Quienes más nervios tienen son aquellos que tienen que hacer las pruebas de bachillerato y optar por su título de Secundaria.

Ante tanta presión las familias se ven afectadas, hay estrés regaños, carreras por compra de materiales para hacer los mejores extra clases, miedos y hasta se pelean unos a otros sin verdadera razón.

Para bajar la ansiedad se recomienda que tanto los padres, madres así como los hijos no se vayan a los extremos de ser perfeccioniesta exigiendo notas elevadisimas tratando de estudiar a última hora por periódos largos y cansados. Tampoco se trata de desanimarse y por tener miedo o desorden dejar todo tirado a última hora.

Hay que retomar con calma un nuevo orden, con horarios realistas, mantener disciplina diaria repasando las materias en especial las que son difíciles de asimilar. Buscar apoyo con profesores si es necesario, crear centros de estudio con compañeros para que puedan desahogar juntos sus angustias y dudas no solo académicas sino psicológicas y aprovechar de reirse un poco para liberarse.

Los padres deben ser vigilantes todos los días, auque los niños o los jóvenes lo sientan como un estrés o necesedad el acompañamiento de la autoridad es necesario. Es una forma de decirles lo importante que es luchar juntos a pesar del rigor que se debe mantener. Evitando gritos, insultos, degradaciones o perder la calma.

Recordarles que rendirán mejor si dedican con equilibrio el tiempo suficiente para jugar, dormir las horas necesarias, hacer ejercicio y alimentarse bien. Analizar con ellos que todo el mundo se equivoca, pero para superarse hay que ser condescendiente con sus propios errores, sobre todo si se ha preparado para el examen y para rendir al máximo.

Al final de la jornada diaria un buen abrazo y felicitar por el esfuerzo seran los mejores aliados en este último empujón.
María Ester Flores Sandoval