuevo artículo 81 bis tiene como objeto crear un tributo, que se califica de “impuesto”. Una primera deficiencia técnica de la moción es que establece que “la Junta Directiva del Banco Central, podrá establecer un impuesto”… por disposición constitucional, la Junta Directiva del Banco Central no puede “establecer” impuesto alguno. Sencillamente, cualquier impuesto que llegare a establecer violentaría flagrantemente la Constitución. Y agrega que “A pesar de que la ley crea el tributo, no queda claro cuál sería la base imponible y el momento en que surge el hecho generador. Además, el termino tasa es utilizado en forma incorrecta”.
Darle facultades a quien no las tiene lo hace inconstitucional, y no logra el cometido, además un impuesto del 3% en moneda extranjera, estarían encareciendo, casi que duplicando los costos de este capital, debido a que las tasas de interés internacionales en moneda extranjera son muchísimo menos del 3%.
La Procuraduría General de la República y el Banco Central dejan muy claro que no necesariamente los capitales que están menos de un año, son o pueden ser calificados como capital golondrina.
Segundo, la garantía del estado al Banco Popular. El tema es muy serio porque más allá de equilibrar la cancha desde el punto de vista financiero, ahora lo que podrían provocar, es dejar un “súper banco” con condiciones especiales, que definitivamente van a afectar a todo el sistema bancario nacional.
Es inconstitucional la garantía del Estado al Banco Popular, así lo dice el informe de servicios técnicos de esta Asamblea Legislativa, porque el banco sigue siendo de los trabajadores. También en un documento del Banco Central, se dice que, “es un riesgo moral y odioso, que incluso, está rayando con los tratados de libre comercio, porque se están generando condiciones especiales”.
PATRICIA PÉREZ HEGG
Vicepresidente Asamblea Legislativa
Primero, el artículo  81 bis, es uno de los  temas que los diputados del Partido Acción Ciudadana agregaron a la reforma fiscal buscando la forma de evitar en la economía, los llamados capitales golondrina.

Soberanía versus recursos naturales

El gobierno de Nicaragua  hoy nos viene a con reclamos sobre el derecho soberano que tiene Costa Rica para construir una carretera en la zona aledaña al río San Juan. Es nuestra patria, nuestro territorio, y no tenemos que pedir permiso para construir una carretera que lleva desarrollo y modernidad a zonas fronterizas, otrora olvidadas.
La zona Norte es una zona colonizada hace muchos años, y donde sus bosques fueron cortados para hacer fincas, principalmente ganadera. Por esos territorios va esta carretera que rescata la soberanía costarricense.
Es nuestro interés que se construya esta carretera y se espera que se tomen las consideraciones ambientales necesarias. Y si hay alguna duda por razones ecológicas, es a nosotros los costarricenses a los que nos toca criticar o demandar al gobierno, así como se está haciendo en la carretera a San Carlos, o como se hizo en el caso de Crucitas. En consecuencia , no tiene derecho Nicaragua de venir a pedir que se suspenda la construcción de una carretera en nuestro territorio, cuando ellos han depredado los bosques de su país y han contaminada el lago de Nicaragua, por no hablar de la depredación social a donde han llevado al pueblo de los hermanos del norte.
Soy respetuoso de las leyes ambientales y de que se respeten los ecosistemas. Pero para mí, por encima de los recursos naturales de un país, está la soberanía. El día que un país pierda su soberanía, y no pueda tomar decisiones , como en este caso, de construir una carretera, ese día, no tendremos ningún derecho por defender nuestra herencia natural. Sin soberanía, no hay derecho al desarrollo sostenible.
En mi país, en mi territorio, yo tengo el derecho de demandar, denunciar, criticar, por los medios que me da la Constitución y las leyes, a un determinado proyecto que pueda afectar el ambiente o los recursos naturales. Así lo hemos hecho, y otros muchos costarricenses, a lo largo de los años. Algunas veces hemos ganado; otras hemos perdido. Este es el juego de una democracia. Pero que ahora nos vengan a decir que hay que parar una carretera por razones ambientales, que no lo son( pues sabemos que en esto de la zona fronteriza y el río San Juan existen otras razones por parte del Gobierno de Nicaragua), no se debe aceptar. Adelante con esta carretera que tanto se necesita en esta zona fronteriza. No nos dejemos amedrentar por la verborrea internacional del Gobierno Nica.
La defensa del ambiente; la conservación de nuestros recursos naturales; el logro de un desarrollo sostenible en Costa Rica, pasa por el rescate de nuestra Soberanía Nacional, en todos los ámbitos.¿ Para qué conservación sin soberanía?
.Alexander Bonilla Durán
El gobierno de Nicaragua  hoy nos viene a con reclamos sobre el derecho soberano que tiene Costa Rica para construir una carretera en la zona aledaña al río San Juan. Es nuestra patria, nuestro territorio, y no tenemos que pedir permiso para construir una carretera que lleva desarrollo y modernidad a zonas fronterizas, otrora olvidadas.

Les propongo un propósito personal, social y nacional para el 2012

En los muchos intercambios virtuales y personales que he comprobado la gran preocupación que existe entre mucha gente, por el rumbo que lleva el país. La inmensa mayoría sabe cuáles son los orígenes y los responsables directos de las diferentes problemáticas nacionales. Costa Rica es sin duda el país más diagnosticado pero sin temor a equivocarme diría, que es el que cuenta con memos proposiciones concretas, inteligentes, visionarias e inclusivas para enfrentar y resolver los problemas que aquejan a nuestra sociedad, a pesar de contar con tanto diagnóstico.
Por otro lado, escuchamos además mucha crítica nada constructiva, bajadas de piso, desafortunadamente, este es el segundo deporte nacional; en Costa Rica, cuando alguien plantea algo diferente, rápidamente, surgen detractores y no precisamente de la propuesta propiamente dicha, sino su sobre el proponente, en un afán claro de descalificar a la persona y de rebote también descalificar su propuesta. Esto sin haberle dedicado ni siquiera un minuto de lectura y por supuesto, mucho menos, al análisis serio e integral a lo propuesto.
La anterior situación de no cambiarse, nos condena a un sectarismo y ostracismo social pavoroso, de muy graves consecuencias para el bienestar de la sociedad costarricense pero también en lo personal pues nadie puede vivir en una entorno social, como una isla e ignorando el sentir y el pensar de los demás, sin sufrir efectos negativos por esto.
Estamos iniciando un nuevo año, uno que dicen que es el último de la historia humana, en lo personal, quisiera pensar y hasta trabajar para que sea el último año, donde su característica fundamental deje de ser el de la explotación entre las personas y del asalto criminal que se comente con la Naturaleza, como si no fuera la casa de todos.
Pero lo anterior, no se va a dar por generación espontánea, solo será posible, primero, si entendemos que aunque tengamos visiones y posiciones diferentes sobre cómo debe ser el sistema de vida en la sociedad, lo cierto, es que todos queremos poder vivir digna y pacíficamente, por lo tanto, debemos aprender a escucharnos unos a otros de manera respetuosa, tolerante y convergente.
El propósito personal, social y nacional que les propongo para este nuevo 2012, es que busquemos juntos todos la forma de trabajar en converger para construir una sociedad más rica, sustentable, sostenible e inclusiva, donde prive el respeto, la tolerancia y la solidaridad entre las personas y con la Naturaleza.
Debemos hacer un esfuerzo personal para lograr implementar una acción personal y social sostenida y convergente, cuya sinergia sea el pensamiento constructivo de todo el conglomerado social y no solo de una de sus partes y así juntos definir el rumbo que como nación, como pueblo le queremos dar a Costa Rica.
En los muchos intercambios virtuales y personales que he comprobado la gran preocupación que existe entre mucha gente, por el rumbo que lleva el país. La inmensa mayoría sabe cuáles son los orígenes y los responsables directos de las diferentes problemáticas nacionales.

PRIMEROS DÍAS DEL AÑO.

La fiesta quedó atrás, como siempre, para algunos queda la resaca de los excesos cometidos, atracones de comida, poca actividad física, gastos desproporcionados con “dinero plástico” que ahora se transforma en leño, a juzgar por los intereses que devenga, en fin, volvemos a ser los mortales de siempre, maltrechos ciertamente, pero esperanzados al fin y al cabo.
De los ticos se dice somos los más felices del mundo, “pura vida” una frase que nos apropiamos de los mexicanos y en buena hora, al fin de cuentas la existencia es un trance muy efímero, que debemos sobrellevar con ilusión, a sabiendas que de aquí no saldremos vivos.
Se cuenta que una vez el discípulo le preguntó al maestro  con respecto a la cantidad de pecados que había y el sabio los resumió en uno sólo: “el abuso”, en otras palabras, la clave del buen vivir está cifrado en la moderación, la frugalidad, el exceso es progenitor de todos los males habidos y por haber, basta un leve repaso para darnos cuenta que cuando abusamos de algo, las consecuencias inexorablemente serán funestas.
Henry David Thoreau, un sabio norteamericano de mediados de 1800 fue un hombre excepcional, graduado de la Universidad de Harvard, decidió irse a vivir dos años a orillas de un lago y producto de esa estancia, escribió su obra maestra “Walden o la vida en los bosques” un hermoso tratado de cómo podemos vivir austeramente y ser profundamente felices, la máxima que extrajo como enseñanza de esos años es: “simplifica…simplifica”.
El advenimiento de un nuevo año supone metas, anhelos, ilusiones, emprendimientos, el secreto se dice, radica en la constancia, no siempre triunfa el que más tiene, el más veloz, el más inteligente, la meta la trasciende quien persevera, el que no desmaya, el constante, el terco que pone oídos sordos al “no se puede” que paraliza, que entumece, que congela y por ende frustra.
“Si se puede” debe ser la frase que resuene en nuestras mentes durante todo el año recién nacido, de la convicción nace la fuerza, es el combustible gratuito que emana desde lo más profundo de nuestro ser.
La fiesta quedó atrás, como siempre, para algunos queda la resaca de los excesos cometidos, atracones de comida, poca actividad física, gastos desproporcionados con “dinero plástico” que ahora se transforma en leño, a juzgar por los intereses que devenga, en fin, volvemos a ser los mortales de siempre, maltrechos ciertamente, pero esperanzados al fin y al cabo.