Viernes, 28 Mayo 2010 09:13

La sabiduría que debe guiar a los gobernantes…

Según narra uno de los libros de la Biblia,  cuando Dios le dijo al Rey Salomón que le pidiera lo que quisiera, él pidió sabiduría para gobernar a su pueblo y Dios se lo concedió.  Este texto siempre me ha impactado enormemente y cada vez que un Presidente asume funciones, todos deberíamos pedirle a Dios que le colme de abundante sabiduría. 

Creo que doña Laura actuó con sabiduría al decidir vetar la penosa ocurrencia, que 35 diputados aprobaron recientemente en primer debate en la Asamblea Legislativa y que dio origen a un acto de repudio sin precedentes;  visible en todos los medios de comunicación existentes,  incluidas las famosas redes sociales,  donde se han podido contar por miles las frases de repudio a esta ocurrencia.

Ahora,  que la misma ha dejado de ser un peligro para las finanzas y para la dignidad nacional,  vale la pena ver en retrospectiva y tratar de explicar porqué esta ley no tenía asidero de ninguna naturaleza y lo que se imponía era que doña Laura, le diera el golpe mortal que le dio.

El primer gran error cometido por los defensores, fue la omisión absoluta del criterio de oportunidad. Era inadmisible que los señores diputados pusieran en el tapete, un tema de esta naturaleza en la semana misma en que se instalaron en sus curules.  Que sin estrenar aun el nuevo gobierno y en un entorno económico de crisis,  los señores diputados insistieran en esto, con la convicción que lo hicieron,  indignó a todo el país.

La segunda metida de pata,  fue el mecanismo de vía rápida que aplicaron,  que daba signos de querer aprobar el asunto a golpe de tambor,  sin la discusión por el fondo que un tema de semejantes dimensiones tenía.  Lo nocivo de aplicar este mecanismo,  se hizo evidente el mismo día de la votación,  cuando un diputado de gran criterio técnico desistió de la idea,   pues eran obvias las debilidades presupuestarias que generaría.   Creo que en el futuro, la prudencia será una buena consejera cuando de aplicar vía rápida a otros proyectos se trate.

 

Otro traspié, fueron los pobres argumentos esgrimidos para validar este proyecto: que no llegaron al congreso a hacer votos de pobreza, que tenían necesidad de comprar ropa, que la equiparación salarial con funcionarios de otros poderes y el peor de todos: que para ser diputados tuvieron que renunciar a jugosos ingresos de sus actividades privadas.  Ante estos argumentos,  la única pregunta que los costarricenses nos hacemos es: ¿Si representa tanto sacrificio ser Diputado, para qué aceptaron? ¿Por qué no rechazaron desde siempre su postulación? ¿Por qué no le dijeron a los electores en campaña cuál sería su primer proyecto a promover?

En la Asamblea anterior, vimos remedos de leyes que después hubo que corregir, diputados amantes de la aviación y otros que casi convierten el recinto legislativo en ring de boxeo.  Esta; sin embargo, a menos de un mes, se ha llevado el triste “premio” a la menos oportuna e incapaz de discernir. Si por la víspera se saca el día, que Dios nos ayude.

El país aplaude la decisión de la Sra. Presidente, que responde al clamor de casi el 100% de la gente y no solo al 47% que votó por ella, como de forma miope lo dijo una diputada.  Doña Laura ha dado su primer signo de firmeza y eso es bueno.