Ahora viene esta Administración y faltando, lamentablemente, una vez más, a uno de los muchos ofrecimientos libremente hechos en campaña, de no mandar a la Asamblea un proyecto de nuevos Impuestos antes de dos años, no se espera ni un año y pretende mandarlo.
Pero, ya eso de incumplir ofrecimientos de campaña, suena reiterativo en la política electoral y por lo tanto, muy desagradable para quienes votamos por el actual Presidente,ya que confiamos en que él actuaría diferente.
Sin embargo, lo más grave es que, a partir de las informaciones aparecidas en los medios de comunicación, esta nueva intentona por saciar la imparable voracidad fiscal, no es más que lo mismo de las veces anteriores pues no trata para nada de lo que debería contemplar una verdadera Reforma Fiscal: Ingresos, Egresos, Eficiencia y Eficacia.
Pareciera que ante el mayor déficit fiscal conocido, el en país, que casi alcanza el 7% del Producto Interno Bruto, lo que importa es buscar los recursos, a como haya lugar, para bajarlo pero a costas de quienes generan la riqueza nacional, a pesar de las existentes condiciones adversas-país, que afectan su competitividad.
Los ingresos del Estado, no son muy diferentes a los ingresos de una familia, aunque algunos podrían decir que semejante simil es una ligereza mía, no lo es pues todo se reduce a ingresos y egresos. Las cabezas de familia, deben sentarse a inicio del año, mes o quincena, tomar el ingreso familiar y comenzar a rebajar los diferentes items en los que van a invertir su dinero, poniendo de primero los más importantes, para determinarhasta adónde pueden gastar y para lo que no alcanzó el dinero; simplemente, habrá que olvidarlo, posponerlo o ver la manera de conseguir recursos frescos y sanos. Esto se hace para que no se vaya a comprometer la estabilidad financiera, ni la paz de la familia. Paralelamente, todos los integrantes del núcleo familiar deben conocer toda esta realidad, para que nadie esté exigiendo que le den cosas que no se pueden pagar.
Lo anterior, lo podemos extrapolar al Estado, donde los cabezas de familia, son el Presdidente de la República y el Ministro de Hacienda, ellos deben tener muy claro cuáles son los asuntos prioritarios y para cuáles alcanza el dinero y para los que no, habrá que buscar ingresos frescos y sanos pero que no perjudiquen a la Producción Nacional, ni socabe los ingresos de las personas y sus familias.
El Gobierno debe entender que no puede matar a la gallina de los huevos de oro, ni afectar negativamente el nivel de vida de los costarricenses.