Las reuniones de trabajo con don Elías eran breves, en pocos minutos cada quien salía con la tarea bajo el brazo y a los días se recibía la llamada de seguimiento de las ordenanzas, nunca conformó equipos pensando en banderías políticas, no se le escuchó alzar la voz para reprimir, fue un hombre piadoso y bueno, sabio, amante del buen vivir.
Cuando de conversar se trataba lo hacía distendido, cualquier tema se podía abordar con un hombre de su vasta cultura, pero se solazaba con asuntos que le eran cercanos, la Política con “P” mayúscula, siempre orientada a tender puentes, nunca barricadas, el tenis, su deporte favorito que lo mantuvo siempre esbelto, los caballos, por los que tenía particular afición, su fino humor era el tesoro que reservaba a los de su círculo íntimo.
Don Elías se fraguo en la ciencia, pero también en el dolor, su paso el Hospital Nacional de Niños y particularmente la pérdida de su hijo en un accidente de tránsito camino a Guanacaste, desde entonces asumió la práctica de hacer señas con las luces cuando venía un vehículo en carretera, era su pedido profundo para que disminuyerala velocidad y no se encontraran con una plataforma mal estacionada a la vera del camino como le sucedió a su retoño.
Científico de grandes luces, investigador disciplinado, siempre procuró caminos para aliviar el dolor de los mas pequeños, esos a los que tanto amó Jesús.
El doctor Elías Jiménez Fonseca, deja un vacío enorme con su partida, de él guardaré su sonrisa franca, la palabra oportuna, su paso fue el parteaguas en la historia de la Caja Costarricense de Seguro Social, el más ejecutivo de sus presidentes, sin fanfarrias, sin bombos ni platillos.
El doctor Elías Jiménez Fonseca fue Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social durante el cuatrienio 1986 - 1990, investigador, maestro, amigo, en lo personal, luego de laborar muy cerca de prácticamente todos quienes ocuparon el alto cargo, puedo afirmar sin ambages, que fue el más ejecutivo de todos quienes hayan ocupado el elevado cargo.