Lunes, 18 Noviembre 2013 05:36

Estado de la Educación Costarricense

Desde el preludio de nuestra nación, nuestros antepasados nos enseñaron que la educación ha sido y será nuestro cimiento fundamental para el desarrollo económico, político y social. El informe del Estado de la Educación se concibió con la ambición de brindar una idea clara de la situación educativa del país en términos del desempeño y de las oportunidades de acceso de los ciudadanos a una educación de calidad.

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Hace ya nueve años que por solicitud del entonces gobernante, el Doctor Abel Pacheco, se invitó al Consejo Nacional de Rectores (Conare) a contribuir con un análisis pormenorizado del desempeño educativo, que sirviera como caldo cultivo para una política de Estado en materia de educación.Luego de cuatro publicaciones y casi tres administraciones después, se ha precisado los principales desafíos nacionales, se ha identificado la necesidad de formar docentes en áreas críticas,se ha definido el marco conceptual y las aspiraciones nacionales que muestran los avances, retrocesos y desafíos en materia educativa. En la última y no menos importante entrega se fortalece el sistema de seguimiento permanente del desempeño de la educación formal.
Sin embargo soy del criterio de que todos los hallazgos, los indicadores y lo que las autoridades han catalogado como avances importantes en el financiamiento de subsidios, la asignación del 8% del PIB y la cobertura de la educación siguen siendo superfluos ante las debilidades, las ineficiencias y los rezagos del sistema.
El informe debe preocuparnos más allá de las noticias publicadas, hay que captar el mensaje que contiene entre líneas. Indicadores como el porcentaje de cobertura de la educación es un indicador de la gestión que realiza el Ministerio de Educación, pero será importante si se complementa con indicadores de logros; por ejemplo: ¿Qué porcentaje de beneficiados con los programas de becas se graduaron?, o ¿qué porcentaje de los que desertaron el sistema lograron reintegrarse de nuevo a las aulas?
Se siguen cometiendo errores básicos al comparar logros educativos entre generaciones de más de 20 años de diferencia, en donde los sistemas de evaluación de uno y otro eran diferentes.
Respetuosamente creo los indicadores deben cambiarse, el MEP, MIDEPLAN y hasta el Servicio Civil deben monitorear más la calidad que la cobertura, se deben generalizar las evaluaciones de los programas de estudio de los docentes, del desempeño en sus sitios de trabajo y de los resultados que se logran en las promociones desde los niveles educativos más básicos. Con algunos cambios elementales no daremos la impresión de que tendemos a contar con los dedos de los pies y no con los de las manos.
Mauricio Giutta Hernández.