En efecto, es tal la confusión que existe sobre el tema de la felicidad, que es usual oír decir: seré feliz el día que termine el colegio, el día que concluya la universidad, el día que cambie de trabajo, el día que compre una casa, el día que me case, el día que me divorcie, el día que me vuelva a casar, el día que tenga un hijo, el día que mi hijo forme un hogar, el día que me jubile, etcétera, etcétera.
En resumen, todo lo que hacemos, es para atraer hacia nosotros la felicidad, y al final, solamente la obtenemos por cortos períodos de tiempo, al igual que una simple emoción pasajera.
¿Cuál es la razón? Se debe a que una vez adquirido un bien material, una relación sentimental, una profesión, etc., no transcurre mucho tiempo y pasa a ser algo normal en nuestra vida, lo que nos obliga a continuar adquiriendo bienes y buscando placeres insistentemente, hasta caer en un círculo vicioso, el cual nos sumerge en una constante angustia e insatisfacción. A este fenómeno se le conoce como efecto hedónico.
Y usted se preguntará… ¿Entonces, nos quedamos cruzados de brazos sin hacer nada, sin soñar e ir al alcance de las metas? ¡No, no, de ninguna manera! Quien no progresa retrocede. El secreto está en que antes de ir al alcance de nuestros sueños, primero debemos cultivar un estilo de vida que nos asegure la felicidad permanente; de lo contrario, nada nos resultará como lo habíamos pensado, absolutamente nada.
Para ir finalizando este comentario, le recordamos sobre la importancia de tener claro que la felicidad es el único tesoro que no se puede comprar con dinero; además, ella no es un destino, sino el camino.
Tener presente también, que la felicidad ha de ser el primer capítulo en el libro de la vida; pues no hacerlo así, sería como poner la carreta delante de los bueyes en el largo viaje que debemos recorrer.
En fin, si no entendemos cómo funciona, para qué sirve y cuál es la ruta para llegar a la felicidad permanente, es porque tampoco hemos entendido la vida.
“Cuando yo tenía cinco años mi mamá me decía que la felicidad era la clave de la vida. Luego cuando fui a la escuela el maestro me preguntó, qué quería ser cuando fuera grande. Le respondí que deseaba ser feliz; entonces él me dijo que yo no había entendido la pregunta, y yo le contesté respetuosamente, que él no había entendido la vida”. Palabras de John Lennon.