Algunos creen que los periodos presidenciales no son de cuatro, sino de dos años y esto es un falacia, es como si un partido de fútbol concluyera en el primer tiempo. A partir del próximo 8 de mayo arrancará la segunda etapa para el gobierno de la república, esperamos que doña Laura afine la alineación, balance al equipo, revise la estrategia y ojala, por el bien del país obtenga el ansiado triunfo.
La gestión gubernamental y el fútbol, guardan similitudes, los aficionados se sienten expertos, el fanatismo está incluido, hay gran exposición mediática y los protagonistas con gran facilidad pasan de héroes a villanos.
Un equipo de balompié que se precie, no solo debe hacer los mejores fichajes al principio, debe tener una excelente planilla para los relevos e ir formando prospectos desde las fuerzas básicas y lo más importante, tener un patrón de juego, de lo contrario todo se transforma en una desordenada mejenga.
En el primer tiempo doña Laura confirmó que no siempre el mejor amigo es el idóneo para el puesto, a veces también sucede que a quien se quiere fichar, no le interesa el equipo y es que la canalla es infame, pero además, el salario no resulta competitivo, de ahí que es preferible seguir en lo privado antes que exponerse al escarnio público.
Un equipo ganador lo es desde la banca, el director técnico triunfador tiene a su lado consejeros que complementan sus naturales falencias, alguien que le diga objetivamente como observa el partido y le sugiera los ajustes que debe considerar el entrenador.
En los últimos días la Señora Presidenta debió mover la banca, algunos se auto expulsaron y llegó el natural recambio.
Para el segundo tiempo doña Laura ha dado buenas señales, ha buscado consejo en las canas y la experiencia en materia hacendaria, pero también es claro que su alineación tiene jugadores que evidencian desgaste y es hora de sacarlos.
¡El partido no termina hasta que se acaba! ya los gringos nos dieron una amarga lección en la anterior eliminatoria mundialista, cuando en 20 segundos nos quitaron el boleto de las manos. Fútbol y política, cuántas pasiones y semejanzas.
Algunos creen que los periodos presidenciales no son de cuatro, sino de dos años y esto es un falacia, es como si un partido de fútbol concluyera en el primer tiempo. A partir del próximo 8 de mayo arrancará la segunda etapa para el gobierno de la república, esperamos que doña Laura afine la alineación, balance al equipo, revise la estrategia y ojala, por el bien del país obtenga el ansiado triunfo.
La gestión gubernamental y el fútbol, guardan similitudes, los aficionados se sienten expertos, el fanatismo está incluido, hay gran exposición mediática y los protagonistas con gran facilidad pasan de héroes a villanos.
Un equipo de balompié que se precie, no solo debe hacer los mejores fichajes al principio, debe tener una excelente planilla para los relevos e ir formando prospectos desde las fuerzas básicas y lo más importante, tener un patrón de juego, de lo contrario todo se transforma en una desordenada mejenga.
En el primer tiempo doña Laura confirmó que no siempre el mejor amigo es el idóneo para el puesto, a veces también sucede que a quien se quiere fichar, no le interesa el equipo y es que la canalla es infame, pero además, el salario no resulta competitivo, de ahí que es preferible seguir en lo privado antes que exponerse al escarnio público.
Un equipo ganador lo es desde la banca, el director técnico triunfador tiene a su lado consejeros que complementan sus naturales falencias, alguien que le diga objetivamente como observa el partido y le sugiera los ajustes que debe considerar el entrenador.
En los últimos días la Señora Presidenta debió mover la banca, algunos se auto expulsaron y llegó el natural recambio.
Para el segundo tiempo doña Laura ha dado buenas señales, ha buscado consejo en las canas y la experiencia en materia hacendaria, pero también es claro que su alineación tiene jugadores que evidencian desgaste y es hora de sacarlos.
¡El partido no termina hasta que se acaba! ya los gringos nos dieron una amarga lección en la anterior eliminatoria mundialista, cuando en 20 segundos nos quitaron el boleto de las manos. Fútbol y política, cuántas pasiones y semejanzas.