Lunes, 09 Marzo 2015 08:01

Economía, trabajo y soluciones.

El presidente Reagan llegó una vez a decir que el juego de Trivia era ideal para economistas pues de cara a 100 cuestiones planteadas, había 3000 respuestas.

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Estas afirmaciones, en plan de broma, del presidente norteamericano, nos ponen ante un tema que la mayoría de los teóricos de la economía se plantean cuando redactan textos para nuevos economistas, esto es, las razones por las cuales, entre expertos en economía, hay tantas discrepancias. N. Gregory Markiw escribe que esas opiniones encontradas se deben, sobre todo y según su criterio, a diferencias en cuanto a valores y juicios científicos. En todo caso, sean cuales sean las opiniones de los expertos, los que deciden sobre la política económica pueden resolver desoír esta o aquella posición.

Hoy estamos ente un problema que por sus diversas aristas, es visto de modo diferente por los economistas. Mas, sin embargo, hay que decir que hay básicamente dos posiciones: algunos han deseado que sea visto por la autoridad del ejecutivo como una verdadera emergencia nacional. La otra perspectiva nos pone ante los responsables y sus asesores, lo mismo que algunos que comunican y que han buscado el modo de mantener un problema creciente en la categoría de problemita sin más.

Me refiero, obviamente, al tema de la crisis por la que pasa el empleo. ¿Cómo hacer para Economía, trabajo y soluciones.
evitar que la sangre llegue al río, como cantaba por 1989, el artista Paz Martínez?

El discurso de las causas es amplio y diverso. ¿Cómo hemos llegado a mas de un cuarto de millón de desempleados? ¿Qué haremos al respecto? ¿Tiene la culpa el salario mínimo fijado por ley como opinan, en una línea u otra, muchos economistas? ¿Cómo frenar la fuga de inversión y la generación automática de desempleados que esto genera? ¿Cómo lograr manejar una tasa natural de desempleo o reducirla a partir de políticas más eficaces que impacten el funcionamiento del mercado laboral?

Parece ser que la urgencia de respuestas acertadas es una cuestión de vida o muerte para muchos costarricenses y sus respectivas familias. No se trata de reacomodos de empresas ni de casualidades derivadas de decisiones tomadas en las sedes centrales de las trasnacionales. El frío no parece estar en las cobijas sino en las decisiones o falta de decisiones de quienes deben ser capitanes y evitar poner peros para tratar de construir soluciones y facilitar que los empleos se queden, se multipliquen y/o permitan a cada costarricense una labor que lo dignifique y le permita avanzar socialmente.

El tema del desempleo y el subempleo es un tema que debe ser declarado emergencia nacional, máxime cuando presenciamos una salida de empresa o de dos casi mensualmente. Ese tema, más la desaceleración del crecimiento de casi todas las empresas locales, nos lleva a una urgencia de soluciones que aún parecen no llegar o que, al menos, cercanas tampoco están.