Y nos recuerda a los diputados, que Costa Rica incumple una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que obliga a regular la FIV.
Lo más grave, es que el Presidente Solís nos dice que es necesario aprobar un proyecto que permita la FIV, porque con ello se daría oportunidad a cientos de familias que no pueden concebir naturalmente.
Las manifestaciones del Presidente me dejan estupefacto.
¿Acaso no sabe el Presidente Luis Guillermo Solís que la efectividad de la técnica FIV es sólo del 30 por ciento?
¿Acaso no sabe el Presidente que no todas las parejas que se practiquen la FIV podrán tener un hijo o una hija?
La FIV está lejos de asegurar un embarazo. Los expertos en bioética, nos dicen que la FIV tiene entre 30 por ciento y 40 por ciento de efectividad. Así que no todas las parejas infértiles tienen en esta técnica la respuesta a su preciado anhelo.
No estoy en contra de que las parejas infértiles puedan tener hijos. Pero la técnica de la FIV no es la respuesta correcta ni la única para tratar el problema de infertilidad en Costa Rica.
Hubiese querido que el Presidente nos proponga a los diputados y diputadas un proyecto real para la atención a la infertilidad.
Hubiese querido que el Presidente hiciera un análisis profundo y sincero sobre la capacidad financiera de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Porque hasta ahora, nadie nos ha demostrado que la Caja tendría capacidad financiera para atender estos casos en las clínicas y hospitales, sin descuidar otras áreas de servicio.
Nadie nos ha demostrado -tampoco- que detrás de la FIV hay algunos que quieren levantar un gran negocio.
Un país que es defensor de la vida no puede dictaminar una ley donde se maten seres humanos con ese procedimiento y donde se puede manipular la genética.
“Tranquilidad, entendimiento y estudio”. Es lo que yo le devuelvo al Presidente Solís, porque juré cuando asumí como diputado defender la Constitución Política y defender la vida desde su concepción.
Es lo que haré, porque nadie me ha demostrado que con la FIV no se matan seres humanos en su fase de embriones.
Como ha comprobado la ciencia, una persona adulta, es un ser humano. Y fue un ser humano cuando era un muchacho, un niño, un bebé, un feto y cuando fue un embrión.
Si la vida de un adulto se respeta, deberíamos de defender la vida del embrión, que no puede defenderse a sí mismo.
Comentario del diputado GONZALO RAMÍREZ ZAMORA, del Partido Renovación Costarricense.