Por esta razón hoy quisiera invitar a los hombres y mujeres que han decidido formar parte de las Asociaciones Solidaristas para que reflexionemos en torno a la actitud de la solidaridad, que se convierte en un punto de partida para lograr que los beneficios del solidarismo lleguen a más asociados, a sus familias y a las comunidades; siendo esta una de las formas para promover que más personas formen parte de este movimiento de trabajadores y trabajadoras.
Cuando se decide ser parte de una Asociación Solidarista, en realidad se esta optando, como ya lo he dicho en otras ocasiones, por un estilo de vida que coloca como uno de sus ejes la solidaridad, pero no solo esa solidaridad que sale a relucir cuando vivimos una tragedia, una catástrofe natural o cualquier circunstancia que nos mueva a auxiliar a los otros; sino que incluyendo las ayudas que brindamos en esos momentos, considero que hoy se requiere reavivar en nosotros lo realización de la solidaridad que el beato Juan Pablo II en la encíclica Sollicitudo Rei Socialis definía como “el firme empeño y la voluntad perseverante de construir el bien común…sintiéndose responsables todos de todos”.
No dudo que nuestras ayudas solidarias en esos momentos particulares de las vidas de las personas y comunidades están animadas por ese sentido de responsabilidad para con los demás, pero desde mi punto de vista, nos hace falta dar un paso más y empeñarnos firmemente por la construcción de bien común, que supera la suma de bien individual de cada uno, y se orienta a concretar las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que hacen posible que las personas nos realicemos como tales.
Esta orientación implica que fortalezcamos nuestros vínculos interpersonales, que hagamos los esfuerzos por compartir proyectos entre las Asociaciones y que podamos desarrollar un modo de relacionarnos capaz de mostrarle a los demás que hemos hecho opción por un estilo de vida: el de la solidaridad.
Un saludo fraterno y solidario para los hombres y mujeres que un día decidieron ser parte de las Asociaciones Solidaristas que se extienden en su presencia y su quehacer por todo el territorio del país y que esta décima celebración del día nacional del solidarismo nos mueva a convencer, con los gestos y las palabras, a más hombres y mujeres, que vale la pena vivir la solidaridad.
Pbro. David Eduardo Solano Chaves, Director General, Escuela Social Juan XXIII.
Cuando el 3 de enero del 2002 al publicarse en el diario oficial La Gaceta la ley No. 8168 y se instaura así el “día nacional del solidarismo”, según se señala en el texto de la misma ley se hace con la intención de que su celebración busque “estimular la participación mayoritaria del sector obrero-patronal en este tipo de organizaciones y para reconocer los aportes que ellas han dado a la sociedad costarricense”.