Lunes, 23 Septiembre 2013 07:59

El desperdicio de alimentos, el mayor pecado de la humanidad

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Al año, se desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano, según la FAO. Son 1 300 millones de toneladas en sólo 12 meses.

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En nuestro planeta se pierden 41 mil kilos de comida por segundo. Son tantos alimentos, que uno podría cubrir el territorio de Costa Rica 287 veces con ese montón de comida. Lo más doloroso e hiriente es que, con sólo una tercera parte de esos alimentos, podrían darle de comer a los 870 millones de seres humanos que padecen hambre. Cada veinte segundos muere un niño de hambre, desnutrición o abandono social en el mundo. Las tasas más altas de desperdicio se concentran en los grupos de frutas, hortalizas, raíces y tubérculos. Las pérdidas y el desperdicio anuales en el mundo alcanzan aproximadamente entre un 50 % y un 40 y en los cultivos de raíces, tubérculos, frutas y hortalizas; un 30 % en los cereales, pescados y un 20% en los cultivos oleaginosos, carne y productos lácteos. La cantidad de alimentos que se pierden o desperdician cada año equivale a más de la mitad de los cultivos de cereales anuales del mundo.
El desperdicio per cápita de alimentos por consumidor es de más de cien kilos de comida por año en Europa y América del Norte, mientras que en África y en Asia esta cifra representa solo de 6 a 11 kilos por año. Es decir, entre más se tiene más se desperdicia, pero es un pecado el desperdiciar algo que cuesta, algo que otros necesitan para sobrevivir. El Papa Francisco dijo que desperdiciar alimentos es robarles comida a los más pobres. Se pierde grandes cantidades de alimentos debido a estándares de calidad que sobrevaloran la apariencia. Botan miles de toneladas de frutas y verduras sólo porque su apariencia no es nítida, aunque los productos están en excelentes condiciones para ser consumidos.
Las pérdidas y el desperdicio de alimentos también provocan un grave derroche de recursos como agua, tierra, energía, mano de obra y capital y producen emisiones de gases de efecto invernadero innecesarias, contribuyendo así al calentamiento global y al cambio climático. América Latina contribuye con este gran pecado social. Con los alimentos que se pierden o desperdician en América Latina se podría alimentar a 300 millones de personas.
En Costa Rica, existe una excelente iniciativa que se llama Banco de Alimentos. Una docena de empresas. Le dan de comer a 15 mil personas todos los días, en instituciones sociales, albergues y comedores. Esta es una forma de apoyar la campaña mundial contra el desperdicio de alimentos. Pero usted y yo debemos asumir un compromiso que es personal, desde la cocina de cada casa, desde la refrigeradora. Si usted desea ayudar al Banco de Alimentos, puede llamar al teléfono 2290-3874 o buscarlos en su página en facebook: Banco de Alimentos de Costa Rica. O puede comunicarse a la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED) al teléfono 2231-2081. Como dice mi abuelita Tita, “desperdiciar comida es ofender a Dios”.