Miércoles, 09 Enero 2013 05:21

El gesto de cantar todas las mañanas el Himno Nacional en Panorama

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No sé de quién sería la idea de iniciar el programa “Panorama”, de la Cámara Nacional de Radio, con el canto del Himno Nacional de Costa Rica. Lo que sé es que fue una idea genial. Muchos empresarios, muchos comerciantes y gente que veo y escucho en la calle, me lo han dicho.

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Yo lo comparto con ellos. Costa Rica es la patria de los hermosos volcanes, desde los picuditos, como el Arenal, hasta los tímidos, como el Orosi y el Rincón de la Vieja. Es la patria de los ríos increíbles, como el Savegre, el más limpio del continente americano; el río Celeste y el río Pénjamo, que parecen chorritos de mar que perdieron su camino, o esa bella mezcla de colores que es la reunión de aguas en el río Sucio, con un brazo amarillo, de aguas de volcán y otro brazo de agua cristalina. Es la patria de los portales, como lo son pueblos como Pacayas y Zarcero. Es la patria de los vientos de Tilarán y de Guayabo de Bagaces. Es la patria de las iglesias blancas de San Isidro y San Rafael de Heredia. La patria del templo hermoso de Coronado. Es la patria que uno ve amanecer de madrugada, cuando la gente baja de las montañas como chorritos de hormigas de colores. Es la patria que se siente en los mercados y en las ferias del agricultor, y que se conserva viva, fresca, en la Entrada de los Santos de San Ramón, en la romería y en la pasada de la Negrita, en los desfiles de boyeros. Es la patria que va a la escuela en miles de niños con camisa blanca.
Cantar el Himno Nacional de Costa Rica cuando empieza el día es tonificar el alma, es aceitar el espíritu, es echarle agüita al radiador de cada quien, es limpiar el carburador. Porque la patria nuestra, la patria grande, es pequeñita pero colorida, y le da grandes lecciones al mundo, como el no tener ejército, como el proteger una cuarta parte del territorio, como el haber detenido la guerra centroamericana en los años ochenta, como el declararle al mundo que queremos ser carbono neutrales, como el haber creado el solidarismo, que es un gran invento de un costarricense, don Alberto Martén, que le lleva desarrollo a unos quinientos mil trabajadores y sus familias, así como el tener unas setecientas cooperativas que generan trabajo y bienestar, y miles de asociaciones y comités en los que la gente da lo mejor de sí. Costa Rica es un país pequeño y grande al mismo tiempo. Tiene pueblos hermosísimos, paisajes lindos por donde usted vaya. Tiene ríos limpios y montañas verdes e impetuosas. Es un país de gente amable, de buen humor, que toma hasta los problemas en medio de bromas y que sabe reírse de sí misma. Por eso, cantar el Himno Nacional de Costa Rica a las siete de la mañana, todos los días, es levantar el ánimo y entender que entre todos y todas, cada día, podemos construir un país mejor. La patria es nuestro tesoro. Costa Rica se merece lo mejor de cada uno de sus hijos. La patria seguirá siendo bella si así lo queremos.