La huelga, impropiamente llamada paro, y convocada por la UNIÓN MÉDICA NACIONAL, no debe ser.
La huelga es un acto de guerra en las relaciones obrero-patronales a la cual recurren justamente los trabajadores cuando se agotan los medios pacíficos para defender sus derechos.
La huelga es también un arma legítima, cuando se usa contra el patrono capitalista y fundamentalmente abusivo, para dañar su economía e impedirle su ganancia.
Pero en la Caja no se dan estas condiciones. La Junta Directiva de la Caja no es el patrono, ni el dueño de la Institución, sino un simple administrador. Los trabajadores y asegurados de la Caja, son los verdaderos dueños de la Institución, sólo en la proporción en que son parte de todo el pueblo, que sí es el dueño y el que la financia en su totalidad.
Ahora bien, el pueblo, el dueño de la Caja, no es el culpable de los desaciertos e injusticias que ahí se cometen: el verdadero responsable es el gobierno que nombra a la Junta Directiva y esta como la ejecutora de pérfidos designios e inadecuadas acciones.
Pero con la huelga, no se perjudica ni al gobierno, ni a la Junta Directiva de la Caja, sino que al contrario, se favorecen y se estimulan los malvados propósitos de quienes buscan la privatización de la Caja, pues muchas personas mal informadas e ignorantes, caen en la trampa de creer que con una privatización, se acabarían sus problemas y que recibirían una atención médica de calidad, gran espejismo y mayor error pensar así.
Por otra parte, si por la actuación irresponsable y anti popular de la Caja, por acción y/o omisión de los gobiernos y sus juntas directivas, los servicios médicos ya constituyen una tortura contra los pacientes; agravar esa tortura es un contrasentido. Porque demás de favorecer al gobierno y a la Junta Directiva de la Caja pues evitará la salida de recursos en la atención a los asegurados., Esto además provocará y logrará un mayor distanciamiento entre trabajadores y asegurados, porque estos últimos comprenderán que han sido tomados como rehenes indefensos para ejecutar un chantaje.
Los problemas de la Caja no los resolveremos con actos absurdos como los de tratar de obtener o conservar un derecho económico, cuya pérdida no conduce a un estado de necesidad, lesionando el derecho muchas veces superior de centenares de miles de personas, como es el derecho a la salud y a la vida.
Los comprendemos, pero también les pedimos que nos comprendan. Los problemas en la Caja sólo lograremos resolverlos luchando juntos, asegurados, pueblo en general y trabajadores de la Institución, con plena lealtad, solidaridad y respeto recíprocos.
Le recomendamos a la UNIÓN MÉDICA NACIONAL, buscarse una buena asesoría legal.
Luis Alberto Jaén Martínez
Cédula 1-367-350La huelga, impropiamente llamada paro, y convocada por la UNIÓN MÉDICA NACIONAL, no debe ser.
La huelga, impropiamente llamada paro, y convocada por la UNIÓN MÉDICA NACIONAL, no debe ser.
La huelga es un acto de guerra en las relaciones obrero-patronales a la cual recurren justamente los trabajadores cuando se agotan los medios pacíficos para defender sus derechos.
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La huelga es también un arma legítima, cuando se usa contra el patrono capitalista y fundamentalmente abusivo, para con el trabajador
Pero en la Caja no se dan estas condiciones. La Junta Directiva de la Caja no es el patrono, ni el dueño de la Institución, sino un simple administrador. Los trabajadores y asegurados de la Caja, son los verdaderos dueños de la Institución, sólo en la proporción en que son parte de todo el pueblo, que sí es el dueño y el que la financia en su totalidad.
Ahora bien, el pueblo, el dueño de la Caja, no es el culpable de los desaciertos e injusticias que ahí se cometen: el verdadero responsable es el gobierno que nombra a la Junta Directiva y esta como la ejecutora de inadecuadas acciones.
Pero con la huelga, no se perjudica ni al gobierno, ni a la Junta Directiva de la Caja, sino que al contrario, se favorecen y se estimulan los malvados propósitos de quienes buscan la privatización de la Caja, pues muchas personas mal informadas e ignorantes, caen en la trampa de creer que con una privatización, se acabarían sus problemas y que recibirían una atención médica de calidad, gran espejismo y mayor error pensar así.
Por otra parte, si por la actuación irresponsable y anti popular de la Caja, por acción y/o omisión de los gobiernos y sus juntas directivas, los servicios médicos ya constituyen una tortura contra los pacientes; agravar esa tortura es un contrasentido. Porque demás de favorecer al gobierno y a la Junta Directiva de la Caja pues evitará la salida de recursos en la atención a los asegurados., Esto además provocará y logrará un mayor distanciamiento entre trabajadores y asegurados, porque estos últimos comprenderán que han sido tomados como rehenes indefensos para ejecutar un chantaje.
Los problemas de la Caja no los resolveremos con actos absurdos como los de tratar de obtener o conservar un derecho económico, cuya pérdida no conduce a un estado de necesidad, lesionando el derecho muchas veces superior de centenares de miles de personas, como es el derecho a la salud y a la vida.
Los comprendemos, pero también les pedimos que nos comprendan. Los problemas en la Caja sólo lograremos resolverlos luchando juntos, asegurados, pueblo en general y trabajadores de la Institución, con plena lealtad, solidaridad y respeto recíprocos.