Con la Carta Magna de 1949 se crean las Instituciones Autónomas, hoy por todos conocidas, se les da independencia jurídica, administrativa y financiera, no política por cuanto el Estado es único, existe un solo concepto de Estado, con sus derechos, obligaciones, atribuciones y demás que contempla la misma Constitución.
Se establecen tres poderes, Ejecutivo, legislativo y judicial en donde el primero se limita a ejecutar las políticas públicas, le segundo a crear y derogar las leyes y el poder judicial tiene como función principal aplicar las normas con justicia. Y no son poderes del todo separado, tienen funciones coordinadas que se relacionan y se complementan, a manera de ejemplo el Ejecutivo remite al Legislativo proyecto de leyes en sesiones extraordinarias , presupuesto y le pone el ejecútese a cada ley o la veta, el poder Legislativo tiene la función del control político, puede interpelar a los ministros y por norma constitucional el presidente debe rendir un informe anual de labores pudiendo ejercer además, la rendición de cuentas y evaluación de resultados de toda la Administración Publica, que por cierto casi no lo hace, esto, debe cambiarse.
Los ministerios son órganos del Ejecutivo, no entes, sea no tienen independencia salvo que la administrativa, ni personería jurídica, en otras palabras, no pueden atribuirse derechos y obligaciones.
Sin embargo, en las últimas décadas, poderes, instituciones y ministerios se creen un país dentro de otro país, un feudo dentro de un reinado, una isla parte de un archipiélago de inoperancia , ineptitud y corruptelas, esto, debe cambiarse… aparte de la falta de decisión política, la buena gestión administrativa, el ordenamiento jurídico publico que se ha constituido en una camisa de fuerza y que no deja gobernar, y que esto no sea excusa, en parte la mala gobernanza obedece a esta confusión jurídica que se tienen muchos jerarcas, a ignorancia legal y al interés laboral-administrativo que impera en la Administración Publica, esto, también debe cambiarse…
Sí, todo esto debe cambiarse, hora de revisar, hora de ordenar, hora de modernizar nuestras leyes de orden público- incluyendo constitucionales vía Constituyente- para construir un Estado efectivo, eficiente, único, que haga las cosas, que las haga bien y en tiempo.
El Estado es una ficción jurídica, independientemente de los factores históricos, culturales, raciales, idiomáticos, limítrofes y demás, es un ente legal, creado por ley, en nuestro caso lo define, delimita y demarca la Constitución Política en sus artículos del uno al nueve.
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