Esa decisión que tiene un origen eminentemente financiero y sin la menor duda, de concretarse el eventual cierre de los EBAIS, se generará un gran impacto social pues, seguramente, los asegurados para recibir atención primaria, tendrán que dirigirse a las consultas externas de las clínicas y hospitales de la Caja Costarricense del Seguro Social, las que de por sí, ya están más que suturadas.
Los enfermos, si ya en los EBAIS tenían que madrugar, para ver si tenían suerte y lograban un cupo entre los veinticinco diariamente ofrecen para consultas; con ese eventual cierre, el aumento, en las clínicas y hospitales, de personas pidiendo una ficha para recibir asistencia, será exponencial. Pero el drama humano será más terrible pues estar enfermo y pasar horas y horas, sentado en una sala de espera, en el mejor de los casos, o en el peor de pie en un pasillo; sintiéndose mal, quizás a punto de desfallecer, a lo igual de sus otros infortunados enfermos, terminará agravando sus dolencias y provocándoles gran ansiedad.
Debemos preguntarnos ¿Cómo es posible que uno de los actores de un acuerdo vital para la salud de las personas, tomé una decisión, en apariencia intempestiva y su contraparte, pareciera que estaba en absoluto desconocimiento de esta decisión? Digo esto porque, por lo menos hasta, el momento de escribir este comentario, no he escuchado ninguna comunicación de la Caja Costarricense del Seguro Social, que informe a los asegurados de la existencia de un plan B para que la atención en los EBAIS pueda seguir siendo prestada a pesar del retiro de la Universidad de Costa Rica.
El fatal anuncio periodístico sobre el cierre de los EBAIS, es una nuestra más de que algunos de los que tienen la responsabilidad de dirigir las diferentes jerarquías de la Caja, parecieran carecer de organización, método e información, que les permita cumplir con sus responsabilidades en tiempo y lugar, en vez de hacerlo, cuando surge una situación crítica o pero aún, una convulsión social, producto del malestar popular y entonces, como lo demuestra la experiencia, no les quedará otro camino que ver cómo hacen para resolver el entuerto.
Nada más poco profesional e inteligente que actuar bajo la filosofía del coyol partido, coyol comido.
Hace unos días, los medios de comunicación informaron a la población del término del acuerdo entre la Universidad de Costa Rica y la Caja Costarricense del Seguro Social, debido a las millonarias pérdidas que sufre la principal universidad pública del país por su participación en el importante programa de los EBAIS.