La pregunta es obvia: ¿Qué puede estar originando semejante debacle social? Las respuestas, en cambio, están lejos de ser evidentes, puesto que las causas subyacentes y directas de esta vorágine de problemas sociales, que alimenta las malas noticias todos los días, son múltiples y complejas. Sin embargo, sí es posible rastrear en medio de esta maraña de factores explicativos, la causa última que los explica a todos ellos: la destrucción de la familia como base esencial de la sociedad.
Nuestra misma constitución política establece en su artículo 51 que la familia es “el elemento natural y fundamento de la sociedad”, pero el descuido de la construcción de los valores más sublimes, desde esta piedra angular, es la tónica generalizada en las administraciones de los últimos lustros. Este axioma básico parece no tener detractores, pero la familia como concepto y eje de desarrollo de políticas públicas integrales, en el mejor de los casos, se ha diluido en enfoques también importantes que señalan necesidades vitales para sus diferentes integrantes, como la mujer, la persona menor, el adulto mayor o la persona con discapacidad, y en el peor, simplemente se ha eliminado de la agenda política del país.
El 15 de mayo se celebra en el mundo entero el día internacional de la familia, como un reconocimiento universal de los argumentos que hemos esbozado. En esta misma línea, Restauración Nacional presentó el expediente número 19576, “Ley de creación del día nacional de la familia”, con el cual pretendemos legalizar esta celebración planetaria en nuestro propio terruño, para promover los valores familiares desde la escuela, la comunidad y los medios de comunicación.No obstante, nos preocupa sobre manera que la celebración pasó de largo, oscurecida por las actuales autoridades, que se dedicaron a celebrar un decreto que emitieron en beneficio de las formas de convivencia de personas del mismo sexo, sin que nunca se enarbolara la bandera de la familia costarricense, tan fundamental para todas sus generaciones. Esta situación denuncia la poca importancia que este gobierno le ha dado a la célula primigenia del tejido social y, en buena medida, explica los múltiples cánceres que carcomen a nuestra sociedad y que plantean un futuro sombrío para todos.
Comentario del Diputado
Fabricio Alvarado