Miércoles, 31 Mayo 2017 05:32

La patria la llevo por dentro

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Llevo una patria dentro. Una patria tomada por el mar.

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Una patria donde llueve como en Guápiles y San Carlos. Donde Dios baja vestido de niebla, como en Cervantes y Zarcero. Una patria tranquila y verde, bohemia, como en Puerto Viejo, Talamanca y Tortuguero. Una patria gobernada por el frío, como en el Cerro de la Muerte. Una patria donde los monos les roban la merienda a los turistas, como en Manuel Antonio o en Montezuma.
Una patria donde el mar se inventa todos los días, con nuevos paisajes en las arenas, como en Malpaís, Santa Teresa o Pavones. una patria acariciada por el viento, como en Tilarán y en Guayabo de Bagaces. Una patria donde los niños nunca irán al ejército porque no tenemos.
En esa patria que llevo por dentro las ciudades más grandes están custodiadas por volcanes. Una fila de volcanes puebla el espinazo de mi patria. Los ríos dibujan venas en los mapas de mi tierra. Y el mar bufa, vocifera, canta, pero termina de rodillas, para besar los pies de los árboles. En esta patria que llevo por dentro, Dios nace todos los días en las nacientes de agua de las montañas. En esta patria que llevo por dentro, hay cientos de templos y capillas que están entre las más hermosas del planeta.
En esta patria que llevo por dentro la gente se habla en la calle, se detiene a arreglar el mundo, y cuando alguien tiene un problema, muchas personas le ayudan.
En esta patria que llevo por dentro hay unos treinta pueblos fantasmas, donde la iglesia permanece como testigo del tiempo, como memoria colectiva en soledad. En esta patria que llevo por dentro todavía hay pulperías donde la gente llega a conversar. En esta patria que llevo por dentro, muchos señores se sientan junto a su esposa en mecedoras, en corredores, a despedir la tarde y a recibir la noche. En esta patria que llevo por dentro todavía hay plazas de futbol, y los niños mejenguean y se suben a los árboles y se tiran en las pozas. En esta patria pequeña y de todos los colores también cabés vos.
Somos compatriotas de la carne y el espíritu. Los ojos nos hacen hermanos porque nos junta la belleza de esta patria que yo llevo por dentro.