En primer lugar, hay que aclarar que este es un problema viejo, tiene más de treinta años sin solución y vale decir que muchos de ellos obtuvieron su concesión por favores políticos, muchos tienen una cantidad de unidades de más permitidas por ley, muchos abusan de su trabajo con marías alteradas, mal servicio y muchos no tienen siquiera la educación básica para tratar con el usuario, esto debemos tenerlo claro.
En segundo lugar, en un afán monopolístico y opusieron a los permisionarios de taxis, perdieron la batalla, luego vinieron los llamados taxistas informales o piratas, igualmente, perdieron la contienda y ahora la lucha es contra otra competencia distinta : la aplicación de internet denominada Uber.Igualmente, están perdiendo el pulso en el afán de mantener un monopolio prohibido por ley, el consumidor tiene derecho a escoger su producto o servicio según sea su conveniencia, calidad y precio. La ConstituciónPolítica y la ley de protección al consumidor avalan estos principios.
En otro orden de ideas, toda revolución técnica, industrial, tecnológica o digital desplaza mano de obra, la historia así lo ha demostrado, quien no se adapta a las nuevas circunstancias o tecnologías sucumbe o no compite, es la ley de la producción de bienes y servicios, con ventajas y desventajas , con facilidades e injusticias, pero son realidades económicas.
Hace unos veinte años el mundo vive una tercera revolución: la revolución cibernética, de la internet, digital, de las comunicaciones, mas aquí no nos hemos dado cuenta, la legislación para otorgar concesiones del servicio público, modalidad taxi, es obsoleta, hoy por hoy una aplicación, herramienta o página web puede vender cualquier producto sea de bienes tangibles y/o servicios, hoy por hoy los servicios de cualquier naturaleza, de consultoría profesional, información y comunicación son digitales .Si los concesionarios de taxis rojos no tienen sus propias aplicaciones no compiten, tienen derecho hacerlo ya que prohibir una aplicación de internet lo veo difícil y fuera de la órbita legal.
Finalmente, amenazar con más huelgas y hasta incitar a la violencia y la guerra es una actitud delicada, gravísima, cuidado señores taxistas, con la paz y la democracia no se juega, trabajen decentemente, compitan y basta de bloqueos que también viola el derecho de tránsito y de trabajo de todos los costarricenses.
Lo ocurrido en estos días en relación a la huelga de los taxistas rojos, su oposición a Uber y sus amenazas de más huelgas incluso incitación a una guerra, merecen una reflexión de rigor.
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