Tan pronto arribó el Papa a Brasil habló de esperanza, dejarse sorprender y alegría en la vida del cristiano. Mas tarde animó a todos a armar lío en las diócesis, esto es, generar actividad, ir a las calles, evangelizar todos los ambientes.
Invitó el Papa a ser críticos de frente a una sociedad consumista que “se ha pasado de rosca”, en el sentido de que se ha excedido en su ánimo de cara al dinero y que excluye a los mas jóvenes y a los mayores.
No olvidó el Papa recordar la necesidad de ser mas y mejores evangelizadores y a no “licuar” la fe. Ese asentir a los contenidos de la Revelación no es un asunto a la carta o “light” como algunos quisieran.
Invitó a no olvidarse de los pobres y de los que sufren, son sus gestos animó a todos a la ternura y, finalmente, recordó a los políticos que deben escuchar el clamor de los que sufren y a los obispos que deben acercarse a los fieles con un ánimo nuevo. A todos, en el sentido mas sano y no en el que le han dado algunos periodistas ticos aliados a ciertas causas o círculos, nos recordó el sentido de la laicidad, de la importancia de mantener la distancia y a la vez la cooperación entre la Iglesia y el Estado.
Ya al final de su encuentro en Brasil, el Papa invitó a la misión, a “no balconear” en la vida, o sea, no ver el paso de los años desde lejos sino involucrarse para transformar la sociedad desde adentro.
Como me preguntaba un comunicador recientemente, ante la pregunta “¿Y ahora qué?”, solo me parece que hay una respuesta: habría que ser muy tonto para no iniciar el cada diócesis o parroquia o movimiento ese lío de que Francisco habló. Pero también, hay que ser muy ingenuo para suponer que lo dicho hasta ahora sea totalmente nuevo. Lo único es que, de modo rarísimo, muchos aún no se habían enterado.
Pero bueno, es mejor tarde que nunca. Pero hay que tener en cuenta un peligro: algunos medios y algunos sectores están haciendo decir al Papa cosas que nunca ha dicho o en el sentido en que ellos releen los mensajes pontificios. Es parte de la ética de quien comunica no manipular ni tergiversar lo que la fuente emite en línea de su propia conveniencia o interés. La Jornada de la Juventud, en fin, nos deja muchos retos y nos anima al trabajo. Nos toca ahora emprender la labor.