Lunes, 01 Julio 2013 07:29

Huelgas y Manifestaciones son privilegios de la Democracia

Escrito por

El pueblo de Costa Rica ha demostrado una vez más que es tranquilo, hasta que se sus necesidades como ciudadanos se ven fuertemte afectados y surgen amenzas de desequilibrio social para esta y las futuras generaciones.

ESCUCHAR COMENTARIO

Nuestro Himno Nacional nos ha enseñado por años que debemos hacer un alto de vez en cuando y mirar hacia el limpido azúl del cielo para repetirnos: -Salve, oh tierra gentil! ¡Salve, oh madre de amor! Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo, valiente y viril, la tosca herramienta en arma trocar.

Y así lo han hecho las personas que este 25 de Junio se manifestaron en las calles de San José y otros puntos de la Nación. Todo transcurrió libre de violencia, con el corazón abierto. Con toda la disposición al diálogo sincero y transparente. Porque hablando es como se entiende la gente, especialmente cuando no se entiende el por qué de tanta injusticia.

No se trata solo tirarse a las calles para perder el tiempo, o por ganas de faltar a las obligaciones laborales. Se trata de una inmensa acumulación de frustraciones arrastradas por años. De un pueblo al que solo se le pide comprensión y plata para resolver los problemas, mientras una gran mayoría de líderes y gobernantes de diferentes colores políticos no han sabido resolver asuntos de vital importancia para el buen funcionamiento de la administración Pública.

Se van en puras promesas, que al final de desvanecen en el mar de la corrupción donde tantos de van a dar, dejando la economía en números rojos. El caos esta frente a nuestros ojos como una película de horror. Entonces, ¿Cómo no hablar? ¿Cómo quedarse de brazos cruzados? ¿cómo no tener participación ciudadana cuando todo se pierde?

¿Acaso no es un derecho humano y de cualquier Democracia decir lo que sentimos y lo que necesitamos? ¿O que todo sistema de convivencia necesita comunicación, e interacción? Sin estas actitudes psicológicas positivas, lo que queda son sentimientos de impotencia y por añadidura la violencia.

Ojala entonces, que nada ni nadie impida el derecho a expresarse individualmente o en grupo, y que sigamos gozando de este gran privilegio que nos da la Democracia Costarricense, y sobre todo que este Gobierno y los venideros aprendan a escuchar con el corazón y resuelvan de verdad.


María Ester Flores Sandoval