Lunes, 01 Julio 2013 07:15

¡En Costa Rica, no todo está perdido!

Últimamente se percibe en una parte de la población costarricense un sentir de pesimismo ante la situación política, social o económica que vive el país. Ciertamente se han presentado hechos que pueden generar cierta desconfianza y desmotivación como casos de inseguridad o de corrupción, pero de ahí a afirmar, categóricamente, que hemos perdido a Costa Rica me parece una actitud muy negativaque en vez de mejorar la situación la empapa de aires de desesperanza.

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Yo me resisto a creer que hemos perdido a Costa Rica cuando he sido testigo de una gran cantidad de jóvenes quienes, cada vez más organizados en Comités Cantonales, agrupaciones universitarias, políticas, artísticas o religiosas, se están convirtiendo en actores sociales, políticos, económicos y culturales, capaces de elaborar, promover y coordinar la ejecución de políticas públicas dirigidas a incrementar las potencialidades del desarrollo integral de la sociedad.
Me resisto a propagar que Costa Rica está perdida cuando veo a tantos estudiantes, tanto de universidades públicas como privadas, con proyectos de vida profesional bien claros. Con las ganas de salir adelante, haciendo de la excelencia un requisito esencial de vida, teniendo como norte el constituirse sólidamente como humanos y profesionales, con piezas de calidad como los valores de la justicia, la empatía, el respeto, la humildad o la entereza, fomentando pensamientos de calidad, la creatividad, el surgimiento de un espíritu de superación, de una constante responsabilidad y visión positiva para incrementar sus respectivos potenciales y ser cada día mejores.
Me resisto a apostar por el pesimismo cuando en Costa Rica existen una variedad de grupos de mujeres rurales, profesionales, empresarias, municipales o universitarias organizadas realizando acciones afirmativas que puedan potenciar el papel de las mujeres, informarles de sus derechos, empoderarlas, con el fin de buscar mecanismos para el reconocimiento de su ciudadanía formal y de su real y equitativa participación en la sociedad.
Me resisto a no creer que Costa Rica tiene su cara positiva al observar a muchos adultos mayores cargados aún de experiencias, consejos y anécdotas quienes demuestran que los años no tienen que llevarse con dolor, sino con la enseñanza de conocerlos y aceptarlos para convertirlos en un tiempo provechoso para seguir siendo productivos.
Me resisto a afirmar que hemos perdido a Costa Rica cuando todavía hay personas en este país quienes respetan a los demás; transforman dificultades en acciones positivas y resuelven problemas en vez de provocarlos. Quienes mediante el compromiso intenso, responsable y de calidad, toman conciencia de su ámbito familiar, laboral, educativo, político o social. Quienes no se quedan con lo que no les pertenece; quienes todavía hacen uso de un “gracias”, un “por favor” o un “disculpe” y quienes están formando de manera responsable a futuros ciudadanos.Sencillamente personas que no se limitan a estarse quejando; personas quienes plasman lo que otros solo piensan.
Sí, en este país hay gente que no se resigna, que no se aventura a la desesperanza, a la pesadumbre, al conformismo de que ya Costa Rica se perdió. Por lo menos yo quiero ser parte de ese grupo, deseo ser parte de esa población que, a lo mejor con su ejemplo silencioso, está brindando su aporte, desde diferentes trincheras, para construir una Patria más próspera, y quienes siguen creyendo que en Costa Rica no todo está perdido.