Miércoles, 21 Enero 2015 07:57

Redescubrir a los amigos.

0421640Vivimos tiempos en los que parece que todo está sometido a la cultura del descarte de la que ha hablado el Papa Francisco. Desde los electrodomésticos hasta los afectos, el matrimonio y la consagración a Dios.

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Ese use y bote ha sido catastrófico para occidente. Recuperarnos de la locura consumista y liberarnos de los basureros infinitos nos tomará miles de años.

Aparte del amor, también la amistad ha sido victima de esta mentalidad del deshecho. Y hoy, como dice Ignacio Merino, la verdadera amistad es, entre nosotros, un verdadero lujo.

Quien tiene amigos gana en bienestar general. Así ha sido desde tiempo inmemoriales. Lo contrario, perder amigos o no tenerlos, significa un menoscabo notorio para la integridad afectiva de la persona solitaria o que pasa por el dolor de rupturas.

Recientemente, miraba una lista de elementos que todo verdadero amigo debería cumplir. Puntos que nos han de poner de frente al contexto consumista y de descartes constantes, incluso, hasta de lo mas esencial.

Esa lista se abre con la importancia que tiene la ayuda mutua. Los amigos se ayudan, están pendientes uno del otro. Igualmente, saben escuchar, buscar comprender desde el lugar del otro y alegrarse con los éxitos y logros de quien se quiere.

Igualmente, el verdadero amigo, el que sabe pasar de los condicionantes ambientales de la modernidad líquida que nos ahoga, comparte algunos de los valores e intereses del otro y evita romper promesas, al igual que defiende a quien estima de cara a terceros con fuerza y claridad.

El amigo conoce al amigo y respeta su intimidad, cuida su reputación a toda costa y no asfixia uno al otro invadiendo su espacio con demasiada insistencia. Igualmente, saben los amigos divertirse juntos, se responden llamadas y mensajes, se preocupan en momentos de enfermedad y en los momentos difíciles saben estar cerca, acompañarse.

Finalmente, los amigos de verdad son leales, generosos y sinceros. Un gran programa de vida no muy de moda hoy día pero recuperable.

En momentos en que parece que los compromisos y las atenciones gratuitas parecen pasadas de moda, nos vendría muy bien redescubrir el valor de los amigos yendo mas allá de la presente sociedad del consumo y del uso y bote.