Sábado, 16 Julio 2011 06:13

LA LOMBRICULTURA

Una de las principales preocupaciones de la población y de las municipalidades es el problema de la basura, sobre lo que se ha dicho y escrito mucho.  Sin embargo, las soluciones no llegan: los rellenos sanitarios se agotan, los incineradores parecen tejanos, el reciclaje no se explota adecuadamente.  Mientras, la basura no se explota adecuadamente.  Mientras, la basura sigue “adornando” nuestras calles y parajes, y la gente sigue siendo menos consciente.  Cada día hay más basura por todo lado.  San José, Costa Rica, es un enorme basurero.  Pareciera que al tico le gusta vivir como los chanchos, en medio de la suciedad.
La basura es un negocio.  Quizás si se viera desde esta perspectiva, podríamos solucionar en parte el mal.  Por ello quiero hacer varios planteamientos que podrían contribuir a buscarle una salida viable a la situación.
Primero, ntreguemos la recolección y disposición de los derechos a los particulares, a la empresa privada.  Que ellos establezcan rellenos sanitarios, incineradores o cualquier otro sistema de tratamiento de la basura.  Los vecinos pagarían el servicio, el Estado podría dar una subvención o compra de equipo, a quienes se dediquen a esa empresa.  Incluso se podría pensar que este servicio fuera manejado por una cooperativa.  Todo se haría bajo la supervisión del Ministerio de Salud, municipalidades, y previos estudios de impacto ambiental.   Habrían fuentes de trabajo, se reactivaría la economía y se profesionalizaría el sistema de recolección de basura.  Estoy seguro que para proyectos de este tipo se podría conseguir dinero con organismos internacionales.  Se podría empezar a experimentar en un sector determinado.
Segundo, organicemos en cooperativas y con las seguridades sociales del caso a los “buceadores”, a esas personas que hacen el trabajo desagradable de recoger de la basura diversos materiales, que luego venden para obtener algún dinero.  Ayudémosles a hacer más fácil y seguro su trabajo.  Démosles equipo e indumentaria apropiada para su labor.  Ellos son parte del sector productivo del país, ya que permiten la reutilización de mucho material y con ello se evita la salida de divisas.
Tercero, utilicemos lombrices para procesar la basura.  Ellas producen humus, materia orgánica degradada, que es un excelente fertilizante y mejora las características físico-químicas del suelo.  Además, las lombrices producen proteínas.  Un proyecto de este tipo se realiza en Chile.  A ese trabajo con lombrices se le llama lombricultura.  Dicen los estudiosos que la “química del humus de lombriz es tan equilibrada y armoniosa que nos permite colocar una semilla directamente en él sin ningún riesgo”.  El 75% de lo que come la lombriz se transforma en humus y el 25% en carne.  Se dice que la lombriz produce proteínas casi del mismo valor nutritivo que la leche y aunque “esa carne se pensó en un principio usar para consumo animal, hoy se plantean usos superiores” (el hombre).
En Chile se está planeando exportar humus producido por lombrices.  O sea, las lombrices biodegradan las basuras.  ¿Cuánto humus y proteínas podría producir Costa Rica con toda la basura que genera? ¿Por qué no el MAG o alguna institución privada, colegio agropecuario, o qué se yo, no empiezan a sacar ventajas de la lombricultura?  Mataríamos varios pájaros de un tiro: producimos fertilizante, contribuimos a resolver el problema de la basura, y generamos fuentes de trabajo.
¿Será tan difícil aplicar estos 3 puntos en Costa Rica?  Creo que no, solo se necesita voluntad política, compromiso de las personas y mirar hacia el futuro.
Alexander Bonilla Durán
Una de las principales preocupaciones de la población y de las municipalidades es el problema de la basura, sobre lo que se ha dicho y escrito mucho.  Sin embargo, las soluciones no llegan: los rellenos sanitarios se agotan, los incineradores parecen tejanos, el reciclaje no se explota adecuadamente.  Mientras, la basura no se explota adecuadamente.  Mientras, la basura sigue “adornando” nuestras calles y parajes, y la gente sigue siendo menos consciente.  Cada día hay más basura por todo lado.  San José, Costa Rica, es un enorme basurero.  Pareciera que al tico le gusta vivir como los chanchos, en medio de la suciedad.
La basura es un negocio.  Quizás si se viera desde esta perspectiva, podríamos solucionar en parte el mal.  Por ello quiero hacer varios planteamientos que podrían contribuir a buscarle una salida viable a la situación.
Primero, ntreguemos la recolección y disposición de los derechos a los particulares, a la empresa privada.  Que ellos establezcan rellenos sanitarios, incineradores o cualquier otro sistema de tratamiento de la basura.  Los vecinos pagarían el servicio, el Estado podría dar una subvención o compra de equipo, a quienes se dediquen a esa empresa.  Incluso se podría pensar que este servicio fuera manejado por una cooperativa.  Todo se haría bajo la supervisión del Ministerio de Salud, municipalidades, y previos estudios de impacto ambiental.   Habrían fuentes de trabajo, se reactivaría la economía y se profesionalizaría el sistema de recolección de basura.  Estoy seguro que para proyectos de este tipo se podría conseguir dinero con organismos internacionales.  Se podría empezar a experimentar en un sector determinado.
Segundo, organicemos en cooperativas y con las seguridades sociales del caso a los “buceadores”, a esas personas que hacen el trabajo desagradable de recoger de la basura diversos materiales, que luego venden para obtener algún dinero.  Ayudémosles a hacer más fácil y seguro su trabajo.  Démosles equipo e indumentaria apropiada para su labor.  Ellos son parte del sector productivo del país, ya que permiten la reutilización de mucho material y con ello se evita la salida de divisas.
Tercero, utilicemos lombrices para procesar la basura.  Ellas producen humus, materia orgánica degradada, que es un excelente fertilizante y mejora las características físico-químicas del suelo.  Además, las lombrices producen proteínas.  Un proyecto de este tipo se realiza en Chile.  A ese trabajo con lombrices se le llama lombricultura.  Dicen los estudiosos que la “química del humus de lombriz es tan equilibrada y armoniosa que nos permite colocar una semilla directamente en él sin ningún riesgo”.  El 75% de lo que come la lombriz se transforma en humus y el 25% en carne.  Se dice que la lombriz produce proteínas casi del mismo valor nutritivo que la leche y aunque “esa carne se pensó en un principio usar para consumo animal, hoy se plantean usos superiores” (el hombre).
En Chile se está planeando exportar humus producido por lombrices.  O sea, las lombrices biodegradan las basuras.  ¿Cuánto humus y proteínas podría producir Costa Rica con toda la basura que genera? ¿Por qué no el MAG o alguna institución privada, colegio agropecuario, o qué se yo, no empiezan a sacar ventajas de la lombricultura?  Mataríamos varios pájaros de un tiro: producimos fertilizante, contribuimos a resolver el problema de la basura, y generamos fuentes de trabajo.
¿Será tan difícil aplicar estos 3 puntos en Costa Rica?  Creo que no, solo se necesita voluntad política, compromiso de las personas y mirar hacia el futuro.
Alexander Bonilla Durán