Miércoles, 12 Junio 2013 05:32

Si nuestros antepasados pudieron, nosotros no podemos menos

No quiero que volvamos a la esclavitud del pasado pero si en los años treinta, cuarenta y cincuenta se trabajaba sin convenciones colectivas, horarios fijos, puestos sobre pagados, juntas directivas, presidentes ejecutivos, gerentes, subgerentes, ayudantes y asesores y un sinfín de puestos que ahora tenemos; si en esos años con carreta y sin teléfonos, si a pesar de esas limitaciones nuestros ancestros salieron airosos y nos entregaron una verdadera obra maestra en administraciones, ¿Por qué no podemos tener gobiernos que con todos los adelantos tecnológicos de estos tiempos tengan una gestión orientada a beneficiar a las personas?

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Nos acostumbramos a lo fácil, por no decir a la sinvergüenza da, a que todo sean parcelas regaladas, dobles bonos para casa, pensiones de lujo, bonos de estudiante, carros para trabajar, incapacidades y cuanta cosa que usted ni siquiera se imagina.

Un país así no puede durar, la cuerda se termina. ¡O trabajamos todos o nos hundimos todos! No esperemos un terremoto que nos dé vuelta al revés para empezar de la nada, porque ahorita lo tenemos todo. No esperemos una guerra civil, donde todo queda desbastado, porque ahorita lo tenemos todo. Hagámosle un cataclismo pero a los politiqueros que abusan del poder y de la miseria, de la pobreza extrema y manipulan a través del clientelismo político a la gente más necesitada.

Estimado pueblo de Costa Rica, nunca antes se nos han abierto tanto las puertas de la honorabilidad y honradez en todo, no debemos dejar pasar esta oportunidad de salir del subdesarrollo y ser ejemplo para el mundo. ¡Que no es fácil, no es fácil! Ya lo dije, hay que trabajar duro y tendido y por qué no, hasta una nueva constitución.

Necesitamos empezar de cero, pero cero al abuso del poder, cero a llegar al trabajo a la hora que se nos ocurra , cero a los salarios abusivos, cero a lo colegiado y a establecer oferta–demanda, cero a que los mediocres o la argolla ganen o estén en puestos de privilegio.

Nunca nadie o ningún gobernante ha vuelto sus ojos a Cooprole, todo un ejemplo mundial. Así se debería administrar ésta finquita que se llama Costa Rica. ¡De que se puede, se puede!

Tenemos que cambiar esta manera de administrar en la que el pueblo da todo y los gobernantes parecen que no se saben administrar nada. Conformar un renacer económico para el pueblo y que sirva el pueblo, Necesitamos todos juntos forjar un nuevo modelo de desarrollo a la Tica, que surja del esfuerzo de todos los costarricenses
José Antonio Murillo Ulate