Desde hace algunos años, noticias poco halagadoras pusieron en alerta al mundo, pronosticando negros nubarrones que afectarían a todas las economías. Ante esto, el sector turismo se mostró como uno de los más vulnerables y las consecuencias no se dejaron esperar. Aun así, voces expertas declararon que si bien es un sector endeble, es también uno de los que más rápido se recupera y supera obstáculos.
Sin embargo, versados en la materia nos señalaron que esta recuperación tomaría años y si bien algunos creímos haber superado los malos tiempos, la verdad es que el pronóstico es real, el proceso de mejoría aún está muy lento.
Muchas señales fueron lanzadas desde diversas regiones del país con expresiones de lamento por los cambios en los hábitos de los viajeros, lo que afectó fuertemente los resultados esperados. Pero la situación pudo haber sido peor.
Poco conocemos de lo que es atender las alertas de emergencia vividas por países vecinos no lejanos, nada sabemos del desalojo de huéspedes, de las cancelaciones de vuelos internacionales, de la propagación de enfermedades, del manejo de las evacuaciones, y de la evaluación de daños y las acciones para restablecer los negocios y recuperar la confianza de los visitantes.
Así como sorprenden los actos naturales, muchos otros elementos afectan y afectarán nuestros negocios. Son los temporales e inclemencias los que dominan el mundo actual, y es en ello donde debemos enfocarnos de manera permanente para estar preparados y salir avante.
Los malos tiempos a nivel mundial son las pruebas que permiten a los más creativos e innovadores establecer nuevos objetivos, buscar nuevos mercados y
crear nuevas trincheras para mantenerse en el negocio.
La industria del turismo es una actividad dinámica de servicios y de relaciones interpersonales. Es también un instrumento vital para el desarrollo económico que debe manejarse de manera responsable y racional, con respeto al patrimonio natural, arqueológico, social y cultural. Romper los viejos moldes nos llevará a crear productos y servicios más a tono con las demandas actuales.
Ya sean épocas buenas o turbulentas, el compromiso como destino turístico debe reflejar una conciencia clara sobre lo que hacemos para proteger los recursos, pero ante todo saber que la experiencia de viaje para los visitantes debe ser memorable, de calidad y acompañada de acciones solidarias. Sigamos construyendo una industria responsable para nuestras futuras generaciones, sorteando de manera consciente todas las inclemencias que nos azoten.
Comentario de Yadyra Simón Rojas, Presidenta de la Asoc. Costarricense de Prof. En Turismo (ACOPROT)
Desde hace algunos años, noticias poco halagadoras pusieron en alerta al mundo, pronosticando negros nubarrones que afectarían a todas las economías. Ante esto, el sector turismo se mostró como uno de los más vulnerables y las consecuencias no se dejaron esperar. Aun así, voces expertas declararon que si bien es un sector endeble, es también uno de los que más rápido se recupera y supera obstáculos.
Sin embargo, versados en la materia nos señalaron que esta recuperación tomaría años y si bien algunos creímos haber superado los malos tiempos, la verdad es que el pronóstico es real, el proceso de mejoría aún está muy lento.
Muchas señales fueron lanzadas desde diversas regiones del país con expresiones de lamento por los cambios en los hábitos de los viajeros, lo que afectó fuertemente los resultados esperados. Pero la situación pudo haber sido peor.
Poco conocemos de lo que es atender las alertas de emergencia vividas por países vecinos no lejanos, nada sabemos del desalojo de huéspedes, de las cancelaciones de vuelos internacionales, de la propagación de enfermedades, del manejo de las evacuaciones, y de la evaluación de daños y las acciones para restablecer los negocios y recuperar la confianza de los visitantes.
Así como sorprenden los actos naturales, muchos otros elementos afectan y afectarán nuestros negocios. Son los temporales e inclemencias los que dominan el mundo actual, y es en ello donde debemos enfocarnos de manera permanente para estar preparados y salir avante.
Los malos tiempos a nivel mundial son las pruebas que permiten a los más creativos e innovadores establecer nuevos objetivos, buscar nuevos mercados y
crear nuevas trincheras para mantenerse en el negocio.
La industria del turismo es una actividad dinámica de servicios y de relaciones interpersonales. Es también un instrumento vital para el desarrollo económico que debe manejarse de manera responsable y racional, con respeto al patrimonio natural, arqueológico, social y cultural. Romper los viejos moldes nos llevará a crear productos y servicios más a tono con las demandas actuales.
Ya sean épocas buenas o turbulentas, el compromiso como destino turístico debe reflejar una conciencia clara sobre lo que hacemos para proteger los recursos, pero ante todo saber que la experiencia de viaje para los visitantes debe ser memorable, de calidad y acompañada de acciones solidarias. Sigamos construyendo una industria responsable para nuestras futuras generaciones, sorteando de manera consciente todas las inclemencias que nos azoten.
Comentario de Yadyra Simón Rojas, Presidenta de la Asoc. Costarricense de Prof. En Turismo (ACOPROT)