Miércoles, 02 Abril 2014 07:35

La Constitución Política, un instrumento de fortaleza, no de flaqueza

La fiesta democrática costarricense reflejada en el poder del sufragio, se ha visto empañada al poner en tela de juicio el poder de imperio de nuestra Constitución Política, ésta en su artículo 138 nos dice que no podrán “…renunciar a la candidatura para la Presidencia o Vicepresidencia los ciudadanos incluidos en una nómina ya inscrita conforme a la ley…” y aunque desistir de una campaña y renunciar a una candidatura son objetivamente diferentes, estas acciones podrían verse como una descalificación al valor real del sufragio y de la representatividad del pueblo, orgullo de nuestra cultura política democrática.

 

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El candidato oficialista, Johnny Araya ha considerado entre otras cosas, que el costo económico de la campaña es sumamente alto, por lo que desistir es una decisión responsable. Indiscutiblemente la mayoría de los costarricenses coincidimos que la inversión de nuestro país en el proceso electoral es oneroso,sin embargo, nuestros representantes en el gobierno han tenido oportunidades para reducir esa inversión y no se ha hecho porque no existe voluntad política, pero también, porque vivir en una democracia con procesos electorales transparentes, no tiene precio.
El pasado 05 de marzo, Araya anuncia declinar de la campaña electoral, e inmediatamente nacen en pasillos, aulas, lugares de trabajo, entre otros, sensaciones de alegría, incertidumbre, molestia, desconfianza…pero nunca tranquilidad, ya que un hecho similar ocurre a mediados del siglo pasado ante un cuestionado proceso electoral y la inteligencia democrática heredada de los costarricenses,nos dice que estos hechos no se dan necesariamente por el bien de la patria.
Liberación Nacional al igual que otros partidos políticos, han contado con personas que han construido la democracia, la estabilidad política, los derechos fundamentales, la libertad, la igualdad, los derechos civiles, las garantías sociales y todos aquellos beneficios que nos hacen diferentes,el próximo gobierno, incluyendo a los diputados y diputadas liberacionistas, deberán desempeñar su función de forma responsable y ética, cimentando nuestra democracia y asegurando el bienestar social a todas las personas que habitamos este pedacito de tierra.
Debemos como pueblo democrático, acudir el próximo 06 de abril a las urnas para elegir a nuestro próximo presidente, usemos inteligentemente la fortaleza de nuestra Constitución en la construcción de la Costa Rica que deseamos.
Francisco Madrigal Ballestero